The Ocean’s ERE’s

En este país de Lazarillos y Buscones ya no debiera sorprendernos la aparición de una nueva forma de hacer dinero fácil a costa de los demás, sin embargo en ocasiones la realidad deja atrás cualquier ingeniosa trama de ficción. No se por qué extraña asociación de ideas (pues la cosa no tiene la menor gracia) me viene a la cabeza la simpática película protagonizada por George Clooney cuando releo las noticias acerca de los fraudes que, presuntamente, parece que se han cometido con ocasión de la tramitación de determinados expedientes de regulación de empleo (ERE’s).

En un principio, los ERE’s son un procedimiento administrativo-laboral de carácter especial dirigido a obtener, de la Autoridad Laboral competente, una autorización para suspender o extinguir las relaciones laborales cuando concurran determinadas causas y garantizando los derechos de los trabajadores. Se trata de un procedimiento instituido como una garantía a favor de los que prestan servicios en una empresa que atraviesa una situación económica delicada y cuando, como consecuencia de esas circunstancias, se planifique un despido colectivo fundado en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción; una suspensión o extinción de la relación laboral por fuerza mayor; una suspensión de la relación laboral fundada en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción y reducción de jornada por las mismas causas o; por último, una extinción de la relación laboral por extinción de la personalidad jurídica del contratante.

En caso de extinguirse los contratos de trabajo, se establece una indemnización para los trabajadores equivalente a 20 días de salario por año trabajado y se garantiza que, en caso de insolvencia empresarial, el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) anticipe el pago.

La tramitación de este procedimiento es relativamente compleja. La legitimación para iniciarlo la tienen tanto la empresa como los representantes legales de los trabajadores cuando se presuma que la no incoación del mismo por el empresario pudiera ocasionarles un perjuicio de imposible o difícil reparación; y su tramitación corresponde, tras los traspasos de competencias a las Comunidades Autónomas, a la Administración autonómica competente, si bien en ciertos casos, la Administración General del Estado (AGE) sigue actuando como autoridad laboral. Durante su tramitación es preciso abrir un periodo de consultas que, en la práctica, es un proceso de negociación entre la empresa y los representantes de los trabajadores.

Así, en el caso andaluz (que es el que suscita el presente comentario), de acuerdo con lo previsto en el Real Decreto 1034/1984, de 9 de mayo, por el que se aprueba la transferencia de funciones y servicios a la Comunidad de Andalucía en materia de expedientes de regulación de empleo, solo deberá actuar la AGE cuando el ERE se refiera a determinadas empresas como sociedades estatales, empresas pertenecientes al Patrimonio del Estado, empresas relacionadas directamente con la defensa nacional, etc. La Administración del Estado también deberá informar preceptivamente el expediente cuando afecte a empresas con una plantilla superior a 500 trabajadores.
Cuando la autorización afecta a los centros de trabajo o trabajadores radicados en dos o más Comunidades Autónomas, conocerá el expediente de regulación de empleo la Dirección General de Trabajo (DGT) del Ministerio de Trabajo e Inmigración; igualmente, le corresponderá la competencia para resolver si el 85 por 100, como mínimo, de la plantilla de la empresa radica en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma, pero en este supuesto el registro e instrucción de la solicitud de expediente se realizará ante la autoridad laboral autonómica, quien remitirá su propuesta a la DGT para la resolución del expediente que, si bien en principio, podría oponerse a la propuesta justificando los motivos de dicha oposición, en la práctica al no estar prevista la tramitación de un nuevo expediente redundante y en base al principio de con fianza legítima derivada del carácter de Administración Pública de la entidad proponente, puede adoptar el acuerdo de resolución de manera automática.

Por otra parte, la norma de traspaso de competencias establecía que en aquellos expedientes en que se proponga la jubilación anticipada de trabajadores, y cuya competencia resida en la Comunidad Autónoma de Andalucía, será preciso que ésta cuente con fondos suficientes para su financiación. En todo caso, la Comunidad Autónoma deberá respetar y cumplir las normas sobre financiación, garantías y sistemas de cómputo establecido para el sistema de jubilaciones anticipadas. Todo ello sin perjuicio de la competencia de la Comunidad Autónoma para habilitar fondos, con cargo a sus presupuestos, para subvencionar este tipo de jubilaciones.

Por lo tanto, en el caso que ahora comentamos, nos encontramos con un proceso en el que deben intervenir, por regla general, como mínimo tres instituciones (empresa, sindicatos y administración) pero, cómo hemos visto, la natural pluralidad en la representación de los trabajadores y la concurrencia de varias Administraciones pueden multiplicar el número de agentes implicados. Además, al incluir una proposición de jubilaciones anticipadas el procedimiento debería incorporar las cautelas propias de los procedimientos de concesión de subvenciones.

Uno no puede dejar de preguntarse cómo es posible que en un procedimiento tan complejo y en el que intervienen tantos actores pudiera alguien animarse a emprender una operación de inclusión masiva de intrusos en los expedientes de regulación de empleo, es decir de personas que no cumplen los requisitos legales para ser incluidos en el expediente. Si ya parece difícil que una persona pudiera colarse, resulta absolutamente inverosímil que 30 o 40 personas pudieran pasar desapercibidas. Para ello sería necesario, primero que el empresario accediese a incluirlos fraudulentamente en la relación de trabajadores afectados; segundo, que los representantes de los trabajadores (tanto la representación sindical como la unitaria) diesen por buena esa inclusión y; tercero, que las Autoridades laborales que han de instruir y, finalmente, aprobar el expediente y la Administración que ha de conceder las subvenciones aceptasen sin reservas esa decisión sin comprobar si los interesados cumplían o no con los requisitos.

Sólo caben dos respuestas a esa pregunta (y no son respuestas basadas en el conocimiento jurídico, sino en el sentido común), o se trata de unos (muchos) torpes metidos en un tinglado que les queda grande y a los que se les ha “pillado con las manos en la masa” o, estaban tan confiados en la corrupta complicidad del entorno y/o en la negligencia de los que deberían ejercer la vigilancia sobre este tipo de tramitaciones, que se sentían impunes para hacer semejante tropelía.

Que cada cual se quede con la respuesta que mejor le cuadre. En cualquier caso, solo queda alegrarse de que, al menos en este caso, las trampas hayan salido a la luz y la justicia ya esté tomando cartas en el asunto. Los ERE’s, institución jurídica que supone el último baluarte de los derechos económicos de los trabajadores en los casos de insolvencia empresarial, no merecen convertirse en un instrumento para que ventajistas sin escrúpulos se procuren una renta vitalicia.

7 comentarios
  1. Pequod
    Pequod Dice:

    Sin duda para mí la respuesta es la segunda de las dos opciones, sin descartar por ello la torpeza, pero es evidente la sensación del todo vale y no pasa nada. Y ya no son 30 y 40, hoy el diario El Mundo afirma que ya son 70, y serán muchos más.

  2. Javier Pérez
    Javier Pérez Dice:

    Totalmente de acuerdo con tu análisis. Visto desde fuera, es increíble que esta panda de aventureros ventajistas llegara a tener o tanta confianza o tanta desesperación, y en cualquier caso, tanto desprecio por el sistema que regula los EREs, como para embarcarse en un fraude en el que la supervisión corresponde a tantos actores.
    Pero yo añadiría algo más. Una vez descubierto el pastel, y al intervenir Administración y sindicatos en el proceso de aprobación de estos EREs, el asunto tiene una deriva política. Y por ello, este chanchullo debería haberse tratado mediante comisión de investigación en el parlamento andaluz. El bloqueo del grupo socialista a esta investigación parlamentaria para no depurar las responsabilidades políticas, si las hubiera (bien por negligencia, bien por connivencia), ha hurtado al pueblo andaluz de la posibilidad de entender lo que ha pasado, y yo creo que redunda en la perdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones que los representan y legislan.

  3. ENNECERUS
    ENNECERUS Dice:

    Por supuesto, me quedo con la 2ª. No olvidemos que uno de los implicados fue Consejero de empleo sic de Andalucía.

    En realidad es bien conocido que la proliferación de complejos expedientes y burocracias no es ni mucho menos un antídoto contra la corrupción, sino más bien todo el contrario, el caldo perfecto. Mises lo demostró en La Acción Humana pero claro, era un furibundo liberal. No es utópico pensar el discurrir de los hechos (otra cosa es probarlo a efectos judiciales): Si me metes a unos compañeros, te apruebo el ERE y todos salimos beneficiados: El sindicato, que se lleva el 10%, los trabajadores, que se llevan una indemnización que en otro caso sería incobrable, el empresario, que puede dedicarse a la misma o a otra actividad, aligerando enormemente sus costes laborales a costa del contribuyente y los políticos, que se buscan una canonjía a costa del de siempre. Por razones de justicia nada menos, se ha oido decir a un desahogado. Estas cosas pasan cuando no hay límites reales a la acción de los políticos. Afortunadamente los militares y los policías tienen controles y nos diferenciamos claramente de lo que ocurre en países como México. Pero en lo demás, nuestro parecido creciente con Argentina es asombroso.

  4. jose
    jose Dice:

    Mi respuesta es claramente la dos, impunidad…por cierto, sabes por qué se destapó la liebre? Eso también sería interesante, no sería por alguno que dejaron fuera? Un abrazo

  5. Elisa de la nuez
    Elisa de la nuez Dice:

    enhorabuena poe tu clarificadir post. Yo desde mi ignorancia pensaba que precisamente con tanto procedimiento y tanta intervención era inexplicable que se colasen de rondon unos cuantos trabajadores por el morro pero como bien decís los comentaristas la sensación de impunidad y la evidente complicidad ya sea por activa o por pasiva de unas cuantas autoridades hacen maravillas. Y eso que no hay nada mas fácil que pedir un certificado de vida laboral a la seguridad social ahí sale todo sin trampa ni cartón. Pero claro alguien tiene que hacerlo.

  6. Beatriz Hervas
    Beatriz Hervas Dice:

    Me uno a los que piensan que la dos.
    El asunto de los EREs en Andalucia es un ejemplo más de la corrupción política que nos circunda en todas las Admnistraciones. Que el grupo socialista boquee la investigación parlamentaria, cuando debía de ser el primer interesado en depurar responsabilidades, huele a podrido y es un ejemplo más del desprestigio y la desconfianza que ofrece la actual clase política a los ciudadanos.
    Un abrazo, José María.

  7. elisadelanuez
    elisadelanuez Dice:

    Y de paso lo que vemos es que a los pobres organismos de control se les ningunea de forma inmisericorde…según lo leído en prensa el informe de la Intervención General de la Junta denunciando el descontrol en el manejo de dinero público de los ERES (en el año 2006, nada menos) y elevado a la Viceconsejera de Economía a) o se guardó en un cajón, total, para lo que decía..b) o se elevó al entonces COnsejero de Economía y actual Presidente de la Junta y se lo guardó en otro cajón. En fín todo muy normal.
    http://www.abc.es/20110318/espana/abcp-interventor-junta-traslado-grinan-20110318.html

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