El mandatario infiel o la falta de rendición de cuentas. Reflexiones sobre lo que tenemos derecho a exigir a nuestros gobernantes

La frustración y la irritación que nos produce de manera creciente nuestra clase política, que en cada encuesta del CIS  desciende de forma imparable en la valoración de los ciudadanos  (de forma solo comparable a la calidad de nuestro sistema educativo)  creo que tiene una fácil explicación: es la misma frustración e irritación que nos produciría un mandatario o un gestor fiduciario de nuestros bienes más preciados  que nos demuestra una y otra vez no solo que es un inútil y un incompetente, sino que nos puede mentir o engañar sin asumir responsabilidad alguna por los desaguisados que produce en nuestras propiedades, con la tranquilidad de saber que todos los demás mandatarios disponibles son más o menos parecidos. En definitiva, sabe que  tampoco tenemos un recambio mejor y en estas cosas ya se sabe, más vale lo malo conocido o el mandatario que lo es de la familia de toda la vida.

Como es lógico, la preocupación crece y alcanza niveles insostenibles cuando arrecia la crisis y se constata que los mandatarios no solo no tienen intención alguna de compartir las penalidades de los dueños sino que ni siquiera parecen comprenderlas. Lo que ocurre  es que estos mandatarios han perdido la costumbre de responder frente a los legítimos propietarios de los bienes que administran, y en cambio responden ante otros mandatarios que son los que les nombran pero cuyos intereses no coinciden con los de los propietarios.

 Hasta aquí el cuento del mandatario infiel, no quiero irritar a los lectores insultando su inteligencia, como si fuera un candidato a las elecciones generales. En definitiva, los políticos y los cargos públicos son gestores de intereses ajenos. Y como en toda relación fiduciaria, la rendición de cuentas es esencial. Y lo que pasa es que la  rendición de cuentas o “accountability” -por usar un término anglosajón muy expresivo- no se está produciendo en España. Todos los mecanismos legales e institucionales previstos para asegurarla, empezando por la propia responsabilidad de los mandatarios (implícita en el cargo de quien sirve a otro) se han ido desmontando de una forma u otra en los últimos años. Los procedimientos y mecanismos de control se han ido pervirtiendo o se han ido encogiendo mientras que los mandatarios han dilapidado alegremente el patrimonio cuya gestión tenían encomendada.

Así, hemos sustituido Cuerpos de Interventores estatales, con una probada trayectoria de independencia profesional  por cuerpos autonómicos de funcionarios mucho más dependientes de las decisiones políticas de los órganos a los que supuestamente controlan, y eso en el mejor de los casos, porque no siempre existen estos funcionarios especializados.  Hemos sustituido el Tribunal de cuentas estatal (del que también se podría hablar largo y tendido, y si no que le pregunten a su ex Presidente Pascual Sala, sí, el mismo señor de la sentencia de Bildu) por tribunales o contadurías de cuentas regionales a granel, a los que concedemos simplemente por virtud de su denominación una independencia y una profesionalidad que están lejos de tener. La prueba son los hechos que estamos viviendo en los traspasos de poderes de las CCAA. Si estos órganos funcionasen con seriedad no estaríamos presenciando esperpentos como los de Castilla-la Mancha, que en menos de dos meses elevan en 1.000 millones su deuda “por presiones políticas”.  Pues que Dios nos pille confesados en las próximas elecciones generales, pues ya podemos imaginarnos como va a crecer la deuda “por presiones políticas”. 

Esto por lo que se refiere a los controles que podríamos llamar “formales” o “procedimentales”, que deberían permitir, por lo menos, saber, cual es la deuda de una Comunidad Autónoma con sus proveedores, triquiñuelas varias aparte. ¿Y que decir de los controles de oportunidad o de puro sentido común? Pues que simplemente ni existen ni se les espera. Por eso se pueden abrir líneas de AVE para enlazar ciudades castellano-manchegas (Toledo-Cuenca) que tienen la suerte de tener un paisano concienciado y con mando en plaza (D. José Bono) aunque hasta un niño de 6º primaria (si, de los que suspenden la prueba de nivel de la Comunidadde Madrid) podría resolver el problema de ¿puede ser rentable un AVE que cuesta un dineral si solo hay 9 viajeros al día?   Por cierto, se supone por cierto que ADIF o/y RENFE hacen planes de negocio y esas cosas ¿o no?

Desgraciadamente, nuestros mandatarios infieles  no responden de nada y al final solo queda,  muy lejos en el tiempo, la posibilidad de exigir una responsabilidad penal si delinquen de forma muy contundente y continuada, y a veces, ni por esas. Además aunque resulten condenados no suelen indemnizar a los dueños por las tropelías cometidas. Las vías ordinarias  para exigir responsabilidad (responsabilidad patrimonial, de gestión, contable, por alcance, etc, etc) aunque existen sobre el papel no se exigen en la práctica.  Como concluye mi coeditor Ignacio Gomá en su reciente post, la responsabilidad por los daños y perjuicios causados por una nefasta gestión simplemente no existe. De la responsabilidad política, para qué hablar… ¿Se acuerdan ustedes de cuando un Ministro dimitía porque su Director General robaba? Qué tiempos aquellos.

A mi juicio, esta falta total de rendición de cuentas y de responsabilidad es la causa del deterioro galopante de nuestras Haciendas, gestionadas por estos mandatarios infieles: ya se trate de corrupción pura y dura (en el urbanismo, los contratos públicos hinchados o  a dedo, las subvenciones fraudulentas, la creación de chiringuitos de todo tipo para la colocación de amigos y familiares a costa del erario público) o de los  casos de ineficiencia, ineptitud, despilfarro y desastre en la gestión.  

Por último, y para que no se me acuse de autocomplacencia con los dueños, es decir, con los ciudadanos, nosotros también  tenemos mucho que reprocharnos. Mientras nos ha gustado lo que nos contaban nuestros mandatarios no hemos exigido rendición de cuentas alguna, haciendo dejación de nuestro legítimo derecho de exigir transparencia y responsabilidad.  Y si hemos vuelto a elegir mandatarios con  un historial de corrupción notable, también hemos vuelto a votar a mandatarios con un historial de despilfarro y de desastre en la gestión, gente que ha llevado a la suspensión de pagos literalmente (y si no que se lo pregunten a sus proveedores) a sus ayuntamientos, empresas o chiringuitos públicos y hasta CCAA enteras. Mientras ha durado la fiesta nadie ha echado un vistazo a las cuentas.

Bueno, y ahora que estamos aquí ¿tiene esto arreglo? Por ser optimista, creo que la única solución que tenemos es presionar a nuestros mandatarios y exigirles que nos traten como lo que somos, como a los dueños cuyos intereses gestionan Para eso tenemos que exigir rendición de cuentas y transparencia, pese a que no exista un derecho como tal reconocido enla Constitucióno o en una Ley de Transparencia. Soy de los que piensan que, siendo sin duda muy deseable un texto legal sobre este derecho  -entre otras cosas para evitar controversias jurídicas, establecer los procedimientos para exigirla, imponer sanciones y exigir responsabilidades en caso de incumplimiento, e incluso para servir de palanca para un cambio cultural en el funcionamiento de las AAPP- no tenemos que esperar a que nuestros mandatarios nos la concedan graciosamente. Esto funciona al revés. Podemos exigir desde ya que nos informen sobre que hacen con el dinero público, que es nuestro porque es el dinero de los contribuyentes.

Creo que este deber de los mandatarios y derecho paralelo de los dueños es fundamento esencial no solo de cualquier relación fiduciaria (veánse los arts. 1718 y ss. del CC dedicados al mandato) sino que es un requisito básico del funcionamiento de un Estado social y democrático de Derecho como el que se supone que nos dimos al aprobar la Constitución.  Por eso toda la información que se refiere a la gestión pública tiene que ser pública, salvo que colisione con un interés jurídico u otro derecho cuya protección se estime de rango superior, y aún así creo que la interpretación de estas excepciones debe de ser muy estricta. Por lo demás, es así como se está haciendo en las legislaciones de los países, que ya son muchos, que tienen Leyes de Transparencia. Para los que quieran profundizar en el tema, aquí tienen unos cuantos link a estas legislaciones, empezando por el del Gobierno de Chile, por aquello de la proximidad cultural; la del Reino Unido, por qué no aspirar a algo así; un compendio muy interesante sobre otras legislaciones ; sobre la Unión Europea y sobre por último, en relación con posibles limitaciones derivadas sobre todo del derecho a la protección de datos de carácter personal, un artículo de Jose Luis Piñar sobre  colisión con otros derechos.

Además, uno de nuestros colaboradores, Isaac Ibañez, ha publicado un estudio sobre el tema del acceso a la información y los documentos de la Unión Europeade muy recomendable lectura y acceso gratuito (aquí).

Pero si han llegado hasta el final de este larguísimo post, por favor, no se queden ahí,  sean ciudadanos proactivos. Ya hay asociacionismo pro transparencia, aquí, aquí y aquí

Así nuestros mandatarios comprenderán, de una vez por todas, que sirven a unos dueños: nosotros.

6 comentarios
  1. kuzushi
    kuzushi Dice:

    Y es que el ojo del amo engorda al caballo. Es preciso mantener un control de la actividad pública, a través de la transparencia de ésta, y luego exigir las responsabilidades correspondientes. El problema es la falta de canales para este control. El voto se ha revelado insuficiente, y los tribunales, excesivo. No digo yo que haya que irse a la calle, como los indignados, pero habrá que buscar nuevos cauces o, al menos, copiar los que tengan en otros países.

    • Cristina Falkenberg
      Cristina Falkenberg Dice:

      Copiar… o crear de nuevo cuño: simplemente se impone la racionalidad y el sentido común, y menos palabras y más lobgros concretos e ir haciendo quincena a quincena, que algo se solucione: si ha solucionado usted 24 cosas en un año, lo ha hecho usted de cine.

  2. Cristina Falkenberg
    Cristina Falkenberg Dice:

    Fundamental: la responsabilidad PERSONAL, no sólo política sino con el patrimonio personal de uno cuando roba o deja robar, haciendo como que no ve nada. Dicha responsabilidad debe hacerse efectiva, por supuesto que sí, ante un poder judicial independiente, cuya independencia empieza por la presupuestaria pues el Estado es poder; sin dinero no hay poder; ergo sin Dinero no hay poder que valga (y nuestra Justicia es como un niño al que papá da la paga si se porta bien… lamentable…)

    La otra cosa que es fundamental es lmitar lo que nadie pueda percibir en dinero o en especie, a costa del erario público, sea con cargo directo al mismo o por vía indirecta: por ejemplo, 6.000 euros al mes.

    Cambiarían muchísimas cosas. Muchísimnas.

    España tiene que simplifcar y dejar de mentirse a sí misma si quiere prosperar.

  3. Curro Arriola
    Curro Arriola Dice:

    Muy verdad todo. Atinadísimo el diagnóstico, curradísima la denuncia, Elisa; en cuanto al remedio que ofreces (como remedio solo paliativo, claro), la trasparencia, ¿podría ayudar a solucionar el problema?
    Algo haría, pero creo que muy muy poco.
    La trasparencia deja ver mejor la realidad. Y es utilísima si te importa lo que ves. El problema es, ¿importa realmente? ¿Nos importa saber que se nos roba?
    La trasparencia pondría de manifiesto el grado de choricez del político de turno, en una escala como la escolar: “roba adecuadamente”; “necesita disimular más”;  y en casos  raros -que los hay, ojo-  “este no roba, debe plantearse otro oficio”.
    Bien; ¿y qué mas daría?
    ¿Alguien se cree que el pueblo español ignora que se le roba? ¡Pero si todo el mundo lo comenta! Al menos eso dicen las encuentas y eso dicen los taxistas y eso dice toda la gente con la que hablo del tema; se vota normalmente como mal menor (para que no manden “los otros”), o por atávicos recuerdos de las conversaciones familiares sobre la guerra, o sencillamente para fastidiar, que es muy del gusto del español medio. En casos extremos como la presente crisis, en casos gravísimos en que se toca lo más sagrado del español actual (el bolsillo) llega a plantearse cambiar de gobierno.
    Pero en el fondo le da perfectamente igual que sus políticos sean unos chorizos. Si acaso, y a menudo, da cierta envidia; “qué lástima no pueda robar yo como el político ese…”
    Sin contar la –mucha- gente que sencillamente pasa de la política y es feliz porque España ha ganado no sé qué partido de futbol o copa, o porque puede asomarse a ver cómo se injurian y amenazan por la tele Matamoros, Belen Esteban y hasta Carmen de Mairena. Cultura popular. No piden más a la vida.
    Una democracia, con elecciones y todo eso, suele llevar al poder a gente que es fiel reflejo de la sociedad de que se trata.
    Mirad lo que acaba de pasar en Tailandia: gobernaba tiempo ha un tal “Taksin”, que a lo que se ve era de alivio; tan chorizo que los Tribunales le procesaron, y tuvo que huir al extranjero. Quedó inhabilitado para toda actividad política. Bueno, pues va el tío y monta un partido presidido por su hermana (una tal Yingluck), hasta ese momento ajenísima a la política y de profesión sus labores, y se presenta a las elecciones con el lema “Taksin piensa, el partido actúa”. Las promesas electorales  incluyen  regalar a cada niño un ordenata y subir el salario mínimo a unos 300 leuritos, cifra astronómica para ese país ¡Y gana de calle! Todos los tailandeses ahí como locos votando al más chorizo que había. ¡Hala! Toma trasparencia…
    Con lo demócrata que soy yo, cómo me duele reconocer que la democracia tiene estas cosas…
     
     

  4. Curro Arriola
    Curro Arriola Dice:

    Muy verdad todo. Atinadísimo el diagnóstico, curradísima la denuncia, Elisa; en cuanto al remedio que ofreces (como remedio solo paliativo, claro), la trasparencia, ¿podría ayudar a solucionar el problema?
    Algo haría, pero creo que muy muy poco.
    La trasparencia deja ver mejor la realidad. Y es utilísima si te importa lo que ves. El problema es, ¿importa realmente? ¿Nos importa saber que se nos roba?
    La trasparencia pondría de manifiesto el grado de choricez del político de turno, en una escala como la escolar: “roba adecuadamente”; “necesita disimular más”;  y en casos  raros -que los hay, ojo-  “este no roba, debe plantearse otro oficio”.
    Bien; ¿y qué mas daría?
    ¿Alguien se cree que el pueblo español ignora que se le roba? ¡Pero si todo el mundo lo comenta! Al menos eso dicen las encuentas y eso dicen los taxistas y eso dice toda la gente con la que hablo del tema; se vota normalmente como mal menor (para que no manden “los otros”), o por atávicos recuerdos de las conversaciones familiares sobre la guerra, o sencillamente para fastidiar, que es muy del gusto del español medio. En casos extremos como la presente crisis, en casos gravísimos en que se toca lo más sagrado del español actual (el bolsillo) llega a plantearse cambiar de gobierno.
    Pero en el fondo le da perfectamente igual que sus políticos sean unos chorizos. Si acaso, y a menudo, da cierta envidia; “qué lástima no pueda robar yo como el político ese…”
    Sin contar la –mucha- gente que sencillamente pasa de la política y es feliz porque España ha ganado no sé qué partido de futbol o copa, o porque puede asomarse a ver cómo se injurian y amenazan por la tele Matamoros, Belen Esteban y hasta Carmen de Mairena. Cultura popular. No piden más a la vida.
    Una democracia, con elecciones y todo eso, suele llevar al poder a gente que es fiel reflejo de la sociedad de que se trata.
    Mirad lo que acaba de pasar en Tailandia: gobernaba tiempo ha un tal “Taksin”, que a lo que se ve era de alivio; tan chorizo que los Tribunales le procesaron, y tuvo que huir al extranjero. Quedó inhabilitado para toda actividad política. Bueno, pues va el tío y monta un partido presidido por su hermana (una tal Yingluck), hasta ese momento ajenísima a la política y de profesión sus labores, y se presenta a las elecciones con el lema “Taksin piensa, el partido actúa”. Las promesas electorales  incluyen  regalar a cada niño un ordenata y subir el salario mínimo a unos 300 leuritos, cifra astronómica para ese país ¡Y gana de calle! Todos los tailandeses ahí como locos votando al más chorizo que había. ¡Hala! Toma trasparencia…
    Con lo demócrata que soy yo, cómo me duele reconocer que la democracia tiene estas cosas…
     
     

  5. elisadelanuez
    elisadelanuez Dice:

    Por cierto, que a la ex Consejera de Economía y Hacienda se la premian los servicios prestados como “mandataria infiel” con la Secretaría General de Turespaña. Los servicios se los habrá prestado a sus jefes, porque lo que es a los ciudadanos está bastante claro que no. Esta es la señora que estuvo diciendo que sólo había 700 millones de euros en deudas con los proveedores hasta un mes antes de perder las elecciones.
    http://www.programapublicidad.com/2011/07/14/maria-luisa-araujo-ex-vicepresidenta-y-ex-consejera-de-economia-y-hacienda-de-castilla-la-mancha-nueva-secretaria-general-de-turespana/

  6. elisadelanuez
    elisadelanuez Dice:

    Por cierto, que a la ex Consejera de Economía y Hacienda se la premian los servicios prestados como “mandataria infiel” con la Secretaría General de Turespaña. Los servicios se los habrá prestado a sus jefes, porque lo que es a los ciudadanos está bastante claro que no. Esta es la señora que estuvo diciendo que sólo había 700 millones de euros en deudas con los proveedores hasta un mes antes de perder las elecciones.
    http://www.programapublicidad.com/2011/07/14/maria-luisa-araujo-ex-vicepresidenta-y-ex-consejera-de-economia-y-hacienda-de-castilla-la-mancha-nueva-secretaria-general-de-turespana/

  7. José Luis Villar Ezcurra
    José Luis Villar Ezcurra Dice:

    Elisa, bravo por tu post al que veo que se unen comentarios paralelos. Ciertamente, en clave de Derecho privado, los cargos políticos son mandatarios de todos nosotros (el pueblo) y como tales tienen que rendirnos cuentas. Cuentas de lo que hacen y de lo que dejan de hacer -que no sé realmente que es lo peor- porque casi toda (¿o toda?) la culpa de que estemos como estamos es de sus constantes desatinos, de sus normas deficientes o insustanciales y, en definitiva, de sus abusos como dueños de lo que no es suyo. Me temo que cuando vuelva a explicar (para el curso que viene) la doctrina de la “desviación de poder” tendré que aclarar las diferencias que existen con el “abuso de poder” que es cosa muy diferente como bien sabes. Nuestros políticos han derrochado un dinero que no es suyo, han otorgado prebendas a quienes  han servido, con servilismo, a sus propios intereses y para eso han metido la mano en nuestro bolsillo como el gracioso que dice “yo invito pero tú pagas”.  Pero la  cosa tiene maldita la gracia cuando ahora estamos sufriendo por salir del vagón de cola de Europa y pagando unos intereses muy altos por todo el despilfarro anterior. No me quiero extender más en un tema que daría para mucho más, y opto por mitigar mi “cabreo” compartiendo con vosotros lo que es opinión común de muchos ciudadanos.

  8. José Luis Villar Ezcurra
    José Luis Villar Ezcurra Dice:

    Elisa, bravo por tu post al que veo que se unen comentarios paralelos. Ciertamente, en clave de Derecho privado, los cargos políticos son mandatarios de todos nosotros (el pueblo) y como tales tienen que rendirnos cuentas. Cuentas de lo que hacen y de lo que dejan de hacer -que no sé realmente que es lo peor- porque casi toda (¿o toda?) la culpa de que estemos como estamos es de sus constantes desatinos, de sus normas deficientes o insustanciales y, en definitiva, de sus abusos como dueños de lo que no es suyo. Me temo que cuando vuelva a explicar (para el curso que viene) la doctrina de la “desviación de poder” tendré que aclarar las diferencias que existen con el “abuso de poder” que es cosa muy diferente como bien sabes. Nuestros políticos han derrochado un dinero que no es suyo, han otorgado prebendas a quienes  han servido, con servilismo, a sus propios intereses y para eso han metido la mano en nuestro bolsillo como el gracioso que dice “yo invito pero tú pagas”.  Pero la  cosa tiene maldita la gracia cuando ahora estamos sufriendo por salir del vagón de cola de Europa y pagando unos intereses muy altos por todo el despilfarro anterior. No me quiero extender más en un tema que daría para mucho más, y opto por mitigar mi “cabreo” compartiendo con vosotros lo que es opinión común de muchos ciudadanos.

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