Los minutos de la basura
La expresión que titula este post suele aplicarse al tiempo restante hasta la conclusión en aquellos partidos de baloncesto en los que la diferencia entre los contendientes resulta ya insalvable, por lo que está claro que, pase lo que pase en los minutos que faltan hasta la bocina final, el vencedor del encuentro se sabe quién va a ser, y solo queda por conocer la diferencia de puntos por la que se materializa la victoria del equipo ganador.
La situación en la que nos encontramos ante las elecciones del próximo veinte de noviembre bien podría calificarse de “minutos de la basura”. Tanto los resultados de las pasadas elecciones autonómicas y locales como las encuestas de intención de voto apuntan a un cambio político, aunque queda por conocer la amplitud del mismo, por lo que los cuatro meses que han de transcurrir desde el anuncio estival del Presidente del Gobierno hasta la celebración de los comicios se asemejan bastante a esos instantes finales de los partidos de baloncesto.
Sin embargo, la profundidad de la crisis que sufrimos, y la permanente turbulencia financiera en la que nos encontramos instalados, hacen que estos “minutos de la basura” no sean en absoluto intrascendentes, y que acontecimientos que se están produciendo en estas semanas puedan condicionar nuestro futuro. Y cuando todos los días suceden tantas cosas que pueden ser relevantes, no interesa tener más tiempo del imprescindible un Gobierno en funciones por causa de un anuncio anticipado de elecciones anticipadas. La gravedad de la situación ha quedado bien patente tras la tramitación de la reforma constitucional, llevada a cabo aprisa y corriendo. Reforma insólita por las formas, por las prisas, y por el hecho de ser presentada y tramitada por un gobierno ya saliente, lo que demuestra, por si a alguien le quedaba alguna duda, que es un movimiento reactivo, como casi todas las medidas anticrisis que se están adoptando, forzado por la presión de agentes externos, que imponen parches con los que taponar las múltiples vías de agua que hace la política económica y fiscal.
Pero no solo los agentes externos, llámense Comisión Europea, Banco Central Europeo, o señora Merkel, dictan las últimas medidas de un Gobierno saliente. Durante los minutos de la basura también pueden suceder cosas que escapan no ya al control, sino a la mera vigilancia de un Gobierno en funciones.
Entre estos acontecimientos, y solo a modo de ejemplo, pueden citarse dos muy recientes y que afectan a dos de las mayores empresas que operan en el mercado español, y dos de los mayores contribuyentes por Impuesto de Sociedades a las maltrechas arcas públicas. Se trata de la operación destinada a tomar el control de Repsol por parte de Pemex y Sacyr, con el supuesto propósito, según apunta la prensa económica, de trocear el negocio de la petrolera y aliviar la comprometida situación financiera de la constructora; y de la recientemente anunciada reorganización de Telefónica, de la que destaca la decisión de ubicar en Londres la nueva “Telefónica Digital”, con el objetivo de “afianzar el papel de Telefónica en el mundo digital y aprovechar todas las oportunidades de crecimiento de este entorno, acelerando la innovación, ampliando y reforzando la cartera de productos y servicios y maximizando las ventajas de su importante cartera de clientes”.
Las empresas son, lógicamente, soberanas para tomar sus decisiones, pero cabe preguntarse si estos movimientos son más probables con un Gobierno cuya influencia y capacidad de actuación se encuentra seriamente mermada; aunque no puedan ignorarse otros factores, como la prima que tienen que soportar las empresas radicadas en España para obtener financiación y que una “desespañolización” de la actividad puede minorar. Otros factores que, en cualquier caso, no son tampoco ajenos a la actuación del Gobierno. ¿Es posible que estos movimientos corporativos supongan un empobrecimiento adicional de nuestra economía? ¿Podría Telefónica tener interés en radicar, en otras condiciones, esa nueva organización en algún lugar de España en vez de en Londres? ¿Pueden añadirse riesgos a la ya crónica dependencia energética española si el control de Repsol cambia de manos?
El todavía Ministro de Industria declaró que lo que pedía a Pemex, Sacyr y Repsol es que “dejen en paz al Gobierno”, y que lo que importa del movimiento de Telefónica es que “la sede corporativa sigue en España”. No parece, pues, que estas operaciones interesen ya mucho a un ejecutivo que en el pasado no se ha caracterizado precisamente por “dejar en paz” a las grandes empresas, baste recordar el caso de Endesa. Claro que en los minutos de la basura, lo que a uno le apetece es que le “dejen en paz”, y tomar cuanto antes el camino del vestuario.
Aunque para el panorama político estos sean los “minutos de la basura”, para la sociedad y la economía no lo son. Es más, a la vista de las convulsiones que estamos viviendo, que incluso nos han deparado un agosto absolutamente atípico en el plano informativo, se puede decir que en esta situación nos interesaría más que nunca que los minutos de la basura se acortasen todo lo posible, de forma que cuanto antes tengamos a alguien que vuelva a velar por el interés general. Porque a eso se dedican los Gobiernos, ¿o no?
Francisco Javier García Vieira es Ingeniero de Telecomunicación por la
Universidad Politécnica de Madrid, y PDD por el IESE Business School,
Universidad de Navarra. En su trayectoria profesional dentro del sector
privado se incluyen su paso por Telefónica Investigación y Desarrollo, por
Telefónica Móviles y por la start up tecnológica Banda Ancha S.A. Desde 2003
se encuentra vinculado al sector público, dentro de la entidad pública
empresarial Red.es, en la que ha venido desempeñando diversos cargos de
responsabilidad relacionados con las políticas públicas de fomento de la
Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Podemos tener más o menos ganas de que haya un cambio de gobierno y nos pueden gustar más o menos las medidas que el Gobierno adopta, pero ni el Gobierno está en funciones ni su capacidad de actuación se encuentra seriamente mermada. Además, creo que intentar trasladar la idea de que esto es así no nos ayuda.
El Gobierno estará en funciones el 20 de noviembre (artículo 101 de la Constitución) y hasta entonces tiene plena capacidad para ejercer todas las competencias que le corresponden.
El Gobierno nos ha cambiado la Constitución y si nadie lo remedia vuelve el impuesto sobre el patrimonio. Menos mal que su capacidad de actuación se encuentra seriamente mermada, si no, la III República.
Completamente de acuerdo. Por cierto, el título de este post coincide (casualmente, claro), con el discurso de cierto partido político durante los últimos meses.
Como decía aquel personaje del 1,2,3, “¿Por qué será…?”
Podemos tener más o menos ganas de que haya un cambio de gobierno y nos pueden gustar más o menos las medidas que el Gobierno adopta, pero ni el Gobierno está en funciones ni su capacidad de actuación se encuentra seriamente mermada. Además, creo que intentar trasladar la idea de que esto es así no nos ayuda.
El Gobierno estará en funciones el 20 de noviembre (artículo 101 de la Constitución) y hasta entonces tiene plena capacidad para ejercer todas las competencias que le corresponden.
El Gobierno nos ha cambiado la Constitución y si nadie lo remedia vuelve el impuesto sobre el patrimonio. Menos mal que su capacidad de actuación se encuentra seriamente mermada, si no, la III República.
Anda, resulta que estaba leyendo desde hace meses un blog de infiltrados del PP y yo sin enterarme…y eso que hace algunos posts algun comentarista de pro y muy pepero segun propia confesion acusaba a la coeditora de ser de UPYD.. Asi que les animo a seguir por esta senda de la terçera España donde decididamente a ningun partido o a sus afiliados y simpatizantes les gusta lo que escriben cuando nos les viene bien.
Anda, resulta que estaba leyendo desde hace meses un blog de infiltrados del PP y yo sin enterarme…y eso que hace algunos posts algun comentarista de pro y muy pepero segun propia confesion acusaba a la coeditora de ser de UPYD.. Asi que les animo a seguir por esta senda de la terçera España donde decididamente a ningun partido o a sus afiliados y simpatizantes les gusta lo que escriben cuando nos les viene bien.
Robespierre, ¿acaso piensa usted que a los afiliados de los partidos les gusta lo que hacen sus dirigentes? Muchos de ellos también son tercera España. Pero no han salido del armario. ¿Recuerdan a Felix Pastor Ridruejo poniendo a caldo, muy educadamente, eso sí, algunas politicas de Aznar? O a Gabriel Elorriaga antes del Congreso de Valencia? O a Nasarre y Trillo, en voz baja, sobre algunas políticas relacionadas con temas morales? Y podría seguir y seguir…
Pena que no terminen de ser consecuentes con lo que dicen en privado y, cuando las objeciones son importantes, rompan la disciplina de partido para que gane la libertad, aunque pierdan el sillón partitocrático… y el sueldo fijo de diputado, a complementar con el despachito de turno…. (Esto no va por Felix Pastor, pero sí por tantos otros…)
Robespierre, ¿acaso piensa usted que a los afiliados de los partidos les gusta lo que hacen sus dirigentes? Muchos de ellos también son tercera España. Pero no han salido del armario. ¿Recuerdan a Felix Pastor Ridruejo poniendo a caldo, muy educadamente, eso sí, algunas politicas de Aznar? O a Gabriel Elorriaga antes del Congreso de Valencia? O a Nasarre y Trillo, en voz baja, sobre algunas políticas relacionadas con temas morales? Y podría seguir y seguir…
Pena que no terminen de ser consecuentes con lo que dicen en privado y, cuando las objeciones son importantes, rompan la disciplina de partido para que gane la libertad, aunque pierdan el sillón partitocrático… y el sueldo fijo de diputado, a complementar con el despachito de turno…. (Esto no va por Felix Pastor, pero sí por tantos otros…)
Tiene mucha razón JJ. Y alguno de los que menciona si han salido del armario, el problema es que son la excepción que confirma la regla y digamos que su carrera política se resiente.
Tiene razón, Robespierre, pero para mí, salir del armario del TODO es que si uno consdera que Rajoy no es es lider que necesita el PP no vaya en las listas lideradas por una persona en la que no cree…. Y esa decisión no la toma casi nadie. Dejar el escaño es peor que aguantar ahí, aunque Rajoy o el lider de turno te ningunee por haber hablado alto y claro. Pasas a ser diputado de segunda o tercera fila, pero no te importa, y no te vas… Y así, ¿cuántos diputados “tercera España” hay en las filas de PSOE o PP? Más de los deseables…
Me parece bastante más admirable la actitud de Ignacio Camuñas, o de María SanGil o de otros, yéndose, que la de VIdal Cuadras, Elorriaga o algunos otros, marginados, pero aguantando como “funcionarios”…
Conclusión: hay que ver lo que les gusta para sí mismos lo público (el escaño, el cargo, los privilegios) a políticos de un partido que aboga por la privatización (para los demás, claro).
No en vano, los dirigentes del PP son prácticamente todoss funcionarios (Abogados del Estado, varios y varias; algún que otro Registrador por oposición, algún que otro Inspector e Inspectora de Hacienda, algún que otro Fiscal, etc.), eso sí, en servicios especiales con reserva de plaza, y sin predicar con el ejemplo de empezar por privatizarse a sí mismos, y no sólo a los demás.
Conclusión (II): Es curioso. Los disidentes “en la intimidad” (huy, esta expresión, ¿de qué me suena?), ¿por qué no emprenden? Recuerdo aquel libro de cierto ex presidente donde en una página decía: “creo en el emprendedor” y cantaba las virtudes de quien emprende, y en otra página un poco más adelante, ya en tono autista…, no, quiero decir, autobiográfico, decía: “yo me saqué unas oposiciones, claro, porque necesitaba estabilidad para formar una familia”.
Vaya, qué cosas… Qué prodigio de coherencia…
Se olvida Vd. de Nicolás Redondo Terreros. Porque todos los que cita, de nuevo casualmente, son de la misma procedencia. Diversifique Vd. un poco, hombre.
Felicidades Francisco, me encanta tu post J
Hace unos años leí un artículo que me pareció sugerente. En el decía que los partidos políticos están obligados a ofrecerles al pueblo el mejor candidato para ser Presidente. ¿Las personas más preparadas son Rubalcaba y Rajoy? Me niego a creerlo. Llama la atención de manera sobrenatural, cuanto peor esta un país, peores preparados se ven los candidatos a presidentes.
En la política (en teoría, al menos) primero se convence y luego se vence. Hoy día se vence (porque alguien tiene que salir, claro esta) y luego si eso…te convencen.
Tengo un problema. No me convence ninguno ¿Qué hago?…
Felicidades Francisco, me encanta tu post J
Hace unos años leí un artículo que me pareció sugerente. En el decía que los partidos políticos están obligados a ofrecerles al pueblo el mejor candidato para ser Presidente. ¿Las personas más preparadas son Rubalcaba y Rajoy? Me niego a creerlo. Llama la atención de manera sobrenatural, cuanto peor esta un país, peores preparados se ven los candidatos a presidentes.
En la política (en teoría, al menos) primero se convence y luego se vence. Hoy día se vence (porque alguien tiene que salir, claro esta) y luego si eso…te convencen.
Tengo un problema. No me convence ninguno ¿Qué hago?…
Tiene raxon MAT, podemos mencionar a Nicolas Redondo sin duda. Y a la mayor disidente publica de un partido, sra Rosa Diez que si no recuerdo mal dejo au escaño de eurodiputada y se fue a fundar su propio partido. No se si hay mas casos, de uno u otra procedencia, pero ciertamente si los hay conviene reconocerles el merito porque mo es nada frecuente.
Doña Elisa, me alegro que por fín haya manifestado públicamente su opción política, porque hasta ahora estaba camuflada.
Respecto de doña Rosa Díez, todos nos acordamos de lo que tragó y tragó y tragó cuando estuvo coaligada con el PNV, en el País Vasco. Me da la risa pensar que Rosa Díez es para ustad la salvación de España. Pero Elisa en ¿qué mundo vive? ¿Sabe lo que decía de ella el Sr. Arzalluz? Que era una pizpireta. Hasta Arzalluz se reía de ella. Informese mejor en el País Vasco sobre su admirada Rosa Díez.
Don Nicolás Redondo sí ha sido un hombre íntegro. También muy conocido en el País Vasco, pero para bien. Algún día se sabrá el chantaje emocional que sus “compañeros” de partido le aplicaron para lograr su dimisión. Esa sí que fue una auténtica “mierda” de política. ¿Dónde estaba Rosa Díez en ese momento?
Tiene raxon MAT, podemos mencionar a Nicolas Redondo sin duda. Y a la mayor disidente publica de un partido, sra Rosa Diez que si no recuerdo mal dejo au escaño de eurodiputada y se fue a fundar su propio partido. No se si hay mas casos, de uno u otra procedencia, pero ciertamente si los hay conviene reconocerles el merito porque mo es nada frecuente.
Manuel Jiménez de Parga habla de que nuestro régimen es de “diputados-empleados”. Lo que yo he querido decir es que algunos de esos “empleados” protestan contra el jefe que les mete en las listas, o más sutilmente no contra él pero si contra algunas de las políticas que el líder pilota. Cuando la discrepancia toma un tono relevante, lo más coherente es irse… Eso han hecho María San Gil, Nico Redondo y muchos otros…. Otros NO lo han hecho. No lo ha hecho Vidal Cuadras y tampoco Elorriaga, que hay que ver las cosas que decía de Rajoy, y con razón, en el 2008!!!! Ser coherente en política es muy infrecuente… En el PSOE hay un montón de diputados que, en privado, maldecían a ZP, pero en público eran bien disciplinados para seguir chupando del bote… Otro caso de coherencia…. Y así, casos por doquier…
Si solo nombré a unos y no a otros es porque solo se trataba de un ejemplo y porque no todos los ejemplos son igual de conocidos. Pero casos de estos hay en todos los partidos porque es una cuestión derivada de la legislación electoral y de partidos que tenemos…
JJ, no conocía la expresión de los diputados-empleados, es muy gráfica. Especialmente en estos días, en hay muchos que se han quedado en el paro o que se pueden quedar y se tienen que recolocar en las listas como sea Así hay las luchas internas que hay, es que se juegan el pan literalmente… Todo muy bien pero hay algo que se me escapa…¿esto no iba de representar a los ciudadanos? Esta gente que consigue entrar en las listas y salvar su empleo ¿se sentirá más en déuda con quien ha tenido la magnanimidad de colocarle allí o con sus supuestos representados?