Proteger a los denunciantes de actos de corrupción
En su Cumbre de noviembre de 2010 celebrada en Seúl, los líderes del G20 trataron de su agenda contra la corrupción e identificaron como una de sus prioridades establecer medidas de protección para los denunciantes: “Proteger de acciones discriminatorias y represalias a los denunciantes que informen de buena fe sobre actos sospechosos de corrupción (…)”. El Grupo de Trabajo Anti-corrupción del G20 encargó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico la preparación de un informe con propuestas para poner en práctica el objetivo señalado.
El 25 de noviembre pasado, la OCDE hizo publicó su informe, titulado “G20 Anti-Corruption Action Plan. Action point 7: Protection of Whistleblowers” .
Una traducción literal de “whistleblower” sería en español “soplador de silbato”, una traducción más correcta sería “soplón” y otra que sonara menos dura en nuestra cultura sería “denunciante”, si bien hay que aclarar que en inglés, en sentido estricto, el whistleblower es un denunciante dentro de la propia organización.
¿Qué entendemos por corrupción? El diccionario de la Real Academia Española la define de siguiente modo:”En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”. De otro lado, para la organización Transparency International “La corrupción es operacionalmente definida como el abuso del poder encomendado para [obtener] beneficio particular”.
No encontramos, sin duda, ante un asunto polémico. En este mismo blog las denuncias como post o comentario han sido en los últimos meses constantes. ¿Quién no está contra la corrupción desde una actitud ciudadana?
Pero nuestra cultura mediterránea-católica, alejada de aquella de los países anglosajones imbuidos de los principios luteranos y calvinistas mucho más estrictos, nos hace ser más tolerantes con la corrupción y desde luego mucho menos activos personal e institucionalmente contra ella. De otro modo no se explicarían determinados acontecimientos desde hace años en España. La corrupción es intrínseca a una dictadura pero en una democracia los mecanismos para actuar contra ella deben ser eficaces y parece haber un alto nivel de acuerdo en que no está siendo así. Muchos ejemplos podrían ponerse acerca de la tolerancia con la infracción de las normas establecidas, pero basta con hacer referencia al volumen del fraude fiscal que se estima entre un 20 y un 25 por ciento, el doble que en la zona euro. Según la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) la economía sumergida española superaba en 2008 el 17 por ciento del PIB con una media de 32.000 millones de euros anuales de fraude fiscal, cifra que según todos los expertos se ha incrementado en los últimos años.
El documento de la OCDE formula varias propuestas extraídas del abanico de mejores prácticas identificadas. Son las siguientes:
1. Establecer una clara legislación y un eficaz marco institucional que proteja de actuación discriminatoria o disciplinaria a los empleados que revelan a las autoridades, de buena fe y sobre bases razonablemente ciertas, actos sospechosos de inmoralidad o corrupción.
(v.gr. El requerimiento o fuerte estímulo a las empresas para implementar medidas de control que faciliten las denuncias, como controles internos, programas éticos, gestión del riesgo de fraudes, etc.)
2. La legislación establece una clara definición de la esfera de revelaciones protegidas y de las personas incluidas bajo la protección de la ley.
(v.gr. Están bajo protección los empleados del sector público y del sector privado, incluyendo no solo empleados fijos y funcionarios sino también consultores, contratistas, empleados temporales, antiguos empleados, voluntarios, etc.)
3. La legislación asegura que la protección ofrecida a los denunciantes es sólida y exhaustiva.
(v.gr. Protección de la identidad otorgando validez a los informes anónimos)
4. La legislación define claramente los procedimientos y establece los canales para facilitar la información de actos sospechosos de corrupción y anima al uso cómodo y protegido de canales accesibles de denuncia.
(v.gr. Fuerte estímulo a las empresas para establecer canales de denuncia interna)
5. La legislación asegura qué mecanismos efectivos de protección son establecidos incluyendo confiar a un comité específico que es responsable y está dotado de la responsabilidad de recibir e investigar quejas de represalias y/o investigaciones impropias, así como proveer una completa gama de soluciones.
(v.gr. Derechos de los denunciantes en los procedimientos judiciales como parte agraviada, con un derecho individual de actuación)
6. La implementación de la legislación de protección al denunciante apoyándola con un incremento de la concienciación, de la comunicación, la formación y evaluación periódicas de la eficacia del marco de protección.
(v.gr. El crecimiento de la concienciación dirigido al cambio de las percepciones culturales y actitud pública hacia las denuncias para que sean consideradas un acto de lealtad hacia las organizaciones)
Para terminar señalemos que, según la organización Transparency International, en 2010 España ocupaba el puesto número treinta en el Índice de Percepción de la Corrupción y, según declaraciones de los responsables de TI en España, habría bajado a la posición 31 en 2011.
Específicamente en lo que se refiere a nuestro país, el Barómetro Global de la Corrupción 2010 de dicha organización señala que solo el 3 por ciento de los ciudadanos encuestados consideran que la corrupción había descendido durante los últimos tres años, un 24 por ciento considera que se encontraba igual y el 73 por ciento considera que había aumentado. Un 74 por ciento manifestó que la acción del gobierno era ineficaz mientras que un 26 por ciento la consideró eficaz.
Es, pues, es ésta ciertamente una cuestión polémica que admite muchas matizaciones pero que es preciso afrontar. No se trata solo de las practicas de corrupción, unas veces presuntas y otras probadas por sentencias firmes de los tribunales, que permanentemente ocupan las portadas de nuestros medios de comunicación sino del hecho de que España, que es la cuarta economía de la zona euro y que está entre los diez países más desarrollados del mundo, no puede tolerar datos como los señalados anteriormente. Según el mismo informe de TI, en la Unión Europea nueve de cada diez personas se muestran dispuestas a denunciar un caso de corrupción del que puedan tener conocimiento. ¿Constituye ello, como parece, una de las características de una sociedad madura y sana cívicamente? ¿Se corresponde dicha actitud con la realidad cotidiana de nuestro país?
Administrador Civil del Estado. Ha sido Director general de la Inspección General de Servicios de la Administración Pública y Subsecretario de Asuntos Sociales.
Este artículo es muy pertinente, ya que, a pesar de los intentos de legislar sobre la corrupción en algunos países por razones sociológicas (cultura religiosa, flexibilidad ante los valores, hipocresia o doble moral aceptada, pocas posibilidades laborales, tradición de tráfico de influencia y clientelismo, etc.), hay un “dejación cívica, un “dejar hacer y dejar pasar” sobre este tema. La prueba más evidente es que en aquellos lugares donde se han abierto procesos judiciales contra actos corruptos cometidos desde los gobiernos los partidos en muchas ocasiones miran para otro lado, y, lo más grave, los ciudadanos en un acto vergonzoso, votan por esos mismos corruptos que están sub judice. Esto es descorazonador. Una democracia tiene que ser, en primer lugar, una democracia cívica, donde los ciudadanos sepan ejercer de manera eficaz sus derechos y cumplir sus deberes (incluídos los de tributación). Decir, como se dijo, frivolamente, que bajar impuestos es de izquierdas es una tontería, salvo que esa reducción se hiciera como consecuencia de haber descubierto grandes riquezas naturales (caso de Noruega, y allí, con una visión realmente de izquierda civilizada: ¡No se bajaron los impuestos!).
Según el barómetro de Transparencia Internacional las instituciones donde más ha crecido la corrupción son: en los partidos políticos, las Iglesias, la Justicia y en las ONG…Eso explica muchas cosas. desde el juicio a Garzón, hasta el triunfo electoral de grupos anclados en la ccorrupción (en ámbitos regionales, me refiero).
También me parece que hay que investigar más la corrupción en el ámbito de las empresas ya que si bien en los países en desarrollo los niveles de corrupción comienzan (¿?) a ser disfuncionales para la buena marcha de la economía, lo cierto es que las empresas están dispuestos a ceder comisiones en aras de buscar nichos de negocios. Esa alianza entre politicos y funcionarios corruptos no suele ser aireada como se debe. Un ejemplo, que particularmente conozco bien, en el caso de mi país natal, la república Dominicana, tenemos uno de llos gobiernos más corruptos de toda su historia, pero sin embargo, el presidente que lo he definidoi como “El ggran corruptor”, como es un practicante de hablar como un liberal y un “progresista” y actuar como un político tradicional clientelista y auspiciador de la corrupción para sí y sus allegados, y servir ciertos intereses de los países influyentes en RD, no recibe ninguna critica en la prensa internacional sobre sus acciones corruptas. En españa, es notorio que el diario El País, en un monitoreo del mismo, no haya escrito NUNCA un articulo de exposición (no digo de denuncia) de todo esto. La razón, quizás, es que hay lazops de negocios entre los empresarios del Grupo santillana etc. con el gobierno, y en el colmo de los colmos de algo que linda la corrupción, el hasta pocos meses atrás corresponsal de El País en ese país caribeño era a la vez el jefe de comunicación de la Fundación que dirige personalmente el presidente de la RD, Leonel Fernández. Hay pues un quid pro quo entre ciettos medios de prensa y los corruptos.
En fin, un articulo muy interesante el de mi amigo Javier Valero. Lo felicito por el mismo y espero que ayuda a crear más conciencia de la lucha contra la corrupción es una lucha por la democracia y por los interes de todos los ciudadanos independientemente de su adscripción política.
¡Caramba! Es especialmente interesante conocer los intringulis de los intereses de los periódicos y de los grupos de comunicación. Lo que dice Carlos sobre el silencio de un periódico tan prestigioso como EL PAÍS sobre lo que sucede en la República Dominicana resulta demoledor. En fin, cada día perdemos un poco más de nuestra inocencia.
La corrupción nos repugna, y es verdad que estamos casi desarmados para combatirla, pero cuánto miedo me da una sociedad de delatores anónimos ignorantes, desinformados y manipulados.
La corrupcion en el sistema democrático es algo real.Menor que en las dictaduras pero existente.La sociedad debe reaccionar fuertemente contra estos episodios , sobre todo cuando conciernen a instituciones públicas o privadas de relieve.Notese que en España los episodios publicos se refieren esencialmente a Comunidades Autonomas y Ayuntamientos, no a la Administracion general del Estado.Es pues necesario fortalecer por una parte los controles internos a cargo de funcionarios profesionales y por otra endurecer la legislacion respectoa los responsables politicos o institucionales.Buen artículo.
Desde luego algo hay que hacer en España para dejar de estar permamentemente con los telediarios, los noticiario de radio y las portada de los periódicos abriendo con noticias relativas a la corrupción que afectan, urbi et orbi, desde a un chofer de la Junta de Andalucia hasta a un yerno del Rey. Y es especialmente preocupante que proceso de berlusconización que ha sufrido la sociedad española, esto es los ciudadanos de España, que una y otra vez votan localmente a políticos que se encuentran imputados y procesados que consideran su reelección como una absolución a sus presuntos delitos. Algo huele a podrido en España…
En un Pais donde uno de los dichos más populares es: “El que tiene padrinos se bautiza”, es casi asombroso que haya quien se atreva a escribir un artículo en los términos que vemos.
Me parece simplemente maravilloso, me encantaría ver como los corruptos son juzgados y condenados, tantos años, que jamás puedan disfrutar de los beneficios que consiguieron. Más todavía, que mientras no devuelvan a la sociedad hasta el último céntimo, no puedan entrar en ningún beneficio carcelario.
También debieran de modificarse las leyes, triplicando las penas para los que están en posición de dominio, como por ejemplo lo son los políticos, funcionarios y jueces.
No tiene sentido y valga como ejemplo, que se juzgue a un señor por recibir el regalo de unos trajes y se deje impune a otro por recibir regalos de millones en obras.
La corrupción e España es la gran sospech,a ante la gran mayoría de favores que obtienen algunos, ante muchas de las licencias de obras que nos rodean, ante el extraño y rápido enriquecimiento e incluso ante las dádivas que parecen destinadas a causas extrañas y/o países donde cualquiera, por un pequeño pico, firma el recibí. No son solamente las personas la que nos parecen corruptas, también sindicatos y partidos políticos.
Hasta donde llegaría nuestra capacidad social, si las obras se pagasen por lo que realmente valen, cuanto más tendríamos disponible.
Como me gusta que haya quien escribe artículos como el presente, es fantástico que empiece a haber una inquietud en esta dirección, gracias Sr Valero, ójala veamos crecer esta sensibilidad y sus efectos.
Un pertinente artículo, como dice el amigo Carlos Báez, que vuelve a demostrar cómo hay personas-en este caso Javier Valero- que son capaces de manifestar y articular lo que pensamos muchos servidores públicos. Las carencias del ordenamiento jurídico-público en estos ámbitos, la falta de conciencia de “lo justo y lo injusto” por parte de algunos profesionales del sector público y sus connivencias con el sector privado nunca denunciadas, y a la postre la sensación de impunidad que cataliza la generación de prácticas corruptas, denotan una gran falta de voluntad política que todos los ciudadanos estamos pagando muy cara.
Pero quizá los errores cometidos nos enseñen alguna vez y seamos capaces de reclamar estas reformas “desde dentro”.
Enhorabuena.
Como siempre Valero nos aporta un momento de reflexión estructurada y del mayor interés en estos momentos.
En este ámbito, quisiera señalar que me parece singularmente importante y necesario el establecimiento de un marco jurídico protector del denunciante.como señala Valero en consonancia con la OCDE y, junto con ello, quisiera añadir que considero preciso, en el día a día, para nosotros, los gestores públicos, y , por supuesto, para cualquier gestor y mas aún de fondos públicos, la absoluta observancia de los principios, las normas y los procedimientos administrativos a la hora de llevar a cabo la acción y la actividad administrativa. Esta observancia puede ocasionar incluso problemas en las relaciones de jerarquía, como es notorio.
En fin, gracias por este excelente post!!!
A efectos dialécticos y con el debido respeto me voy a permitir discrepar sobre la metodología que, en definitiva, se basa en la adición de controles y controles sobre más controles que milagrosamente nunca funcionan.
Creo que esto es así porque abordamos el problema desde una perspectiva quasi religiosa en vez de hacerlo desde al ángulo más certero y frío de los sistemas cibernéticos.
Al hacerlo nos fiamos de lo mejor de nuestra tradición maniquea y abordamos el asunto armados de preceptos acerca del bien y del mal moral y de las viejas técnicas de la amenaza del fuego del infierno bajo el ojo implacable de un dios que todo lo vé. Pero, en realidad, estamos ante un sistema que necesariamente tiende a generar el problema y que necesita impedir su erradicación.
Me explico.
La base de la corrupción es el poder excesivo. Su dimensión, discrecionalidad, capacidad de negar, dificultar o facilitar.
Si estas capacidades están presentes habrá corrupción. No la habría si, como en algunos lugares del mundo, no hiciera falta licencia para construir una vivienda en tu tierra o si la aprobación sólo pudiese venir, caso a caso, de un referéndum de nuestros vecinos municipales.
Hace poco, vimos en titulares la célebre “enmienda del ladrillo“. Una enmienda a la ley de presupuestos para favorecer, en su papel de accionistas de otras, a dos compañías concretas en contra de los intereses de alrededor de un millón de accionistas y en clara violación de normas de proporcionalidad democrática mercantil. Hay otros ejemplos de este tenor en el proceloso mundo burocrático de la UE y en los Lobbies al otro lado. Tendemos a focalizar la corrupción en el urbanismo pero esa no es la parte más grave, ni siquiera la más importante.
Hace unos días un gobernante bien cercano hace exactamente lo contrario de lo que dijo hace diez días y cae en ello por un motivo: Pone las prioridades electorales de su partido por encima de su obligación como gobernante.
Esto es corrupción al más alto nivel.
Cuando en Arbat, el barrio moscovita, un SUV va tirando fajos de rublos por la ventanilla y la policía que le persigue por ir a 160 se detiene a recogerlos, lo que vemos es una migaja porque lo gordo, lo importante, es legal.
No somos tan diferentes, sólo más discretos. Hace tiempo que entre las “Core Competencies” de no pocas grandes compañías figura la interrelación con los poderes públicos. En contrataciones y regulaciones se han convertido en cruciales.
Por otra parte existe la tentación de resolver los problemas con controles. No es buen camino, tiene un límite muy bajo.
Añadir controles es caro y contraproducente. El ejemplo típico es nuestro urbanismo en el cual hay que comprar a todos. Los que están, los que podrían llegar a estar y los que podrían gritar. Acabamos de verlo.
Esto sucede siempre que se pierde calidad democrática y se sustituye al ciudadano o a la ley por decisiones del poder.
Por eso hay gente que, de broma, dice que el sistema está tan podrido que a lo mejor lo que hace el SUV de Arbat es una forma de repartir la felicidad con el pueblo.
Saludos
Este artículo es muy pertinente, ya que, a pesar de los intentos de legislar sobre la corrupción en algunos países por razones sociológicas (cultura religiosa, flexibilidad ante los valores, hipocresia o doble moral aceptada, pocas posibilidades laborales, tradición de tráfico de influencia y clientelismo, etc.), hay un “dejación cívica, un “dejar hacer y dejar pasar” sobre este tema. La prueba más evidente es que en aquellos lugares donde se han abierto procesos judiciales contra actos corruptos cometidos desde los gobiernos los partidos en muchas ocasiones miran para otro lado, y, lo más grave, los ciudadanos en un acto vergonzoso, votan por esos mismos corruptos que están sub judice. Esto es descorazonador. Una democracia tiene que ser, en primer lugar, una democracia cívica, donde los ciudadanos sepan ejercer de manera eficaz sus derechos y cumplir sus deberes (incluídos los de tributación). Decir, como se dijo, frivolamente, que bajar impuestos es de izquierdas es una tontería, salvo que esa reducción se hiciera como consecuencia de haber descubierto grandes riquezas naturales (caso de Noruega, y allí, con una visión realmente de izquierda civilizada: ¡No se bajaron los impuestos!).
Según el barómetro de Transparencia Internacional las instituciones donde más ha crecido la corrupción son: en los partidos políticos, las Iglesias, la Justicia y en las ONG…Eso explica muchas cosas. desde el juicio a Garzón, hasta el triunfo electoral de grupos anclados en la ccorrupción (en ámbitos regionales, me refiero).
También me parece que hay que investigar más la corrupción en el ámbito de las empresas ya que si bien en los países en desarrollo los niveles de corrupción comienzan (¿?) a ser disfuncionales para la buena marcha de la economía, lo cierto es que las empresas están dispuestos a ceder comisiones en aras de buscar nichos de negocios. Esa alianza entre politicos y funcionarios corruptos no suele ser aireada como se debe. Un ejemplo, que particularmente conozco bien, en el caso de mi país natal, la república Dominicana, tenemos uno de llos gobiernos más corruptos de toda su historia, pero sin embargo, el presidente que lo he definidoi como “El ggran corruptor”, como es un practicante de hablar como un liberal y un “progresista” y actuar como un político tradicional clientelista y auspiciador de la corrupción para sí y sus allegados, y servir ciertos intereses de los países influyentes en RD, no recibe ninguna critica en la prensa internacional sobre sus acciones corruptas. En españa, es notorio que el diario El País, en un monitoreo del mismo, no haya escrito NUNCA un articulo de exposición (no digo de denuncia) de todo esto. La razón, quizás, es que hay lazops de negocios entre los empresarios del Grupo santillana etc. con el gobierno, y en el colmo de los colmos de algo que linda la corrupción, el hasta pocos meses atrás corresponsal de El País en ese país caribeño era a la vez el jefe de comunicación de la Fundación que dirige personalmente el presidente de la RD, Leonel Fernández. Hay pues un quid pro quo entre ciettos medios de prensa y los corruptos.
En fin, un articulo muy interesante el de mi amigo Javier Valero. Lo felicito por el mismo y espero que ayuda a crear más conciencia de la lucha contra la corrupción es una lucha por la democracia y por los interes de todos los ciudadanos independientemente de su adscripción política.
La corrupción nos repugna, y es verdad que estamos casi desarmados para combatirla, pero cuánto miedo me da una sociedad de delatores anónimos ignorantes, desinformados y manipulados.
La corrupcion en el sistema democrático es algo real.Menor que en las dictaduras pero existente.La sociedad debe reaccionar fuertemente contra estos episodios , sobre todo cuando conciernen a instituciones públicas o privadas de relieve.Notese que en España los episodios publicos se refieren esencialmente a Comunidades Autonomas y Ayuntamientos, no a la Administracion general del Estado.Es pues necesario fortalecer por una parte los controles internos a cargo de funcionarios profesionales y por otra endurecer la legislacion respectoa los responsables politicos o institucionales.Buen artículo.
Desde luego algo hay que hacer en España para dejar de estar permamentemente con los telediarios, los noticiario de radio y las portada de los periódicos abriendo con noticias relativas a la corrupción que afectan, urbi et orbi, desde a un chofer de la Junta de Andalucia hasta a un yerno del Rey. Y es especialmente preocupante que proceso de berlusconización que ha sufrido la sociedad española, esto es los ciudadanos de España, que una y otra vez votan localmente a políticos que se encuentran imputados y procesados que consideran su reelección como una absolución a sus presuntos delitos. Algo huele a podrido en España…
En un Pais donde uno de los dichos más populares es: “El que tiene padrinos se bautiza”, es casi asombroso que haya quien se atreva a escribir un artículo en los términos que vemos.
Me parece simplemente maravilloso, me encantaría ver como los corruptos son juzgados y condenados, tantos años, que jamás puedan disfrutar de los beneficios que consiguieron. Más todavía, que mientras no devuelvan a la sociedad hasta el último céntimo, no puedan entrar en ningún beneficio carcelario.
También debieran de modificarse las leyes, triplicando las penas para los que están en posición de dominio, como por ejemplo lo son los políticos, funcionarios y jueces.
No tiene sentido y valga como ejemplo, que se juzgue a un señor por recibir el regalo de unos trajes y se deje impune a otro por recibir regalos de millones en obras.
La corrupción e España es la gran sospech,a ante la gran mayoría de favores que obtienen algunos, ante muchas de las licencias de obras que nos rodean, ante el extraño y rápido enriquecimiento e incluso ante las dádivas que parecen destinadas a causas extrañas y/o países donde cualquiera, por un pequeño pico, firma el recibí. No son solamente las personas la que nos parecen corruptas, también sindicatos y partidos políticos.
Hasta donde llegaría nuestra capacidad social, si las obras se pagasen por lo que realmente valen, cuanto más tendríamos disponible.
Como me gusta que haya quien escribe artículos como el presente, es fantástico que empiece a haber una inquietud en esta dirección, gracias Sr Valero, ójala veamos crecer esta sensibilidad y sus efectos.
Un pertinente artículo, como dice el amigo Carlos Báez, que vuelve a demostrar cómo hay personas-en este caso Javier Valero- que son capaces de manifestar y articular lo que pensamos muchos servidores públicos. Las carencias del ordenamiento jurídico-público en estos ámbitos, la falta de conciencia de “lo justo y lo injusto” por parte de algunos profesionales del sector público y sus connivencias con el sector privado nunca denunciadas, y a la postre la sensación de impunidad que cataliza la generación de prácticas corruptas, denotan una gran falta de voluntad política que todos los ciudadanos estamos pagando muy cara.
Pero quizá los errores cometidos nos enseñen alguna vez y seamos capaces de reclamar estas reformas “desde dentro”.
Enhorabuena.
Como siempre Valero nos aporta un momento de reflexión estructurada y del mayor interés en estos momentos.
En este ámbito, quisiera señalar que me parece singularmente importante y necesario el establecimiento de un marco jurídico protector del denunciante.como señala Valero en consonancia con la OCDE y, junto con ello, quisiera añadir que considero preciso, en el día a día, para nosotros, los gestores públicos, y , por supuesto, para cualquier gestor y mas aún de fondos públicos, la absoluta observancia de los principios, las normas y los procedimientos administrativos a la hora de llevar a cabo la acción y la actividad administrativa. Esta observancia puede ocasionar incluso problemas en las relaciones de jerarquía, como es notorio.
En fin, gracias por este excelente post!!!
A efectos dialécticos y con el debido respeto me voy a permitir discrepar sobre la metodología que, en definitiva, se basa en la adición de controles y controles sobre más controles que milagrosamente nunca funcionan.
Creo que esto es así porque abordamos el problema desde una perspectiva quasi religiosa en vez de hacerlo desde al ángulo más certero y frío de los sistemas cibernéticos.
Al hacerlo nos fiamos de lo mejor de nuestra tradición maniquea y abordamos el asunto armados de preceptos acerca del bien y del mal moral y de las viejas técnicas de la amenaza del fuego del infierno bajo el ojo implacable de un dios que todo lo vé. Pero, en realidad, estamos ante un sistema que necesariamente tiende a generar el problema y que necesita impedir su erradicación.
Me explico.
La base de la corrupción es el poder excesivo. Su dimensión, discrecionalidad, capacidad de negar, dificultar o facilitar.
Si estas capacidades están presentes habrá corrupción. No la habría si, como en algunos lugares del mundo, no hiciera falta licencia para construir una vivienda en tu tierra o si la aprobación sólo pudiese venir, caso a caso, de un referéndum de nuestros vecinos municipales.
Hace poco, vimos en titulares la célebre “enmienda del ladrillo“. Una enmienda a la ley de presupuestos para favorecer, en su papel de accionistas de otras, a dos compañías concretas en contra de los intereses de alrededor de un millón de accionistas y en clara violación de normas de proporcionalidad democrática mercantil. Hay otros ejemplos de este tenor en el proceloso mundo burocrático de la UE y en los Lobbies al otro lado. Tendemos a focalizar la corrupción en el urbanismo pero esa no es la parte más grave, ni siquiera la más importante.
Hace unos días un gobernante bien cercano hace exactamente lo contrario de lo que dijo hace diez días y cae en ello por un motivo: Pone las prioridades electorales de su partido por encima de su obligación como gobernante.
Esto es corrupción al más alto nivel.
Cuando en Arbat, el barrio moscovita, un SUV va tirando fajos de rublos por la ventanilla y la policía que le persigue por ir a 160 se detiene a recogerlos, lo que vemos es una migaja porque lo gordo, lo importante, es legal.
No somos tan diferentes, sólo más discretos. Hace tiempo que entre las “Core Competencies” de no pocas grandes compañías figura la interrelación con los poderes públicos. En contrataciones y regulaciones se han convertido en cruciales.
Por otra parte existe la tentación de resolver los problemas con controles. No es buen camino, tiene un límite muy bajo.
Añadir controles es caro y contraproducente. El ejemplo típico es nuestro urbanismo en el cual hay que comprar a todos. Los que están, los que podrían llegar a estar y los que podrían gritar. Acabamos de verlo.
Esto sucede siempre que se pierde calidad democrática y se sustituye al ciudadano o a la ley por decisiones del poder.
Por eso hay gente que, de broma, dice que el sistema está tan podrido que a lo mejor lo que hace el SUV de Arbat es una forma de repartir la felicidad con el pueblo.
Saludos
Aquí en Inglaterra para acabar con el fraude, tanto a la SS como de corruptos hay un tfno anónimo para denuncias. Si denuncias y el denunciado acaba siendo condenado por fraude, te pagan del orden de los €400. Si sabes que tu vecino está cobrando el paro y trabajando en negro, lo denuncias. Si sabes que el dentista no da facturas, también.
http://www.direct.gov.uk/en/MoneyTaxAndBenefits/BenefitsTaxCreditsAndOtherSupport/BenefitFraud/DG_10014876
Aquí en Inglaterra para acabar con el fraude, tanto a la SS como de corruptos hay un tfno anónimo para denuncias. Si denuncias y el denunciado acaba siendo condenado por fraude, te pagan del orden de los €400. Si sabes que tu vecino está cobrando el paro y trabajando en negro, lo denuncias. Si sabes que el dentista no da facturas, también.
http://www.direct.gov.uk/en/MoneyTaxAndBenefits/BenefitsTaxCreditsAndOtherSupport/BenefitFraud/DG_10014876
Como señala el autor, no podemos tolerar que España haya retrocedido en el ranking internacional !hasta cuatro posiciones en la valoración de transparencia internacional!. La sociedad debe implicarse en la lucha contra la corrupción. Estoy a favor de proteger a los denunciantes;.quien denuncia con fundamento un caso de corrupción no es un chivato, es una persona que actúa con lealtad social y merece nuestro agradecimiento.
Como señala el autor, no podemos tolerar que España haya retrocedido en el ranking internacional !hasta cuatro posiciones en la valoración de transparencia internacional!. La sociedad debe implicarse en la lucha contra la corrupción. Estoy a favor de proteger a los denunciantes;.quien denuncia con fundamento un caso de corrupción no es un chivato, es una persona que actúa con lealtad social y merece nuestro agradecimiento.
Un muy pertinente post. Los que mejor conocen los casos de corrupción son sin duda los que están dentro de las organizaciones o los que están mas cercanos, y necesitamos que los denuncien. Y también necesitamos mas transparencia dado que es evidente que los intereses empresariales de muchos medios, y mas ahora en época de crisis, van a impedir que denuncien o hablen de corrupciones o escándalos que afecten a us patronos o patrocinadores.
[…] ¿Qué entendemos por corrupción? El diccionario de la Real Academia Española la define de siguiente modo:”En las organizaciones, especialmente en las …hayderecho.com/…/proteger-a-los-denunciantes-de-actos-de-c… […]