Los paraísos fiscales, la banca, el blanqueo de capitales y otras esferas de arbitrariedad política y económica
Hace pocos días asistí a la presentación multitudinaria ofrecida por una entidad bancaria que abría nuevas oficinas en mi ciudad, en la que se expusieron en detalle los espectaculares ratios de la entidad en todos los coeficientes típicos de la banca, y se detalló un ambicioso plan de expansión en la región para los próximos años. Dicha entidad, según nos explicaron sus directivos a todos los presentes, pertenece desde hace un tiempo a un grupo bancario radicado en un paraíso fiscal, y ofrece sus servicios de inversión a través de una red de oficinas situadas en Suiza, Liechtenstein, Panamá, Uruguay y Andorra, entre otras. La presentación contó con la presencia de buen número de políticos, entre ellos algunas de las principales autoridades de la Comunidad Autónoma, que hicieron discursos loando la presencia de dicha entidad en la ciudad, y considerando que tal presencia activa constituiría una importante contribución a la tan esperada y necesaria recuperación económica.
Mientras tanto, un grupo de profesionales jurídicos que nos encontrábamos en un rincón del amplio salón, sonreíamos nerviosamente sin poder salir de nuestro asombro. Discretamente, en reducido corrillo, estuvimos comentando que cualquier operación, aunque fuera de cuantía insignificante, procedente de cualquiera de los países de los que nos estaban ofreciendo en ese momento sus atentos y eficaces servicios financieros, nos supondría un enorme trajín de comunicaciones a los órganos encargados de la prevención del blanqueo de capitales, con unas responsabilidades exorbitantes para todos nosotros en caso del más mínimo error, descuido o incumplimiento. Y ello nos resultaba a todos especialmente sorprendente y hasta paradójico, tras haber vivido en nuestra tierra, no hace demasiado tiempo, algunas intervenciones espectaculares relacionadas de algún modo con estas materias.
Pero muy al margen de nuestras preocupaciones, las principales autoridades económicas de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento de la ciudad, en unión de buen número de empresarios, tras los laudatorios discursos de rigor, bendecían -canapé y copa en mano- la presencia de dicha entidad y la amabilidad de sus directivos, congraciándose todos de que alguna empresa importante realice un plan de expansión en la región los momentos tan delicados que nos está tocando vivir.
Por otro lado, las personas medianamente informadas conocemos que determinadas emisiones de participaciones preferentes realizadas en los últimos años por determinadas Cajas de Ahorros y otras entidades financieras se realizaron, por evidentes razones de ahorro fiscal, desde algunos paraísos fiscales, con la bendición expresa del Banco de España. También que ciertos bancos extranjeros, y algunos nacionales, radicados en nuestro país, y con pleno conocimiento del supervisor, ofrecen sin ningún rubor inversiones en fondos de Liechtenstein, Suiza o Singapur, o la simple apertura de cuentas en tales países, o en cualesquiera otros, para facilitar la salida de fondos de España ante un eventual abandono del euro. Incluso sabemos que el propio Gobierno de la nación ha ofrecido públicamente una sorprendente amnistía fiscal a contribuyentes titulares de fondos opacos, cuestión que ha sido brillantemente comentada en el blog por mi compañero y amigo Jesús Morote en este post, para conseguir, tapándose la nariz, una repatriación parcial de los mismos. Además, nuestra maravillosa Unión Europea consiente la existencia de múltiples paraísos fiscales literalmente adosados a sus fronteras (Andorra, Gibraltar, Islas del Canal de la Mancha, Liechtenstein, Mónaco), sin adoptar medida alguna que dificulte o frene el inevitable tráfico de fondos entre lugares tan cercanos, y sin contribuir eficazmente a su desaparición, especialmente ahora que parece toca cerrar los ojos dadas las dificultades económicas de muchos gobiernos del continente.
Y, visto todo ello, un jurista responsable acaba por preguntarse… ¿a qué estamos jugando en este país y en Europa en general?, ¿a qué debemos atenernos los profesionales jurídicos en nuestro cada vez más complejo trabajo diario?, ¿cómo se explica todo lo antes expuesto mientras nosotros vivimos prácticamente aterrorizados a diario por la agobiante normativa de prevención del blanqueo de capitales?, ¿puede un banco que ofrece llevarse el dinero a Panamá o a Liechtenstein estar abierto legalmente –y bendecido por las autoridades- a escasos metros de una notaría en donde todo eso está proscrito bajo las más graves amenazas?, ¿resulta serio todo esto?
En un post anterior ya expuse mi opinión, fundamentada en una triste experiencia personal, sobre la hiperdesarrollada legislación del blanqueo de capitales y el uso arbitrario que se hace de la figura en los últimos tiempos, especialmente en un mundo globalizado y con una inevitable, necesaria y lícita contratación transnacional. Que nadie me acuse de ser contrario a la persecución de la delincuencia internacional, que la hay, y en abundancia. Soy el primero que reclama la máxima contundencia y eficacia contra cualquier tipo de delito. Pero es un hecho que en España se ha utilizado la normativa antiblanqueo “a la carta”, para unos sí y para otros no. Mientras los modestos profesionales jurídicos nos la jugamos cada día, la gran banca y los poderosos amigos de los gobiernos de turno tienen barra libre, muchas veces consagrada legislativamente, para hacer lo que quieran con los fondos que manejan. Y los propios gobiernos -y a los hechos vividos en persona me remito- utilizan esta normativa en determinadas ocasiones con la mayor arbitrariedad posible, para montar “numeritos” mediáticos en lugares de su interés, o para perseguir a determinados enemigos económicos o políticos propios o de algunos países amigos o aliados. La gran mayoría de operaciones espectaculares “antiblanqueo” en las zonas turísticas están acabando en los Tribunales, pese a que sus instigadores andan por ahí “sacando pecho”, con meras condenas tributarias por Impuesto de Transmisiones, Renta de no Residentes o Patrimonio. De blanqueo, nada o casi nada. O sea que están utilizando espúreamente el claramente tipificado delito de blanqueo de capitales para hacer inspecciones fiscales más contundentes de lo normal, o para retransmitir por los medios de comunicación actuaciones intimidantes para “aviso a los navegantes”. Y, en la realidad, el blanqueo de capitales es un delito no tan extendido como algunos nos quieren vender, pero mucho más importante y que requiere una persecución discreta, eficaz y muy especializada.
En definitiva señores, seamos serios. En esta materia, y por desgracia en bastantes otras, este es un país de opereta, con el anterior gobierno, con éste y me temo que con el que venga. Los delitos económicos, y todos los demás, no se deben persiguir “a la carta”, ni por modas o por conveniencias políticas o económicas. La justicia está obligada a ser ciega, y como tal -con sus ojos vendados- se representa en todos los edificios públicos donde se ejerce. Pero aquí muchos se levantan la venda de los ojos -para echar un rápido vistazo, no se vaya a mosquear alguien poderoso- con demasiada facilidad….
Muy buen post. Está claro que la política es un ejercicio permanente de hipocresía. No debiera ser así, pero lo es. Y lo de la justicia ciega, eso ya me parece enternecedor… Ni un chaval de trece años se traga ya esa idea vana…
Muy interesante, Alvaro, no había caído en que aquí tenemos una justicia y unas normas «a la carta» con la que los gobiernos de turno pueden jugar según sus amigos importantes se porten más o menos bien. El problema como bien dices es que los juristas «serios» incluidos los jueces trabajamos mucho para prevenir conductas que al parecer no son tan reprensibles por lo menos si las comete gente importante o que va a «crear empleo». Y las normas, ya se sabe, se pueden relajar para alcanzar tan importante objetivo..Esto me recuerda a lo de Eurovegas. Que vengan empleos, de lo que sea y como sea. En fín.
Piensa:
a) Quién se lleva el dinero a paraísos fiscales.
b) Quién manda en España, con independencia del partido que gobierne.
Dos y dos son siempre cuatro, querido Alvaro; caéte ya del guindo.
Esto es una Democracia Latrocínica, y al parecer al pueblo le gusta bastante, ya que la sigue votando masivamente. Y cuanto más golfos son, más mayoría obtienen (véase Mas, Pujol… etc).
A disfrutar, por tanto.
No entiendo por qué, si el acto fue multitudinario, los lectores del blog nos hemos de quedar sin saber de qué comunidad, municipio y entidad financiera estamos hablando.
Lo de que tenemos una justicia a la carta no es ningún descubrimiento: los indultos a chorizos (sólo si son políticos) y policías son una muestra de ello: http://trabajasoestasliberado.blogspot.com.es/2012/11/torturadores-apatrullando-la-ciudad.html
Juan, si pincha en la biografía del autor, o repasa muchos de sus anteriores post, la CA y la ciudad son bastante claras…
A todos los lectores recomiendo que no se pierdan no solamente este post, sino el que Alvaro dedica a los peligros de un uso ejemplarizante del Código Penal, y que está enlazado en éste.
Muy buen post. Está claro que la política es un ejercicio permanente de hipocresía. No debiera ser así, pero lo es. Y lo de la justicia ciega, eso ya me parece enternecedor… Ni un chaval de trece años se traga ya esa idea vana…
Muy interesante, Alvaro, no había caído en que aquí tenemos una justicia y unas normas «a la carta» con la que los gobiernos de turno pueden jugar según sus amigos importantes se porten más o menos bien. El problema como bien dices es que los juristas «serios» incluidos los jueces trabajamos mucho para prevenir conductas que al parecer no son tan reprensibles por lo menos si las comete gente importante o que va a «crear empleo». Y las normas, ya se sabe, se pueden relajar para alcanzar tan importante objetivo..Esto me recuerda a lo de Eurovegas. Que vengan empleos, de lo que sea y como sea. En fín.
Piensa:
a) Quién se lleva el dinero a paraísos fiscales.
b) Quién manda en España, con independencia del partido que gobierne.
Dos y dos son siempre cuatro, querido Alvaro; caéte ya del guindo.
Esto es una Democracia Latrocínica, y al parecer al pueblo le gusta bastante, ya que la sigue votando masivamente. Y cuanto más golfos son, más mayoría obtienen (véase Mas, Pujol… etc).
A disfrutar, por tanto.
No entiendo por qué, si el acto fue multitudinario, los lectores del blog nos hemos de quedar sin saber de qué comunidad, municipio y entidad financiera estamos hablando.
Lo de que tenemos una justicia a la carta no es ningún descubrimiento: los indultos a chorizos (sólo si son políticos) y policías son una muestra de ello: http://trabajasoestasliberado.blogspot.com.es/2012/11/torturadores-apatrullando-la-ciudad.html
Juan, si pincha en la biografía del autor, o repasa muchos de sus anteriores post, la CA y la ciudad son bastante claras…
A todos los lectores recomiendo que no se pierdan no solamente este post, sino el que Alvaro dedica a los peligros de un uso ejemplarizante del Código Penal, y que está enlazado en éste.
¿Saben los lectores que las tasas judiciales se pueden pagar con «dinero negro»?
Hoy todos los medios de comunicación recogen de forma destacada la detención de Gerardo Díaz Ferrán, ex presidente de la CEOE y ex propietario de Spanair y Viajes Marsans por un presunto delito de blanqueo de capitales. No le conozco de nada, pero resulta que las empresas de este señor estan en concurso de acreedores, que se está tramitando ante un Juez, y que todo el mundo sabe desde hace años lo que ha pasado con ellas, estando sus bienes embargados por la justicia desde hace tiempo por varios procedimientos en curso. ¿Por qué una acusación de blanqueo permite una detención mediática cuando toda su actividad está ya siendo investigada judicialmente desde hace varios años por varios juzgados? ¿Alguien ha decidido montar ahora un numerito con este señor? ¿Por qué no se siguen las investigaciones en curso desde hace años, se le juzga y se le condena o se le absuelve? ¿Beneficia a alguien que ahora le apliquen la «pena del telediario»?¿Se difuminará luego el blanqueo como en tantos otros casos dando lugar a las típicas acusaciones tributarias o mercantiles? Parece que todos los gobiernos necesitan algo de espectáculo judicial de vez en cuando, y el blanqueo de capitales (que pocas veces susbsiste hasta el final de la investigación) les brinda la excusa perfecta. ¿Por qué? ¿Qué tiene este delito que lo haga «peor» que los demás, que ya llevan tiempo bajo investigación? No pretendo hacer una defensa de este señor pero, siguiendo an la línea de mi post, esto huele a maniobra político-judicial… Como tantas otras….
Estimado articulista,
Encuentro interesante su opinión y relato. Por ello, le pedimos permiso para reproducirlo con expresión de autor y fuente en nuestro portal especializado en compliance y prevención del lavado/blanqueo de activos: http://www.controlcapital.net
En un intento de añadir, no excusa, pero sí explicación de alguans de las situaciones que describe me permito comentar los siguiente:
De acuerdo con la idea de la hiperdesarrollada legislación del blanqueo de capitales en los últimos tiempos . No es consuelo pero en otros países es mucho peor y con consecuencias sancionadoras graves. La desviación tiene origen en la obligación derivada de los estándares internacionales GAFI;ONU y las Directivas UE. Hay que precisar que, aunque sean onerosas y cargantes para los entidades financiera y profesionales, las mismas normas permiten una aplicación flexibilizada para los supuestos en que no hay riesgo mayor o las cauciones de prevención e identificación ya han sido tomadas por otros gatekeepers o participantes en el tráfico jurídico mercantil/financiero. Estas posibilidades de flexibilización de las cargas no han sido aprovechadas por la mayoría de los legisladores en los distintos países. O no han sabido hacerlo
Lo cierto es que para los Notarios se estableció una obligación especial en el ámbito preventivo que era difícil de explicar o vender pero que era exigida por la corriente internacional. En varios países aún se sigue discutiendo ( y el sector notarial repeliendo) los proyectos para incluirlo como sujetos obligados en la prevención. Ciertamente, antes no se les obligaba a participar sino a colaborar. Su inclusión se debe principalmente a la incapacidad del poder público para atajar el blanqueo con la info financiera que ya le daban las entidades financieras.
La idea del uso en España de la legislación de PBC «a la carta» es interesante pero opinable. Las desviaciones que apunta deben estar referidas a las amnistias fiscales que han tenido en España. Si es así, debemos reflexionar sobre el posible error de haber incluido los delitos fiscales como delito subyacente al delito de lavado/blanqueo. Una vez más se hace uso de los instrumentos de una politica con cierto éxito (el anti blanqueo) para solucionar las carencias de otras como la lucha contra el fraude y la evasión fiscal. Lo malo, es que quizá esta nueva vía tenga perjuicios a medio plazo para los verdaderos objetivos de antilavado, cual es la lucha contra la delincuencia organizada de carácter grave.
Perdón por la extensión del comentario pero no pude evitar dejar estas reflexiones en su prestigioso blog.
Saludos
Por supuesto que tiene usted permiso para reproducir mi post, faltaría más. Lo del uso a la carta de la legislación antiblanqueo, como «escarmiento» para inversores inmobiliarios internacionales, que lo que realmente hicieron es utilizar estructuras societarias para rebajar la elevada carga tributaria de sus inversiones inmobiliarias en España tiene más que ver con una triste experiencia personal que he vivido, y de la que, por ahora, no puedo contar más. Y eso mismo han hecho notoriamente bastantes otras personalidades conocidas y cercanas al poder poliítico o económico sin que haya habido ningún tipo de persecución. Gracias por la confianza y un saludo
Y Editor, hace usted un comentario muy interesante sobre el posible error de haber incluido los delitos fiscales como subyacentes al blanqueo de capitales por la poca eficacia de las administraciones tributarias. Esa poca eficacia produce, a mi entender, dos efectos perversos: uno, las obligaciones exorbitantes de comunicar información, muchas veces irrelevante, que suponen una carga administrativa muy onerosa para muchos profesionales; y otro, más grave, una práctica «repenalización» de la defraudación tributaria, a la que se le suele sumar casi automáticamente el delito de blanqueo, que bordea la prohibición del «non bis in ídem» clásica del Derecho Penal.
Estimado Alvaro,
Gracias por el permiso y por los comentarios.
Sin duda, el tema da para mucho y tiene tantos vértices y aristas como perspectivas y roces producen las obligaciones preventivas y las consecuencias penales en los distintos sectores económicos.
Gracias y seguimos…
Quedo a su disposición
Editor
ControlCapital.Net
Estimado Alvaro,
Gracias por el permiso y por los comentarios.
Sin duda, el tema da para mucho y tiene tantos vértices y aristas como perspectivas y roces producen las obligaciones preventivas y las consecuencias penales en los distintos sectores económicos.
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