La ética y la estética: El extraño caso de la indemnización en diferido
Me disculparán si comienzo pidiéndoles que recuerden la nota del Partido Popular que anunciaba la renuncia definitiva de Luis Bárcenas al cargo de tesorero y el fin de su militancia. Tan sólo ocho días después de su emisión, el 16 de abril de 2010, la formación le dio de alta en la Seguridad Social como trabajador por cuenta ajena contratado por tiempo indefinido. Y comunicó su baja (calificándola de voluntaria) el pasado 31 de enero, el mismo día en que El País publicaba los ahora célebres cuadernos contables manuscritos que se le atribuyen. Así figura en el informe de vida laboral del Sr. Bárcenas, documento cuya difusión mediática resulta un tanto inexplicable, ya que contiene datos personales que gozan de protección legal y tienen, por tanto, carácter reservado.
¿Qué sucedió entre ambas fechas? En realidad, esta pregunta es sólo un macguffin, un elemento de suspense que motiva a los personajes y al desarrollo de la trama, pero que carece por sí misma de relevancia. Alfred Hitchcock, autor de la expresión, decía que en las historias de espías, siempre son los documentos. Muy apropiado. El auténtico interés para el ciudadano español –no sólo el indignado votante o simpatizante del PP- está en la angustia existencial que esta situación ha provocado en los dirigentes del partido del gobierno (el concepto es de Kierkegaard) y en sus nefastas consecuencias para el país.
En febrero de 2009, Luis Bárcenas fue imputado por cohecho en el caso Gürtel. Desde ese momento, su relación con el PP, para el que trabajaba desde marzo de 1982 y del que era tesorero desde 2008, se convirtió en muy problemática. El 28 de julio de aquel año dejó de serlo de forma “temporal” por voluntad propia. Tras su renuncia definitiva al cargo y a la militancia el 8 de abril, el 19 de ese mismo mes dimitió de su escaño de senador por Cantabria. Lo más reciente no hace falta recordarlo: sobres, cuentas multimillonarias en Suiza, fraude fiscal, blanqueo de capitales, pruebas grafológicas, amenazas, querellas y muchas, muchas portadas. Un auténtico calvario para los españoles en los tiempos que corren.
La doctrina oficial del PP mantiene que Luis Bárcenas se desvinculó del partido en 2009, cuando dejó temporalmente el puesto de tesorero nacional. Cospedal llegó a declarar a la COPE el pasado 18 de enero que «aquellas personas que tienen una representación política y que hacen una actuación irregular o ilegal tienen que ser apartadas directamente”. Pero esta afirmación se contradice con lo sucedido en realidad. La primera quiebra es que, aparentemente, poco cambió durante ese tiempo en la rutina de Bárcenas en la calle Génova, donde siguió manteniendo una intensa actividad social y en cuya sala Andalucía, de la tercera planta, permaneció custodiada su documentación (hasta nueve cajas) y dos ordenadores personales. Durante un tiempo, incluso se le pagó el abogado que le defendía y se le permitió que continuara utilizando un coche corporativo, además de los servicios de su secretaria habitual.
La segunda contradicción es el objeto de este post. Bárcenas siguió cobrando mensualmente –se dice que la cantidad más alta de toda la organización (casi 250.000 € al año)- y el PP venía cotizando a la Seguridad Social por tales retribuciones, de las que detraía igualmente la retención por IRPF. Tras hacerse pública esta información, el partido emitió el 13 de febrero un nuevo comunicado en el que reconocía que, después de dimitir como senador, Bárcenas había solicitado reincorporarse al trabajo, en el que se encontraba excedente forzoso por razón de su escaño (recordemos que ya no era oficialmente tesorero, ni siquiera militante). El PP afirma no haber aceptado el reingreso, “reconociendo en consecuencia a los efectos de lo previsto en el artículo 56 del Estatuto de Trabajadores, una indemnización por la resolución del contrato de trabajo”. Hasta aquí, todo correcto. Sin embargo, ambas partes pactaron que la indemnización por despido improcedente se abonara mediante pagos mensuales sucesivos (para entendernos, nóminas) hasta diciembre de 2012, “con el abono por la empresa de las cotizaciones sociales durante el periodo del citado finiquito”. El comunicado no informaba del responsable de su firma o autorización, si bien el entorno de Bárcenas asegura que lo convino con María Dolores de Cospedal, extremo que no se ha comprobado. El vicesecretario de organización, Carlos Floriano, añadió a los periodistas que «hubo un acuerdo como pasa en muchas empresas, un pago aplazado en partes, mensualmente»; y más: «qué mayor ejercicio de querer ocultar nada, que sigue estando dado de alta en la Seguridad Social y pagando». El propio Bárcenas confirmó este acuerdo de finiquito prorrateado a la Fiscalía Anticorrupción. Si damos credibilidad al comunicado, este proceder no es conforme a la Ley.
Recapitulemos: bien el PP acepta que las renuncias de Bárcenas fueron un paripé, lo cual no es ético, ni mucho menos estético (otra vez Kierkegaard); o bien se mete en un berenjenal de irregularidades propias de una empresa de dudosa respetabilidad, lo que tampoco es ético, ni estético, pero además es ilegal. Aunque políticamente mucho menos sangrante y por eso ha sido la opción elegida.
Nuestro Sistema de Seguridad Social es de naturaleza laboralista. La Ley dispone que están obligatoriamente incluidos en el Régimen General los trabajadores por cuenta ajena que presten sus servicios en las condiciones establecidas por el Estatuto de los Trabajadores. La obligación de cotizar nace con el comienzo de la prestación del trabajo; se mantiene durante todo el período en que el trabajador preste sus servicios; y se extingue con el cese (siempre que se comunique la baja en plazo). La inmensa mayoría de los españoles sabe que si no se trabaja no se puede estar de alta ni tampoco cotizar. Con una excepción: quienes hayan cesado en su actividad, y por ello causen baja en el Régimen en que se hallaban encuadrados, tienen la opción de suscribir un convenio especial. El convenio especial –una especie de contrato de seguro privado con la Tesorería General de la Seguridad Social- tiene por objeto la conservación y mejora de los derechos sociales en curso de adquisición. Para suscribirlo, el interesado debe cumplir los requisitos mínimos que exige la normativa reguladora, asumiendo la cotización a su exclusivo cargo, lo cual resulta generalmente caro (muy asequible en este caso).
El acuerdo confesado parece tener precisamente esa finalidad, puesto que la indemnización sola, si hubiera sido tratada correctamente, no hubiera repercutido en la vida laboral del Sr. Bárcenas ni en el importe de sus bases de cotización. Como es sabido, la base está constituida por la remuneración mensual que tenga derecho a percibir el trabajador, o la que efectivamente perciba de ser ésta superior. No se integra en la misma la indemnización por despido o cese, siempre que su importe no supere el fijado legalmente para el despido improcedente; sensu contrario, habrá de computarse el exceso cuando haya sido mejorada por convenio, pacto, contrato o decisión unilateral de la empresa, lo cual no es precisamente frecuente. Esto es así desde el 15 de julio del año pasado, por efecto del RDL 20/2012. En mi opinión, la indemnización superior a la legal ha de ser considerada una percepción salarial que no tiene carácter periódico, por lo que debe imputarse al ejercicio económico en que se satisface, prorrateando su importe a lo largo de dicho ejercicio (esto es, los meses del último año natural en que el trabajador prestó servicios y figuró de alta), respetando en todo caso las bases y tipos aplicables y sin poder superar el tope máximo de cotización. Con lo cual, en los casos de trabajadores que ya cotizaban por ese tope, que es el caso de Bárcenas, no habría que realizar liquidación complementaria alguna.
La Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social tipifica como conductas muy graves, tanto de las empresas como de los trabajadores, la simulación (cuidado con la palabra, Sra. Cospedal) de la relación laboral así como la connivencia para la obtención de prestaciones indebidas o superiores a las que procedan. Precisamente se encuentra activa, desde hace varios ejercicios, una campaña conjunta de la Inspección de Trabajo y la Tesorería General de la Seguridad Social dirigida a la detección de altas ficticias, a fin de evitar, sobre todo, el cobro indebido de las prestaciones por desempleo y verificar el trabajo efectivo por ciudadanos extranjeros con permiso de trabajo.
El 25 de febrero, María Dolores de Cospedal, en una confusa comparecencia pública, zappeada y youtubeada hasta la saciedad, atribuyó el pacto a los servicios jurídicos (!) del Partido Popular, descartando de este modo una motivación política. Al menos, admitió indirectamente que se pudiera haber cometido un error: “Hay personas que pueden discutir si es más o menos oportuno, si jurídicamente está mejor o peor llevado, mejor o peor hecho. Pero así fue como se pactó”. La parte más desafortunada de su discurso fue cuando insistió en el argumentario diseñado: “La indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido y como fue una indemnización en diferido, en forma efectivamente de simulación, de simulación, o de lo que hubiera sido en diferido en partes de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social”. Peor, imposible. En su opinión, “controversia no hay ninguna”.
Pues parece que sí. A finales de febrero, a su vuelta de Canadá y justo al día siguiente de que se le retirara el pasaporte, Bárcenas ha interpuesto una demanda por despido improcedente contra el PP, desbaratando así la versión del comunicado y su anterior declaración judicial. Sostiene que trabajó como asesor desde marzo de 2010 (cuando oficialmente abandonó su relación laboral con el PP) hasta el pasado 31 de enero, en que fue dado de baja sin su consentimiento, «toda vez que todavía hasta la fecha el que suscribe no ha tenido conocimiento de que la empresa haya prescindido» de sus servicios, «ni haya extinguido» su relación laboral con él.
Me temo que continuará.
Clarísimo, señor Paredes. felicidades por el post. El problema de fondo es que no se puede responder con la verdad y hay que deformar las palabras y los conceptos para que no salga.
Si el Sr. Bárcenas siguió cobrando mensualmente – la cantidad más alta de todos los trabajadores del PP, 250.000 €/año – y desarrollando actividad laboral según todos los indicios, no hay simulación de contrato…hay un contrato como una casa.
En la guerra de demandas: Bárcenas 2- PP 0, el primero ha demandado por despido improcedente y por robo de ordenadores.
Probablemente, lo más grave sean las comparecencias de Cospedal y Rajoy (pantalla mediante, sin preguntas) negándolo todo «salvo alguna cosa». No tomar en serio a la ciudadanía es muy grave. No es una cuestión trivial ni debe pasarse por encima. Los políticos son (deberían ser) servidores públicos, al menos en un país normal… yestheycan.blogspot.com
Muchas gracias, Vicente, y bienvenido al blog. Tu explicación técnica de los hechos acontecidos tiene un doble efecto: corroborar por una parte lo que mucho, sin ser expertos en la materia, suponíamos, que todo esto es una chapuza improvisada, probablemente porque Bárcenas es el que tiene en su mano el mango de la sartén, y en segundo lugar, el observar un deslizamiento al esperpento de toda esta materia, tendencia que no es exclusiva de España, pero que parece que no se nos da mal. El problema es que el esperpento en sí mismo se convierta en un mcguffin y no nos deje ver, o nos haga olvidar en parte, el fondo: los oscurísimos negocios e intereses de Bárcenas y sus dudosísimas conexiones con la finanzas del PP.
No entiendo tanto alboroto, las palabras de la Sra. Cospedal son muy claras al respecto:
«Vamos a ver, eh, la indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido, y como fue una indemnización en difi..en diferido en forma, efectivamente, de simulación de…simulación o de lo que hubiera sido en diferido, en parte de una lo..que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social que si no hubiera sido…ahora se habla mucho de pagos que no tienen retenciones en la Seguridad Social ¿verdad? pues aquí se quiso hacer, como hay que hacerlo».
Claro como el agua.
No entiendo tanto alboroto, las palabras de la Sra. Cospedal son muy claras al respecto:
«Vamos a ver, eh, la indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido, y como fue una indemnización en difi..en diferido en forma, efectivamente, de simulación de…simulación o de lo que hubiera sido en diferido, en parte de una lo..que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social que si no hubiera sido…ahora se habla mucho de pagos que no tienen retenciones en la Seguridad Social ¿verdad? pues aquí se quiso hacer, como hay que hacerlo».
Claro como el agua.
Sigo sin entender que una señora que es Abogada del Estado sea capaz de defender que una empresa puede seguir cotizando por una persona que no es trabajador de esa empresa desde hace varios años. Esto es aberrante. Desde luego, ¡vaya papelón!
Los políticos deberían respetarse un poco a sí mismos, y ya que no respetan la inteligencia de los demás, al menos deberían respetar la suya propia: su inteligencia y también su dignidad profesional (como jurista y Abogada del Estado), ya no sólo como presidenta de una C.A.
Gracias por sus amables comentarios. Llegará el día en que nuestros políticos interioricen la grandeza de asumir en público los errores, como humanos que son, y comprometerse a no volver a cometerlos. Probablemente una gran parte de la ciudadanía los disculparía, porque no somos tan necios y todos metemos la pata en nuestra vida profesional (y, por supuesto, familiar). Dicho esto, no debemos rasgarnos las vestiduras: sucede continuamente; a nadie le gusta que le pillen con los dedos metidos en el tarro de la mermelada. Lo asombroso del caso es la negación de la evidencia. Y lo peor, la enorme repercusión mediática en el extranjero, que indudablemente tiene un coste tanto económico como en imagen nacional, lo cual resulta -desde mi punto de vista- inadmisible.
Vicente, bienvenido al blog y con un post muy necesario y que deja muy claro a los atribulados españoles cuales son los principios éticos, o más bien la falta de principios éticos, que rigen en el partido que ocupa el Gobierno. Ante todo aparentar algo que no se es, pero desgraciadamente esta bomba de relojería (o cohete loco) que es el asunto Bárcenas está dejando en su sitio a todos y cada uno de los dirigentes del PP que están intentando desactivarlo. Y no es ciertamente un espectáculo agradable desde ningún punto de vista.
Muchas gracias y enhorabuena al autor por sus claras explicaciones sobre el tema, después de la perplejidad que había causado la intervención de la sra Cospedal, menudo papelón.
Y por si algún despistado/a no ha visto el video en el que la secretaria general del PP compite (ventajosamente) con el famoso de Groucho Marx sobre «la parte contratante» de «Una noche en la Opera» se lo dejo aquí.
http://www.noticiasdealava.com/2013/02/28/ocio-y-cultura/que-mundo/cospedal-y-groucho-marx-explican-el-
despido-a-barcenas-1
Dentro de nada, tenemos la famosa escena del Consejo de Ministros de Rufus T.Frefly de «Sopa de ganso» pero mejorada. Piensen en Mato, Bañez, Fernandez…pueden hacerlo mucho mejor que los Hermanos Marx e involuntariamente!!
Gracias, Vicente, por tu post y bienvenido al blog. Parece que últimamente no ganamos para sustos y nos vemos obligados a ver que las normas que se nos imponen con gran rigor no se aplican del mismo modo por aquellos que deberían tener un mayor compromiso con ellas, para servirnos de ejemplo
Gracias, Vicente, por tu post y bienvenido al blog. Parece que últimamente no ganamos para sustos y nos vemos obligados a ver que las normas que se nos imponen con gran rigor no se aplican del mismo modo por aquellos que deberían tener un mayor compromiso con ellas, para servirnos de ejemplo
En España llevamos mucho tiempo, yo diría que TODO el tiempo, con problemas graves de corrupción a causa de la financiación de partidos políticos. En realidad lo de la «financiación» es (en buena medida) una excusa para pedir dinero a los empresarios a cambio de adjudicaciones y contratas. «Es para financiar el partido». Pero, claro, luego en el camino los recaudadores se quedan con parte (sustancial) de la «mordida».
Ya lo vimos con Naseiro, luego con Filesa, ahora con Bárcenas… y siempre está detrás la supuesta financiación de los partidos, que es la excusa que utilizan esos filibusteros para pedir dinero a las empresas.
Así que, mientras no se arregle de una vez el problema de la financiación, la escandalera va a seguir.
Nos ha llenado de satisfacción la decisión del Tribunal catalán de enviar a prisión a los corruptos (a pesar de que la pena conformada es inferior al límite de la remisión condicional), pero no es suficiente. Hay que acabar con las campañas electorales morrocotudas, en lo que se va el gasto sustancial de los partidos (y de ahí esa necesidad de financiación).
Las campañas electorales no sirven para nada. A los mítines sólo van los convencidos, y los resúmenes que dan en TV provacan vergüenza ajena. Las campañas deben sustituirse por debates electorales (que no cuestan dinero) y por espacio en medios de comunicación para que los partidos expongan sus programas, que también es casi gratis.
Hay que acabar con los mítines y con los carteles colgados de las farolas. Adiós a «Vota a Gundisalvo» y hola a la austeridad electoral.
Cuanta razón. La mejr definición de campaña electoral que he escuchado es: dícese de la caza del voto de los tontos.
Ya no solamente es preocupante que por parte de miembros del Gobierno se hagan este tipo de cosas, sino que las intenten explicar y justificar de un modo que es insultante para los ciudadanos.
Excelente. Conciso y claro como el agua. La Inspección no puede ignorar algo tan obvio. Quedemos, pues, a la espera de la sanción.
Excelente. Conciso y claro como el agua. La Inspección no puede ignorar algo tan obvio. Quedemos, pues, a la espera de la sanción.
Felicidades Vicente. Es un magnífico artículo. Para que cualquier ciudadano pudiera enterarse fehacientemente del asunto me gustaría que tuviese una enorme difusión, no solo por la red, sino por todo tipo de medios.
A la espera de que continúes por esta linea, reitero mi enhorabuena y un abrazo.
Felicidades Vicente. Es un magnífico artículo. Para que cualquier ciudadano pudiera enterarse fehacientemente del asunto me gustaría que tuviese una enorme difusión, no solo por la red, sino por todo tipo de medios.
A la espera de que continúes por esta linea, reitero mi enhorabuena y un abrazo.