La repartija

La semana pasada estuve en Lima como ponente español (junto con Enrique Brancós) en el XXVII Congreso Internacional del Notariado. Pero no se preocupen, no les voy a hablar ahora ni del Derecho de Familia frente a las nuevas relaciones sociales ni de la seguridad del mercado inmobiliario y los instrumentos de regulación (ya llegará el momento). Gracias a la información que me transmitieron mis amigos peruanos, de lo que les voy a hablar es de la repartija.

Resulta que en el mes de julio de este año estalló en Perú un escándalo político de enormes dimensiones cuando se comprobó que los cinco primeros partidos del país se habían repartido en secreto diez plazas para la Defensoría del Pueblo, el Tribunal Constitucional y el Banco Central peruano. Pese a que los rumores al respecto habían circulado anteriormente, los políticos negaron radicalmente que hubiese ningún reparto. Pero lo cierto es que el diario Perú21 tuvo acceso a unas interesantes grabaciones que confirmaron la veracidad de la negociación: es decir, de la repartija. El escándalo fue monumental, porque de las conversaciones grabadas se deducía que a los negociadores (los segundos de las respectivas formaciones) “no les interesaban las calificaciones y los antecedentes de los candidatos, y anteponían sus intereses políticos y partidarios por encima de la marcha democrática del país”, según comentaba el mismo diario.
Al instante las redes sociales se incendiaron, los blogs echaban humo (véase como ejemplo éste post de Cecilia Castillo que empieza diciendo “Ayer el Congreso dela República del Perú toco fondo”), los periódicos canalizaban la indignación y, como consecuencia, la gente se echó a la calle gritando ¡qué cierren el Congreso!

Sí, efectivamente, la gente se echó a la calle el 20, el 22, el 27 y el 28 de julio exigiendo la cancelación de esa vergonzosa repartija. Como cuenta esta crónica de uno de los actos, los asistentes, liderados por periodistas de prestigio, después de cantar el himno nacional, declaraban que se manifestaban “por la indignación y repudio que sentimos los ciudadanos por lo sucedido en el Congreso, que demuestra que los intereses de los partidos políticos se han puesto por delante de los del país”, concluyendo “que la repartija es un atropello a la institucionalidad”.

El caso es que pese a una inicial resistencia por parte de los partidos la presión funcionó, porque el proceso de elección quedó suspendido y se va a retomar en el mes de diciembre sobre patrones diferentes, según cuenta esta noticia de Perú21. Los peruanos son escépticos sobre las verdaderas intenciones de los políticos, pero están dispuestos a salir otra vez a la calle si intentan tomarles el pelo. Son conscientes de esa necesidad, porque saben que a las repartijas, por mucho que les cortes la cola, les vuelve a salir de nuevo si no estás atento.
Pues bien, cuando a uno le cuentan esta historia, cuando luego lee las crónicas periodísticas y los blogs de esos días, y ve las fotos de la gente manifestándose -si es peruano, debería sentirse orgulloso- pero si es español le deberían dar ganas de llorar, y no en el sentido alegórico, sino literal.
En España la repartija se viene realizando a plena luz desde los albores de nuestra democracia –perdón, partitocracia, y nunca nos hemos preocupado en intentar cortarle la cola. La semana pasada uno de los periódicos de referencia de este país daba la noticia de las negociaciones en curso para renovar el Consejo General del Poder Judicial y subtitulaba:
“La negociación final se centra en el nombre del nuevo presidente.
Diez de los veinte vocales serán conservadores y ocho progresistas. El PSOE podría ceder una plaza para que entre un candidato de IU.”
Tras leerla busqué rápidamente el editorial por si el periódico consideraba conveniente hacer algún comentario indignado al comprobar que tras la reforma del Consejo (anunciada en el programa del PP como medida clave para regenerar las instituciones) las cosas seguían igual (o más bien peor). Pero no, nada, sólo un comentario sobre el plan financiero de Alicia Sánchez-Camacho y unas admoniciones a la nueva presidenta de la Fed, que estoy seguro que la Sra. Yellen habrá leído con pasmo y admiración.
Por lo demás el artículo describía con total normalidad el curso de las negociaciones en la sede del Congreso, dirigidas por el Ministro de Justicia, Sr. Ruiz Gallardón, con contactos al máximo nivel con los líderes de PSOE, PNV y CiU. Todo muy normal, como pasa en cualquier país civilizado.
¿En qué momento se jodió el Perú?, se preguntaba Santiago Zavala. No lo sé, pero creo que sí tengo una idea clara de cuando se jodió España: cuando comenzó la repartija de nuestras instituciones y ni ese periódico ni los intelectuales de reconocido pedigrí democrático pusieron el grito en el cielo, sino que lo consideraron un saludable mecanismo de renovación democrática para colocar a los próximos en las instituciones clave.
Nuestras élites intelectuales nunca han tenido una comprensión clara de lo que es la Democracia y el Estado de Derecho. Pensaban que lo importante era la política material, es decir, que los que estuvieran al timón fueran “demócratas de toda la vida” -como si eso hubiera existido alguna vez en España- sin importarles lo más mínimo el aspecto formal de la cuestión. Sin duda es algo que obedece a la ausencia de una auténtica tradición democrática en nuestro país y al carácter sectario de su política. Pero no se preocupen: los editores de ¿Hay Derecho? estamos escribiendo un libro para explicarles lo profundamente equivocados que estaban y que siguen estando.
Ahora bien, hasta el momento en que llegue ese rayo de luz que disipe todas las tinieblas, podríamos aprender humildemente de nuestros hermanos peruanos. Olvidarnos de una vez de esa idea falsa y engañosa de que vivimos en el primer mundo. No, ni de lejos, España es un país profundamente corrupto desde el punto de vista institucional (y también desde otros), en donde la corrupción ha sido asumida con total naturalidad. Nuestros políticos ni siquiera tienen que esforzarse en aparecer hipócritas, pues con nuestra desidia les hemos proporcionado la comodidad de comportarse con absoluto cinismo.
¿Cuándo empezó a dejar de joderse el Perú? Creo que la derrota de la hija de Fujimori es una fecha a considerar, pero me gustaría pensar que esos días de julio de este año constituyen un claro signo de que los peruanos han dicho, por fin, que quieren una democracia de verdad y no una de pega.
Mientras tanto, y desgraciadamente, nosotros no hemos cambiado de estado. Pero, por favor, no le echemos la culpa a nuestros políticos, en todas partes les crece la cola…. a las repartijas.
 

13 comentarios
  1. Alcides Bergamota
    Alcides Bergamota Dice:

    Tenemos un problemón, como de manera reiterada se expone en este blog. Una partitocracia que disimula (apenas) mediante la incesante promulgación de leyes de falsa reforma, mientras las necesarias que ya existen (código penal, por citar una), no se aplican. La repartija (fantástica palabra) la empezaron Felipe González y Alfonso Guerra, y tiene fecha exacta de nacimiento: 1 de julio de 1985. Era la fecha de la nueva ley orgánica del Poder Judicial, impulsada por el PSOE, harto de que se le pusieran frenos por el lado de la justicia a un poder que pretendía ilimitado. La izquierda española carece de apego a la libertad y de tradición democrática alguna. Lo demuestra una y otra vez, pese a ser experta en propaganda y haber conseguido que se la identifique con lo contrario, proyectando además sobre la derecha el estigma del franquismo, los ricos, y demás demagogia. Sé que decir esto causa verdadero escándalo, pero hay que abrir los ojos de una vez. El 23 de febrero de 2013 Cayo Lara declaraba “Hay que conquistar en las calles lo que de alguna manera no podemos hacer en el Parlamento”. Viene a ser un complemento del “Montesquieu ha muerto” de Alfonso Guerra, ese intelectual… Lo grave es que si parecía que con el primer PP esa tendencia, contraria en el fondo al estado de derecho (no hay tal estado de derecho sin división de poderes, aunque no baste), encontraría un contrapeso, lo cierto es que enseguida se vio que el PP una vez en el poder se acomodaba a la situación (pacto de la justicia) y dejaba el mojón allí dónde lo había movido el PSOE. Es lo que normalmente hace el PP en casi todos los campos, carente de músculo ideológico alguno, incapaz de plantear debates, de contraprogramar, de dar la famosa batalla de las ideas. Y llegamos a la situación de hoy, dónde tenemos en realidad dos partidos socialdemócratas, turnantes, encantados de haberse conocido, que han enchufado una vía en la vena de la sociedad civil a la que sangran de común acuerdo. Lo que hace que muchos piensen que en realidad estamos ante una cierta metástasis del franquismo, por supuesto no idéntica, pero con mucho en común con aquél régimen. ¿Y cómo salimos de ésta?

  2. Juan Ciudadano
    Juan Ciudadano Dice:

    No estoy de acuerdo con que el PP y el PSOE sean dos partidos políticos socialdemócratas, solo son dos organizaciones caciquiles en las que la ideología solo es mera retórica con la que la que embaucan a sus electores.
    En este sentido no veo ninguna diferencia entre el régimen actual y el de la Restauración canovista.
    La razón por la que la que no se produce reacción social frente al caciquismo, como en el caso de Perú; pues me parece que la sociedad española está enferma, en el sentido de que tiene interiorizado que esa es la forma normal de hacer las cosas en política. Sobre esto basta con ver las últimas encuestas de intención de voto, en las que el PP sigue siendo el partido conm mejores expectativas a pesar de todo lo ocurrido en el año y medio que lleva de gobierno

  3. Jesús Casas
    Jesús Casas Dice:

    Lo que sucede es que no se debe esperar un rayo de luz, porque el portador acabará como los demás y todo el mundo le dirá lo bien que lo ha hecho. Se trata de recomenzar, sin partir de cero, sin adanismos, desde la sociedad civil y la clase media, que en España carece de conciencia de clase. Se empieza por la educación, con la mirada puesta lejos y con un gran acurerdonnacional, de los ciudadanos, no de los partidos, ni los sindicatos ni las patronales de “sector educativo” que está ideologizado entre alzacuellos y camisetas verdes; se sigue por la la Justicia (o sea, por el rigor en lis estudios de jurisprudencia, no de Derecho) de modo que la ley y los contratos se cumplan, ante todo la LEX publica, claro. Se enjuga la deuda nacional con trabajo duro y ahorro y en medio siglo habremos construido una Nación desde abajo, que es el único modo de hacerlo. Sigo sin saber quiénes son las élites españolas. Ante todo, sí, dan ganas de llorar al vernos calladitos o blogueando trabajando seis meses del año para pagar la cleptocracia con nuestros impuestos, sin rechistar.

  4. Isidro Elhabi
    Isidro Elhabi Dice:

    Estupendo post. Pena de España! ¿Cuándo se darán cuenta los ciudadanos el poder que tienen de cambiar las cosas?

  5. Isidro Elhabi
    Isidro Elhabi Dice:

    Estupendo post. Pena de España! ¿Cuándo se darán cuenta los ciudadanos el poder que tienen de cambiar las cosas?

  6. Jesús Gómez Taboada
    Jesús Gómez Taboada Dice:

    Querido Rodrigo:
    No veo mucho paralelismo entre la designación arbitraria de los funcionarios peruanos, que provocan la reacción social y de los medios de comunicación, con el sistema de elección de nuestro CGPJ. El caso paralelo, a mi juicio, se produciría si, en España, una promoción, o varias, de inspectores de Hacienda, abogados del Estado o fiscales fueran elegidos a dedo y no por el sistema previsto y objetivo de oposición. Y esa selección arbitraria es la que se ha producido en el Perú, y está extendida en otros países de Hispanoamérica (y no sólo de ese continente). Pero no en España; al menos, hoy. En ese aspecto, estamos a años luz. Y debemos valorarlo.
    No está de más, desde luego, el admirar actitudes sociales en otros países, que nos pueden servir de modelo para reaccionar nosotros. Pero tampoco perdamos la perspectiva: en España, la selección del funcionariado, muy en especial el del Estado central, responde a criterios objetivos.
    Y muy relacionado con ello: en España, ¿es sobornable un guardia civil, un policía nacional, o un policía local? En general, no; ¿es venal un juez, o un inspector de Hacienda? En general, no. Ni un secretario de juzgado o un funcionario de la Seguridad Social.
    Así que aplaudo la reacción, por hastío, del pueblo peruano. Pero el ejemplo que nos da sólo muy relativamente es aplicable al corrupto mecanismo de selección de los miembros de nuestro CGPJ.

    • Rodrigo Tena Arregui
      Rodrigo Tena Arregui Dice:

      No Jesús, en esta ocasión estás completamente equivocado, el caso es exactamente el mismo. Lo puedes comprobar en esta interesante entrevista a Lourdes Flores, congresista y ex-candidata a la presidencia de la República:
      http://peru21.pe/politica/lourdes-flores-sobre-tc-y-defensoria-se-confunde-consenso-repartija-2140148
      Lo que se estaban repartiendo no eran los funcionarios y empleados de estos organismos (cosa que, por cierto, en España ya empieza a estar en cuestión) sino LOS MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, Consejeros y puestos de dirección del resto de instituciones.
      La Constitución peruana exige para nombrar a esos magistrados una mayoría de 2/3 de la Cámara, es decir, 87 votos. La cuestión que se planteaba era si se iba a votar una lista única tras realizar la repartija o se iba a votar candidato por candidato valorando únicamente méritos y cv. Y lo que les preocupaba es si la constitucionalidad de las leyes se iba a enjuiciar por criterios políticos y partidarios.
      Es más, es que la situación del poder judicial ¡ES MUCHO MEJOR EN PERÚ! Con el poder judicial no puede haber repartija porque se elige del siguiente modo:
      Integran el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial: (artículo 81° de la Ley 27465 – Ley que modifica diversos artículos del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial)
      El Presidente del Poder Judicial, quien lo preside y tiene voto dirimente.
      Dos Vocales Supremos Titulares elegidos por Sala Plena.
      Un Vocal Superior Titular en ejercicio elegido por los Presidentes de las Cortes Superiores de Justicia de la República.
      Un Juez Titular Especializado o Mixto.
      Un representante elegido por la Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú.
      Para la designación del Vocal superior Titular, cada Sala Plena de las Cortes Superiores elegirá un candidato, y los Presidentes de Cortes Superiores, mediante sufragio directo, elegirán al integrante del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.
      Para la designación del miembro señalado en el inciso 4°, los jueces especializados o mixtos titulares elegirán a un representante por cada distrito judicial, los que se reunirán para elegir entre ellos al Juez que integrará el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.
      http://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/cepj/cepj.asp?opcion=conocenos
      Desengáñate Jesús, en materia de respeto a las instituciones, PERÚ NOS SACA MUCHA VENTAJA, tanto desde el punto de vista normativo como cívico. A ver si nos caemos del burro de una vez.

  7. Jesús Gómez Taboada
    Jesús Gómez Taboada Dice:

    Querido Rodrigo:

    No veo mucho paralelismo entre la designación arbitraria de los funcionarios peruanos, que provocan la reacción social y de los medios de comunicación, con el sistema de elección de nuestro CGPJ. El caso paralelo, a mi juicio, se produciría si, en España, una promoción, o varias, de inspectores de Hacienda, abogados del Estado o fiscales fueran elegidos a dedo y no por el sistema previsto y objetivo de oposición. Y esa selección arbitraria es la que se ha producido en el Perú, y está extendida en otros países de Hispanoamérica (y no sólo de ese continente). Pero no en España; al menos, hoy. En ese aspecto, estamos a años luz. Y debemos valorarlo.
    No está de más, desde luego, el admirar actitudes sociales en otros países, que nos pueden servir de modelo para reaccionar nosotros. Pero tampoco perdamos la perspectiva: en España, la selección del funcionariado, muy en especial el del Estado central, responde a criterios objetivos.
    Y muy relacionado con ello: en España, ¿es sobornable un guardia civil, un policía nacional, o un policía local? En general, no; ¿es venal un juez, o un inspector de Hacienda? En general, no. Ni un secretario de juzgado o un funcionario de la Seguridad Social.
    Así que aplaudo la reacción, por hastío, del pueblo peruano. Pero el ejemplo que nos da sólo muy relativamente es aplicable al corrupto mecanismo de selección de los miembros de nuestro CGPJ.

  8. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    Efectivamente, lecciones institucionales ya no podemos dar no ya a los países emergentes, sino incluso a los países más pobres. Institucionalmente todo es mentira, salvo alguna cosa. Cada vez menos cosas, por cierto.

  9. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    Efectivamente, lecciones institucionales ya no podemos dar no ya a los países emergentes, sino incluso a los países más pobres. Institucionalmente todo es mentira, salvo alguna cosa. Cada vez menos cosas, por cierto.

    • Juan Ciudadano
      Juan Ciudadano Dice:

      A pesar de todo, si los jueces de instrucción quieren, esos funcionarios policiales deben ser mantenidos en las investigaciones ya iniciadas, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 550.2 de la LOPJ (Los funcionarios de Policía Judicial a quienes se hubiera encomendado una actuación o investigación concreta dentro de las competencias a que se refiere el artículo 547 de esta ley, no podrán ser removidos o apartados hasta que finalice la misma o, en todo caso, la fase del procedimiento judicial que la originó, si no es por decisión o con la autorización del juez o fiscal competente).

Los comentarios están desactivados.