Video-entrevista a Fernando Rodríguez Prieto sobre la situación de la mediación en España

En el pasado Simposio sobre la Mediación, Lawyerpress TV hizo una entrevista a nuestro Editor, Fernando Rodríguez Prieto. El entrevistado no pudo dejar de ser crítico respecto a una situación que considera en exceso complaciente con lo que hay. Con demasiada frecuencia se confunde en un país con débil sociedad civil, como el nuestro, el debido respeto a la autoridad con la omisión de cualquier crítica a una gestión que las merezca.
La mediación es un instrumento fabuloso para resolver numerosos conflictos, pero es difícil de descubrir en una sociedad que la desconoce. En todos los países que hoy disfrutan de su uso frecuente ha sido necesario un decidido impulso de las autoridades para hacerlo posible, con medidas como la posibilidad de imposición de costas del proceso a quien injustificadamente rehuse comenzar una mediación, la imposición de la necesidad de informarse adecuadamente sobre esta solución antes de demandar, o campañas divulgativas.
La inmensa mayoría de las personas y empresas que han tenido así la oportunidad de conocer esta herramienta lo agradecen. Y todo de ello se ha traducido en menos costes y más competitividad de las empresas, mejores soluciones a los implicados en conflictos que las impuestas, y un notable ahorro de costes de la Justicia.
Sorprendentemente nuestros responsables políticos desprecian todas estas medidas que han resultado tan exitosas fuera de nuestras fronteras, y parecen creer que en España la mediación se dará a conocer por sí sola, por generación espontánea. La complacencia acrítica ante esta situación de muchos operadores es lo que critica Fernando Rodríguez Prieto, quien tuvo que escuchar a un ex-ministro decir que nuestra regulación era tan estupenda que no había que tocarla.
Tampoco olvida el entrevistado la crítica a la pretensión de imponer como obligatoria un cierto modelo de formación desfasado e ineficiente, con la excusa de querer garantizarse una calidad que en absoluto está garantizada con el mismo. Si les interesa la materia, animamos a escuchar y ver la entrevista, de poco más de diez minutos.
Ver el vídeo de la entrevista
 

3 comentarios
  1. Lara Ghh
    Lara Ghh Dice:

    Acabo de dejar un comentario en el tema de Madrid arena sobre la sospecha de falta de sociedad civl fuerte en España. Y aquí se reitera esta cuestión, si la mediación es como parece una forma de autorregulación de la sociedad civil, voto por ello desde luego,

  2. Fernando Rodríguez Prieto
    Fernando Rodríguez Prieto Dice:

    Una sociedad civil débil e inmadura no cree en sus propias posibilidades. Busca que la autoridad solucione los problemas, y responsabiliza a aquélla de todo lo que va mal. Como niños mimados, los individuos que componen ese tipo de sociedad civil se zafan de su propia responsabilidad, y consideran que el poder público es algo ajeno, de lo que ellos mismos no son los responsables últimos.
    Todo ello se traduce en que quien conquista el poder trata de ejercerlo sin someterse a responsabilidad alguna, pues sabe que la sociedad civil no se la va a exigir con fuerza suficiente.
    Y en la sociedad, el mal Gobierno se percibe con cierto resignado fatalismo, como si fuera algo imposible de cambiar.
    La mediación, en tanto que coloca en los individuos la responsabilidad de solucionar sus propios conflictos, contribuye a la maduración de la sociedad. De la misma forma en una sociedad más madura la mediación encuentra menos inconvenientes para comprenderse y usarse. Es un círculo virtuoso.
    No es tampoco ninguna panacea. Pero desde luego, ayuda.

  3. Lourdes Fernandez Manzano
    Lourdes Fernandez Manzano Dice:

    Es un hecho constatado que sociedades maduras se caracterizan por afrontar sus conflictos ideando soluciones autocompositivas más que acudiendo a terceros pertenecientes a instancias institucionales.
    El percibir el mal Gobierno con una cierta resignación fatalista es debido en gran parte a esta ausencia de madurez.
    La mediación es sin duda un instrumento útil que puede contribuir a romper este círculo vicioso con otro más virtuoso basado en el impulso del empoderamiento de las partes y la asunción de su propia responsabilidad en la búsqueda de alternativas más adecuadas a sus problemas.

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