Meritocracia vs mediocracia

Al inicio de la película “El poder del dinero” el joven protagonista afirma que les han robado el “sueño americano”. Un sueño que describe como un país en el que si estudias en el instituto consigues ir a una buena Universidad, y si te esfuerzas en la Universidad, conseguirás un buen trabajo. Tras quince (o más) años de esfuerzo, habrás obtenido la recompensa. La película en sí es intrascendente, y la frase es una excusa para lo que le sucederá después al protagonista, pero me parece una clara definición del concepto de una sociedad basada en el mérito y el esfuerzo.
Aun cuando se ha tocado varias veces en este blog el tema de la meritocracia en una sociedad democrática, quisiera hoy volver a incidir en este tema, a raíz de los acontecimientos que siguen copando las portadas de nuestros periódicos. Más allá de la fortaleza e independencia de las instituciones, lo que mejor muestra si un país es o no presa de una élite que se aprovecha de sus ciudadanos, es la capacidad que ese país tiene de ofrecerles oportunidades. La diferencia entre un país en que un ciudadano se hace rico teniendo una buena idea y llevándola al mercado, o teniendo un buen amigo en un puesto de poder, marca la frontera entre la meritocracia y la “mediocracia”. Hoy, en España, seguimos mucho más cerca de la segunda que de la primera.
La educación siempre ha sido la principal fuente de oportunidades para los ciudadanos, y el principal mecanismo de ascenso social. Una buena educación debería proporcionar acceso a buenos trabajos, en función del mérito y el esfuerzo. Por ello no podemos dejar de insistir en la importancia que tiene la buena educación en el funcionamiento y el futuro de un país. Y por ello desconsuela ver que en lugar de debatir sobre las reformas reales que permitirían impulsar nuestra educación, y situar nuestras Universidades en puestos de privilegio, nos desgastamos en debates sobre la religión y la lengua, importantes para los afectados, pero irrelevantes para el futuro de la sociedad. Hoy ninguna universidad española se encuentra entre las 200 mejores universidades del mundo, de acuerdo con el ranking de Shanghai (ver aquí). Aunque pretendan hacernos creer otra cosa, lo cierto es que nuestras universidades son mediocres, y preparan estudiantes mediocres. César Molinas en su libro “Qué hacer con España”, Luis Garicano en “El dilema de España”, y muchos otros, han descrito algunas de las propuestas para cambiar el devenir de la educación en España.
Aun así, uno esperaría que los mejores estudiantes, pudieran acceder a las mejores Universidades, y a los mejores trabajos. Pero hace años que España tomó una deriva donde son otros los factores que priman.  Hoy en España, la sombra de la sospecha se cierne ya sobre las notas de selectividad, donde en no pocas ocasiones se escucha que si tienes los contactos adecuados, puedes conseguir que se modifiquen las notas, para asegurar que accedes a la universidad y la especialidad de tu interés. Verdad o mentira,  lo preocupante en cualquier caso es que sea creíble.
En el acceso a un trabajo, siempre ha primado en España la red de contactos. En épocas de escasez de trabajo, se ha vuelto aún más importante. El mérito y el esfuerzo de los buenos estudiantes corren el riesgo de verse cada vez menos recompensados, lo que pone en riesgo los pilares básicos del funcionamiento de una sociedad. A algunas personas les parece que el hecho de que los mejores estudiantes, y la gente más valiosa y con más talento busque su futuro fuera de nuestro país, no es alarmante, sino enriquecedor. La experiencia de vivir, estudiar o trabajar en el extranjero es sin duda algo que toda persona debería adquirir. El problema es que muchas de estas personas no se van buscando esta experiencia, sino que se van huyendo de unas reglas con las que no quieren jugar, donde sus méritos y sus esfuerzos no se verán recompensados, y pesarán menos que los amigos y los contactos.
En este capitalismo tan particular de nuestro país, donde los buenos negocios precisan de amigos y amistades en el poder, los ciudadanos son reticentes a creer en la cultura del emprendimiento. No sorprende que las encuestas sigan mostrando que muchos jóvenes quieren hacerse funcionarios para garantizar su futuro. Puede entenderse como una cultura de aversión al riesgo, pero en muchos casos lo que los jóvenes ven en la carrera administrativa son unas reglas más claras que premian el esfuerzo y el mérito. La preparación de una oposición, con unos exámenes y tribunales objetivos, abren la puerta a un trabajo y a un futuro mejor sin necesidad de contactos.
Claro que también es sintomático la sombra de la sospecha empiece a cernirse sobre las oposiciones. Si aparecen noticias que cuestionan las plazas obtenidas por determinadas personas (ver aquí), las otrora prestigiosas oposiciones a los altos cuerpos de funcionarios de la Administración pueden verse contaminadas por la sombra de la sospecha. Si es posible influir en los exámenes para un puesto en un hospital desde la Consejería de Salud de Extremadura, ¿qué impide pensar que también será posible hacerlo en las oposiciones de Técnicos Comerciales del Estado o de diplomáticos por ejemplo? La idea de que si tienes buenas relaciones, habrá una plaza reservada para ti, empieza a sobrevolar también el mundo de las oposiciones.
No solo eso; la carrera en la Administración Pública también se resiente a medida que la importancia de los contactos se extiende. La proliferación del uso de la libre designación para la mayoría de los puestos, o al menos para los más deseados, en las carreras profesionales de altos funcionarios del Estado ha dejado la carrera administrativa al arbitrio del poder político. Los cuerpos de altos funcionarios, que deberían velar por el interés general ejerciendo un contrapeso necesario al poder político, son hoy meras piezas al servicio de la dirección política. Todos ellos son conscientes que su carrera profesional solo progresará si se pliegan a las exigencias del poder político, y la mayoría encuentra hoy esta dependencia bastante natural.
No debería sorprender, ya que si se le preguntara por esta cuestión a muchos de los políticos que se sientan en el Congreso de los Diputados encontrarían perfectamente natural que si ellos han ganado las elecciones deben poder poner en todos los puestos críticos de la administración a personas de su confianza. Claro que a medida que han ido pasando los años, los puestos críticos se han extendido a todos los organismos, reguladores, ministerios, consejerías  o direcciones. Quedan ya pocos puestos que no estén sometidos a ese omnipresente poder.
A veces resulta doloroso escuchar a algunos funcionarios afirmar que la Administración de la dictadura era más profesional que la que hoy tenemos en España, y menos sometida al control político. Probablemente son afirmaciones fruto de ese maravilloso mecanismo que tiene el cerebro que nos permite recordar los aspectos más positivos del pasado, y olvidar los más negativos. Pero algo de verdad puede haber cuando los cuerpos de altos funcionarios afirman que la extensión de la politización en todos los niveles de la Administración española no se ha visto antes.  Quizás exagerado, pero en cualquier caso preocupante. Que las reformas propuestas de la Administración pública hablen de muchas cosas, pero nunca de reducir el número de puestos de libre designación o de volver a premiar el mérito, no invita a la esperanza.
En conclusión, acabar con todos los mecanismos de meritocracia que premian el esfuerzo, y ofrecen esperanza de un futuro mejor a todas las capas de la sociedad es un perfecto abono para el populismo y la corrupción. Abandonarse a una sociedad clientelar y corrupta, donde solo los amigos en el poder conducen al éxito en los negocios o en las carreras profesionales, llevará al país a un futuro bastante oscuro. Las recetas para evitar esta situación se han estudiado, debatido, y escrito en multitud de ocasiones. La fabulación que hace Luis Garicano en su libro “El Dilema de España” en su capítulo de conclusiones “¿La Dinamarca del Sur o la Venezuela de Europa?” es una exposición bastante sencilla. Reformar la educación, alejar la sombra de la sospecha de oposiciones y exámenes, y reducir al mínimo los puestos de libre designación en la administración son solo algunos ejemplos. Bien conocidos, y nada complejos. Muchos países lo han hecho antes que España.
La cultura del emprendimiento, las reformas educativas y el fomento de la iniciativa empresarial y de las pymes, requiere que de una forma creíble, los ciudadanos perciban que el modelo ha cambiado y que la meritocracia se abre paso en nuestro país. Hoy esta meta parece aún lejana.
 
 
 

18 comentarios
  1. Francisco Maldonado
    Francisco Maldonado Dice:

    Estimado Javier:
    He leído otros artículos suyos y con muchos he estado bastante de acuerdo. En este caso, comparto algunas cosas, como las afirmaciones sobre libre designación, pero otras no.
    En primer lugar, en relación a la selectividad, señala que “Verdad o mentira, no importa. Lo que importa es que sea creíble”. Me parece esta una afirmación algo arriesgada, sobre todo en un blog de derecho. Hay muchas cosas que son creíbles, pero no son verdad. Se trata de una acusación muy grave para basarse en rumores.
    Una cosa parecida sucede con su afirmación respecto a la limpieza de las oposiciones. Pone usted en igualdad de condiciones las oposiciones de la administración central y la autonómica. Como hay un problema en la administración autonómica, “podemos sospechar” que lo hay en la central. Es un mutatis mutandi cuanto menos arriesgado y que parece desconocer la realidad de los cuerpos superiores de la administración general. Pero es que encima cita a dos cuerpos sin que exista no ya prueba, ni siquiera mera sospecha , porque es usted el que crea la sospecha sin aportar ninguna prueba. Es más, dice “¿qué impide pensar…”. Lo que hace usted es extender una acusación de manera general y además individualizando. Y me resulta cuanto menos curioso que haya elegido usted esos dos cuerpos y no otros con más presencia en este blog. ¿Qué me impide a mi pensar una serie de cosas sobre esa elección?
    De nuevo, tiene mucha razón en muchas cosas: libre designación, aumento de la politización en la administración, …Pero creo que debe usted pensar muy bien antes de lanzar esas acusaciones. Tal y como lo ha hecho, parece que es usted el interesado en esparcir la sombra de la sospecha sin que tenga pruebas o indicios que la respalde.
    Muchas gracias

    • Juan Luis Redondo
      Juan Luis Redondo Dice:

      Francisco, creo que no estamos en desacuerdo. Sobre el tema de la selectividad, la afirmación “ser creíble”, indica que mucha gente cree que es cierto, lo que muestra que el clima social da pie a dar credibilidad a esa afirmación. No se sí es cierta o no, pero que la gente lo crea es en sí mismo un problema serio. Ese problema no se soluciona “matando al mensajero”, o negando el problema. La credibilidad es algo que cuesta mucho ganar, y se pierde con rapidez. Recuperarla requiere tomar algunas medidas.
      Sobre las oposiciones, vaya por delante mi disculpa a los dos cuerpos que he puesto como ejemplo. Sólo eran ejemplos. No pretendo extender la sospecha, sino hacer una llamada de atención. Hace no muchos años, decíamos que la corrupción solo podía darse en el ámbito local, luego dijimos que … tambien parece que se daba en el autonómico, y luego dijimos que, aunque dijimos que era imposible …, también se daba en el central. Con las oposiciones … decimos que eso solo,podría pasar en el ámbito local, o …, en el autonómico, pero nunca en el central. Como eso ya lo hemos vivido antes, sólo quería expresar que le prestigio de esas oposiciones de altos funcionarios de la administración central costo mucho ganarlas. Y se basaba en la credibilidad de esas oposiciones. Nuevamente, la credibilidad cuesta ganarla, y se pierde fácilmente. Conservarla requiere algo más que acusar a los que se atreven a avisar del riesgo. Matar al mensajero no suele da resultado.

    • MARÍA RODRÍGUEZ
      MARÍA RODRÍGUEZ Dice:

      Francisco,
      creo que hay secretos a voces y este es uno de ellos. Pruebas? Me parece complicadísimo aportar pruebas en estos casos de nepotismo y salvo casos obvios en extremo.
      En mi organismo público, sin ir más lejos, podría estimar que un 80% de las nuevas plazas ofrecidas vía oferta de empleo público tienen nombres y apellidos-pruebas competitivas “imparciales” de por medio-. Las vías de entrada son familiares, sindicales y políticas. Nadie está interesado en desmontar el tinglado. Para los que somos ajenos, queda muy poquito. Creo que en este momento hay que ser muy ingenuo para pensar que una oposición es limpia dado el clima de corrupción general y habiendo sido esta desde siempre una de las corrupciones más toleradas en nuestra querida España.
      Dejo un articulo interesante al respecto. En este blog hay varios artículos más que desgranan sagas familiares en lugares como el Tribunal de Cuentas. Me viene a la cabeza también algún que otro estudio que compara los apellidos de los nuevos y viejos diplomáticos y encuentra demasiadas coincidencias.
      http://contencioso.es/2009/01/15/funcion-publica-oposiciones-con-apellido-y-apellidos-ante-las-oposiciones/

  2. daniel cuadrado zuloaga
    daniel cuadrado zuloaga Dice:

    Absolutamente de acuerdo, sobre todo con la extensión desmesurada de la libre designación en las capas más altas de la organización de las Administraciones Públicas. Lo que supone un serio problema para conformar estructuras administrativas dotadas de una mínima eficiencia funcional, toda vez que estos puestos de trabajo relevantes recaen frecuentemente en personas sin la capacidad técnica requerida, dado que en no pocas ocasiones el mérito excluyente para su nombramiento es la lealtad política o la mera relación de amistad con quien le proporciona la designación o alguna de las personas de su círculo político. De esta forma y en su respectiva área de poder, no es infrecuente que los cargos públicos coloquen en alguno de los servicios o unidades administrativas que dirigen a algún funcionario de su entorno que le profese sumisión, con lo cual la influencia personal o partidista atraviesa la Administración cuya estructura y funcionamiento – como no podía ser de otra forma – pasa a responder a criterios partidocráticos, patrimonialistas o clientelares. Situación muy apetecida por los gobernantes porque, al aumentar la discrecionalidad a la hora de nombrar y remover a un gran número de empleados para puestos de trabajo desde donde es posible controlar políticamente determinadas materias, suelen utilizar esta circunstancia para comprar o pagar favores personales o políticos. Los funcionarios más expertos, capacitados y honestos son sustituidos por individuos que pueden ser manejados sin mayores contratiempos, al ser amigos, simpatizantes o allegados a altos cargos políticos a quienes no están dispuestos a contrariar.
    Todo esto desnaturaliza el sistema de cobertura de recursos humanos, ya que se dejan al margen los conceptos de mérito y capacidad para dar paso a otros ilegítimos, permitiendo que la discrecionalidad de los designados rija en la provisión de una cantidad importante de puestos de trabajo e impidiendo que los que tienen las condiciones idóneas para ocuparlos puedan acceder a ellos, simplemente porque no hay mecanismo que permita la evaluación objetiva de sus capacidades y aptitudes. Y la consecuencia de todo ello es que los funcionarios más competentes no son promocionados hacia mejores puestos – pese a merecerlo – , y en cambio las altas esferas de la Administración Pública quedan pobladas por mediocres e ineficientes, lo que contribuye a un deterioro global y progresivo de su funcionamiento.

  3. Arcimboldo
    Arcimboldo Dice:

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que comenta respecto a la cobertura de puestos en la Administración. Eso sí, es conveniente que los funcionarios no nos pongamos de víctimas en todo este asunto. La responsabilidad es nuestra y bien nuestra. Tanto por acción (aceptando puestos a sabiendas de que el precio a pagar es el servilismo más absoluto) como por omisión (acatando la omertà que impide criticar las reglas de juego so pena de verse condenado al mayor de los ostracismos).
    A los funcionarios siempre nos queda la opción de:
    – renunciar a un puesto cuando se nos impida ejercer nuestra función con sometimiento exclusivo a la legalidad y el interés general
    – fomentar un clima más crítico respecto a aquellos casos de éxito en la carrera administrativa a partir de la adulación y el servilismo, de modo que quien decida recurrir a ellos al menos se lo piense dos veces.
    Mientras no estemos dispuestos a actuar así, no podremos decir, como tanto nos gusta, que la culpa es de los políticos.

  4. David Sotomonte
    David Sotomonte Dice:

    La ausencia de meritocracia en nuestro país se plasma en todos los ámbitos, no solo en el proceso de libre designación de funcionarios. La libre designación y el daño que hace en organismos como la Agencia Tribunal es un claro ejemplo pero no el único. Basta ver como los partidos políticos eligen a sus candidatos o cómo el Gobierno de turno selecciona a sus altos cargos. Y como comenta el autor del post, en empresas privadas de nuestro país sucede también. En España la cultura de la confianza y proximidad está muy arraigada en cualquier ámbito profesional y así nos va claro.

  5. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    El autor del post creo que pone el dedo en la llaga, como demuestran algunos comentarios. Cuando las reglas del juego se pervierten, es más cómodo pensar que las que le afectan a uno en particular se mantienen incólumes, pero no suele ser así. Las lineas se van borrando. Se empieza con la libre designación generalizada y arbitraria y se puede terminar con las oposiciones más sagradas. ¿Por qué no? Y en todo caso ¿como saberlo? La sombra de la sospecha se extiende sobre todo el sistema, en perjuicio particularmente de los que todavía juegan limpio. El caso de la sobrina de de Guindos que renunció a un puesto en la CNMC para el que, al parecer, tenía competencia y capacidad por el escándalo que se montó dada la relación de parentesco con el Ministro nos debería alertar. ¿Como saber cuando el sobrino es una persona preparada y solvente y cuando es simplemente un sobrino bien colocado? Además en el caso de de Guindos es interesante que nadie se diese cuenta de que en todo caso una sobrina no debe de estar en un órgano regulador supuestamente independiente de su tío…
    Y claro que los funcionarios tienen una parte muy importante de responsabilidad como bien señala Arcimboldo por prestarse al juego.

  6. Fride
    Fride Dice:

    Me parece una opinión muy válida la suya y no me parecen, desde ningún punto de vista, poco razonables sus sospechas de manipulación en las oposiciones públicas para determinados cuerpos del estado. Evidentemente, no digo que no exista la posibilidad para todo aquel con capacidad y trabajo para alcanzar uno de estos puestos (salvo quizás en el cuerpo diplomático). Sin embargo, lo que si creo es que sus posiblidades se reducen debido a la reducción, valga la redundancia, de plazas totalmente libres y no asignadas ex-ante dentro de esas oposiciones.
    Nuestra niveles de corrupción, más altos en comparación con los países que siempre son objeto de comparación y menores que los del restos del mundo, hacen que una cuestión de tanta relevancia como el futuro laboral (y económico por extensión) de los descendientes no se pueda dejar al libre albeldrio o al gobierno de una meritocracia pura.
    Seguramente sea nuestros carácter y las redes de protección que se crean entre amigos y familia quienes fomenten esta corrupción. Estas redes son positivas por cuanto, en situaciones como la actual, actúan de salvavidas para muchas personas sin ingresos o recursos, pero son el origen de la corrupción y de que ,en este país, no se pueda montar un negocio sin una tupida red de contactos.
    Por tanto, es este carácter de familia y amiguismo lo que genera muchos de los problemas que actualmente tenemos. La familia y los amigos no son compatibles con la meritocracia. O, si lo fueran, requerirían de un grado de moralidad infinitamente superior al que pueda existir a día de hoy en este país.
    En este contexto y en una época de dramática reducción del número de salidas profesionales para todos en este país, me resulta dificil creer en la bondad de las oposiciones. No sólo por la idoneidad de las mismas para seleccionar a los cuerpos de élite del estado, sino también por la rigurosidad que puedan tener dichos procesos.
    Por cierto, desde el sector privado algunos sí nos estamos preocupando de aspectos clave de la educación que no entran en las previsiones de nuestros gobernantes. Nos estamos preocupando por el cambiante mundo laboral y por las competencias que los estudiantes de hoy en día necesitarán para el futuro. Sobre todo en un laboral en el que primarán las competencias y las habilidades por encima de las fronteras nacionales y en el que nuestros estudiantes de hoy, mejor o peor formados, deberán competir con los de otras nacionalidades.
    Me permito, y pido perdón por ello, dejar un link de nuestro proyecto:
    http://tinyurl.com/oyjfur8
    http://tinyurl.com/nvux9m9

  7. Legaliti
    Legaliti Dice:

    Olé.
    Creo que el problema va más allá: es un problema de nuestra forma de ser. Revisar esas bases es complicado. Y después de contagia a todo, empezando por los que nos gobiernan (o desgobiernan).

    • Francisco Maldonado
      Francisco Maldonado Dice:

      Estimado Javier:

      He leído otros artículos suyos y con muchos he estado bastante de acuerdo. En este caso, comparto algunas cosas, como las afirmaciones sobre libre designación, pero otras no.
      En primer lugar, en relación a la selectividad, señala que “Verdad o mentira, no importa. Lo que importa es que sea creíble”. Me parece esta una afirmación algo arriesgada, sobre todo en un blog de derecho. Hay muchas cosas que son creíbles, pero no son verdad. Se trata de una acusación muy grave para basarse en rumores.
      Una cosa parecida sucede con su afirmación respecto a la limpieza de las oposiciones. Pone usted en igualdad de condiciones las oposiciones de la administración central y la autonómica. Como hay un problema en la administración autonómica, “podemos sospechar” que lo hay en la central. Es un mutatis mutandi cuanto menos arriesgado y que parece desconocer la realidad de los cuerpos superiores de la administración general. Pero es que encima cita a dos cuerpos sin que exista no ya prueba, ni siquiera mera sospecha , porque es usted el que crea la sospecha sin aportar ninguna prueba. Es más, dice “¿qué impide pensar…”. Lo que hace usted es extender una acusación de manera general y además individualizando. Y me resulta cuanto menos curioso que haya elegido usted esos dos cuerpos y no otros con más presencia en este blog. ¿Qué me impide a mi pensar una serie de cosas sobre esa elección?
      De nuevo, tiene mucha razón en muchas cosas: libre designación, aumento de la politización en la administración, …Pero creo que debe usted pensar muy bien antes de lanzar esas acusaciones. Tal y como lo ha hecho, parece que es usted el interesado en esparcir la sombra de la sospecha sin que tenga pruebas o indicios que la respalde.

      Muchas gracias

    • daniel cuadrado zuloaga
      daniel cuadrado zuloaga Dice:

      Absolutamente de acuerdo, sobre todo con la extensión desmesurada de la libre designación en las capas más altas de la organización de las Administraciones Públicas. Lo que supone un serio problema para conformar estructuras administrativas dotadas de una mínima eficiencia funcional, toda vez que estos puestos de trabajo relevantes recaen frecuentemente en personas sin la capacidad técnica requerida, dado que en no pocas ocasiones el mérito excluyente para su nombramiento es la lealtad política o la mera relación de amistad con quien le proporciona la designación o alguna de las personas de su círculo político. De esta forma y en su respectiva área de poder, no es infrecuente que los cargos públicos coloquen en alguno de los servicios o unidades administrativas que dirigen a algún funcionario de su entorno que le profese sumisión, con lo cual la influencia personal o partidista atraviesa la Administración cuya estructura y funcionamiento – como no podía ser de otra forma – pasa a responder a criterios partidocráticos, patrimonialistas o clientelares. Situación muy apetecida por los gobernantes porque, al aumentar la discrecionalidad a la hora de nombrar y remover a un gran número de empleados para puestos de trabajo desde donde es posible controlar políticamente determinadas materias, suelen utilizar esta circunstancia para comprar o pagar favores personales o políticos. Los funcionarios más expertos, capacitados y honestos son sustituidos por individuos que pueden ser manejados sin mayores contratiempos, al ser amigos, simpatizantes o allegados a altos cargos políticos a quienes no están dispuestos a contrariar.

      Todo esto desnaturaliza el sistema de cobertura de recursos humanos, ya que se dejan al margen los conceptos de mérito y capacidad para dar paso a otros ilegítimos, permitiendo que la discrecionalidad de los designados rija en la provisión de una cantidad importante de puestos de trabajo e impidiendo que los que tienen las condiciones idóneas para ocuparlos puedan acceder a ellos, simplemente porque no hay mecanismo que permita la evaluación objetiva de sus capacidades y aptitudes. Y la consecuencia de todo ello es que los funcionarios más competentes no son promocionados hacia mejores puestos – pese a merecerlo – , y en cambio las altas esferas de la Administración Pública quedan pobladas por mediocres e ineficientes, lo que contribuye a un deterioro global y progresivo de su funcionamiento.

    • Juan Luis Redondo
      Juan Luis Redondo Dice:

      Francisco, creo que no estamos en desacuerdo. Sobre el tema de la selectividad, la afirmación “ser creíble”, indica que mucha gente cree que es cierto, lo que muestra que el clima social da pie a dar credibilidad a esa afirmación. No se sí es cierta o no, pero que la gente lo crea es en sí mismo un problema serio. Ese problema no se soluciona “matando al mensajero”, o negando el problema. La credibilidad es algo que cuesta mucho ganar, y se pierde con rapidez. Recuperarla requiere tomar algunas medidas.

      Sobre las oposiciones, vaya por delante mi disculpa a los dos cuerpos que he puesto como ejemplo. Sólo eran ejemplos. No pretendo extender la sospecha, sino hacer una llamada de atención. Hace no muchos años, decíamos que la corrupción solo podía darse en el ámbito local, luego dijimos que … tambien parece que se daba en el autonómico, y luego dijimos que, aunque dijimos que era imposible …, también se daba en el central. Con las oposiciones … decimos que eso solo,podría pasar en el ámbito local, o …, en el autonómico, pero nunca en el central. Como eso ya lo hemos vivido antes, sólo quería expresar que le prestigio de esas oposiciones de altos funcionarios de la administración central costo mucho ganarlas. Y se basaba en la credibilidad de esas oposiciones. Nuevamente, la credibilidad cuesta ganarla, y se pierde fácilmente. Conservarla requiere algo más que acusar a los que se atreven a avisar del riesgo. Matar al mensajero no suele da resultado.

    • Arcimboldo
      Arcimboldo Dice:

      Estoy totalmente de acuerdo con lo que comenta respecto a la cobertura de puestos en la Administración. Eso sí, es conveniente que los funcionarios no nos pongamos de víctimas en todo este asunto. La responsabilidad es nuestra y bien nuestra. Tanto por acción (aceptando puestos a sabiendas de que el precio a pagar es el servilismo más absoluto) como por omisión (acatando la omertà que impide criticar las reglas de juego so pena de verse condenado al mayor de los ostracismos).
      A los funcionarios siempre nos queda la opción de:
      – renunciar a un puesto cuando se nos impida ejercer nuestra función con sometimiento exclusivo a la legalidad y el interés general
      – fomentar un clima más crítico respecto a aquellos casos de éxito en la carrera administrativa a partir de la adulación y el servilismo, de modo que quien decida recurrir a ellos al menos se lo piense dos veces.
      Mientras no estemos dispuestos a actuar así, no podremos decir, como tanto nos gusta, que la culpa es de los políticos.

    • David Sotomonte
      David Sotomonte Dice:

      La ausencia de meritocracia en nuestro país se plasma en todos los ámbitos, no solo en el proceso de libre designación de funcionarios. La libre designación y el daño que hace en organismos como la Agencia Tribunal es un claro ejemplo pero no el único. Basta ver como los partidos políticos eligen a sus candidatos o cómo el Gobierno de turno selecciona a sus altos cargos. Y como comenta el autor del post, en empresas privadas de nuestro país sucede también. En España la cultura de la confianza y proximidad está muy arraigada en cualquier ámbito profesional y así nos va claro.

    • Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
      Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

      El autor del post creo que pone el dedo en la llaga, como demuestran algunos comentarios. Cuando las reglas del juego se pervierten, es más cómodo pensar que las que le afectan a uno en particular se mantienen incólumes, pero no suele ser así. Las lineas se van borrando. Se empieza con la libre designación generalizada y arbitraria y se puede terminar con las oposiciones más sagradas. ¿Por qué no? Y en todo caso ¿como saberlo? La sombra de la sospecha se extiende sobre todo el sistema, en perjuicio particularmente de los que todavía juegan limpio. El caso de la sobrina de de Guindos que renunció a un puesto en la CNMC para el que, al parecer, tenía competencia y capacidad por el escándalo que se montó dada la relación de parentesco con el Ministro nos debería alertar. ¿Como saber cuando el sobrino es una persona preparada y solvente y cuando es simplemente un sobrino bien colocado? Además en el caso de de Guindos es interesante que nadie se diese cuenta de que en todo caso una sobrina no debe de estar en un órgano regulador supuestamente independiente de su tío…
      Y claro que los funcionarios tienen una parte muy importante de responsabilidad como bien señala Arcimboldo por prestarse al juego.

    • Fride
      Fride Dice:

      Me parece una opinión muy válida la suya y no me parecen, desde ningún punto de vista, poco razonables sus sospechas de manipulación en las oposiciones públicas para determinados cuerpos del estado. Evidentemente, no digo que no exista la posibilidad para todo aquel con capacidad y trabajo para alcanzar uno de estos puestos (salvo quizás en el cuerpo diplomático). Sin embargo, lo que si creo es que sus posiblidades se reducen debido a la reducción, valga la redundancia, de plazas totalmente libres y no asignadas ex-ante dentro de esas oposiciones.

      Nuestra niveles de corrupción, más altos en comparación con los países que siempre son objeto de comparación y menores que los del restos del mundo, hacen que una cuestión de tanta relevancia como el futuro laboral (y económico por extensión) de los descendientes no se pueda dejar al libre albeldrio o al gobierno de una meritocracia pura.

      Seguramente sea nuestros carácter y las redes de protección que se crean entre amigos y familia quienes fomenten esta corrupción. Estas redes son positivas por cuanto, en situaciones como la actual, actúan de salvavidas para muchas personas sin ingresos o recursos, pero son el origen de la corrupción y de que ,en este país, no se pueda montar un negocio sin una tupida red de contactos.

      Por tanto, es este carácter de familia y amiguismo lo que genera muchos de los problemas que actualmente tenemos. La familia y los amigos no son compatibles con la meritocracia. O, si lo fueran, requerirían de un grado de moralidad infinitamente superior al que pueda existir a día de hoy en este país.

      En este contexto y en una época de dramática reducción del número de salidas profesionales para todos en este país, me resulta dificil creer en la bondad de las oposiciones. No sólo por la idoneidad de las mismas para seleccionar a los cuerpos de élite del estado, sino también por la rigurosidad que puedan tener dichos procesos.

      Por cierto, desde el sector privado algunos sí nos estamos preocupando de aspectos clave de la educación que no entran en las previsiones de nuestros gobernantes. Nos estamos preocupando por el cambiante mundo laboral y por las competencias que los estudiantes de hoy en día necesitarán para el futuro. Sobre todo en un laboral en el que primarán las competencias y las habilidades por encima de las fronteras nacionales y en el que nuestros estudiantes de hoy, mejor o peor formados, deberán competir con los de otras nacionalidades.

      Me permito, y pido perdón por ello, dejar un link de nuestro proyecto:

      http://tinyurl.com/oyjfur8

      http://tinyurl.com/nvux9m9

    • Legaliti
      Legaliti Dice:

      Olé.
      Creo que el problema va más allá: es un problema de nuestra forma de ser. Revisar esas bases es complicado. Y después de contagia a todo, empezando por los que nos gobiernan (o desgobiernan).

  8. Gonzalo Atela
    Gonzalo Atela Dice:

    Lo peor de la burbuja inmobiliaria fue el daño a la meritocracia. El mensaje durante años fue muy claro, el que trabaja duro todos los días para superarse es tonto. El sistema premia al que hace pases de suelo rustico a urbano. Se premia al “insider” que hace pases de pisos, al que tiene amigos… donde hay que tenerlos, claro.

  9. Gonzalo Atela
    Gonzalo Atela Dice:

    Lo peor de la burbuja inmobiliaria fue el daño a la meritocracia. El mensaje durante años fue muy claro, el que trabaja duro todos los días para superarse es tonto. El sistema premia al que hace pases de suelo rustico a urbano. Se premia al “insider” que hace pases de pisos, al que tiene amigos… donde hay que tenerlos, claro.

  10. Juan Luis Redondo
    Juan Luis Redondo Dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios.
    El tema del papel de los funcionarios siempre es un interesante tema de debate. Como señala JJGF, se ha tratado en varios ocasiones en este blog. En esta ocasión quería referirme específicamente al tema de la libre designación, y la supresión de la carrera de mérito, que sigo creyendo que juega un papel muy importante en la deriva que ha tomado la administración pública española. Parece un mecanismo de control de la administración por parte del poder político, muy silencioso … no genera grandes titutales como la elección del CGPJ, o del Tribunal Constitucional, pero con un impacto extraordinario.
    En el tema general sobre la meritocracia, al igual que se ha analizado muchas veces el impacto que tuvo la burbuja inmobiliaria en la educación, y en el abandono de los jóvenes buscando trabajos fáciles de buenos sueldos, sería igualmente aplicable al tema del mérito. Como señala Gonzalo, que la sociedad pierda la percepción de que el trabajo y el esfuerzo en los estudios, como después en el trabajo, produce réditos, es demoledor. Pretendía mostrar algunas fronteras (selectividad, oposiciones, ..), que si caen, quedará poca defensa para el mérito en España, Son solo fronteras, el problema de la meritocracia es mucho más amplio, y se extiende a todos los órdenes de la vida, como habéis señalado muchos en vuestros comentarios. Y sin duda, el apunte de David en lo que se refiere a los partidos políticos es un apunte muy revelador.

  11. Juan Luis Redondo
    Juan Luis Redondo Dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios.

    El tema del papel de los funcionarios siempre es un interesante tema de debate. Como señala JJGF, se ha tratado en varios ocasiones en este blog. En esta ocasión quería referirme específicamente al tema de la libre designación, y la supresión de la carrera de mérito, que sigo creyendo que juega un papel muy importante en la deriva que ha tomado la administración pública española. Parece un mecanismo de control de la administración por parte del poder político, muy silencioso … no genera grandes titutales como la elección del CGPJ, o del Tribunal Constitucional, pero con un impacto extraordinario.

    En el tema general sobre la meritocracia, al igual que se ha analizado muchas veces el impacto que tuvo la burbuja inmobiliaria en la educación, y en el abandono de los jóvenes buscando trabajos fáciles de buenos sueldos, sería igualmente aplicable al tema del mérito. Como señala Gonzalo, que la sociedad pierda la percepción de que el trabajo y el esfuerzo en los estudios, como después en el trabajo, produce réditos, es demoledor. Pretendía mostrar algunas fronteras (selectividad, oposiciones, ..), que si caen, quedará poca defensa para el mérito en España, Son solo fronteras, el problema de la meritocracia es mucho más amplio, y se extiende a todos los órdenes de la vida, como habéis señalado muchos en vuestros comentarios. Y sin duda, el apunte de David en lo que se refiere a los partidos políticos es un apunte muy revelador.

  12. pablo
    pablo Dice:

    Por suerte o por desgracia, debido a mi periplo profesional, conozco los 3 niveles de administración, y puede afirmarse con rotundidad que tanto la Autonómica como la Local son ámbitos donde grosso modo la cosa funciona tal que así: connivencia absoluta entre poder político y minoría elitista de funcionarios de carrera para repartirse prebendas con la tácita complacencia y participación sindical ,sustentada en un ejército de interinos, obviamente y por su propia condición dúctiles y maleables, produciendo una endogamia cerrada a cualquier injerencia externa (léase movilidad interadministrativa, etc..), donde por consiguiente el mérito y la capacidad son elementos residuales.
    Resulta desolador ver como por ejemplo nuestro país vecino y hermano , a raíz del “rescate” y por exigencias de los “hombres de negro”, ha implementado medidas tendentes a “rescatar” la meritocracia en la Administración.
    Este interesante y visceral artículo publicado en la página web del INAP relata el proceso de cambio en Portugal:
    http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?id=1502802

  13. pablo
    pablo Dice:

    Por suerte o por desgracia, debido a mi periplo profesional, conozco los 3 niveles de administración, y puede afirmarse con rotundidad que tanto la Autonómica como la Local son ámbitos donde grosso modo la cosa funciona tal que así: connivencia absoluta entre poder político y minoría elitista de funcionarios de carrera para repartirse prebendas con la tácita complacencia y participación sindical ,sustentada en un ejército de interinos, obviamente y por su propia condición dúctiles y maleables, produciendo una endogamia cerrada a cualquier injerencia externa (léase movilidad interadministrativa, etc..), donde por consiguiente el mérito y la capacidad son elementos residuales.

    Resulta desolador ver como por ejemplo nuestro país vecino y hermano , a raíz del “rescate” y por exigencias de los “hombres de negro”, ha implementado medidas tendentes a “rescatar” la meritocracia en la Administración.

    Este interesante y visceral artículo publicado en la página web del INAP relata el proceso de cambio en Portugal:

    http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?id=1502802

  14. Teilhard
    Teilhard Dice:

    De acuerdo señor Redondo en todo lo que dice.Todo reiterado ya hasta la saciedad. Nada nuevo. Los síntomas que describe son evidentes. Por abundar a propósito de la educación, déjeme que le traiga a colación el último titular “Wert deja en el limbo a los alumnos de FP básica”. Precisamente los que por sus dificultades más necesitan de la ayuda del sistema educativo, son abandonados en el limbo.¿Negligencia o política intencionada de la ignorancia? Que decir de los autos del juicio del 23F, que en un asunto tan grave para nuestra democracia, le son declarados secretos al pueblo.¿prudencia o intencionada ignorancia?.
    En el poder en nada se piensa menos que en la democracia y todo son palabras hueras que no resisten el más mínimo análisis. Y los que no detentan el poder tampoco, porque cuando votan no piensan en ella, sino en su interés particular. Por eso, hasta que no se haga hegemónico en la sociedad el debate sobre que es y como se establece una democracia, vagaremos errabundos y desnortados, rumbo a lo peor.

  15. izaskun
    izaskun Dice:

    Sobre las reformas: es improcedente hablar de reforma sin hacer mención a la forma. En las ideas básicas estamos de acuerdo. Ahora ¿qué hacemos? ¿cómo se cambia? ¿hay propuestas reales de avance y mejora?
    Sobre las comparaciones: requiere tener un elemento de referencia y criterios de comparación ¿el ranking de Shangai no huele acaso a algo parecido a las agencias de evaluación del sistema financiero?

    • Juan Luis Redondo
      Juan Luis Redondo Dice:

      Izaskun, las reformas sobre educación, están muy detalladas en las referencias proporcionadas. Sobre el tema de la carrera administrativa, en este post se abordaba la necesidad de reducir drásticamente el número de puestos de libre designación. Parece una reforma bastante sencilla. Pablo ha aportado un ejemplo de como se ha hecho en Portuga, que ofrece una posibilidad realmente interesante.
      Y tu crítica al ranking de Shangai … criticar los indicadores y los datos, suele ser el recurso del mal gobernante cuando no sabe ya qué decir. Suele afirmar que .. se ha medido mal. El ranking de Shangai es un ranking reconocido internacionalmente. Mide parámetros con los que puedes estar en desacuerdo (premios nóbel, etc ..), pero da una medición objetiva ampliamente aceptada. Puedes construir otro ranking a la medida de las universidades españolas, donde salgan muy bien, pero sería preciso que internacionalmente se reconozca, lo cual hasta ahora no ha sucedido. Si quieres proponer otro ranking, creo que este blog está muy abierto.
      Y sobre como conseguir que no se dude de la credibilidad de unas oposiciones y unos exámenes, ejemplso hay muchos. Modelos de elección de tribunales, Controles de notas, …. Creo que eso está muy estudiado. Solo hace falta la voluntad.

  16. Ramón Soriano
    Ramón Soriano Dice:

    No solo la libre designación favorece el amiguismo. En la Generalidad catalana, la mayoría de puestos de trabajo singulares (responsables, jefes de sección y de servicio) no son de libre designación, pero las vacantes se cubren primero de forma provisional, en comisión de servicios durante bastantes años, con el amigo o militante del partido. Años después se realiza la correspondiente convocatoria de concurso en la cual el mérito principal es la presentación de una memoria sobre mejoras en el puesto de trabajo. ¿Y quién va a realizar la mejor memoria que el que lleva años desempeñando el cargo y que además conocía con antelación la realización de la convocatoria?

  17. IVP
    IVP Dice:

    Efectivamente todo esto y mas es verdad y sucede en la Administración española pero tambien es cierto que hay muy buenos profesionales solos y aislados para que no interfierean esta mediocridad y mi pregunta es ¿que se puede hacer para formar un equipo con todos esos profesionales de la Admon.?

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