Modernidad y Estado de Derecho vs. Secesión (Burr frente a Mas)
Aaron Burr (1.756-1.736), héroe militar de la revolución norteamericana y jurista descendiente de los fundadores de la Universidad de Princeton, en la que se formó, ostentó la Vicepresidencia de los Estados Unidos de América entre los años 1.801 y 1.805, bajo el mandato del Presidente Thomas Jefferson. Personaje controvertido, a quien se suele recordar por su duelo con Alexander Hamilton, en el que éste perdió la vida.
Sobre su figura se ha cernido largo tiempo una tenue sombra de malditismo que el escritor Gore Vidal neutraliza brillantemente en una espléndida novela histórica vindicativa de su figura, publicada en 1.973. En un pasaje del texto, VIDAL refiere un encuentro privado en Washington, con mesa y mantel, entre el sibilino Jefferson y su libérrimo Vicepresidente, en el que el primero inquiere directamente al segundo sobre cuál sea su franca opinión en torno a la naturaleza de la Constitución de los Estados Unidos. Burr responde a un contrariado Jefferson señalando como fundamental defecto constitucional “the so-called inherent rights of any state to dissolve its bonds with the union”. Y remachando: “– I merely point out that no constitution can be effective if each state thinks that it has the right to nullify any federal law it pleases. I also think that as long as each state believes it has the right to secede, eventually one or more states will secede and there will be no United States”.
El devenir del tiempo y la formación y consolidación de los estados liberales modernos acabó dando la razón a BURR. En Francia el contemporáneo NAPOLEÓN, con la promulgación de un Código Civil igual para todos los ciudadanos, eliminando privilegios y rémoras feudales, da un paso adelante en el camino de la unificación, ya transitado por Richelieu, Mazarino y Colbert. Y, por lo que respecta a países descentralizados, como los propios Estados Unidos, con Abraham Lincoln se va a llevar a cabo la transformación de la confederación en la federación desapareciendo el derecho a la secesión en favor de la consolidation. Y, tras la Segunda Guerra Mundial, en la República Federal Alemana el parágrafo 31 de la Ley Fundamental de Bonn proclama el principio Bundesrecht bricht Landesrecht – el derecho federal prevalece sobre el derecho de los estados.
En España desde hace tiempo ha sido defendida una tendencia de racionalidad, ilustración y progreso paralela a las apuntadas, bien en sentido unificador, tan legítimo como cualquier otro – recuérdese a los ilustrados de Cádiz y su artículo 258 de la Constitución de 1.812; o a los redactores del Proyecto de Código Civil de 1.851; bien en una razonable dirección descentralizadora, como la ensayada en la Constitución de 1.931 y, muy especialmente, la introducida por la vigente Constitución de 1.978, que ha permitido el reconocimiento y desarrollo de muy notables niveles de autogobierno y la protección de singularidades culturales y lingüísticas, especialmente en las denominadas nacionalidades históricas que integran la nación española.
A lo largo de este proceso evolutivo de la España moderna, frente a luces hubo guerras civiles, dictaduras y caciquismos en defensa del privilegio de clase o de parcela. Y hoy, en el siglo XXI, renacen y se recrudecen las sombras bajo el artefacto resultante de un Título VIII de la Carta Magna que, tras estimular una orteguiana redención de las provincias, en estas fechas se nos ha ido en gran medida de las manos. Como decía Ganivet, el ideal jurídico patrio es – sigue siendo – que todos los españoles llevasen en el bolsillo una carta foral con un solo artículo, redactado en estos términos breves, claros y contundentes: “este español está autorizado para hacer lo que le dé la gana”. Y en eso Artur Mas, supongo que a su pesar, es genuinamente español.
Burr subrayaba a Jefferson la necesidad de acabar con un derecho a la secesión que existía en la Constitución de una Unión que había nacido, precisamente, de la secesión de las colonias respecto de la metrópoli británica y del posterior acuerdo (compact) de todas ellas en una confederación. Y Lincoln, a partir de la crisis política ocasionada por la rebelión de los estados del Sur, elimina el privilegio de secesión y consolida la unidad nacional en forma de federación. No repetiremos en idéntico sentido los hitos y nombres de la unificación alemana como el Zollverein o Bismarck – ni siquiera el Tratado de Reunificación de Helmut Kohl y Lothar de Maziere, ya en 1.990.
Aquí, sin embargo, transitaríamos el camino inverso – y pulsaríamos el botón de autodestrucción – de una España surgida como Estado moderno antes de la teoría de la soberanía de Jean Bodin – hacia su desarticulación con base en un derecho de secesión – llámese de autodeterminación o de decidir – que no existe en nuestra Constitución.
El tour de force soberanista que el President Mas patrocina desde la Generalitat y desde el Parlament de Cataluña es un error peligroso, además de una deslealtad a la democracia y al Estado de Derecho. Una consulta o referéndum per se no convalida un ataque demagógico al imperio de la ley, como prueban los plebiscitos convocados en dictaduras, de los que en España aún se guarda recuerdo. Se trata de un desafío populista basado en lo que Rodrigo Tena califica como atributo, es decir, no en un modelo o ejemplo universal que promete una vida buena y al que se aspira sino un rasgo que se posee de modo particular y que da derecho – preferente, debe entenderse – a esa vida buena. Y ese atributo es la nación que, a juicio de Mas y de otros, no puede ser parte integrante de un entramado español, que no comparte tan preciosa esencia. Un Estado español que se califica como opresor y ladrón – que roba – pero que, sin embargo, permite que Cataluña tenga, por ejemplo, un Gobierno, un Parlamento y un Código Civil propios, entre otras muchas prerrogativas; o que el País Vasco y Navarra sean fiscalmente independientes – lo que sorprendería a un alemán y no menos a un francés, ciudadanos ambos de democracias de mayor recorrido y prestigio que la nuestra.
Otras voces catalanas, en cambio, son conscientes de que nunca Cataluña progresó tanto – e hizo progresar y modernizarse al resto de España – como en los años posteriores a 1.978 en que prevalecieron otra cultura y otra sensibilidad, de pacto, de aprecio por el que piensa diferente o tiene otro origen, de progreso cultural y económico, de seny. Suena mucho mejor, por ejemplo, la metáfora de Josep Termes del catalanismo entendido como un río que va tomando en su recorrido afluentes de variadas procedencias.
Frente a las consultas, hechos consumados y otros subterfugios fuera de la ley y al margen de la prudencia y la responsabilidad que deben caracterizar a un gobernante democrático y con los mejores deseos para un nuevo año que comienza, parece más inteligente y sensato reconducir posiciones de concordia amojonando el campo con dos hechos tozudos e insoslayables que pone de relieve Juan-José Lopez Burniol, a saber, (i) que Cataluña es una comunidad con conciencia de poseer una personalidad histórica diferenciada y una voluntad firme de proyectar esta personalidad hacia el futuro mediante un autogobierno que lleve consigo la autorregulación de los propios intereses y el autocontrol suficiente de los propios recursos; y (ii) que Cataluña, como consecuencia de un proceso histórico multisecular e irreversible – no fatal ni ingobernable – está integrada histórica, política y jurídicamente dentro del España, en cuya estructura estatal, instituciones y centros de poder debe participar (el quehacer común español, compatible con el nacionalismo catalán, como afirmó Jordi Pujol en un discurso pronunciado en la Universidad de Salamanca en noviembre de 1.981).
Ignorar ambas certezas no llevaría sino a desastres. Que es a donde conduce esa secesión que nuestra Constitución, por mucho que se retuerza, no permite.
Notario de Salamanca.
Nuestro futuro y el de Europa se decide el día 18 de septiembre de este año. Ya falta poco. Si los escoceses deciden permanecer en el Reino Unido, todos respiraremos tranquilos. Pero si una mayoría de ellos vota a favor de una Escocia independiente, será una convulsión parecida a la caída del muro de Berlín. El mapa de Europa cambiará, y el de España también.
“Si los escoceses deciden permanecer en el Reino Unido, todos respiraremos tranquilos”
Bueno… hable por usted. A mí me da exactamente igual. Lo que sí habrá ocurrido es que otro país democrático avanzado nos habrá dado de nuevo una lección de democracia y libertad más (tras Canadá), mientras aquí defendemos el modelo decimonónico “lincoln” de guerra civil con 600.000 muertos no se sabe muy bien para qué. O sí se sabe: para que el que mande tenga más fuerza y poder sobre su entorno. No hay más razón que esa.
Ese discurso decimonónico de poder es cada vez menos convincente en el mundo occidental. Cada vez a más ciudadanos les importa menos el poder de su pais sobre otros y les importa más el nivel de vida que su país les pueda ayudar a conseguir. Una gran “rusia” puede tener un gran poder, pero cada vez más personas prefieren vivir en una floja “dinamarca”. La patria empieza en casa.
Los intereses de grandeza de la clase dirigente cada vez tienen menos predicamento, especialmente entre la gente joven e instruida de occidente. El siglo XIX terminó hace ya mucho tiempo como para ser ejemplo de nada. Los tiempos cambian. Los gobiernos canadiense y británico lo entendieron y evitaron el conflicto de una forma simple: dejando decidir a la gente. A ver cuándo lo entendemos por aquí.
Magnífico post el de José Mª Gòmez-Riesco y magnífica la cita de Lòpez Burniol tan certero en sus análisis como siempre.-
La cita de Juanjo Lòpez Burniol yo la he traducido con catalanistas y vasquistas cargados de seny y serenidad de la siguiente forma:
1º.- Autodependencia politica integral de las Nacionalidades Históricas.-(Cataluña,País Vasco,Navarra y Galicia).-
2º.- Autogestión de los recursos y cupo interno de solidaridad interestatal.-
3º.- Lealtad a España como “quehacer común” basada en un nuevo Pacto Constitucional Integral que actualice el Título VIII de forma compatibilizadora con los dos hechos que señala Lòpez Burniol y que son extensibles a las otras Nacionalidades Históricas.-Referendum a nivel español cuando las aguas se calmen y la Economía haya mejorado.-
Bastante mesurada y constructiva esta entrada, en línea similar a la de Muñoz-Machado en su premiado libro “Informe sobe España”. Por ello, supongo que en lugar de llamar secesión a la secesión se la denomina “El tour de force soberanista que el President Mas patrocina desde la Generalitat y desde el Parlament de Cataluña es un error peligroso, además de una deslealtad a la democracia y al Estado de Derecho”, pero creo que en estos tiempos más vale, aunque ya dejé escrito aquí lo que pensaba y sigo creyendo que el art.155 CE es aplicable y debería aplicarse para dejarnos de tanto paño caliente. Con todo, si lo que el Sr. Gómez-Riesco propone fuera factible, creo que encontraríamos una solución. La cuestión de fondo es que los nacionalistas no pretenden un pacto defnitivo sobre un modelo de Estado, ya sea federal o autonómico, suponiendo que alguien pueda explicar competencia a competencia cuál es la diferencia, con poder normartivo de los parlamentos regionales como tenemos, sin perjudicar la necesaria solidez de la Patria común e indivisible de todos los españoles. Los nacionalistas tienen un diseño propio de futuro separatista en el que llevan invirtiendo miles de millones de pesetas y cientos de millones de Euros desde la Transición. Es un modelo que se basa en que ellos ostentan el poder en “sus” sociedades, de tal manera que los símbolos deben identificarse con ellos. Fuera del PNV/HB-Bildu o CiU/ERC quedan sólo los ultraradicales y los que “odian” a Cataluña o Euskadi, aunque el lenguaje se modera o endurece a conveniencia. Supongamos que el nacionalismo vasco y catalán es legítimo, como lo es, ¿por qué no el nacionalismo español? También lo es. Así, mientras tesis y antítesis se pelean con dinero de nuestros impuestos, no hay que gestionar la cosa pública y los ciudadanos se entretienen. Ahora mismo se están disparando en Ucrania, aunque estemos en el siglo XXI, ¿Uds. pueden distinguir a un Ucraniano de un Ruso a simple vista? Pues yo tampoco puedo distinguir a un catalán o un vasco del resto de nosotros y, aunque pudiera, la cuestión fundamental es que somos iguales en derechos y deberes y que el acuerdo ya se firmó el 6/112/78 y se llama Constitución española. No sé por qué tendríamos que fiarnos de que no fuese traicionado un nuevo pacto ¿Que quiere modificarse? Vale, como Ud. dice, dentro de los mecanismos legales. Si no, que se aplique la Constitución cuanto antes mejor. Una última pregunta: ¿y por qué para Cataluña o País Vasco y no para cualquier otra “provincia” que desee descolgarse en el Sentido de la Sentencia del Tribunal Supremo de Canadá. Espero estar equivocado y que tenga Ud. razón y lo que proponen quienes están en su línea sea factible. Pero soy escéptico.
Nuestro futuro y el de Europa se decide el día 18 de septiembre de este año. Ya falta poco. Si los escoceses deciden permanecer en el Reino Unido, todos respiraremos tranquilos. Pero si una mayoría de ellos vota a favor de una Escocia independiente, será una convulsión parecida a la caída del muro de Berlín. El mapa de Europa cambiará, y el de España también.
Magnífico post el de José Mª Gòmez-Riesco y magnífica la cita de Lòpez Burniol tan certero en sus análisis como siempre.-
La cita de Juanjo Lòpez Burniol yo la he traducido con catalanistas y vasquistas cargados de seny y serenidad de la siguiente forma:
1º.- Autodependencia politica integral de las Nacionalidades Históricas.-(Cataluña,País Vasco,Navarra y Galicia).-
2º.- Autogestión de los recursos y cupo interno de solidaridad interestatal.-
3º.- Lealtad a España como “quehacer común” basada en un nuevo Pacto Constitucional Integral que actualice el Título VIII de forma compatibilizadora con los dos hechos que señala Lòpez Burniol y que son extensibles a las otras Nacionalidades Históricas.-Referendum a nivel español cuando las aguas se calmen y la Economía haya mejorado.-
Bastante mesurada y constructiva esta entrada, en línea similar a la de Muñoz-Machado en su premiado libro “Informe sobe España”. Por ello, supongo que en lugar de llamar secesión a la secesión se la denomina “El tour de force soberanista que el President Mas patrocina desde la Generalitat y desde el Parlament de Cataluña es un error peligroso, además de una deslealtad a la democracia y al Estado de Derecho”, pero creo que en estos tiempos más vale, aunque ya dejé escrito aquí lo que pensaba y sigo creyendo que el art.155 CE es aplicable y debería aplicarse para dejarnos de tanto paño caliente. Con todo, si lo que el Sr. Gómez-Riesco propone fuera factible, creo que encontraríamos una solución. La cuestión de fondo es que los nacionalistas no pretenden un pacto defnitivo sobre un modelo de Estado, ya sea federal o autonómico, suponiendo que alguien pueda explicar competencia a competencia cuál es la diferencia, con poder normartivo de los parlamentos regionales como tenemos, sin perjudicar la necesaria solidez de la Patria común e indivisible de todos los españoles. Los nacionalistas tienen un diseño propio de futuro separatista en el que llevan invirtiendo miles de millones de pesetas y cientos de millones de Euros desde la Transición. Es un modelo que se basa en que ellos ostentan el poder en “sus” sociedades, de tal manera que los símbolos deben identificarse con ellos. Fuera del PNV/HB-Bildu o CiU/ERC quedan sólo los ultraradicales y los que “odian” a Cataluña o Euskadi, aunque el lenguaje se modera o endurece a conveniencia. Supongamos que el nacionalismo vasco y catalán es legítimo, como lo es, ¿por qué no el nacionalismo español? También lo es. Así, mientras tesis y antítesis se pelean con dinero de nuestros impuestos, no hay que gestionar la cosa pública y los ciudadanos se entretienen. Ahora mismo se están disparando en Ucrania, aunque estemos en el siglo XXI, ¿Uds. pueden distinguir a un Ucraniano de un Ruso a simple vista? Pues yo tampoco puedo distinguir a un catalán o un vasco del resto de nosotros y, aunque pudiera, la cuestión fundamental es que somos iguales en derechos y deberes y que el acuerdo ya se firmó el 6/112/78 y se llama Constitución española. No sé por qué tendríamos que fiarnos de que no fuese traicionado un nuevo pacto ¿Que quiere modificarse? Vale, como Ud. dice, dentro de los mecanismos legales. Si no, que se aplique la Constitución cuanto antes mejor. Una última pregunta: ¿y por qué para Cataluña o País Vasco y no para cualquier otra “provincia” que desee descolgarse en el Sentido de la Sentencia del Tribunal Supremo de Canadá. Espero estar equivocado y que tenga Ud. razón y lo que proponen quienes están en su línea sea factible. Pero soy escéptico.
En todo el debate sobre el independentismo de Catalunya hay algo que no llego a entender. Tengo la impresión de que muchos piensan que los catalanes no somos en absoluto racionales y que 1,5 millones de habitantes (aprox. los que hubo en la Via Catalana) han caído en una enajenación colectiva.
Puede usted observar en la última encuesta del CEO (CIS Catalan) http://www.ceo.gencat.cat/ceop/AppJava/loadFile?fileId=22596&fileType=1 (página 46) las razones por las cuales la gente quiere la independencia. La cuestión de la identidad está en cuarto lugar bastante por debajo de las tres primeras (repito, encuestas de la Generalitat).
Creo que esto debería hacer reflexionar a más de uno sobre las razones de porqué los catalanes queremos la independencia. Es evidente que la lengua y la cultura forman parte de nuestras razones, pero hagamos un ejercicio de sinceridad. Soy lector de este blog, Nada es Gratis y Politikon y en los tres casos veo como auténticos profesionales critican una y otra vez el gobierno español y las instituciones públicas. Me parece absolutamente racional, que dentro de un estado donde el gobierno no parece tener ganas de gobernar, haya gente que se harte o busque soluciones por su cuenta. El independentismo es una causa de este desgobierno con la que Mas quiere surfear, y por la que recibirá un soberano, palabra nunca mejor usada, guantazo a costa de ERC, el único partido que desde hace mucho tiempo se ha declarado independentista y que está usando el descalabro institucional, como cualquier otro partido minoritario (en 2010, ERC era un erial con cantidad de luchas internas).
Personalmente lo veo como una relación coste-beneficio. ¿Cual es el coste de quedarse en España?¿Cual podría ser el (hipotético) beneficio de la independencia? Tengo la impresión que mientras no haya cambios serios en España, esta relación se irá decantando a favor del independentismo, haya leyes por en medio o no. Para terminar, dudo mucho que una recuperación únicamente económica cambiase algo puesto que el problema no es la obra sino los actores.
España tiene que cambiar, empezando por muchos de los temas que se discuten aquí, pero también tiene que haber cambios en cómo las autonomías se relacionan entre ellas para evitar cosas tan graciosamente tristes como esto:
2012: http://t.co/VLqU157hSd
2014: http://t.co/YbPv6hSTtv
Pero esto es solo mi opinión.
Saludos.
‘Nuestros padres fundadores establecieron la Constitución de los Estados Unidos ‘para formar una unión más perfecta’ mediante la dura y frustrante pero necesaria tarea del autogobierno. Ellos consagraron en ese documento el derecho a cambiar nuestro Gobierno nacional a través del poder del voto, un derecho por el que generaciones de americanos han luchado para garantizar a todos. Pero no establecieron el derecho a marcharse. Como explicó el presidente Abraham Lincoln en su primer discurso inaugural en 1861, “considerando la ley universal y la Constitución, la unión de estos estados es perpetua“. En los años siguientes, 600.000 americanos murieron en una guerra civil larga y sangrienta que reivindicó el principio de que la Constitución establece una unión permanente entre los estados. Y poco después de acabar la Guerra Civil, la Corte Suprema confirmó que ‘la Constitución, en todas sus disposiciones, vela por una unión indestructible compuesta por estados indestructibles’.
Aunque los fundadores establecieron una unión perpetua, también dispusieron un Gobierno que es, como el presidente Lincoln más tarde describiría, “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, todo el pueblo‘.
Creer que una decisión política debe ser perpetua es, desde el punto de vista democrático, ridículo. No tiene sentido. ¿Y si la mayoría decide cambiarla, cualquiera tiene derecho a pegar tiros para evitarlo? Es una forma de pensamiento propia de líderes iluminados por la divinidad. Y muy útil para mantener el mayor poder posible… pasando por encima de los cadáveres que hagan falta.
‘Nuestros padres fundadores establecieron la Constitución de los Estados Unidos ‘para formar una unión más perfecta’ mediante la dura y frustrante pero necesaria tarea del autogobierno. Ellos consagraron en ese documento el derecho a cambiar nuestro Gobierno nacional a través del poder del voto, un derecho por el que generaciones de americanos han luchado para garantizar a todos. Pero no establecieron el derecho a marcharse. Como explicó el presidente Abraham Lincoln en su primer discurso inaugural en 1861, “considerando la ley universal y la Constitución, la unión de estos estados es perpetua“. En los años siguientes, 600.000 americanos murieron en una guerra civil larga y sangrienta que reivindicó el principio de que la Constitución establece una unión permanente entre los estados. Y poco después de acabar la Guerra Civil, la Corte Suprema confirmó que ‘la Constitución, en todas sus disposiciones, vela por una unión indestructible compuesta por estados indestructibles’.
Aunque los fundadores establecieron una unión perpetua, también dispusieron un Gobierno que es, como el presidente Lincoln más tarde describiría, “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, todo el pueblo‘.
Íñigo, tiene usted toda la razón, como la tiene Jesús Casas. El problema es que los españoles despreciamos cuanto ignoraramos y en consecuencia, damos lecciones de democracia a los USA y a quien haga falta. Porque si a algo no nos gana nadie es a arrogantes.
Por ejemplo, a mí que la LOGSE me pilló acabados mi estudios universitarios, nadie me explicó nunca que España participaba en el tráfico de esclavos negros a América. Eso era cosa de los portugueses, me decían y de los malos, malísimos yankees (go home). Nadie se molestó en explicar por qué la mayoría de la población cubana era de raza negra o que el general Serrano (el que tiene dedicada la calle más comercial de España) hizo gran fortuna con el tráfico negrero bastantes años después de su abolición por Lincoln en su paso como gobernador de Cuba.
Pero en el fondo tampoco somos tan distintos de los demás europeos. La construcción europea se está haciendo al margen, de espaldas, cuando no en contra de los ciudadanos europeos. Ni un sólo tratado de la UE que es una Unión de Estados y no de ciudadanos, se ha refrendado en todos los estados, como parecería lógico. Tampoco se está aprovechando la experiencia norteamericana.
Íñigo, tiene usted toda la razón, como la tiene Jesús Casas. El problema es que los españoles despreciamos cuanto ignoraramos y en consecuencia, damos lecciones de democracia a los USA y a quien haga falta. Porque si a algo no nos gana nadie es a arrogantes.
Por ejemplo, a mí que la LOGSE me pilló acabados mi estudios universitarios, nadie me explicó nunca que España participaba en el tráfico de esclavos negros a América. Eso era cosa de los portugueses, me decían y de los malos, malísimos yankees (go home). Nadie se molestó en explicar por qué la mayoría de la población cubana era de raza negra o que el general Serrano (el que tiene dedicada la calle más comercial de España) hizo gran fortuna con el tráfico negrero bastantes años después de su abolición por Lincoln en su paso como gobernador de Cuba.
Pero en el fondo tampoco somos tan distintos de los demás europeos. La construcción europea se está haciendo al margen, de espaldas, cuando no en contra de los ciudadanos europeos. Ni un sólo tratado de la UE que es una Unión de Estados y no de ciudadanos, se ha refrendado en todos los estados, como parecería lógico. Tampoco se está aprovechando la experiencia norteamericana.
“as long as each state believes it has the right to secede, eventually one or more states will secede and there will be no United States”
No. Habrá EEUU mientras haya dos estados que quieran estar unidos. Si ninguno quiere ¿qué sentido tiene que haya unos EEUU? Otra cosa es que lo que usted quiera es gobernar a la fuerza sobre un territorio lo mayor posible para tener el mayor poder posible sobre los demás. Pero entonces ya no hablamos de EEUU, hablamos de usted, Mr Burr.
“as long as each state believes it has the right to secede, eventually one or more states will secede and there will be no United States”
No. Habrá EEUU mientras haya dos estados que quieran estar unidos. Si ninguno quiere ¿qué sentido tiene que haya unos EEUU? Otra cosa es que lo que usted quiera es gobernar a la fuerza sobre un territorio lo mayor posible para tener el mayor poder posible sobre los demás. Pero entonces ya no hablamos de EEUU, hablamos de usted, Mr Burr.
No acabo de entenderlo: primero tenían derecho de secesión (de la Gran Bretaña), pero luego se dan cuenta del error y establecen: no, esto del derecho de secesión ya no va con nosotros; como ya no nos interesa, lo convertimos en el satanás de la democracia.
Tampoco entiendo la manía o necesidad de sacralizar lo que han hecho o hacen los americanos. ¿Y las tierras que en origen no eran ni de la confederación y fueron conquistadas a sangre y fuego, imponiendo la soberanía/ciudadanía americana sí o sí a los nativos? No tuvieron opción de unirse voluntariamente, ni tampoco se les courra secesionarse, porque ya saben la consecuencia.
Tampoco entiendo lo de “error peligroso”; “deslealtad a la democracia”, “deslealtad al Estado de Derecho”; se puede ser desleal a alguien (al electorado por ejemplo), pero ¿a un concepto? La sublevación amerciana también fue un error peligroso, aunque luego no les ha ido mal.
El profesor de Historia Joseph Perez, merecedor del Príncipe de Asturias de este año, ha reseñado esta mañana que España era una asociación y no una unión, y que los problemas comenzaron con esa Unión. ¿El problema y el error no será esa Unión a toda costa? Y ha comentado que los portugueses se sentían y eran españoles hasta que en un momento histórico ya no se sentían españoles y se marcharon de España; porque las naciones se crean, se desarrollan, se modifican, decaen y desaparecen.
Pues a mí Burniol no me parece tan admirable (será que no soy colega). Sus afirmaciones tendrían sentido si Cataluña no tuviera autonomía o fuera muy limitada. Contando, como dice Joseph Pérez, (puestos a citarle, citémosle en todo) con uno de los regímenes de autogobierno más amplios del mundo, resultan extravagantes. Es como si viéramos hoy día a Botín exponiendo morigeradas y muy melifluas razones sobre la necesidad de un ordenamiento bancario que permita las fusiones como cauce para la creación de grandes bancos nacionales.
En cuanto a los argumentos económicos de la independencia, a mí siempre me sugieren la misma comparación: ¿qué pasaría si los vecinos de Pedralbes exigieran que todos los impuestos recaudados en su barrio se gastasen primera y principalmente en él? ¿y qué pasaría si los pacientes más acaudalodos de un hospital exigieran ser atendidos (en tiempo y medios) en función de su declaración de la renta (los mayores contribuyentes primero, claro)?
Y, en cuanto a corrupción y deterioro institucional, no creo que Cataluña pueda dar muchas lecciones ni fingir un insoportable asco frente a la situación en el resto de España como argumento para su pretensión secesionista.
En todo caso, recordemos que Lincoln impidió la secesión a sangre y fuego. Y los diez años de carpetbaggers fueron inolvidables para el sur, que ya no volvió a ser lo mismo. La historia de Arlintong es una buena muestra del nivel de confrontación que se alcanzó. No veo yo que aquí y ahora quepa lo mismo (Ucrania al margen) , por lo que no veo otra alternativa para vencer a un impulso secesionista cuya base última es el egoísmo y una autocomplaciente soberbia frente al resto de España que hacer patentes, por todos los medios, desde ya y con crudeza, las consecuencias económicas que la secesión tendrá para Cataluña..
No acabo de entenderlo: primero tenían derecho de secesión (de la Gran Bretaña), pero luego se dan cuenta del error y establecen: no, esto del derecho de secesión ya no va con nosotros; como ya no nos interesa, lo convertimos en el satanás de la democracia.
Tampoco entiendo la manía o necesidad de sacralizar lo que han hecho o hacen los americanos. ¿Y las tierras que en origen no eran ni de la confederación y fueron conquistadas a sangre y fuego, imponiendo la soberanía/ciudadanía americana sí o sí a los nativos? No tuvieron opción de unirse voluntariamente, ni tampoco se les courra secesionarse, porque ya saben la consecuencia.
Tampoco entiendo lo de “error peligroso”; “deslealtad a la democracia”, “deslealtad al Estado de Derecho”; se puede ser desleal a alguien (al electorado por ejemplo), pero ¿a un concepto? La sublevación amerciana también fue un error peligroso, aunque luego no les ha ido mal.
El profesor de Historia Joseph Perez, merecedor del Príncipe de Asturias de este año, ha reseñado esta mañana que España era una asociación y no una unión, y que los problemas comenzaron con esa Unión. ¿El problema y el error no será esa Unión a toda costa? Y ha comentado que los portugueses se sentían y eran españoles hasta que en un momento histórico ya no se sentían españoles y se marcharon de España; porque las naciones se crean, se desarrollan, se modifican, decaen y desaparecen.
Pues a mí Burniol no me parece tan admirable (será que no soy colega). Sus afirmaciones tendrían sentido si Cataluña no tuviera autonomía o fuera muy limitada. Contando, como dice Joseph Pérez, (puestos a citarle, citémosle en todo) con uno de los regímenes de autogobierno más amplios del mundo, resultan extravagantes. Es como si viéramos hoy día a Botín exponiendo morigeradas y muy melifluas razones sobre la necesidad de un ordenamiento bancario que permita las fusiones como cauce para la creación de grandes bancos nacionales.
En cuanto a los argumentos económicos de la independencia, a mí siempre me sugieren la misma comparación: ¿qué pasaría si los vecinos de Pedralbes exigieran que todos los impuestos recaudados en su barrio se gastasen primera y principalmente en él? ¿y qué pasaría si los pacientes más acaudalodos de un hospital exigieran ser atendidos (en tiempo y medios) en función de su declaración de la renta (los mayores contribuyentes primero, claro)?
Y, en cuanto a corrupción y deterioro institucional, no creo que Cataluña pueda dar muchas lecciones ni fingir un insoportable asco frente a la situación en el resto de España como argumento para su pretensión secesionista.
En todo caso, recordemos que Lincoln impidió la secesión a sangre y fuego. Y los diez años de carpetbaggers fueron inolvidables para el sur, que ya no volvió a ser lo mismo. La historia de Arlintong es una buena muestra del nivel de confrontación que se alcanzó. No veo yo que aquí y ahora quepa lo mismo (Ucrania al margen) , por lo que no veo otra alternativa para vencer a un impulso secesionista cuya base última es el egoísmo y una autocomplaciente soberbia frente al resto de España que hacer patentes, por todos los medios, desde ya y con crudeza, las consecuencias económicas que la secesión tendrá para Cataluña..
Cucus: Hombre, muchos somos críticos con el Gobierno y los políticos y eso incluye a la Generalitat y a los políticos catalanes, no veo que se racional “buscarse una salida por su cuenta” con uno de los gobiernos presuntamente más corruptos e ineficaces de todo el panorama regional. No hace falta listar los imputados ni los condenados. He leído la encuesta del CEO y ya me explico mucho. 76,4% de los encuentados se informa de temas políticos por Tv y radio y, de ellos, el 48,6 por TV3 y el 31,2 por radios controladas por los mismos. Ya ni entro en las demás preguntas, porque es que las respuestas son inducidas. La mera existencia de Institutos autonómicos de estadística es un dispendio que pagamos todos (también los de este lado) con nuestros impuestos. No es que algunos catalanes no sean racionales, es que la sociedad entera está expuesta a un adoctrinamiento de 30 años o más, como cuando nos enseñaban lo de “Una, grande y libre” y, si no, véanse los videos de los niños adoctrinados desde la guardería. Ud. inserta un virus informático y el ordenador se rompe, y en Cataluña, ¿quién es el cortafuegos? Una pena, porque la sociedad catalana era un ejemplo de civismo y ahora se han hecho muchos realmente de pueblo. Molt trist.
Cucus: Hombre, muchos somos críticos con el Gobierno y los políticos y eso incluye a la Generalitat y a los políticos catalanes, no veo que se racional “buscarse una salida por su cuenta” con uno de los gobiernos presuntamente más corruptos e ineficaces de todo el panorama regional. No hace falta listar los imputados ni los condenados. He leído la encuesta del CEO y ya me explico mucho. 76,4% de los encuentados se informa de temas políticos por Tv y radio y, de ellos, el 48,6 por TV3 y el 31,2 por radios controladas por los mismos. Ya ni entro en las demás preguntas, porque es que las respuestas son inducidas. La mera existencia de Institutos autonómicos de estadística es un dispendio que pagamos todos (también los de este lado) con nuestros impuestos. No es que algunos catalanes no sean racionales, es que la sociedad entera está expuesta a un adoctrinamiento de 30 años o más, como cuando nos enseñaban lo de “Una, grande y libre” y, si no, véanse los videos de los niños adoctrinados desde la guardería. Ud. inserta un virus informático y el ordenador se rompe, y en Cataluña, ¿quién es el cortafuegos? Una pena, porque la sociedad catalana era un ejemplo de civismo y ahora se han hecho muchos realmente de pueblo. Molt trist.
Por cierto, un 8,2 de los encuestados esto es, 8 de cada cien catalanas considera que las relaciones Cataluña/España son un problema importante. O sea, que 92, no, pero, claro, los 92 no tienen a su disposición los medios de comunicación controlados por nuestra administración pública en Cataluña (y digo nuestra porque es tan Estado como el Gobierno y se paga también con mis impuestos).
Por cierto, un 8,2 de los encuestados esto es, 8 de cada cien catalanas considera que las relaciones Cataluña/España son un problema importante. O sea, que 92, no, pero, claro, los 92 no tienen a su disposición los medios de comunicación controlados por nuestra administración pública en Cataluña (y digo nuestra porque es tan Estado como el Gobierno y se paga también con mis impuestos).