¿Que vamos a hacer el domingo? La abstención como legítima opción democrática para denunciar el sistema
Como han podido leer en el post anterior, los editores somos firmemente partidarios de acudir a votar el domingo en las elecciones europeas. No obstante, no ignoramos que la opción abstencionista -que podríamos llamar activa o razonada-, y que no es la nuestra, está sin embargo en la calle, y por ello queremos ofrecerles también una reflexión favorable a ella por medio de las apasionadas razones de nuestro colaborador Jesús López Médel, esperando que provoque un saludable debate. Los editores.
“Ensayo sobre la lucidez” es uno de los últimos libros que publicó Saramago. Contiene reflexiones sobre el desencanto en la participación electoral. Narra la ficción de unos comicios en que la abstención espontanea es inmensa, dando la espalda total tanto a los partidos más consolidados como a los alternativos. El desconcierto, la estupefacción y también la burla y el sarcasmo asolarían al país. La reacción de las autoridades es la de propagar que había un “complot contra la democracia” y que sus instigadores debían ser eliminados. Hasta aquí el relato novelesco, pero impregnado de consideraciones políticas y humanas de calado. Es una lectura muy recomendable.
La democracia es elegir. Pero no es sólo esto. Eso desearían los políticos para hacer con nuestro voto lo que quieran, incluso lo radicalmente contrario a lo que se comprometieron. El derecho a la libre elección entre alternativas políticas es consustancial en una democracia, pero también lo es es el derecho de disentir y expresar el rechazo a un sistema político que se está erosionando.
Que España está sufriendo un notable retroceso de su calidad democrática me parece evidente. Los indicadores de los organismos internacionales marcan esta tendencia con unanimidad y el sentir de millones de españoles manifestado en las encuestas del CIS apunta en la misma dirección. El deterioro democrático tiene muchas manifestaciones. Acaso la principal sea el que las principales opciones políticas han ido colonizando las instituciones poniéndolas a su servicio y no al de la sociedad. Creo que se está produciendo el secuestro de la democracia por quienes han pervertido el sistema de partidos políticos transformando estos instrumentos de participación democrática en aparatos que funcionan en su exclusivo beneficio.
Es muy preocupante que desde varios años se ha consolidado en todas las encuestas del CIS la corrupción (solo detras del desempleo) como el segundo problema de los españoles y la clase política en general como el cuarto problema (tras la situación económica). Ante esta situación, la pregunta es: ¿Qué están haciendo los dos principales partidos para atajar esta deriva? La respuesta a mi juicio es muy clara: absolutamente nada.
De los cuatro problemas, considero que el fundamental es el de la conversión de nuestra clase política en una “casta”. Sin la aparición de esta casta y del sistema que la ha engendrado no sería posible la corrupción sistemática e institucionalizada Y lo que es aún peor: no existiría todo el montaje para garantizar la impunidad de los corruptos, para lo que resulta esencial el incremento del control político de la Administración de Justicia y de la fiscalía). Sin esa corrupción y mal gobierno, dentro de la que en sentido amplio cabe englobar el despilfarro la negligencia y la irresponsabilidad de la gestión de fondos públicos, el nivel de deterioro de la economía y del paro no serían tan elevados Nuestros políticos, además de haber contribuido a generar esta situación demuestran todos los días su incapacidad para arreglarla. Nuestra clase política actual no es la solución, es el problema.
Creo que la clase política es principal cáncer de nuestro sistema, por lo que los que así lo pensamos hemos de aprovechar las elecciones del día 25 para expresar, nuestro rechazo total. Por eso personalmente propugno frente al vocerío de los que siguen con sus privilegios y el tratamiento versallesco de muchos medios de comunicación a los partidos poderosos la abstención como mejor opción política y más conforme con la conciencia cívica.
Ante todo, propongo la abstención para manifestar el rechazo que muchos sentimos hacia los dos partidos que han dominado nuestra política durante más de 30 años PP-PSOE que están neutralizando cualquier posibilidad de cambio real. Cierto es que también cabe -y esta opción la respeto mucho- la posibilidad de confiar en algún partido pequeño y emergente que puedan ser clave para condicionar el proceder de los grandes partidos. Pero pienso que es mejor reservar esta opción para la política nacional y las elecciones del próximo año.
Ahora creo que tenemos la oportunidad de decir NO a esos dos grandes partidos que han pervertido el sistema democrático. Especial responsabilidad tiene el partido que ganó las elecciones hace dos y medio años y que ha actuado como si tuviera un cheque en blanco. Su prepotencia, su capacidad para la mentira, la insensibilidad social recortando todo tipo de derechos sociales mientras se protege a los poderosos, la inacción frente a la corrupción y el clientelismo que, se toleracomo forma habitualde funcionamientor han generado una enorme decepción en diversos sectores sociales y en particular en su propio electorado
Algunos que consideran inevitable e inalterable el sistema bipatidista, se resignarán a seguirles votando con la pinza en la nariz pero otros optarán por diversas opciones menores y acaso más coherentes pero que quedarán diluidas en el Parlamento Europeo. Por eso, animo a quienes se sientan decepcionados con los grandes partidos que reserven ese voto de castigo para otro momento, eligiendo entonces otras opciones para que en el Congreso, en año y medio, puedan instalarse voces nuevas. Me parece que la mejor forma de sancionarles ahora es la abstencióncomo manera de visualizar nítidamente el rechazo a este sistema político que ha perdido sus valores. Lo mismo el partido del gobierno que el principal partido de la oposición se han convertido en una secta, cerrada y sin aire fresco. contrario. Tienen en común unas prácticas y hábitos que están pervirtiendo el sistema democrático. Pactan entre ellos el reparto de puestos en instituciones que deberían ser independientes o el mantenimiento de privilegios compartidos. Toleran la corrupción y no la combaten. Todo lo contrario, buscan la impunidad y muchas veces la consiguen. Me atrevo a pronosticar que ningún político será condenado por el Tribunal Supremo Están controlados por burócratas del aparato y mantienen silenciados y apartados a la gente honesta y crítica con estos hábitos
Entiendo que es un desastre para España la perpetuación de esta casta política con sus actuales dirigentes en los dos principales partidos. No olvidemos que que el partido gobernante se se le está prestando respiración asistida al dirigente del PSOE al que presentan en sus medios periodísticos como “hombre de Estado”, básicamente porque con él se pueden llegar acuerdos para repartirse el pastel y tapar sus vergüenzas. Rajoy y Rubalcaba se retroalimentan.
Esta Europa en su configuración actual, merece también nuestro rechazo. La UE de los intereses económicos y financieros de la enorme burocracia, de la falta de liderazgo y del abandono de los principios de la solidaridad, la igualdad y los derechos de los ciudadanos, es una razón más para la abstención. En las primeras elecciones europeas en 1979 votamos el 62% de los españoles. En las ultimas el 42%. En estas, seremos una gran mayoría quienes diremos: NO. Aunque algunos medios apenas lo destacarán, en una creciente y muy evidente pérdida de libertad de prensa escrita, cada vez más sumisa con el poder, queremos dar una lección democrática de aviso: se les acaba la excusa de la democracia como forma de vivir aprovechándose de los ciudadanos.
Abogado del Estado