Artículo de nuestro coeditor Rodrigo Tena en El Mundo: Estado de Derecho vs deriva
Nosotros, la verdad, consideramos que lleva siendo el momento de la política desde hace muchos años, aunque algunos se caigan ahora del guindo, pero que entender que en un Estado de Derecho cabe la política sin Derecho es algo extraordinariamente peligroso. La política sin Derecho nos puede llevar a cualquier sitio, como dejó bien claro Clausewitz hace muchos años al afirmar que la guerra es la política por otros medios. Así que vamos a intentar hacer un esfuerzo de encauzar la imprescindible reacción política por la vía del Derecho, la única posible en un régimen que aspire a llamarse democrático.
Para recapitular un poco es necesario distinguir, siguiendo la terminología propia de los juristas, la lege data de la lege ferenda, aunque por lege deben entender ustedes Constitución. Es decir, lo que ahora es posible con nuestro actual marco constitucional, de lo que debería ser posible y respecto de lo cual cabría incluso llegar a un consenso bastante mayoritario.
Con el Derecho vigente las posibilidades reales de resolver este conflicto son remotas, por no decir prácticamente nulas. Los partidos soberanistas piden un referéndum «legal» y, en caso contrario, amenazan con unas elecciones plebiscitarias que conducirían a la independencia por la vía de los hechos consumados. Por su parte, el Gobierno, aunque quisiera (que no quiere) no puede consensuar un referéndum de independencia respecto de ningún territorio sin modificar la Constitución. Si la amenaza se consuma y el Parlament, después de unas elecciones victoriosas, declara la independencia sin más, entraríamos en un caos monumental caracterizado por la ausencia práctica de Derecho y de seguridad jurídica en el que todos perderíamos y cuya solución final sería impredecible. La intervención directa del Gobierno por la vía del art. 155 de la CE no garantiza ninguna solución sencilla frente a un caso de desobediencia generalizada, aparte de que no haría otra cosa que aplazar el problema. Por otro lado, la actuación meramente judicial de tipo penal por parte del Estado no tiene peso suficiente como para desactivar esa amenaza. No decimos que no haya que ejercitar las acciones pertinentes, al contrario –la decisión de hacerlo no es optativa ni puede ser matizada por criterios de oportunidad si efectivamente se está infringiendo la ley– sino, simplemente, que no va a ser suficiente, teniendo en cuenta además los plazos que maneja nuestra judicatura.
De Constitución data, la única solución fácil (y ojo, probable, si entendemos que a los políticos les tira extraordinariamente lo fácil) es conceder a Cataluña un pacto fiscal parecido (cosméticas aparte) al vasco, ya sea por la vía de permitir una recaudación total propia con cesión al Estado de una parte testimonial por «servicios comunes», o pactando un cupo directamente. Convergència podría vender ese pacto como una solución provisional sin renunciar en el futuro a nada (para salir del atolladero en que ellos solitos se han metido) y el Gobierno del PP podría también intentarlo como una solución provisional sin renunciar en el futuro a casi nada (para salir del tremendo lío que su incuria de años ha permitido).
Pero se trataría de una salida en falso, porque los que con ello renunciaríamos a mucho seríamos el conjunto de los españoles. Sumar a Cataluña al grupo de los ricos insolidarios, en el que ahora se encuentran cómodamente instalados el País Vasco y Navarra, sería renunciar definitivamente a llamar a esto simplemente un Estado viable, todavía menos uno de Derecho. El mantra de que el cupo o las cesiones se pueden calcular correctamente para no generar agravios comparativos es un cuento chino que la experiencia ha refutado y que no se lo creen ni quienes lo proponen. Si se busca la justicia y la proporción hay soluciones más simples que acudir a estos subterfugios. Por ese motivo, ceder a estas demandas sería quebrar por la puerta de atrás los propios fundamentos de nuestro orden constitucional (fundamentalmente el art. 1.1 en referencia a la «igualdad», hoy ya bastante maltrecha). Esta decisión sería inasumible y la conservación de la integridad territorial no la compensa desde ningún punto de vista, especialmente desde el punto de vista de los ciudadanos españoles, que es el prioritario.
La solución, por tanto, pasa por una reforma de la Constitución. El Gobierno no quiere ni plantearla porque dice que todos quieren reformarla, sí, pero en sentidos radicalmente divergentes y que el fracaso está asegurado. Nosotros no estamos de acuerdo. Pensamos que es posible llegar a un acuerdo de reforma constitucional que involucre a todos (o al menos a una gran mayoría) sobre las siguientes bases:
1.– La reforma no puede limitarse al tema territorial. Es necesario aprovecharla para regenerar nuestro maltrecho Estado de Derecho, adoptando las cautelas que aconseja la experiencia de derribo de nuestras instituciones durante estos años de hojalata. Es necesario garantizar un Tribunal Constitucional prestigioso y una judicatura responsable e independiente, una Administración profesional, y unos órganos de control que –milagro– controlen efectivamente. Por supuesto, todo ello pasa por una reforma del funcionamiento de nuestros partidos y del régimen electoral que acabe con nuestra partitocracia cleptocrática, tanto en Cataluña como en el resto de España. Mucho está escrito en nuestra actual Constitución, pero está visto que no ha sido suficiente.
2.– Es imprescindible suprimir los regímenes fiscales privilegiados del País Vasco y Navarra. No es de recibo que las Comunidades más ricas del país no sólo no contribuyan sino que sean perceptoras netas. Invocar a estas alturas «la historia» o «los fueros» causa simplemente sonrojo. Es necesario diseñar un régimen de financiación justo y equilibrado, conforme al cual aporten más (dentro de lo razonable) quienes más tienen.
3.– Debe crearse un Estado de tipo federal mucho más ordenado que el actual. Con competencias claramente definidas entre el Estado federal y los Estados federados (o entre el Estado y las comunidades autónomas), que pueda permitir, incluso, en función de la población de cada comunidad y de su capacidad de gestión (no de su pasado «histórico», que sospechamos que todos tenemos el mismo) que unas asuman más competencias que otras.
4.– Ello implica un nuevo pacto constitucional, por lo que –por una sola vez– habría que dar la oportunidad de secesión a aquellas comunidades que piensen que estarán mejor solas, estableciendo al efecto un procedimiento claro –en los términos de la Ley de Claridad canadiense– en el que con unas mayorías reforzadas (porque para romper un país para siempre no vale la mitad más uno) puedan ejercitar su opción de salida.
5.– Para diseñar este proyecto en detalle debería formarse una comisión integrada por personalidades de prestigio que empezase a trabajar al respecto desde este instante. Los políticos de este país han ya dado demasiadas muestras de incompetencia como para escribir la letra de esta canción. Por supuesto que deben marcar los principios, tutelar el proceso y asumir sus consecuencias –faltaría más, esto es una democracia– pero no tienen por qué descender al detalle desde el minuto uno. Es imprescindible seguir el ejemplo de otras democracias avanzadas que no han dudado en crear comisiones de expertos para casos parecidos.
Esto es política conforme al Derecho. Y, mientras tanto, que los órganos competentes del Estado se limiten a aplicar el Derecho vigente y a ejercer su monopolio de la violencia. No pueden hacer otra cosa.
Lo del Estado federal habrá que aclararlo al máximo. Ya que Jose Manuel Otero Novas, en su libro «Defensa de la nación española», de 1998, ya dejó muy claro que de hecho, España ya está funcionando como un Esatado federal, y que lo ha sobrepasado, al ser realmente un Estado confederal.
Sin ideas claras, nos estrellaremos contra la pared. Y eso del Estado federal es algo conceptualmente no entendido por el 99% de los que osan hablar de ello. Seamos más responsables.
Lo principal es establecer mecanismos de control al estilo del artículo 5 de la Constitución francesa, el cual asegura el funcionamiento regular de los poderes públicos y las continuidad del Estado. El artículo 48.1 de la Constitución de Weimar también estableció un fuerte mecanismo de control, que el Jefe del Estado alemán usó para meter en cintura varios «änder» que estaban poniendo en peligro al Estado.
Se trata de diferenciar las atribuciones meramente jurídicas del Tribunal constitucional – declarar la inconstitucionalidad de leyes y tramitar recursos de amparo – , de los conflictos extraordinarios provocados cuando un poder del Estado se rebela desde dentro contra la Constitución – es el caso actual de Cataluña – ¿Qué fuerza tiene ahí el TC? ¿Qué puede hacerse con el art. 8 de la Constitución? ¿Qué poder encauza y resuelve este tipo de conflictos tremendos? Estas cuestiones prácticas son las que deberían tratarse ahora mismo, y regularse adecuadamente en la futura Constitución. La actual ya no rige de facto. Y urge disponer de una nueva. No se puede funcionar sin reglas. Sin seguridad jurídica, esto se va al garete.
Coincido plenamente en la necesidad de las reformas de regeneración institucional. Creo que serán el primer tema de debate de la próxima legislatura.
Lo que no sé es si será posible hacer la reforma territorial al mismo tiempo. Quizá en este campo el debate necesite madurar. Creo que hemos obviado durante años el comienzo del debate y que se debería debatir, para que la gente lo podamos conocer, cuál es el objetivo de esos dos niveles (estatal y autonómico). El objetivo final sería promover la justicia, la libertad, la igualdad, el pluralismo y el bienestar de los ciudadanos. Vale, eso ya lo conocemos. Pero, para lograrlo, articulamos esos dos niveles, que buscarán unos objetivos intermedios. Por poner algunos ejemplos de objetivos que es posible que las diferentes fuerzas políticas pudiesen plantearse exigir a esta articulación territorial podríamos citar la adecuación a preferencias locales concretas, la coordinación, la movilidad de personas y capitales, la homogeneidad y convergencia, la competencia. Y debería concretarse hasta dónde llegan esos objetivos. Por ejemplo se puede buscar uniformidad en unos aspectos y diferenciación en otros. La Unión Europea, dentro de sus dificultades institucionales, explicita mucho mejor los objetivos de la articulación de un nivel nacional y otro comunitario. El sistema español de articulación territorial se ha basado en el caso de muchas competencias importantes en el sistema de bases (para el Estado) y desarrollo (para las CCAA). Pero la pregunta que creo que es pertinente es: ¿para qué objetivos tiene que ser básico? Es muy difícil saber hasta dónde llega lo básico sin saber para qué tiene que ser básico, cuáles son los objetivos de esa articulación en esos dos niveles. Hemos llegado a un grado indeseable de indefinición. El resultado es conocido, múltiples casos de deslealtad institucional entre el Estado y las CCAA, que ni tan siquiera el mecanismo de los conflictos de competencias puede resolver. Creo que el debate sobre qué objetivos queremos buscar en esa forma de articulación debe ser anterior a la propia articulación del marco competencial, y creo que el debate está muy lejos de estar maduro en este campo.
Un cordial saludo.
Lo del Estado federal habrá que aclararlo al máximo. Ya que Jose Manuel Otero Novas, en su libro «Defensa de la nación española», de 1998, ya dejó muy claro que de hecho, España ya está funcionando como un Esatado federal, y que lo ha sobrepasado, al ser realmente un Estado confederal.
Sin ideas claras, nos estrellaremos contra la pared. Y eso del Estado federal es algo conceptualmente no entendido por el 99% de los que osan hablar de ello. Seamos más responsables.
Lo principal es establecer mecanismos de control al estilo del artículo 5 de la Constitución francesa, el cual asegura el funcionamiento regular de los poderes públicos y las continuidad del Estado. El artículo 48.1 de la Constitución de Weimar también estableció un fuerte mecanismo de control, que el Jefe del Estado alemán usó para meter en cintura varios «änder» que estaban poniendo en peligro al Estado.
Se trata de diferenciar las atribuciones meramente jurídicas del Tribunal constitucional – declarar la inconstitucionalidad de leyes y tramitar recursos de amparo – , de los conflictos extraordinarios provocados cuando un poder del Estado se rebela desde dentro contra la Constitución – es el caso actual de Cataluña – ¿Qué fuerza tiene ahí el TC? ¿Qué puede hacerse con el art. 8 de la Constitución? ¿Qué poder encauza y resuelve este tipo de conflictos tremendos? Estas cuestiones prácticas son las que deberían tratarse ahora mismo, y regularse adecuadamente en la futura Constitución. La actual ya no rige de facto. Y urge disponer de una nueva. No se puede funcionar sin reglas. Sin seguridad jurídica, esto se va al garete.
Coincido plenamente en la necesidad de las reformas de regeneración institucional. Creo que serán el primer tema de debate de la próxima legislatura.
Lo que no sé es si será posible hacer la reforma territorial al mismo tiempo. Quizá en este campo el debate necesite madurar. Creo que hemos obviado durante años el comienzo del debate y que se debería debatir, para que la gente lo podamos conocer, cuál es el objetivo de esos dos niveles (estatal y autonómico). El objetivo final sería promover la justicia, la libertad, la igualdad, el pluralismo y el bienestar de los ciudadanos. Vale, eso ya lo conocemos. Pero, para lograrlo, articulamos esos dos niveles, que buscarán unos objetivos intermedios. Por poner algunos ejemplos de objetivos que es posible que las diferentes fuerzas políticas pudiesen plantearse exigir a esta articulación territorial podríamos citar la adecuación a preferencias locales concretas, la coordinación, la movilidad de personas y capitales, la homogeneidad y convergencia, la competencia. Y debería concretarse hasta dónde llegan esos objetivos. Por ejemplo se puede buscar uniformidad en unos aspectos y diferenciación en otros. La Unión Europea, dentro de sus dificultades institucionales, explicita mucho mejor los objetivos de la articulación de un nivel nacional y otro comunitario. El sistema español de articulación territorial se ha basado en el caso de muchas competencias importantes en el sistema de bases (para el Estado) y desarrollo (para las CCAA). Pero la pregunta que creo que es pertinente es: ¿para qué objetivos tiene que ser básico? Es muy difícil saber hasta dónde llega lo básico sin saber para qué tiene que ser básico, cuáles son los objetivos de esa articulación en esos dos niveles. Hemos llegado a un grado indeseable de indefinición. El resultado es conocido, múltiples casos de deslealtad institucional entre el Estado y las CCAA, que ni tan siquiera el mecanismo de los conflictos de competencias puede resolver. Creo que el debate sobre qué objetivos queremos buscar en esa forma de articulación debe ser anterior a la propia articulación del marco competencial, y creo que el debate está muy lejos de estar maduro en este campo.
Un cordial saludo.
Lo lamento pero estoy en desacuerdo con lo que entiendo es el remate diferencial del artículo: La reforma con posibilidad de secesión.
¿Por qué? ¿A santo de qué derecho? ¿La fuerza y la coacción? ¿Qué derecho tiene nadie a la Secesión? ¿Tiene alguien esa falacia del derecho a Decidir? Nadie lo tiene.
Ese derecho es inexistente y es sólo un subterfugio para no hablar de Secesión; Independencia o Autodeterminación…………derechos inexistentes o inaplicables a España como saben todos lo que se han interesado por el asunto.
Además
¿Por qué unos y no todos? ¿Por qué sólo la territorialidad y sobre bases históricas FALSAS?
Cualquier Ley que nazca de este modo y por estas razones sólo puede ser la puerta del caos porque nace fuera de cualquier Derecho, sólo es conveniencia de una Casta y garantiza el deterioro de todo porque nace mal, nace muerta y sin capacidad de ser respetada porque, esencialmente, ella misma no acepta principio alguno salvo «Lo que nos convenga para seguir al mando»
Creo que no es el momento de otra cosa que poner los puntos sobre las íes con la actual Constitución y que lo que procede son ajustes como que por una vez se cumpla la constitución vigente que hoy no se cumple en los territorios que crean desigualdad estructural y Educan para la Secesión.
Es decir, «como no queremos hacer que se cumpla la Ley ahora si se lo ponemos más a huevo a lo mejor nos dejan seguir unos añitos más sin cirio aparente» Tampoco les va a servir y nos hace un inmenso daño porque es simplemente otro pasito adelante en su dirección.
La oportunidad de recuperar algo de credibilidad que tienen el PP y el PSOE es dejarse de «pasteleos» y recuperar la Educación para el Estado. Y las Ikastolas a decidir si quieren ser Públicas o Privadas.
No se puede estar pagando educación Etnicista a quienes ni son ni quieren ser otra cosa que…………Libres e Iguales. Estamos en el siglo XXI y nos planteamos problemas ya superados en el XIX.
No se puede acomodar a quienes, esencialmente han acreditado una conducta de delincuentes totalitarios. Lo que hay que hacer es plantar cara porque, si no lo hacemos, ¿qué respeto merecemos?
A veces la gente debe saber que hay límites, algo tan sencillo como que ———–The Buck Stops Here.
Saludos.
PD.
Europa está extendiendo y creando su derecho comercial, mercantil, económico, fiscal, financiero, etc.
Pues eso. ¿Por qué tragamos con alto precio y sin beneficio alguno esta uniformidad y aceptamos Corralitos Jurídicos en otras parcelitas?
Todos iguales con reglas iguales.
– La reforma con posibilidad de secesión. (¿Por qué? ¿A santo de qué?) Pues es muy fácil de entender. Imagino yo, imaginar es gratis, y no creo que me equivoque, que al Sr. David Cameron la idea de una Escocia independiente, por decirlo en román paladino, «le repatea el hígado», ¿por qué autorizo un referendum legal en Escocia? Pues por sus convicciones democráticas, votar es muy normal en una democracia, ni más ni menos ( y seguramente porque el resultado sería el que fue). Convicciones democráticas, claro, pero cuando hablamos de convicciones democráticas se podría decir aquello que decía mi abuela (QEPD) «la que no está acostumbrada a llevar bragas, las costuras le hacen llagas»
Apreciado Manu, porque la política, en democracia, tiene que basarse en el consentimiento. Que Cataluña pertenezca a España en contra de una voluntad clara de los catalanes es inviable hoy (imagínese la desobediencia civil generalizada). No estamos en 1714.
«¿Por qué? ¿A santo de qué derecho? ¿La fuerza y la coacción? ¿Qué derecho tiene nadie a la Secesión? ¿Tiene alguien esa falacia del derecho a Decidir? Nadie lo tiene.»
Claro que no existe ese derecho. ¿Y qué? Si existiese no estaríamos hablando de la conveniencia de modificar la Constitución para crearlo. La cuestión no es si «Cataluña» o cualquier otra Comunidad lo tiene o no lo tiene. La cuestión es si es políticamente conveniente constituirlo. No digo concederlo o reconocerlo. Digo crearlo, en unas condiciones y con unos requisitos muy determinados. El tema no podemos plantearlo de lege data. No podemos plantearlo tampoco de manera esencialista. La política no es (solo) filosofía ni es (solo) Derecho. Es también oportunidad, costes y beneficios, medios y fines. Es el arte de lo posible.
Como nos advirtió Cervantes con su Quijote: Mira que quien busca lo imposible es justo que lo posible se le niegue.
La Constitución es, además de lo que se suele decir (Constitución escrita, norma jurídica, «hoja de papel»), la expresión de los «factores reales de poder» de un Estado, como decía Ferdinand Lassalle. Y hoy por hoy nuestra Constitución no refleja bien esos factores reales de poder. Y ante esa falta de armonía entre la hoja de papel y algunos (no todos) de los factores reales de poder se producen disfunciones, como vemos.
Y por eso Rajoy no consigue que este asunto amaine remitiendo todo a que el TC suspenda cautelarmente la vigencia de una ley o de un acto…
Estoy de acuerdo con los comentarios suscitados por este post con respecto al mantra del «Estado Federal». Pero bueno ¿no habíamos quedado en que tenemos un Estado de Derecho que exige igualdad para todos? Pues esa igualdad se demuestra en el cumplimiento escrupuloso de las leyes sea cual fuere el sujeto de su aplicación. Pero eso no. Existen las leyes para los «robagallinas» pero para los privilegiados existe la «política». Vamos bien. Si un cargo público de esos aforados mete la mano o la pata (a veces las consecuencias son peores en el segundo caso), sólo había consecuencias políticas. Se le retiraba de un lugar y se le hacía consejero de algo cobrando incluso más. Por el contrario, a un ciudadano que se apropió de comida para sus hijos, le ha caído nada menos que un año de cárcel. ¿Es éste un sistema de justicia? Vuelvo a recordar la frase del juez americano en la gran película sobre los juicios de Nüremberg: «Esto empezó el día que un juez dictó una sentencia injusta». Legalidad y Justicia son (o deben ser) caras de la misma moneda. Una no existe sin la otra. En el caso de lo ocurrido en Cataluña no valen salidas políticas, sino responsabilidades legales, sin subterfugios, sin trampas, sin ingeniería jurídica. Unos representantes del Estado han utilizado los medios del Estado para intereses parciales. Esa es la clave y la gran responsabilidad ante los millones de españoles que forman ese Estado. No son culpables quienes se creyeron la propaganda, sino los que la hicieron a sabiendas de que era falsa. No son los catalanes de corazón de la Diada los que pidieron algo, sino los supuestos representantes del estado quienes los engañaron. Nos jugamos mucho en el envite: desde la libre desobediencia civil (que motivos no faltan) hasta la ruptura de la nación española en tantos frentes como CC.AA. hemos creado.
Felicidades por el artículo, realmente muy interesante y sorprendente. Aporta un visión cuando menos nueva a los problemas que afectan al Estado español, especialmente al tema territorial (el llamado problema catalán), una visión moderna. Evidentemente habría que matizarlo.
Creo que no es atrevido decir que el Estado Español se halla en un avanzado estado de descomposición, para argumentar esta afirmación podríamos hablar de economía (paro, pib, deuda pública..), corrupción política, alejamiento de los partidos políticos de la realidad de los ciudadanos, administraciones públicas ineficientes y sobredimensionadas, crisis institucional, judicialización de la política y politización de la justicia, crisis territorial y podríamos seguir. Por lo tanto, o se pone hilo en la aguja o como decía Antonio Molina «el futuro es muy oscuro»
¿Pueden los partidos políticos, básicamente PP y PSOE, actuar en la línea propuesta por Rodrigo Tena? No sé, poca confianza me inspiran los políticos a la hora de resolver los problemas
Veremos.
Un saludo.
Lo lamento pero estoy en desacuerdo con lo que entiendo es el remate diferencial del artículo: La reforma con posibilidad de secesión.
¿Por qué? ¿A santo de qué derecho? ¿La fuerza y la coacción? ¿Qué derecho tiene nadie a la Secesión? ¿Tiene alguien esa falacia del derecho a Decidir? Nadie lo tiene.
Ese derecho es inexistente y es sólo un subterfugio para no hablar de Secesión; Independencia o Autodeterminación…………derechos inexistentes o inaplicables a España como saben todos lo que se han interesado por el asunto.
Además
¿Por qué unos y no todos? ¿Por qué sólo la territorialidad y sobre bases históricas FALSAS?
Cualquier Ley que nazca de este modo y por estas razones sólo puede ser la puerta del caos porque nace fuera de cualquier Derecho, sólo es conveniencia de una Casta y garantiza el deterioro de todo porque nace mal, nace muerta y sin capacidad de ser respetada porque, esencialmente, ella misma no acepta principio alguno salvo «Lo que nos convenga para seguir al mando»
Creo que no es el momento de otra cosa que poner los puntos sobre las íes con la actual Constitución y que lo que procede son ajustes como que por una vez se cumpla la constitución vigente que hoy no se cumple en los territorios que crean desigualdad estructural y Educan para la Secesión.
Es decir, «como no queremos hacer que se cumpla la Ley ahora si se lo ponemos más a huevo a lo mejor nos dejan seguir unos añitos más sin cirio aparente» Tampoco les va a servir y nos hace un inmenso daño porque es simplemente otro pasito adelante en su dirección.
La oportunidad de recuperar algo de credibilidad que tienen el PP y el PSOE es dejarse de «pasteleos» y recuperar la Educación para el Estado. Y las Ikastolas a decidir si quieren ser Públicas o Privadas.
No se puede estar pagando educación Etnicista a quienes ni son ni quieren ser otra cosa que…………Libres e Iguales. Estamos en el siglo XXI y nos planteamos problemas ya superados en el XIX.
No se puede acomodar a quienes, esencialmente han acreditado una conducta de delincuentes totalitarios. Lo que hay que hacer es plantar cara porque, si no lo hacemos, ¿qué respeto merecemos?
A veces la gente debe saber que hay límites, algo tan sencillo como que ———–The Buck Stops Here.
Saludos.
PD.
Europa está extendiendo y creando su derecho comercial, mercantil, económico, fiscal, financiero, etc.
Pues eso. ¿Por qué tragamos con alto precio y sin beneficio alguno esta uniformidad y aceptamos Corralitos Jurídicos en otras parcelitas?
Todos iguales con reglas iguales.
«¿Por qué? ¿A santo de qué derecho? ¿La fuerza y la coacción? ¿Qué derecho tiene nadie a la Secesión? ¿Tiene alguien esa falacia del derecho a Decidir? Nadie lo tiene.»
Claro que no existe ese derecho. ¿Y qué? Si existiese no estaríamos hablando de la conveniencia de modificar la Constitución para crearlo. La cuestión no es si «Cataluña» o cualquier otra Comunidad lo tiene o no lo tiene. La cuestión es si es políticamente conveniente constituirlo. No digo concederlo o reconocerlo. Digo crearlo, en unas condiciones y con unos requisitos muy determinados. El tema no podemos plantearlo de lege data. No podemos plantearlo tampoco de manera esencialista. La política no es (solo) filosofía ni es (solo) Derecho. Es también oportunidad, costes y beneficios, medios y fines. Es el arte de lo posible.
Como nos advirtió Cervantes con su Quijote: Mira que quien busca lo imposible es justo que lo posible se le niegue.
Estoy de acuerdo con los comentarios suscitados por este post con respecto al mantra del «Estado Federal». Pero bueno ¿no habíamos quedado en que tenemos un Estado de Derecho que exige igualdad para todos? Pues esa igualdad se demuestra en el cumplimiento escrupuloso de las leyes sea cual fuere el sujeto de su aplicación. Pero eso no. Existen las leyes para los «robagallinas» pero para los privilegiados existe la «política». Vamos bien. Si un cargo público de esos aforados mete la mano o la pata (a veces las consecuencias son peores en el segundo caso), sólo había consecuencias políticas. Se le retiraba de un lugar y se le hacía consejero de algo cobrando incluso más. Por el contrario, a un ciudadano que se apropió de comida para sus hijos, le ha caído nada menos que un año de cárcel. ¿Es éste un sistema de justicia? Vuelvo a recordar la frase del juez americano en la gran película sobre los juicios de Nüremberg: «Esto empezó el día que un juez dictó una sentencia injusta». Legalidad y Justicia son (o deben ser) caras de la misma moneda. Una no existe sin la otra. En el caso de lo ocurrido en Cataluña no valen salidas políticas, sino responsabilidades legales, sin subterfugios, sin trampas, sin ingeniería jurídica. Unos representantes del Estado han utilizado los medios del Estado para intereses parciales. Esa es la clave y la gran responsabilidad ante los millones de españoles que forman ese Estado. No son culpables quienes se creyeron la propaganda, sino los que la hicieron a sabiendas de que era falsa. No son los catalanes de corazón de la Diada los que pidieron algo, sino los supuestos representantes del estado quienes los engañaron. Nos jugamos mucho en el envite: desde la libre desobediencia civil (que motivos no faltan) hasta la ruptura de la nación española en tantos frentes como CC.AA. hemos creado.
‘- La reforma con posibilidad de secesión. (¿Por qué? ¿A santo de qué?) Pues es muy fácil de entender. Imagino yo, imaginar es gratis, y no creo que me equivoque, que al Sr. David Cameron la idea de una Escocia independiente, por decirlo en román paladino, «le repatea el hígado», ¿por qué autorizo un referendum legal en Escocia? Pues por sus convicciones democráticas, votar es muy normal en una democracia, ni más ni menos ( y seguramente porque el resultado sería el que fue). Convicciones democráticas, claro, pero cuando hablamos de convicciones democráticas se podría decir aquello que decía mi abuela (QEPD) «la que no está acostumbrada a llevar bragas, las costuras le hacen llagas»
Felicidades por el artículo, realmente muy interesante y sorprendente. Aporta un visión cuando menos nueva a los problemas que afectan al Estado español, especialmente al tema territorial (el llamado problema catalán), una visión moderna. Evidentemente habría que matizarlo.
Creo que no es atrevido decir que el Estado Español se halla en un avanzado estado de descomposición, para argumentar esta afirmación podríamos hablar de economía (paro, pib, deuda pública..), corrupción política, alejamiento de los partidos políticos de la realidad de los ciudadanos, administraciones públicas ineficientes y sobredimensionadas, crisis institucional, judicialización de la política y politización de la justicia, crisis territorial y podríamos seguir. Por lo tanto, o se pone hilo en la aguja o como decía Antonio Molina «el futuro es muy oscuro»
¿Pueden los partidos políticos, básicamente PP y PSOE, actuar en la línea propuesta por Rodrigo Tena? No sé, poca confianza me inspiran los políticos a la hora de resolver los problemas
Veremos.
Un saludo.
Varios.
Ciudadano Perplejo
Apreciado Conciudadano:
Fue un Rey Escocés el que unificó Escocia e Inglaterra. UK no tiene más sede de poder legal que el Parlamento de Westminster. Pueden hacer lo que el Parlamento decida. Por ello, Cameron no estaba limitado por una Ley Constitucional que le impidiera nada ni por una ley que le dicte cuál es el Procedimiento legal para la Secesión. Ningún gobierno Español puede saltarse esa ley. En esto nuestra Constitución acertó y nos protege de más Cambalaches interesados en este campo.
Ramón García.
Estimado Ramón.
No estoy de acuerdo por un motivo: Cataluña como sujeto político no antecede a España. Ni en la historia antigua ni en la moderna. En todo caso es al contrario y no voy a hablar del exterminio de toda la población de la Provincia romana de Tarraco en el 409 DC. Porque si lo hago los colonizados, los invadidos y masacrados, somos «los españoles».
Por otra parte, del mismo modo que Mas, Junqueras y su gente niegan a los ciudadanos allí residentes el Derecho a la Secesión, el Derecho a Decidir o a su Independencia, el resto de los españoles tiene sobrado título jurídico (porque nos afecta a todos) a decidir en lo que nos afecta.
Es nuestro derecho y está, tal cual, en una Constitución que votó afirmativamente el 92% de los votantes en Cataluña.
¿Qué tienen de especial los Territorios que las personas no tenemos?
Encuentro a estos nacionalistas poco democráticos. Muy poco.
Saludos
Rodrigo Tena
Hola, Rodrigo:
Me alegro de que coincidas en que el Derecho a Decidir no existe en país Democrático alguno. Es un Subterfugio para evitar hablar de otros derechos que tampoco son aplicables al caso de España ( concretamente el de Autodeterminación, Independencia, Secesión) porque sólo son Aplicables a Colonias o situaciones de Violación de Derechos.
El verbo Decidir es un verbo Transitivo, es decir, exige un Complemento Directo. Decidir ¿Qué? Además de lo de todos los verbos, un Sujeto ¿Quién?
Abrir esa caja de Pandora, el Quién Decide y, sobre todo, el Qué Decide abre una discusión que no se puede restringir a Supuestos Neo-Derechos Colectivos que se niegan al Individuo, a la Persona.
Este falso derecho a Decidir es el artilugio que se inventa Francesc Homs, el diputado de CIU, en su libro «Dret A Decidir», 2010.
En algún momento sería interesante hablar de «los derechos de Tercera Generación» que la Izquierda Global, foro Porto Alegre, etc. se dedica a promover para luego negárselos a las personas. Esta red se teje de noche y acecha. Es más importante de lo que parece y explica la complicidad de la Izquierda en esta crisis.
Desde luego yo me apunto a decidir, pero no a que me lo impidan.
En muchas más áreas que la identidad, naturalmente.
Un saludo cordial a todos y gracias.
Hola Manu,
Discrepo profundamente con usted. El orden de los factores altera el producto, por lo menos en el caso que nos ocupa. Según usted primero viene el Estado de Derecho y luego la política condicionada a ese Estado de Derecho. Yo pienso que primero está la política y que sólo la solución del conflicto político puede generar condiciones necesarias y quizás suficientes para que el Estado de Derecho se imponga en el territorio referido por esa solución. La historia del orden internacional (entre naciones) y del orden nacional (entre territorios componentes de una nación) me ha enseñado que ambos órdenes se juegan primero en la competencia política, en la competencia por la fuerza en el orden internacional y con muchísima suerte en la competencia por la razón en el orden nacional (el escudo chileno sigue diciendo por la razón o por la fuerza). Mi exposición al detalle de las historias de Argentina, Chile, Uruguay y EEUU post-independencia me ha confirmado una y otra vez que cualquiera sea la retórica de los políticos siempre la fuerza termina condicionando primero el orden constitucional vigente y segundo el ordenamiento jurídico vigente (y cuando digo vigencia pongo énfasis en el cumplimiento efectivo de las normas constitucionales y jurídicas, y que conste que separo lo constitucional de lo jurídico sin pedir perdón a Hans Kelsen porque la justificación última del orden constitucional es el miedo a los bárbaros mientras que la justificación del orden jurídico es la cultura).
Hoy leyendo la reseña de un nuevo libro sobre A. Lincoln
(ver http://online.wsj.com/articles/book-review-founders-son-by-richard-brookhiser-1416779579 )
este párrafo no me sorprendió
Lincoln, who had come to loathe farm work, was alienated from his father, a subsistence farmer, and Mr. Brookhiser makes much—too much—of the conceit that Lincoln regarded the Founders as surrogate fathers. Whether he did look upon them in that way is not really known and relatively unimportant next to the truth that, as Mr. Brookhiser shows, Lincoln used their ideas about liberty, equality and slavery to make the Founders his allies in opposing slavery.
Sí, los políticos siempre encuentran una causa (excepcionalmente una buena) para acceder al poder y gozarlo, cualquiera sea el costo que otros deban pagar por esa causa.
Estoy de acuerdo en que hay que regenerar nuestro (sic) maltrecho estado de derecho. Hay muchas cosas que se pueden cambiar y mejorar. Sólo si hay cambio hay mejora, y si no que se lo digan a la Constitución de EEUU. Sin embargo el problema con los nacionalismos no es de fondo (ellos siempre pedirán lo mismo) sino de forma. Es el mal uso de las instituciones, la mala estructura del Estado, incluido un deficiente modelo político – que incluye una horrenda ley electoral -, lo que ha provocado que haya un «conflicto» con los nacionalistas y separatistas (no con Cataluña).
Estoy en desacuerdo con : » […] habría que dar la oportunidad de secesión a aquellas comunidades que piensen que estarán mejor solas […]». Aquí hay un error de concepto básico. Las comunidades no pueden pensar nada, no son sujetos de derecho, lo son los ciudadanos. Crear derechos a comunidades, es como crearlos a los coches.
Hola, estimado EB. Buenas noches.
Su estilo me recuerda a alguien muy apreciado por estos lares.
En este asunto creo que sí estamos en desacuerdo –al menos parcial– lo cual no me impide darle la razón en que las dinámicas del poder y la fuerza que le es consustancial siempre están presentes en el Derecho. Como bien recordaba en otro comentario JJGF, las Constituciones suelen reflejar buena parte de dichas fuerzas.
Sucede que, tras un montón de levantamientos y guerras civiles, –alguna mucho más reciente que la de Lincoln–, en España seguimos arrastrando los restos metamorfoseados del Carlismo y la Taifa. Cada vez menos pero seguimos.
No sé la clase política cómo se encuentra de ánimo, pero creo que la ciudadanía estamos bastante hartos de mangoneos y aspiramos a algo de «progreso real» y un poco más de respeto. Es decir aspiramos a que se vaya concretando aquello de que somos el «soberano». Ya toca.
Progreso sería, por tanto, no seguir otros cien años anclados a la momia disecada de la Revolución francesa en lo que se refiere al cambalache de «misrepresentation» de Sieyes, a la resultante omnipotencia extractiva del poder y a los modelos constitucionales que de ella se derivan por línea directa o indirecta.
Modelos notoriamente obsoletos al decir de ilustrísimos profesores de profesores en diversos lugares del orbe. Ya está bien de «Constituidos Capturando al Constituyente» ¿O no?
En el asunto concreto que nos ocupa créame que hemos preguntado, por activa y por pasiva –sin que nadie haya sido capaz de explicarlo– ¿por qué no hemos de decidir todos sobre algo que a todos afecta muy profundamente en todos los sentidos de nuestras vidas?. Silencio, mutis por el foro.
Y desde luego no veo razón alguna para llamar «Política» y «políticos» a unos señores que ni su palabra de honor cumplen y se regodean en incumplir leyes y sentencias. A base de no respetar han perdido su crédito y no pueden ser respetados..
Esto no es política, es delincuencia nada diferente de otras delincuencias que, curiosamente, en este caso también les acompañan.
Desde luego, y como usted bien sabe, por mucho menos estarían siendo juzgados en Washington. –¡¡ O en Lisboa !!– coming to think of it.
Un saludo cordial.
Apreciado Manu, porque la política, en democracia, tiene que basarse en el consentimiento. Que Cataluña pertenezca a España en contra de una voluntad clara de los catalanes es inviable hoy (imagínese la desobediencia civil generalizada). No estamos en 1714.
La Constitución es, además de lo que se suele decir (Constitución escrita, norma jurídica, «hoja de papel»), la expresión de los «factores reales de poder» de un Estado, como decía Ferdinand Lassalle. Y hoy por hoy nuestra Constitución no refleja bien esos factores reales de poder. Y ante esa falta de armonía entre la hoja de papel y algunos (no todos) de los factores reales de poder se producen disfunciones, como vemos.
Y por eso Rajoy no consigue que este asunto amaine remitiendo todo a que el TC suspenda cautelarmente la vigencia de una ley o de un acto…
Varios.
Ciudadano Perplejo
Apreciado Conciudadano:
Fue un Rey Escocés el que unificó Escocia e Inglaterra. UK no tiene más sede de poder legal que el Parlamento de Westminster. Pueden hacer lo que el Parlamento decida. Por ello, Cameron no estaba limitado por una Ley Constitucional que le impidiera nada ni por una ley que le dicte cuál es el Procedimiento legal para la Secesión. Ningún gobierno Español puede saltarse esa ley. En esto nuestra Constitución acertó y nos protege de más Cambalaches interesados en este campo.
Ramón García.
Estimado Ramón.
No estoy de acuerdo por un motivo: Cataluña como sujeto político no antecede a España. Ni en la historia antigua ni en la moderna. En todo caso es al contrario y no voy a hablar del exterminio de toda la población de la Provincia romana de Tarraco en el 409 DC. Porque si lo hago los colonizados, los invadidos y masacrados, somos «los españoles».
Por otra parte, del mismo modo que Mas, Junqueras y su gente niegan a los ciudadanos allí residentes el Derecho a la Secesión, el Derecho a Decidir o a su Independencia, el resto de los españoles tiene sobrado título jurídico (porque nos afecta a todos) a decidir en lo que nos afecta.
Es nuestro derecho y está, tal cual, en una Constitución que votó afirmativamente el 92% de los votantes en Cataluña.
¿Qué tienen de especial los Territorios que las personas no tenemos?
Encuentro a estos nacionalistas poco democráticos. Muy poco.
Saludos
Rodrigo Tena
Hola, Rodrigo:
Me alegro de que coincidas en que el Derecho a Decidir no existe en país Democrático alguno. Es un Subterfugio para evitar hablar de otros derechos que tampoco son aplicables al caso de España ( concretamente el de Autodeterminación, Independencia, Secesión) porque sólo son Aplicables a Colonias o situaciones de Violación de Derechos.
El verbo Decidir es un verbo Transitivo, es decir, exige un Complemento Directo. Decidir ¿Qué? Además de lo de todos los verbos, un Sujeto ¿Quién?
Abrir esa caja de Pandora, el Quién Decide y, sobre todo, el Qué Decide abre una discusión que no se puede restringir a Supuestos Neo-Derechos Colectivos que se niegan al Individuo, a la Persona.
Este falso derecho a Decidir es el artilugio que se inventa Francesc Homs, el diputado de CIU, en su libro «Dret A Decidir», 2010.
En algún momento sería interesante hablar de «los derechos de Tercera Generación» que la Izquierda Global, foro Porto Alegre, etc. se dedica a promover para luego negárselos a las personas. Esta red se teje de noche y acecha. Es más importante de lo que parece y explica la complicidad de la Izquierda en esta crisis.
Desde luego yo me apunto a decidir, pero no a que me lo impidan.
En muchas más áreas que la identidad, naturalmente.
Un saludo cordial a todos y gracias.
Estoy de acuerdo en que hay que regenerar nuestro (sic) maltrecho estado de derecho. Hay muchas cosas que se pueden cambiar y mejorar. Sólo si hay cambio hay mejora, y si no que se lo digan a la Constitución de EEUU. Sin embargo el problema con los nacionalismos no es de fondo (ellos siempre pedirán lo mismo) sino de forma. Es el mal uso de las instituciones, la mala estructura del Estado, incluido un deficiente modelo político – que incluye una horrenda ley electoral -, lo que ha provocado que haya un «conflicto» con los nacionalistas y separatistas (no con Cataluña).
Estoy en desacuerdo con : » […] habría que dar la oportunidad de secesión a aquellas comunidades que piensen que estarán mejor solas […]». Aquí hay un error de concepto básico. Las comunidades no pueden pensar nada, no son sujetos de derecho, lo son los ciudadanos. Crear derechos a comunidades, es como crearlos a los coches.
Hola Manu,
Discrepo profundamente con usted. El orden de los factores altera el producto, por lo menos en el caso que nos ocupa. Según usted primero viene el Estado de Derecho y luego la política condicionada a ese Estado de Derecho. Yo pienso que primero está la política y que sólo la solución del conflicto político puede generar condiciones necesarias y quizás suficientes para que el Estado de Derecho se imponga en el territorio referido por esa solución. La historia del orden internacional (entre naciones) y del orden nacional (entre territorios componentes de una nación) me ha enseñado que ambos órdenes se juegan primero en la competencia política, en la competencia por la fuerza en el orden internacional y con muchísima suerte en la competencia por la razón en el orden nacional (el escudo chileno sigue diciendo por la razón o por la fuerza). Mi exposición al detalle de las historias de Argentina, Chile, Uruguay y EEUU post-independencia me ha confirmado una y otra vez que cualquiera sea la retórica de los políticos siempre la fuerza termina condicionando primero el orden constitucional vigente y segundo el ordenamiento jurídico vigente (y cuando digo vigencia pongo énfasis en el cumplimiento efectivo de las normas constitucionales y jurídicas, y que conste que separo lo constitucional de lo jurídico sin pedir perdón a Hans Kelsen porque la justificación última del orden constitucional es el miedo a los bárbaros mientras que la justificación del orden jurídico es la cultura).
Hoy leyendo la reseña de un nuevo libro sobre A. Lincoln
(ver http://online.wsj.com/articles/book-review-founders-son-by-richard-brookhiser-1416779579 )
este párrafo no me sorprendió
Lincoln, who had come to loathe farm work, was alienated from his father, a subsistence farmer, and Mr. Brookhiser makes much—too much—of the conceit that Lincoln regarded the Founders as surrogate fathers. Whether he did look upon them in that way is not really known and relatively unimportant next to the truth that, as Mr. Brookhiser shows, Lincoln used their ideas about liberty, equality and slavery to make the Founders his allies in opposing slavery.
Sí, los políticos siempre encuentran una causa (excepcionalmente una buena) para acceder al poder y gozarlo, cualquiera sea el costo que otros deban pagar por esa causa.
Hola, estimado EB. Buenas noches.
Su estilo me recuerda a alguien muy apreciado por estos lares.
En este asunto creo que sí estamos en desacuerdo –al menos parcial– lo cual no me impide darle la razón en que las dinámicas del poder y la fuerza que le es consustancial siempre están presentes en el Derecho. Como bien recordaba en otro comentario JJGF, las Constituciones suelen reflejar buena parte de dichas fuerzas.
Sucede que, tras un montón de levantamientos y guerras civiles, –alguna mucho más reciente que la de Lincoln–, en España seguimos arrastrando los restos metamorfoseados del Carlismo y la Taifa. Cada vez menos pero seguimos.
No sé la clase política cómo se encuentra de ánimo, pero creo que la ciudadanía estamos bastante hartos de mangoneos y aspiramos a algo de «progreso real» y un poco más de respeto. Es decir aspiramos a que se vaya concretando aquello de que somos el «soberano». Ya toca.
Progreso sería, por tanto, no seguir otros cien años anclados a la momia disecada de la Revolución francesa en lo que se refiere al cambalache de «misrepresentation» de Sieyes, a la resultante omnipotencia extractiva del poder y a los modelos constitucionales que de ella se derivan por línea directa o indirecta.
Modelos notoriamente obsoletos al decir de ilustrísimos profesores de profesores en diversos lugares del orbe. Ya está bien de «Constituidos Capturando al Constituyente» ¿O no?
En el asunto concreto que nos ocupa créame que hemos preguntado, por activa y por pasiva –sin que nadie haya sido capaz de explicarlo– ¿por qué no hemos de decidir todos sobre algo que a todos afecta muy profundamente en todos los sentidos de nuestras vidas?. Silencio, mutis por el foro.
Y desde luego no veo razón alguna para llamar «Política» y «políticos» a unos señores que ni su palabra de honor cumplen y se regodean en incumplir leyes y sentencias. A base de no respetar han perdido su crédito y no pueden ser respetados..
Esto no es política, es delincuencia nada diferente de otras delincuencias que, curiosamente, en este caso también les acompañan.
Desde luego, y como usted bien sabe, por mucho menos estarían siendo juzgados en Washington. –¡¡ O en Lisboa !!– coming to think of it.
Un saludo cordial.
De acuerdo con el análisis de lo que es imposible y además estúpido: seguir "dándoles más" a los nacionalistas: más dinero, más privilegios, más monopolio de los medios de comunicación, más autogobierno, más competencias que si se ceden, se tira por la alcantarilla la idea y la realidad de España: Educación y Justicia. Los nacionalistas siempre quieren más, esta ES su naturaleza, y por tanto no pueden ser saciados, jugar a ser Chamberlain y apaciguarlos no da resultado. De manera simultanea, a los demás se nos queda cara de imbéciles y nos vamos hartando, lo que los políticos llaman "desafección", ….es que los políticos con su rollito políticamente correcto, no llaman a las cosas por su nombre: hartazgo, asco, manía, y un cabreo supino.
Pero no estoy de acuerdo en al solución, me parece absolutamente utópica, ¡ajustemos el GPS!, Esto es España y no Reino Unido o Alemania. Lo que se plantea exigiría una determinación, un nivel ético y de responsabilidad que evidente que no existe ni se le espera porque si no, no estaríamos donde estamos.
Ni van a dejar que haya un Poder Judicial sea independiente de los políticos pues se creó precisamente dependiente de ellos a conciencia, para que sus actos no tuvieran consecuencias; ni va a haber una administración profesional, porque en contra del mantra tan repetido de que los funcionarios son los más aptos para cada puesto, en realidad la mayoría se han sacado una oposición de tres menos cuartillo para tener la "plaza en propiedad" y no tener que rendir cuentas en la vida ni esforzarse día a día, de hecho en países como USA o UK no hay funcionarios, son "civil servants" y lo único que tienen en propiedad es su buen hacer y su capacidad; ni van a hacer que lo órganos de control controlen porque no les interesa,si les hubiera interesado ya existirían, ¡bien que nos controlan a todos en Hacienda!!!!, donde su sistema informático parece de la NASA mientras que en los juzgados siguen con pantallas negras de letritas verdes, ¡como hace 25 años!, ni los partidos políticos van a cargarse la "partitocracia cleptocrática" porque los únicos políticos que recuerdo a lo largo de la historia que se hicieran el Harakiri fueron las Cortes franquistas y éstos NO se lo van a hacer y muchos menos van a dejar que "profesionales de nivel" aporten desde el conocimiento y el debate en vez de desde la oportunidad política.
Ni por otro lado se van a suprimir los privilegios de Navarra y País Vasco pues siguen instalados en el apaciguamiento y la historia es un excusa, ni se van a ordenar las competencias de las Comunidades Autónomas o "Estados" en función de su capacidad de gestión o población, pues esos son criterios objetivos y no interesa acabar con las cesiones, para que se callen un ratito, una legislatura…es un "tente mientras cobro"
Y finalmente "Ello implica un nuevo pacto constitucional, por lo que –por una sola vez– habría que dar la oportunidad de secesión a aquellas comunidades que piensen que estarán mejor solas, ……. puedan ejercitar su opción de salida." Suena lógico pero, por desgracia tampoco resuelve nada, se dé o no se dé el derecho a la secesión, se cree o no se cree, (suponiendo que fuera acertado y viable crearlo) en el fondo crear este derecho es otra cesión más al nacionalismo, y tampoco les va satisfacer. Es como decir "venga, te dejo hablar, pero una sola vez y luego te callas la boca"… pues no, como se les ha dejado una vez, lo pedirían cada 4 años, hasta que les saliera. ¡Por ahí tampoco hay vía!