¡Felices fiestas a todos!

 

Desde que en el ya lejano mes de diciembre del año 2010 (lejano quizá no tanto por el tiempo transcurrido, sino por la cantidad de cosas que han pasado desde entonces) comenzamos nuestra andadura como blog, ésta es la quinta vez que deseamos felicidad a nuestros lectores, a sus familiares y amigos. Pero, como no podría ser de otra forma, este deseo de felicidad no se circunscribe al periodo navideño, sino a todo el año que viene, y se refiere no solamente a cada uno de nosotros individualmente, sino a todos juntos como sociedad. Llevamos muchos años de crisis no solamente económica, sino también política y ética, y ello ha producido, además de la  previsible infelicidad de muchas personas individuales, un malestar como sociedad que podríamos calificar como de infelicidad social.
Tal y como decimos al final en el libro que hemos publicado este año, ¿Hay Derecho?, el futuro depende en parte también de nosotros mismos, de lo que hagamos o dejemos de hacer, de nuestra propia actitud. Nuestra mayor o menor felicidad como sociedad, en consecuencia depende también al menos en parte de nosotros mismos. Hoy mismo publicamos una referencia a una serie de propuestas sobre regeneración democrática, y hay muchas iniciativas en este sentido en marcha, entre ellas la propia fundación ¿Hay Derecho? que como saben nuestros lectores hemos creado recientemente y que va en esa dirección.
Animamos a todos nuestos amigos a no cejar en el empeño, a seguir informándose y participando en esta difícil y larga tarea que es mejorar la sociedad que tenemos ahora, en definitiva a contribuir cada uno con lo que pueda, a elevar nuestro nivel de felicidad social. Y ningún esfuerzo es pequeño, porque en frase de Burke, que nos gusta mucho a los editores, “el mayor error lo comete el que no hace nada porque sólo podría hacer un poco”.
¡Muchas felicidades a todos!
 
 

3 comentarios
  1. Fernando Rodríguez Prieto
    Fernando Rodríguez Prieto Dice:

    Creo que es un motivo de esperanza que hasta en el discurso del Rey tome protagonismo la necesidad de regeneración de nuestras instituciones. Existe una creciente convicción social sobre esa necesidad. Si los partidos al mando no son capaces de recibir y encauzar esa aspiración, la ola va a acabar pasándoles por encima.

    • O,Farrill
      O,Farrill Dice:

      Querido Fernando: Creo que el contenido del discurso del Jefe del Estado (desde el punto de vista ciudadano) es el que toca y, como decía un buen chiste al respecto, quizá habría sido más ilustrativo conocer lo que se dice de verdad en la intimidad…..

  2. Fernando Rodríguez Prieto
    Fernando Rodríguez Prieto Dice:

    Creo que es un motivo de esperanza que hasta en el discurso del Rey tome protagonismo la necesidad de regeneración de nuestras instituciones. Existe una creciente convicción social sobre esa necesidad. Si los partidos al mando no son capaces de recibir y encauzar esa aspiración, la ola va a acabar pasándoles por encima.

  3. Joaquin L.M.
    Joaquin L.M. Dice:

    Hola a todos. Aunque un poco tarde y agradeciendo los deseos de felicidad, he de puntualizar sobre la banalidad de la misma.
    No hay fiesta o celebración sin motivo, celebramos los cumpleaños, fin de estudios, bodas, etc., todas tienen una motivación; sin embargo estas fiestas del nacimiento de Jesus de Nazaret, nos cuesta celebrar la “Navidad” y nos quedamos en lo más vano y vacío, “felices fiestas”. Le quitamos su origen y trascendencia y la dejamos en frívola fiesta. Sin tratar de hacer un panegírico religioso, no es mi intención, si argumentar lo trascendental del citado nacimiento.
    En el escrito de felicitación de los autores, se desea a todos felicidad, todos lo agradecen, pero tal vez sin saber a ciencia cierta, qué es eso de la felicidad ni como conseguirlo. ¿realmente sabemos de que hablamos?
    Algunos la relacionan con las satisfacciones corporales, dinero, fama, poder, sexo, lujos, etc, y cuando lo consiguen, se dan cuentan que han perdido su libertad, se han convertido en esclavos de si mismos, resultando en infelicidad.
    Otros, oyeron de uno que nació hace 21 siglos, no saben quién era realmente, si un loco, un profeta, un colgao, algunos dicen que era un Dios, pero ante esa incertidumbre, les picó la curiosidad e investigaron lo que dijo.
    Resulta que, lo que dijo y ciñéndonos al ámbito terrenal, no solo ha trascendido los siglos y la historia, sino que ha demostrado ser la mejor forma de conseguir aquello que todos buscan, la felicidad y solo con el prójimo como objetivo de vida. Y resultó que de esa manera, al que libremente opta por ella, ya no le cabe la corrupción, vanidad, robo, mentira, etc., en definitiva lo que provoca la infelicidad.
    Esa simple y libre actitud de vida del ser humano, en base a su dignidad individual, ha creado una cultura, la cristiana, que es la que ha alcanzado en el tiempo, los mayores logros de desarrollo del ser humano como individuo y como sociedad. Ha logrado las mayores cotas de conocimiento, desarrollo tecnológico, medico, científico, humanidades, en definitiva en todas las ciencias, que cualquier otra cultura en la tierra. Hay que reconocer que con muchas sombras humanas.
    Se sea o no partidario, encuentro tan trascendente esta realidad, que me choca cuando se anula la “Navidad”, como origen de la fiesta y motivo de felicitación.
    FELIZ NAVIDAD.

  4. Joaquin L.M.
    Joaquin L.M. Dice:

    Hola a todos. Aunque un poco tarde y agradeciendo los deseos de felicidad, he de puntualizar sobre la banalidad de la misma.
    No hay fiesta o celebración sin motivo, celebramos los cumpleaños, fin de estudios, bodas, etc., todas tienen una motivación; sin embargo estas fiestas del nacimiento de Jesus de Nazaret, nos cuesta celebrar la “Navidad” y nos quedamos en lo más vano y vacío, “felices fiestas”. Le quitamos su origen y trascendencia y la dejamos en frívola fiesta. Sin tratar de hacer un panegírico religioso, no es mi intención, si argumentar lo trascendental del citado nacimiento.
    En el escrito de felicitación de los autores, se desea a todos felicidad, todos lo agradecen, pero tal vez sin saber a ciencia cierta, qué es eso de la felicidad ni como conseguirlo. ¿realmente sabemos de que hablamos?
    Algunos la relacionan con las satisfacciones corporales, dinero, fama, poder, sexo, lujos, etc, y cuando lo consiguen, se dan cuentan que han perdido su libertad, se han convertido en esclavos de si mismos, resultando en infelicidad.
    Otros, oyeron de uno que nació hace 21 siglos, no saben quién era realmente, si un loco, un profeta, un colgao, algunos dicen que era un Dios, pero ante esa incertidumbre, les picó la curiosidad e investigaron lo que dijo.
    Resulta que, lo que dijo y ciñéndonos al ámbito terrenal, no solo ha trascendido los siglos y la historia, sino que ha demostrado ser la mejor forma de conseguir aquello que todos buscan, la felicidad y solo con el prójimo como objetivo de vida. Y resultó que de esa manera, al que libremente opta por ella, ya no le cabe la corrupción, vanidad, robo, mentira, etc., en definitiva lo que provoca la infelicidad.
    Esa simple y libre actitud de vida del ser humano, en base a su dignidad individual, ha creado una cultura, la cristiana, que es la que ha alcanzado en el tiempo, los mayores logros de desarrollo del ser humano como individuo y como sociedad. Ha logrado las mayores cotas de conocimiento, desarrollo tecnológico, medico, científico, humanidades, en definitiva en todas las ciencias, que cualquier otra cultura en la tierra. Hay que reconocer que con muchas sombras humanas.
    Se sea o no partidario, encuentro tan trascendente esta realidad, que me choca cuando se anula la “Navidad”, como origen de la fiesta y motivo de felicitación.
    FELIZ NAVIDAD.

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