Recomendaciones de lectura: Carles Casajuana “Las leyes del castillo, notas sobre el poder”

En este año electoral que se presenta tan intenso es muy recomendable detenerse un momento entre lectura y lectura de la última encuesta o del último escándalo y reflexionar un poco.  Sin duda estamos viviendo una situación histórica muy particular, en la que se avecinan grandes cambios y el ciudadano responsable debe de informarse lo mejor posible, y para ello son precisos libros como el de Carles Casajuana sobre la naturaleza del poder, ya que puede ayudar a entender bastantes cosas.

Porque “Las leyes del castillo”, con el subtítulo “notas sobre el poder” publicado por la editorial Península  es efectivamente un libro de  notas sobre el poder. Pero además es un libro  que refleja bien no sólo las ideas sino también la personalidad de su autor, al que tengo el gusto de conocer y tratar desde la preparación y posterior lanzamiento del “Manifiesto de los 100”. Ya saben ustedes que las empresas poco exitosas unen mucho.

Se trata, en primer lugar, de un libro muy bien escrito, lo que no es de sorprender dado que Carles Casajuana tiene una dilatada trayectoria como escritor y ha obtenido premios importantes, pero lo que es siempre muy de agradecer porque no siempre es el caso en este tipo de ensayos. Por cierto, que hay que mencionar que este último libro ha recibido el Premió Godó de Periodismo de investigación 2014, aunque yo no lo consideraría ni un libro periodístico ni  un libro de investigación, pero así son las cosas, nuestro libro ¿hay Derecho? ha quedado también finalista en unos premios para libros sobre empresa, así que no nos vamos a quejar.

En segundo lugar, es un libro muy discreto, empleando la palabra en su sentido original en castellano, tan utilizado en las comedias del Siglo de Oro, pero también en el sentido actual. Inteligente pero también prudente. Las reflexiones sobre el poder por parte de alguien tan inteligente, informado y culto y que lo conoce muy de cerca son necesariamente muy agudas, críticas e incluso en ocasiones crueles; a pesar de todo Casajuana ha conseguido que el libro no pueda molestar a nadie, lo que no tengo ninguna duda era uno de sus objetivos.

Efectivamente  quizá el mayor defecto del libro es precisamente su mayor virtud, al menos desde ese punto de vista. No hay ejemplos. Carles Casajuana disecciona sin piedad alguna la naturaleza de las leyes del castillo y de sus habitantes, pero lo hace como gran diplomático que es, sin mencionar a nadie en concreto. No hay cotilleos ni siquiera en abstracto. Claro que el lector puede sospechar de quien o quienes habla, dada la trayectoria de Carles Casajuana y en particular su etapa como embajador en Londres durante el Gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero, pero él no va a dar nombres. O para ser más exactos sí los va a dar, pero solo los de los grandes pensadores que han reflexionado sobre la naturaleza del poder a lo largo de los siglos, desde los clásicos hasta la actualidad, pasando por autores como Maquiavelo, Montaigne, Orwell o Bertrand Russell por elegir algunos muy citados y claramente preferidos por el autor (y también por la  autora de estas líneas, por cierto). Es difícill encontrar un conjunto de citas sobre el poder más ilustrativas y más brillantes.

Pero sobre todo el gran logro del libro es la continuidad que se observa entre las consideraciones de estos grandes autores y las propias notas de Carles Casajuana sobre el poder. Las reflexiones de los primeros, a veces hechas hace muchos siglos, enlazan de forma muy natural con las propias del autor, referidas a personajes contemporáneos que habitan el palacio de la Moncloa pero que padecen los mismos males de sus antepasados. Y es que unos y otros han identificado con la misma sabiduría y con no poca ironía, a través de los siglos y los sistemas políticos, idénticas “leyes del castillo” e idénticos habitantes, las mismas mezquindades, envidias, rivalidades,adulaciones, decepciones, en definitiva, las mismas ansias de poder. Lo que no es de extrañar, dado que en nada ha cambiado la naturaleza humana. O como diría Montaigne, por muy alto que esté el trono, uno se sienta siempre en él sobre el culo. Que es exactamente lo que dice Casajuana pero de forma mucho más elegante.

2 comentarios
  1. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Estimada Elisa: Gracias por compartir la información de este nuevo texto sobre el Poder nacido de lo que muchos (la mayoría) piensan, pero que nadie se atreve a denunciar. El año orwelliano llegó hace mucho tiempo, con exquisita puntualidad y, el Ojo (el Poder) que todo lo controla y vigila, nos considera suyos, globalizados. Sus sistemas de control y propaganda son mundiales y han funcionado. Nos han vendido de todo y hemos comprado todo porque nos han llevado hacia las opciones que el Ojo(el Poder) pretendía. La guerra es un gran negocio y además posibilita daños demográficos que evitan el crecimiento de población, lo mismo que las hambrunas, la miseria, las epidemias y la desesperación. Sólo hay que ver quien mueve ficha en el tablero de juego y cuales son sus objetivos reales más allá de la propaganda. El miedo es un sentimiento más fuerte que el amor y en esas estamos: infundir temor a todo en una sociedad cada vez más perdida en busca de tutela. Es el Poder. Los “poderes salvajes” de Ferrajoli que tanto comenta Manu Oquendo. Por eso ha calado el discurso de “Podemos” o “Syriza”,porque hablan de lo que la gente piensa y no dice, porque han creado esperanza frente al miedo.

  2. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Estimada Elisa: Gracias por compartir la información de este nuevo texto sobre el Poder nacido de lo que muchos (la mayoría) piensan, pero que nadie se atreve a denunciar. El año orwelliano llegó hace mucho tiempo, con exquisita puntualidad y, el Ojo (el Poder) que todo lo controla y vigila, nos considera suyos, globalizados. Sus sistemas de control y propaganda son mundiales y han funcionado. Nos han vendido de todo y hemos comprado todo porque nos han llevado hacia las opciones que el Ojo(el Poder) pretendía. La guerra es un gran negocio y además posibilita daños demográficos que evitan el crecimiento de población, lo mismo que las hambrunas, la miseria, las epidemias y la desesperación. Sólo hay que ver quien mueve ficha en el tablero de juego y cuales son sus objetivos reales más allá de la propaganda. El miedo es un sentimiento más fuerte que el amor y en esas estamos: infundir temor a todo en una sociedad cada vez más perdida en busca de tutela. Es el Poder. Los “poderes salvajes” de Ferrajoli que tanto comenta Manu Oquendo. Por eso ha calado el discurso de “Podemos” o “Syriza”,porque hablan de lo que la gente piensa y no dice, porque han creado esperanza frente al miedo.

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