Tú di que la culpa es del profesional (y a ver qué pasa)
En una entrada aquí publicada a finales del pasado mes de diciembre, que fue muy ampliamente comentada, me preguntaba a mí mismo y a los amables lectores del blog, a raíz de una anécdota que viví relacionada con una conocida marca de cápsulas de café, si los españoles tenemos en nuestro comportamiento cívico y social un cierto déficit ético. Pues bien, una serie de sucesos repetidos en los últimos tiempos en mi despacho profesional me han llevado a replantearme y corroborar buena parte de los argumentos y de la tesis entonces sustentada. Paso sin más dilación a contárselos.
Todos somos conscientes de los problemas que han existido en los últimos años con la Banca española, y de las dificultades económicas por las que hemos atravesado la mayoría de las familias de este país. Vaya, en primer lugar y sin reparo alguno, mi comprensión, solidaridad y absoluto apoyo personal y profesional hacia quienes han tenido problemas económicos debidos a la crisis y, especialmente, hacia quienes han sufrido los abusos de algunas entidades financieras que todos hemos podido conocer, y que ya han sido en este blog abundante y certeramente comentados. Pero esa situación de abuso, por criticable y extendida que haya podido ser, no debe permitir, ni para los particulares ni para ciertos aparentemente poco escrupulosos asesores legales, el “vale todo” con tal de liberarse de una enojosa o inoportuna deuda, por mucho que ésta pueda estar asfixiando alguna economía familiar. Lo digo porque en el último año se me ha repetido dos veces en el despacho, con unos meses de diferencia, un fenómeno similar: recibo la llamada de quien me dice ser un abogado (varón la primera vez, mujer la segunda) quienes me anuncian que han sido contratados por un solo cliente (mujer de cierta edad en ambos casos) que les ha contado que alguien ha firmado en mi oficina notarial, a la que ninguna de las dos clientas “habían acudido nunca ni siquiera sabían dónde estaba”, un préstamo hipotecario en su nombre, en un caso hace unos cuatro años y en otro casi seis, se supone que suplantando su identidad y falsificando su firma. En el segundo caso, incluso añadiendo la letrada que la supuesta escritura de hipoteca se había firmado ante mí en el mes de agosto del año 2009, lo cual era manifiestamente imposible porque agosto era un mes “inhábil a efectos notariales” (sic).
Yo, lógicamente alarmado, reacciono igual en ambos casos, superada mi perplejidad (aunque tengo que confesarles que más en el primer caso que en el segundo, que ya me pilló algo más curado de espantos): comunico a ambos letrados que tengo que consultar mi protocolo y la documentación que guardo en mi notaría, y que a la mayor brevedad les daré cumplida información de lo que encuentre al respecto. Y ¿qué encuentro? Pues, en ambos casos, una situación parecida: una escritura firmada por la presunta “ausente”(que era una sola prestataria en ambos casos) y por los apoderados de la respectiva entidad de crédito, una oferta vinculante de cada préstamo protocolizada con la escritura y también firmada por cada prestataria, sus respectivos Documentos Nacionales de Identidad, cuyas firmas eran casi idénticas en ambos casos a las que aparecían estampadas en las dos escrituras matrices, ambos escaneados y conservados en los archivos de la notaría (como manda la Ley) y, -oh sorpresa- que a la segunda prestataria “ausente” le habíamos cancelado el mismo día de su “presunto préstamo” -se supone que en un acto de máxima generosidad notarial- y con un cheque bancario procedente del banco prestamista, una hipoteca anterior que tenía contratada otra entidad de crédito.
Ante tal apariencia de veracidad y acumulación de información, en ambos casos telefoneé a los letrados anunciantes de una supuesta denuncia contra mí. Tras explicarles exhaustivamente toda la documentación que conservamos en la oficina notarial y ofrecerles el testimonio adicional de los apoderados de las respectivas entidades bancarias y de los oficiales de mi despacho que habían preparado las escrituras, pasé a preguntarles cómo era posible que sus respectivas clientas llevaran en ambos casos pagando durante más de cuatro años en un caso y casi seis años en el otro unos préstamos hipotecarios que, presuntamente, nunca habían solicitado ni firmado y justo ahora caían de repente en la cuenta de una eventual suplantación, que cómo se explicaban que en mi oficina estuvieran escaneados los DNI de sus respectivas clientas si “nunca la habían pisado” como ellas decían y, en el segundo caso, además, que por qué caritativa razón iba yo a pagar y a cancelar una hipoteca anterior de una señora a la que no tenía el gusto de conocer, y que, además, no cayó tampoco en la cuenta de que repentinamente se le había dejado de cobrar por su banco. Y en ambos casos, con pequeñas variaciones de “estilo”, la reacción de los dos letrados fue similar. Bajo una actitud respetuosa en las formas, en ambos casos aparentaron cierta sorpresa –yo creo que más o menos impostada- con mi batería de respuestas, aventuraron una cierta disculpa del tipo “ya sabe usted, cosas de los clientes” y acabaron ambos su explicación con parecida y enigmática frase: “… lo cierto es que todo lo que usted me cuenta, señor notario, tiene apariencia de ser real, y probablemente lo sea, pero, en cualquier caso, tal como están en España las cosas de los bancos y la protección de los consumidores en los últimos tiempos…. ¿a su despacho no le convendría tener un escándalo público, verdad?”…. Y la segunda de ellos añadió la coletilla final de que “en el caso de que mi clienta hubiera firmado algo en su despacho, fue engañada y no se le explicó nada de lo que firmó”.
Imaginen ustedes en ambos casos mi reacción. Le anuncié a ambos letrados una inmediata querella contra sus respectivas clientas, les abochorné el hecho de que, mintiendo para liberarse de una deuda, estaban imputando uno o varios delitos a un funcionario público, cosa que me parecía muy grave y, además, profundamente inmoral y contrario a cualquier ética profesional, y les dije que, de seguir con sus intenciones, ya nos veríamos en el Juzgado sin ningún problema. Por ahora no he vuelto a tener noticias ni de ellos ni de sus “desmemoriadas” clientas, pero ahí está descrita la funesta estrategia para librarse de una seguramente molesta deuda bancaria. Desconozco si las mentirosas en ambos casos eran las clientas o habían sido “alentadas” para mentir, pero contra la crisis y los problemas económicos de la gente no debe “valer todo” aprovechando la actual hipersensibilidad social, y también de los Tribunales de Justicia, frente a todos los contratos de origen bancario. Esto que me ha sucedido a mí sería probablemente impensable en otros países, pero en España sucede, y no de forma aislada. Acabo esta entrada como terminé mi anterior post relacionado con este tema y al principio mencionado. Está muy bien que todos deseemos, especialmente en año electoral, un cambio a mejor en España y en nuestros políticos. Pero antes tenemos que empezar por cambiar bastantes cosas nosotros.
Nacido el 10 de diciembre de 1963 en Palma de Mallorca. Licenciado en Derecho y Diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de las Islas Baleares. Notario por oposición libre (1991) y Notario de Palma de Mallorca por oposición entre Notarios (1995). Ha sido preparador de opositores en la Academia de Madrid, patrono de la Fundación Matritense del Notariado, profesor de la Escuela de Práctica Jurídica del Ilustre Colegio de Abogados de Baleares, miembro del Consejo Asesor de Banca March, y miembro del Consejo de Administración del Real Club Deportivo Mallorca S.A.D.
Actualmente es Vicedecano del Ilustre Colegio Notarial de las Islas Baleares, Vicepresidente de la Fundación Amazonia, destinada a la atención de los niños de la calle en Bolivia, y miembro del Consejo Editorial de las revistas “El Notario del Siglo XXI” y “Vía Roma 4”.
Lo que comenta el autor del post es algo por desgracia frecuente y me temo que cada vez más. Y refleja una total falta de ética y de deontología, en primer lugar. Y en segundo lugar, en cuanto al abogado que en muchas ocasiones está detrás de estos comportamientos, es algo más: debería reportarse al Colegio de abogados correspondiente, e incluso podría tener una sanción penal, porque es algo poco menos que un delito de amenazas.
Con ocasión del tremendo accidente aéreo, hemos visto otro comportamiento tremendo de algunos abogados ofreciendo servicios a las víctimas pasados 10 minutos del accidente (es una exageración), hasta el punto de que se va a establecer creo una norma para que en el plazo de un mes desde este tipo de accidentes no puedan ofrecer sus servicios. En fin. Aclaro que no me refiero al colectivo de abogados, sino a determinados integrantes de él.
Yo calificaría el caso concreto referido por el Sr. Delgado como Extorsión y Coacción. Como abogado (y no como poseedor de un papelito/carnet emitido por un Colegio de Abogados), le aconsejo denunciar los hechos de los abogados -respecto a los propios del "cliente" solo tenemos "referencias indirectas", inadecuadas para sustentar su imputación, aunque deberían ser objeto de probanza en sede judicial- en el Juzgado de Guardia, y luego enviar copia sellada de la denuncia a los colegios respectivos.
Si tiene fortuna, el asunto lo verá un Juez no asociado( a un partido político, aclaro), luego acabará interviniendo un Tribunal dependiente y partidario y la justicia dejará de tener que ver con el proceso, convertido en la ruleta del casino de los intereses más mezquinos.
Saludos.
Lo que comenta el autor del post es algo por desgracia frecuente y me temo que cada vez más. Y refleja una total falta de ética y de deontología, en primer lugar. Y en segundo lugar, en cuanto al abogado que en muchas ocasiones está detrás de estos comportamientos, es algo más: debería reportarse al Colegio de abogados correspondiente, e incluso podría tener una sanción penal, porque es algo poco menos que un delito de amenazas.
Con ocasión del tremendo accidente aéreo, hemos visto otro comportamiento tremendo de algunos abogados ofreciendo servicios a las víctimas pasados 10 minutos del accidente (es una exageración), hasta el punto de que se va a establecer creo una norma para que en el plazo de un mes desde este tipo de accidentes no puedan ofrecer sus servicios. En fin. Aclaro que no me refiero al colectivo de abogados, sino a determinados integrantes de él.
Nadie dijo que la vida fuese "fair play". Y si no que se lo pregunten a Rosa Díez. Menuda campañita de prensa "espontánea". Con lo que suele costar poner de acuerdo a los chicos de la prensa.
Sobre abogados buenos y menos buenos, para pasar el rato entre aeropuertos y aviones: "Sycamore Row" de J. Grisham.
Nadie dijo que la vida fuese "fair play". Y si no que se lo pregunten a Rosa Díez. Menuda campañita de prensa "espontánea". Con lo que suele costar poner de acuerdo a los chicos de la prensa.
Sobre abogados buenos y menos buenos, para pasar el rato entre aeropuertos y aviones: "Sycamore Row" de J. Grisham.
El Sr Delgado acaba de descubrir Roma. Le propongo para una cátedra en Sociología española. Sr. Delgado, ¿puede usted llegar a imaginar de dónde proviene el "todovalismo", generalmente?
El Sr Delgado acaba de descubrir Roma. Le propongo para una cátedra en Sociología española. Sr. Delgado, ¿puede usted llegar a imaginar de dónde proviene el "todovalismo", generalmente?
Con todo mi respeto al autor, lamentable artículo. Pretende extraer conclusiones generales de un caso concreto. Todos tenemos casos concretos. Variados y fértiles en las imaginaciones, pero también en las realidades.
Doy Fe privada de la regularidad de casos en que el Notario actúa como cómplice de las legítimadas estafas crediticias.
Con todo mi respeto, y con todo el cariño que conlleva la reiterada lectura de apreciados artículos del Sr. Delgado, creo que este se encuentra lastrado por un corporativismo más dañino que beneficioso para la salud del colectivo notarial.
En cuanto a mi colectivo, el de abogados, solo diré que me lo creo todo, y se queda corto, Sr. Delgado. Muy corto.
Reciba un saludo, cordial, aunque discrepante en esta ocasión.
Sres. KC y De Lege Ferenda: me parece genial que no les guste mi post, pero veo que no han entendido ustedes nada, y sus comentarios me parecen también, sinceramente, bastante superficiales e incluso "lamentables". Y en alguno esto empieza a ser preocupante, ya que parece que leen el blog para pelearse con el mundo. Tal vez deben pasarlo mal en casa….. Lean otra cosa y punto…. Si a mí no me gusta un plato en un restaurante pido otra cosa o no vuelvo a pedirlo pero no entro a ver al cocinero para decirle que su plato era patético. Debo tener una educación anticuada….
En lo que quiero contar aquí ni acabo de descubrir la pólvora ni estoy realizando ninguna crítica a los abogados, ni mucho menos corporativismo notarial. Odio el corporativismo de cualquier clase. Los comportamientos que me parecen lamentables, y por ello comienzo el post enlazándolo con otro mío anterior, son los de las dos clientas afectadas, que luego seguro que en su casa se quejan de las chorizadas de los políticos españoles y actúan peor que ellos, hasta yéndose a ver a un abogado para contarle una milonga tremenda a ver si se libran de un préstamo firmado hace años. Sinceramente, creo que los abogados, de los que no he tenido más noticias, lo único que hicieron era tantearme, cada uno en su estilo (más o menos afortunado) con objeto de cotejar la información que habían recibido de sus clientas y ver si yo, o mi actuación profesional, flaqueaba por algún punto. No sé si ello es muy ético o poco ético pero así es la vida y yo no me caigo de un guindo. Su comportamiento no me extraña ni me sorprende, y lo acepto como parte de la vida. Lo que me decepciona es la conducta de un pueblo que parece pedir un cambio a gritos cuando los que tienen que cambiar son muchos de los que lo piden. Ese es el trasfondo del post. A mí me encanta que ustedes me lean, y que discutan o rebatan lo que escribo, pero estoy bastante cansado de que me interpreten. Creo que alguno coge excesivos calentones y su salud se va a resentir….
Sr. Delgado, por lo que a mí concierne no se preocupe por mi salud y preocúpese más por reflexionar hasta el fondo de las cuestiones. Usted se queja del "todovalismo" ahora que es consciente de cuál es el resultado, pero presumo que hasta entonces no se habrá quejado mucho. Reflexione usted acerca de por qué existe ese "todovalismo" y de dónde procede y quizás personalmente me tome en serio sus intentos sociológicos de interpretar conductas humanas. Donde usted ve "críticas gratuitas" los demás vemos otras cosas. Por otro lado, cuando uno escribe públicamente debe ser consciente de que se expone a las críticas más allá de los vítores.
Por cierto, hoy Moises Naim se ubica en mi tesis de que los economistas son, muchos de ellos, unos auténticos chapuzas a la hora de describir realidades (aparte de ser cada día menos independientes, objetivos y cada vez más sesgados). Sólo le ha faltado decir lo mismo de los juristas, los cuales, en general, van a la par. Les aconsejo el texto, más que nada para que se enteren de cómo funciona el mundo. A ver si entienden de una vez por todas de dónde proviene el "todovalismo" del que algunos se quejan y por qué todo huele a esa ranciedad ficticia y artificial que es la que acaba degenerando un sistema.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/03/28/actualidad/1427562693_607910.html
Sres. KC y De Lege Ferenda: me parece genial que no les guste mi post, pero veo que no han entendido ustedes nada, y sus comentarios me parecen también, sinceramente, bastante superficiales e incluso "lamentables". Y en alguno esto empieza a ser preocupante, ya que parece que leen el blog para pelearse con el mundo. Tal vez deben pasarlo mal en casa….. Lean otra cosa y punto…. Si a mí no me gusta un plato en un restaurante pido otra cosa o no vuelvo a pedirlo pero no entro a ver al cocinero para decirle que su plato era patético. Debo tener una educación anticuada….
En lo que quiero contar aquí ni acabo de descubrir la pólvora ni estoy realizando ninguna crítica a los abogados, ni mucho menos corporativismo notarial. Odio el corporativismo de cualquier clase. Los comportamientos que me parecen lamentables, y por ello comienzo el post enlazándolo con otro mío anterior, son los de las dos clientas afectadas, que luego seguro que en su casa se quejan de las chorizadas de los políticos españoles y actúan peor que ellos, hasta yéndose a ver a un abogado para contarle una milonga tremenda a ver si se libran de un préstamo firmado hace años. Sinceramente, creo que los abogados, de los que no he tenido más noticias, lo único que hicieron era tantearme, cada uno en su estilo (más o menos afortunado) con objeto de cotejar la información que habían recibido de sus clientas y ver si yo, o mi actuación profesional, flaqueaba por algún punto. No sé si ello es muy ético o poco ético pero así es la vida y yo no me caigo de un guindo. Su comportamiento no me extraña ni me sorprende, y lo acepto como parte de la vida. Lo que me decepciona es la conducta de un pueblo que parece pedir un cambio a gritos cuando los que tienen que cambiar son muchos de los que lo piden. Ese es el trasfondo del post. A mí me encanta que ustedes me lean, y que discutan o rebatan lo que escribo, pero estoy bastante cansado de que me interpreten. Creo que alguno coge excesivos calentones y su salud se va a resentir….
Perdone Sr. KC, pero no salgo de mi asombro. Como veo que lo necesita, voy a aclararle unas cuantas cosas:
– Yo reflexiono hasta el fondo de las cuestiones cuando me apetece, y soy más ligero o anecdótico cuando me place. No es usted quien tiene que decirme cómo o sobre qué debo escribir. Y si no le gusta lo que escribo o el tono más o menos ligero en el que lo hago, no me lea y punto.
– Yo soy notario, y trabajo en una notaría. Por ello a veces escribo cosas más profundas, y otras cuento anécdotas llamativas sobre mi trabajo y no sobre un centro de salud o sobre una panadería. ¿Me da usted permiso para hacerlo?
– Ni en este ni en otro post mío pretendo hacer sociología ni nada parecido. Puede que usted sea un reputado profesional de la sociología, o le interesen mucho los temas sociológicos, pero ESTE ES UN BLOG JURÍDICO, creado y dirigido por cuatro notarios, y que tiene un importantísimo núcleo de lectores notarios a los que les ha interesado bastante lo que cuento. Yo sólo reflexionaba en forma anecdótica sobre hasta donde llega la picaresca de algunos clientes, aprovechando la actual coyuntura bancaria-mediático-jurídica, para librarse de pagar un préstamo hipotecario. Nada más. Y, para muchos notarios en ejercicio, nada menos….
Acepto perfectamente la crítica o el debate sobre lo que escribo, pero me parece que eso no es exactamente lo que usted hace. Le ruego que no me atribuya pretensiones o inquietudes que no tengo, para luego criticarme la falta de profundidad o qué se yo otras manías suyas. Me parece bien que a usted le preocupen los temas sociológicos, pero a mí me preocupan otras cosas. Tranquilo que no pretendo usurpar un terreno en el que usted debe ser un consumado maestro…..
Sr- Delgado, no, hombre, no. La solución no es que yo deje de leerle. Le repito que usted escribe públicamente y como tal debe afrontar los comentarios. Su entrada estaría muy bien hace unos 5 ó 6 años (quizá algunos más), pero ahora mismo, con sinceridad se lo digo, me parece absolutamente inoportuna. Pero no porque no tenga usted razón, que seguramente la tenga, sino porque parece, sinceramente, que acabe de caerse del tiesto. Y como le comentan en otros comentarios, que venga un sr. notario a quejarse de los elementos privatistas de según qué conductas que tienen que ver mucho con cómo se ha fraguado la economía en España, me parece bastante risible (sí, risible y además esperpéntico). Qué casualidad que este que comenta, además de otros, le hayan indicado alguna que otra anécdota en cuanto al tema jurídico notarial práctico. Qué casualidad que haya habido unas cuantos casos ya en los que notarios han sido cooperadores necesarios de todo tipo de entramados. Qué casualidad que este que escribe haya escuchado de boca de notarios las mayores tonterías jamás dichas por alguien en cuanto al tema tributario general. Y qué casualidad que ahora, de repente, los notarios no supieran nada del cómo se ha gestado la cultura económica española en relación a multitud de empresas y patrimonios privados y parezca que se hayan caído, de repente, del famoso guindo de "pues yo no lo habría pensado" y "yo no sabía nada". Ya sabemos que a la mayoría de los notarios les preocupan otras cosas antes que los temas sociológicos, no hace falta que Ud. me lo recuerde. Por eso precisamente le indicaba. Usted se ha quedado a medio camino y se cree que ha descubierto la penicilina. No, hombre, no. Lea el artículo de Naim y verá Ud lo que es descubrir causas de resultados. No es que yo sea un maestro, es que es usted un <i>amateur</i>, honestamente se lo digo (sociológica o analíticamente hablando). Y no se lo digo por ninguna "manía". No, hombre, si yo ni le conozco ni tengo el menor interés en hacerlo. Simplemente explico lo que hay. Lo que debería Ud empezar a hacer es analizar por qué el sistema español da la posibilidad empírica de poder hacer sobre lo que Ud se queja anecdóticamente. Ya que se ha embarcado vaya más allá, hombre.
Creo que el fondo del escrito es el mismo que el de la anterior publicación. En España vale todo, y cada cual robara, mentira, y se aprovechara en beneficio propio de todo (o bastante) lo que le permita su "situación".
Los comentarios hacen perder un poco este mensaje, ya que se centran en la defensa del sector de los abogados.
Para compensar, yo puedo poner el ejemplo de un notario que en una subrogación hipotecario quiso "dar fe" de que los firmantes conocían cosas (condiciones, clausulas, etc …) y habían sido informados debidamente. Sin embargo, el notario era perfectamente consciente de que no era cierto. Ante una mesa con 20 firmantes plantee mis quejas, la solución de los implicados (notario, banco y promotora), fue apartarme del resto de firmantes, e informarme debidamente. Esto supuso un retraso en la firma de aproximadamente 30-40 minutos, el descubrimiento por mi parte de varios engaños y abusos que obviamente fueron anulados en el momento. "Casualmente" cuando ya pude firmar la subrogación, el resto de firmantes ya había salido de la notaria y habían firmado un abuso con el beneplácito del Sr. Notario.
Dispongo de varios ejemplos más en diferentes ramas, sector IT, construcción, venta al por mayor, venta al por menor, etc … Pero creo que ya es suficiente para ver que "en todas partes cuecen habas", y que España es un país de ladrones.
¿La solución? Un cambio radical de la educación, y varias generaciones para que algo cambie.
Yerra usted, señor KC. Gracias a que los notarios "no han hecho bien su trabajo", que su intervención "es una mera formalidad" y que "no se destacan con la suficiente claridad determinadas cláusulas", bastante gente se ha librado de pagar grandes sumas a los bancos.
Lo entrecomillado aparece en numerosas sentencias judiciales, con absoluto desprecio a la ley, a la seguridad jurídica, a la realidad de las cosas y al sentido común.
No me extraña nada lo que le ha pasado al Sr. Delgado, que está curado de espanto,como usted sabrá como asiduo de este blog. Es muy habitual. De hecho a mí me vienen clientes con el mismo cuento y siempre les digo lo mismo: Búsquese Vd. otro/a letrado/a.
Sí, sin duda, Ennecerus, son ustedes todo un ejemplo a seguir y yo debo de haber soñado cosas que no eran. Que la economía española esté como esté seguro que tiene que ver con la señora que ya no quiere seguir pagando un préstamo después de X años y no con todo un sistema de pesos y contrapesos que debería haber tenido en cuenta factores realistas y no meramente artificios psicológicos trasladados a la economía en su conjunto por parte de unos voceros económicos que se han aprovechado de elementos psicológicos de la masa en muchos sentidos y que podría haberse adelantado a la actuación de ese señor/señora que ahora está convencido de que puede emular lo que ve en TV con determinadas figuras públicas y establecer estrategias porque "si ellos lo hacen, yo también".
Tiene razón, Ennecerus, ahora que lo dice, debo de haberlo soñado. Lo de la crisis debe de haber surgido repentinamente, como dicen los economistas de Chicago y la escuela austriaca. A mí me encantaría tener ese comodín, oiga y poder decir: "es que todo pasa de repente, ¿sabe usted?". En fin, supongo que no da para más la cosa pero se avecinan muchas reformas en el campo económico y jurídico en muchos aspectos, ya se lo adelanto.
Yerra usted, señor KC. Gracias a que los notarios "no han hecho bien su trabajo", que su intervención "es una mera formalidad" y que "no se destacan con la suficiente claridad determinadas cláusulas", bastante gente se ha librado de pagar grandes sumas a los bancos.
Lo entrecomillado aparece en numerosas sentencias judiciales, con absoluto desprecio a la ley, a la seguridad jurídica, a la realidad de las cosas y al sentido común.
No me extraña nada lo que le ha pasado al Sr. Delgado, que está curado de espanto,como usted sabrá como asiduo de este blog. Es muy habitual. De hecho a mí me vienen clientes con el mismo cuento y siempre les digo lo mismo: Búsquese Vd. otro/a letrado/a.
No hay que hacer mucho caso a KC que, como de costumbre, habla mucho para no decir casi nada. Y no conviene darle demasiado pábulo, que se crece. Es evidente que ese desprecio con el que habla de todo el mundo, pero sin aclarar muy bien cuál es la razón de su superioridad -me permito aquí realizar ese análisis sicológico para el que nos considera incompetentes- debe de responder a alguna necesidad de sentirse superior porque, quizá, la realidad que se escuda en el anonimato, no permitiría tantas alharacas.
En fin, señor Delgado, tiene usted razón en que este tipo de prácticas va siendo cada vez más frecuente, no sé muy bien si porque estamos copiando el agresivo sistema de competencia entre abogados americana o porque el nivel deontológico está bajando consecuencia de las penurias de la crisis o por algún tipo de desintegración moral generalizado, del que tan buena prueba nos está dando el gremio político.
Enlazo aquí un post del Presidente del Consejo General de la Abogacía sobre los abogados y el accidente aéreo.
http://www.abogacia.es/2015/03/28/germanwings-la-deontologia-de-los-abogados/
Palinodia, si hubiera leído mi comentario con la calma requerida, vería que precisamente adjunto un artículo de Moises Naim en el que se habla de la "fraudulenta superioridad de los economistas" (siendo él economista, entre otras cosas). Esa misma tesis la llevo yo defendiendo años. Pero no sólo con economistas, sino por supuesto con juristas, que por alguna razón (que sin duda habrá que explicar en no mucho tardar) creen poder hacer análisis sobre todo tipo de cuestiones, cuando su alcance de miras es, muchas más veces de las deseadas, más corta que el de un topo con miopía (esto lo digo habiendo estudiado un poquito de Derecho). No, hombre, yo no soy como los ríos, que crecen y decrecen. Yo lo que digo es lo que hay. Que a usted eso le pueda parecer ínfulas de "superioridad" vendría a ser un mecanismo de defensa muy típico en los mediocres. Pero ese no es motivo para evitar críticas lícitas. Eso no es ir de superior, es sencillamente decir lo que hay. Insisto: de poco valen ya las críticas a una cultura sistemática si cuando debíamos haber formalizado la queja preferimos firmar y mirar para otro lado, que es lo que se hizo, de forma estructural, con la economía española. A ustedes el toro no es que les haya pasado, es que ya se ha extinguido. En cuanto al anonimato, hay quienes nos dedicamos a escribir sin esperar que nuestro nombre aparezca en un recuadro explicando quienes somos. A veces incluso es mejor porque se evita uno condicionamientos de todo tipo. Seguro que sabe usted a lo que me refiero… Si no vaya y busque Pavlov en un buscador. Sus teorías están muy en boga en España.
Señor KC, por más que le doy vueltas, no acabo de entender su juego en este post. ¿Qué puñetas tiene que ver un artículo titulado "La fraudulenta superioridad de los economistas" (sí, me lo he leído) con el relato de la experiencia de un notario al que presionan "sutilmente" para que reconozca un comportamiento irregular? A no ser que usted quiera insinuar que el notario se cree tan superior a los valetudinarios clientes que es incapaz de ir más allá. ¿No se le ha ocurrido pensar que se trata de un profesional que puede haber hecho perfectamente su trabajo? No, claro. Es más políticamente correcto sostener que está de parte del fuerte, de la banca. Por lo demás, no comparto su teoría de que el jurista es (somos) más corto de miras que un topo con miopía. Habrá de todo, como en todas partes. Y lo que ya me fascina es su conclusión: cuando el que opina es el otro, va de superior; cuando el que opina soy yo, "digo lo que hay". Creo que queda claro quién es el que va de superior.
Por cierto, Antonio, espero que no crea usted que yo desconozco lo que sea generalizar. Y quisiera pensar que entiende usted que no es la intención de mis comentarios. Puede estar usted seguro que soy consciente de que en el mundo jurídico hay muy buenos profesionales. No se preocupe por eso y dele la importancia al trasfondo de mis comentarios (aunque usted obviamente prefiera quedarse en la fachada y no pasar de ella). Y le puedo asegurar a usted, aunque usted no tenga la menor idea, de que la corriente crítica tiene en cuenta lo que le estoy diciendo. No todo iban a ser palmaditas en la espalda, hombre.
No hay que hacer mucho caso a KC que, como de costumbre, habla mucho para no decir casi nada. Y no conviene darle demasiado pábulo, que se crece. Es evidente que ese desprecio con el que habla de todo el mundo, pero sin aclarar muy bien cuál es la razón de su superioridad -me permito aquí realizar ese análisis sicológico para el que nos considera incompetentes- debe de responder a alguna necesidad de sentirse superior porque, quizá, la realidad que se escuda en el anonimato, no permitiría tantas alharacas.
En fin, señor Delgado, tiene usted razón en que este tipo de prácticas va siendo cada vez más frecuente, no sé muy bien si porque estamos copiando el agresivo sistema de competencia entre abogados americana o porque el nivel deontológico está bajando consecuencia de las penurias de la crisis o por algún tipo de desintegración moral generalizado, del que tan buena prueba nos está dando el gremio político.
Enlazo aquí un post del Presidente del Consejo General de la Abogacía sobre los abogados y el accidente aéreo.
http://www.abogacia.es/2015/03/28/germanwings-la-deontologia-de-los-abogados/
Palinodia, si hubiera leído mi comentario con la calma requerida, vería que precisamente adjunto un artículo de Moises Naim en el que se habla de la "fraudulenta superioridad de los economistas" (siendo él economista, entre otras cosas). Esa misma tesis la llevo yo defendiendo años. Pero no sólo con economistas, sino por supuesto con juristas, que por alguna razón (que sin duda habrá que explicar en no mucho tardar) creen poder hacer análisis sobre todo tipo de cuestiones, cuando su alcance de miras es, muchas más veces de las deseadas, más corta que el de un topo con miopía (esto lo digo habiendo estudiado un poquito de Derecho). No, hombre, yo no soy como los ríos, que crecen y decrecen. Yo lo que digo es lo que hay. Que a usted eso le pueda parecer ínfulas de "superioridad" vendría a ser un mecanismo de defensa muy típico en los mediocres. Pero ese no es motivo para evitar críticas lícitas. Eso no es ir de superior, es sencillamente decir lo que hay. Insisto: de poco valen ya las críticas a una cultura sistemática si cuando debíamos haber formalizado la queja preferimos firmar y mirar para otro lado, que es lo que se hizo, de forma estructural, con la economía española. A ustedes el toro no es que les haya pasado, es que ya se ha extinguido. En cuanto al anonimato, hay quienes nos dedicamos a escribir sin esperar que nuestro nombre aparezca en un recuadro explicando quienes somos. A veces incluso es mejor porque se evita uno condicionamientos de todo tipo. Seguro que sabe usted a lo que me refiero… Si no vaya y busque Pavlov en un buscador. Sus teorías están muy en boga en España.
Sí, sin duda, Ennecerus, son ustedes todo un ejemplo a seguir y yo debo de haber soñado cosas que no eran. Que la economía española esté como esté seguro que tiene que ver con la señora que ya no quiere seguir pagando un préstamo después de X años y no con todo un sistema de pesos y contrapesos que debería haber tenido en cuenta factores realistas y no meramente artificios psicológicos trasladados a la economía en su conjunto por parte de unos voceros económicos que se han aprovechado de elementos psicológicos de la masa en muchos sentidos y que podría haberse adelantado a la actuación de ese señor/señora que ahora está convencido de que puede emular lo que ve en TV con determinadas figuras públicas y establecer estrategias porque "si ellos lo hacen, yo también".
Tiene razón, Ennecerus, ahora que lo dice, debo de haberlo soñado. Lo de la crisis debe de haber surgido repentinamente, como dicen los economistas de Chicago y la escuela austriaca. A mí me encantaría tener ese comodín, oiga y poder decir: "es que todo pasa de repente, ¿sabe usted?". En fin, supongo que no da para más la cosa pero se avecinan muchas reformas en el campo económico y jurídico en muchos aspectos, ya se lo adelanto.
"Yo lo que digo es lo que hay".
Se lo explico rápidamente, Antonio, para que pueda entenderlo. Los economistas son unos señores (como los juristas) que dicen saber de muchas cosas. Resulta que les sacas de su materia y no tienen ni puñetera idea de nada, por no decir que son unos auténticos cazurros. ¿Le queda más claro así o se lo vuelvo a explicar? Pero no es sólo eso. Es que además, como se empieza a entender, la teoría económica parece estar fraguándose, en muchos casos, al albor de los intereses extrateóricos (exógenos, usted ya me entiende). Es decir, parece que la teoría de esos señores que saben mucho no tiene tanto de objetivo como nos quieren hacer creer. Y a eso, aunque usted no lo entienda, se le llama problema. Que usted vea en mis palabras una voluntad de superioridad sería como decir que Moises Naim, economista, escribió el artículo referido por querer ser lo que está criticando. En resumen, no voy a calificar lo que me parecen sus conclusiones para evitar que me censuren el comentario. Es lo que hay. Si le parece, bien. Si no, también.
Gracias señor KC, me quedo mucho más tranquilo. Ya tengo claro quiénes son los cazurros y quiénes los iluminados y en qué bando estamos cada uno. Y no se sulfure y tómese una tilita, hombre, que está muy feo eso de tener que censurar comentarios. Puede que tenga usted razón y yo no me entere de nada, pero si lo suyo no es generalizar, que venga Dios (o el moderador) y lo vea.
"Yo lo que digo es lo que hay".
Me temo que la crisis ha sacado a relucir lo peor qiue cada uno lleva dentro. Vale todo. Cuando no se tiene razón se amenaza con acudir a los medios de comunicación social, que están ávidos de escandalos y de noticias (todavía sigue siendo noticia una disfunción notarial, lo malo es cuando deje de ser noticia).
Ante pretensiones (extorsiones) como la que inicia este posit mi recomendación sería que la queja, reclamación, amenaza o chantaje no se quedase en una mera conversación telefónica sino que se documentase en alguna forma.
"Por favor, abogado, hágame llegar un escerito de su cliente que, además de confirmarme, el encargo profesional que le ha hecho me permita iniciar el correspondiente expediente de posible responsabilidad civil ante mi compañía".
Y cuando tengamos en nuestro poder el escrito pedido: Código Penal y Juyzgado de Instrucción.
Me temo que la crisis ha sacado a relucir lo peor qiue cada uno lleva dentro. Vale todo. Cuando no se tiene razón se amenaza con acudir a los medios de comunicación social, que están ávidos de escandalos y de noticias (todavía sigue siendo noticia una disfunción notarial, lo malo es cuando deje de ser noticia).
Ante pretensiones (extorsiones) como la que inicia este posit mi recomendación sería que la queja, reclamación, amenaza o chantaje no se quedase en una mera conversación telefónica sino que se documentase en alguna forma.
"Por favor, abogado, hágame llegar un escerito de su cliente que, además de confirmarme, el encargo profesional que le ha hecho me permita iniciar el correspondiente expediente de posible responsabilidad civil ante mi compañía".
Y cuando tengamos en nuestro poder el escrito pedido: Código Penal y Juyzgado de Instrucción.
Diga usted que sí señor KC. La culpa de la crisis internacional es de los notarios españoles, esbirros de Madoff y los malvados economistas liberales austríacos y de Chicago, de los que al parecer son devotos seguidores.
Y por supuesto, del Sr. Delgado.
La próxima vez le deseo más suerte en el Círculo.
Y por cierto, usted demuestra que no sabe de lo que habla y toca de oido, desafinando. Los austríacos deploran y condenan enérgicamente la tormenta perfecta ocasionada por la tesis en sentido hegeliano provocada por la con-fusión del keynesianismo radical socialdemócrata y el monetarismo abstracto de los neoliberales de Chicago. La casta económico-financiera, vaya.
Y son los únicos que lo denunciaron, poniendo el grito en el cielo y lo siguen denunciando. El problema no es de buenos, nosotros y malos, ellos. El problema es el de un sistema que ha implosionado y que sólo se sostiene a duras penas con una coacción creciente y con estímulos crecientes en favor de un sálvese quien pueda.
Pero no sé si el señor Delgado o este modesto jurista que trata de ganarse honradamente la vida debemos ser exterminados para que usted y sus viejecitas se salven. Mire, a efectos del estado y la banca "yo soy muchísimo más viejecita que usted".
Ennecerus, no he culpabilizado a nadie de nada, pero obviamente no me va a decir Ud a mí que los notarios "pasaban por allí" y que una amplia mayoría no se percató de ningún defecto sistemático económico, lo cual, por otro lado, es muy español. Me refiero a lo de no enterarse de lo que pasa y, por supuesto, ni siquiera poder llegar a imaginar. Debe ser que el notario no tiene nada que ver con eso que llaman "economía" y, de repente, se dedica a las bellas artes. Antes de que la señora (o señor) o el abogado de ésta (éste) decidan las estrategias a las que alude el Sr. Delgado, hay todo un complejo proceso que va generando una causalidad y que es lo que, de repente, parece que ya no importe siguiendo la lógica y el argumentario que el Sr. Delgado plasma en la entrada. Que sí, que sabemos que esas conductas particulares están bien enraizadas, pero vayamos a la raíz y no a los tallos. No desenfoquemos la causalidad principal. Sí, sí, seguramente yo no sepa lo que diga, Ennecerus. Ya le digo que es probable que lo haya soñado. Ábrame usted los ojos a ver si despierto.
Lo siento Sr. KC, yo no puedo abrirle los ojos. Soy un simple jurista aficionado a la economía y a muchas otras cosas, de esos a los que usted, sin dudar, nos metería en el saco de que "los sacas de lo suyo y no saben nada de nada". Afortunadamente usted es diferente y en su omnisciencia nos ilumina a todos. Lástima de su exagerada tendencia a la generalización, al sectarismo y a la descalificación de quienes no piensan como usted y se atreven a manifestarlo.
Ennecerus, ¿con Escuela de Chicago se refiere Ud a la económica o la de Capone y otros prácticos de la economía? Porque claro, hay veces en las que, quizás porque todo venga de Chicago, algunas líneas parecen cruzarse de forma que todo acabe siendo lo mismo. Debe de ser eso de que la relatividad del conocimiento teórico genera praxis a menudo curiosas, e incluso paradójicas. Pero no se preocupe que soy consciente de las diferencias a las que alude con lo austriaco. Y fíjese que yo probablemente sea más X que usted, donde X sea lo que piense usted que crea ser.
Diga usted que sí señor KC. La culpa de la crisis internacional es de los notarios españoles, esbirros de Madoff y los malvados economistas liberales austríacos y de Chicago, de los que al parecer son devotos seguidores.
Y por supuesto, del Sr. Delgado.
La próxima vez le deseo más suerte en el Círculo.
Señor KC, por más que le doy vueltas, no acabo de entender su juego en este post. ¿Qué puñetas tiene que ver un artículo titulado "La fraudulenta superioridad de los economistas" (sí, me lo he leído) con el relato de la experiencia de un notario al que presionan "sutilmente" para que reconozca un comportamiento irregular? A no ser que usted quiera insinuar que el notario se cree tan superior a los valetudinarios clientes que es incapaz de ir más allá. ¿No se le ha ocurrido pensar que se trata de un profesional que puede haber hecho perfectamente su trabajo? No, claro. Es más políticamente correcto sostener que está de parte del fuerte, de la banca. Por lo demás, no comparto su teoría de que el jurista es (somos) más corto de miras que un topo con miopía. Habrá de todo, como en todas partes. Y lo que ya me fascina es su conclusión: cuando el que opina es el otro, va de superior; cuando el que opina soy yo, "digo lo que hay". Creo que queda claro quién es el que va de superior.
Que sí, Ennecerus, que soy muy malo y no tengo mayor ocio que escribir gratuitamente sobre lo catetos que son algunos economistas y juristas (cuando les saca uno de sus materias), siendo yo jurista que escribe anónimamente y por pura motivación informativa. He adjuntado dos artículos de reciente publicación sobre el tema y aquí tiene una tercera referencia de un editor que no es precisamente un novato observador. ¿Será que algunos nos hemos puesto de acuerdo en comentar el tema por una especie de frivolidad gratuita con la que algunos piensan que nos divertimos? En mi caso no creo, llevo como una década afirmando que el mundo jurídico y económico español apesta por muy diversas razones (oiga, y antes de cualquier tipo de crisis económica. Llámame Rappel) Y llámeme exagerado pero no diga que descalifico cuando ya no soy una voz única, sino cada vez mayoritaria… http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/05/actualidad/1428254712_992049.html
Desde mi punto de vista tiene que ver con que lo económico y lo jurídico debería tener mayor amplitud de miras, ya que por la trascendencia de su objeto debería atender al menos a un acercamiento con otras materias ya que, de otra forma, se convierte es un surtido repetitivo de mantras dogmáticos de la que surgen poco más que papagayos repetitivos en base a unos intereses a los que no les interesa la autocrítica o la objetividad de determinadas cuestiones, por muy variadas razones y causalidades. A usted esto le puede parecer una descalificación, a mí un hecho ya más que contrastado. Imagino que son formas distintas de ver las cosas. O debe ser que yo lo he soñado. En realidad, la cuestión es más compleja, pero no la voy a desentrañar aquí porque ni se entendería ni me apetece perder el tiempo (aunque en la entrevista que le adjunto se puede deducir algunas). Al que le interese, que se informe. Pero desde luego todo esto se irá entendiendo con el tiempo. Que no dude Ud., Ennecerus, que es uno de los mejores docentes que existen (cuando uno sabe reflexionar en base a un criterio, claro, porque la experiencia, como la potencia, no sirve de nada sin otras cosas).
Por cierto, quería dejar bien claro que mis comentarios no tienen nada que ver con el Sr. Delgado, autor de esta entrada, más allá de que para mí sea un error el intentar explicar comportamientos reactivos como si se tratara de la causalidad principal o el origen primario de lo que es, o debería ser, el objeto principal de su entrada. Es más que obvio que mis comentarios no tienen nada que ver por el Sr. Delgado -aunque a él le parezca que le tenga manía-, del que no pongo en duda su profesionalidad jurídica, sino a una forma de análisis extrajurídico que no es precisamente la que personalmente tengo como ideal.
Que sí, Ennecerus, que soy muy malo y no tengo mayor ocio que escribir gratuitamente sobre lo catetos que son algunos economistas y juristas (cuando les saca uno de sus materias), siendo yo jurista que escribe anónimamente y por pura motivación informativa. He adjuntado dos artículos de reciente publicación sobre el tema y aquí tiene una tercera referencia de un editor que no es precisamente un novato observador. ¿Será que algunos nos hemos puesto de acuerdo en comentar el tema por una especie de frivolidad gratuita con la que algunos piensan que nos divertimos? En mi caso no creo, llevo como una década afirmando que el mundo jurídico y económico español apesta por muy diversas razones (oiga, y antes de cualquier tipo de crisis económica. Llámame Rappel) Y llámeme exagerado pero no diga que descalifico cuando ya no soy una voz única, sino cada vez mayoritaria… http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/05/actualidad/1428254712_992049.html
Desde mi punto de vista tiene que ver con que lo económico y lo jurídico debería tener mayor amplitud de miras, ya que por la trascendencia de su objeto debería atender al menos a un acercamiento con otras materias ya que, de otra forma, se convierte es un surtido repetitivo de mantras dogmáticos de la que surgen poco más que papagayos repetitivos en base a unos intereses a los que no les interesa la autocrítica o la objetividad de determinadas cuestiones, por muy variadas razones y causalidades. A usted esto le puede parecer una descalificación, a mí un hecho ya más que contrastado. Imagino que son formas distintas de ver las cosas. O debe ser que yo lo he soñado. En realidad, la cuestión es más compleja, pero no la voy a desentrañar aquí porque ni se entendería ni me apetece perder el tiempo (aunque en la entrevista que le adjunto se puede deducir algunas). Al que le interese, que se informe. Pero desde luego todo esto se irá entendiendo con el tiempo. Que no dude Ud., Ennecerus, que es uno de los mejores docentes que existen (cuando uno sabe reflexionar en base a un criterio, claro, porque la experiencia, como la potencia, no sirve de nada sin otras cosas).