Flash Derecho: Españopoly (o tiro porque me toca)

En octubre de 2013 la Fundación Civio puso en marcha el proyecto Quién manda, del cual ya nos hicimos eco en este blog (aquí). Hoy esa web no solo es una imprescindible realidad que nos facilita visualizar el denso (aunque reducido) entramado de nuestra clase dirigente -política y empresarial- sino que ha sido también el banco de pruebas de un interesantísimo libro de reciente aparición titulado “Españopoly, cómo hacerse con el poder en España (o, al menos, entenderlo)”, escrito por Eva Belmonte, principal responsable de dicha página.

Muchos lectores nos han comentado lo deprimidos que salieron de la lectura de nuestro libro ¿Hay derecho? La quiebra del Estado de derecho y de las instituciones en España. Bueno, pues este que ahora les presento no es precisamente el mejor antídoto. Más bien se trata de una demonstratio un tanto sádica de las implicaciones prácticas que se derivan de aquél. Eva, especialista en periodismo de datos, pone nombres, apellidos y árbol genealógico a las íntimas (a veces obscenas) conexiones entre nuestra partitocracia y nuestro capitalismo de amiguetes. Para ver las caras de los protagonistas deben ustedes acudir a la web, aunque la autora no se ha resistido a incluir dos imágenes: el Consejo de la Competitividad (cómo no hacerlo) y el abrazo entre Esperanza Aguirre y Rodrigo Rato con motivo del doctorado de este último en la Universidad RJC. Es una pena que esta foto no incluya al excelentísimo rector González-Trevijano, al que le hemos dedicado algún post (aquí), porque hubiera constituido el perfecto símbolo del triunvirato cañí (ideas, política y dinero) en el que ha devenido nuestro Estado clientelar, por utilizar la feliz expresión de Fukuyama.

Pero el liberalismo castizo de la sra. Aguirre y sus amigos no es el único que aparece retratado. La autora se ocupa también de detallar las vinculaciones familiares y colegiales entre nuestros líderes políticos y empresariales. No deja de resultar extraño que en un sistema supuestamente liberal y capitalista, en el que debe regir la impersonalidad, la competencia y el mérito, pesen tanto determinados apellidos o simplemente la condición de… ¡pilarista! que, no nos engañemos, tampoco es precisamente un título en Harvard.

El libro no se olvida de nuestras élites locales, a veces convertidas súbitamente en estatales, como ha ocurrido tras la captura por el ministro Soria de la entidad pública empresarial Red.es, transformada en el instrumento más eficaz de lucha contra el paro canario de larga duración y escasa titulación (al menos en la órbita del PP), ni de las conexiones entre política y medios de comunicación en nuestras CCAA.

En fin, lo que sin duda se agradece es la valentía de señalar con el dedo conductas dudosas o impresentables, actitud tan escasa en nuestra sociedad y, sin embargo, tan efectiva, al menos si queremos verdaderamente regenerar nuestra vida pública. Aunque el precio que uno pague sea comprobar tristemente lo provinciana y cutre que es nuestra particular élite extractiva. ¿Es solo un problema de dimensión? ¿La integración europea puede paliar esos defectos?  ¿Acaso podría hacerlo un mercado mucho más abierto y competitivo? Mientras reflexionamos sobre ello y nos preparamos para votar, es bueno seguir con la linterna encendida, por muy duro que sea ver lo que vemos…

 

Españopoly se presenta en Madrid el próximo lunes día 11 de mayo a las 19.30 en la librería Lé, Paseo de la Castellana nº  154, con la presencia de la autora, junto a la periodista Lucía Méndez y el dibujante Mauro Entrialgo.

2 comentarios
  1. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Muchas gracias al autor por la referencia del libro y el anuncio del acto de presentación. Por otra parte son interesantes los comentarios realizados a su contenido. Nada nuevo en el horizonte por mucho que nos duela. La clase (o casta) político-social que conforman el sistema actual, han actuado de igual forma con diferentes toques y variantes. El objetivo jugar al "monopoly" ("Españopoly" es una afortunada expresión) con la justificación de la "política". En todos los ámbitos se ha sabido siempre que era preferible tener "buenas relaciones" (amistades peligrosas) a una cierta preparación política. La mayor parte de instituciones, partidos, corporaciones, organizaciones sociales e incluso los medios de comunicación, parecen haberse infectado de esa gangrena sistémica que se esconde tras el "buenismo" de unas ciertas formas que dicen democráticas. Todos los controles y supervisores institucionales han fallado y la verdad es que estamos en pleno colapso político y social. Sin esperanza. Los últimos datos del CIS así parecen demostrarlo donde "el liberalismo castizo" de la Sra. Aguirre (yo lo llamaría "populismo castizo") está lleno de despropósitos. Si ésta sociedad miedosa y pusilánime sigue apostando por más de lo mismo, será el momento de plantearse si tenemos lo que merecemos.

  2. Jose
    Jose Dice:

    Un mercado más abierto y competitivo ayuda.
    Pero tenemos el sistema políticos correspondiente a la estructura económica que existe.
    Ésta está más cercana a la de los países en vías de desarrollo que a la de los países desarrollados. Por eso tenemos la corrupción que tenemos (en los países en vías de desarrollo no salen los escándalos, y hay un consenso en la sociedad que el que llega arriba tiene derecho a robar al "Estado" para él y su familia.
    Pero hay más cosas:
    1 En España no se pagan impuestos (el nivel de evasión fiscal -y de cotizaciones sociales- es muy elevado)
    Por tanto los ciudadano no exigen (se conforman con hacer la reforma del baño sin factura y sin pagar la licencia municipal, o pagar el tabaco de contrabando, cosas reales y concretas que sí que están al alcance de su mano). A cambio no exigen que las cosas funcionen o que los políticos no roben (hasta que la crisis ha revelado el escándalo de toda esta masa de políticos ladrones e ineficientes)
    2 En España existe la creencia general de que el "Estado" tiene la obligación de que los ciudadanos (súbditos) vivan por encima de lo que deben a costa del "Estado" (el lector atento ya se habrá dado cuenta que "Estado" son los que pagan impuestos. Los electores, no). Son los gastos sociales. Esto fomenta el clientelismo de los partidos y consecuentemente se cierra los ojos o incluso se colabora activamente en el fraude (Andalucía)
    3 En España hay muy pocas oportunidades para prosperar, por lo que si alguien quiere tener más dinero, o bien compra lotería, o bien deja de pagar impuestos y/o cotizaciones sociales o bien se hace político / sindicalista.
    4 Hay una cultura general antiempresa, que impide crear puestos de trabajo, fomenta la dependencia de las subvenciones (clientelismo y corrupción).
    Cuando en un país hay muchas empresas, ésto crea una cultura en la población de que las cosas han de funcionar (una empresa si no funciona -vende-, quiebra. Tiene que funcionar todos los día)s. También cuando hay muchas empresas, la cultura social de la población es la de ser activa, no pasiva (el ser pasivo fomenta las subvenciones a la población)
    Por todo ésto, no solo tenemos la corrupción que tenemos:
    Tenemos los casi 6000000 de parados; tenemos miles de universitarios fregando platos en Londres o limpiando báteres en Berlín, tenemos el fenómeno de PODEMOS,
    Etc
    Déjenme recordarles la crítica que hizo el cardenal Tarancón a la toma de la sociedad civil (incluída la Cruz Roja) por parte del Partido Socialista (como la Camorra en Nápoles).
    Todos se le echaron contra él como lobos.
    El tiempo le ha dado la razón.

  3. Jose
    Jose Dice:

    Un mercado más abierto y competitivo ayuda.
    Pero tenemos el sistema políticos correspondiente a la estructura económica que existe.
    Ésta está más cercana a la de los países en vías de desarrollo que a la de los países desarrollados. Por eso tenemos la corrupción que tenemos (en los países en vías de desarrollo no salen los escándalos, y hay un consenso en la sociedad que el que llega arriba tiene derecho a robar al "Estado" para él y su familia.
    Pero hay más cosas:
    1 En España no se pagan impuestos (el nivel de evasión fiscal -y de cotizaciones sociales- es muy elevado)
    Por tanto los ciudadano no exigen (se conforman con hacer la reforma del baño sin factura y sin pagar la licencia municipal, o pagar el tabaco de contrabando, cosas reales y concretas que sí que están al alcance de su mano). A cambio no exigen que las cosas funcionen o que los políticos no roben (hasta que la crisis ha revelado el escándalo de toda esta masa de políticos ladrones e ineficientes)
    2 En España existe la creencia general de que el "Estado" tiene la obligación de que los ciudadanos (súbditos) vivan por encima de lo que deben a costa del "Estado" (el lector atento ya se habrá dado cuenta que "Estado" son los que pagan impuestos. Los electores, no). Son los gastos sociales. Esto fomenta el clientelismo de los partidos y consecuentemente se cierra los ojos o incluso se colabora activamente en el fraude (Andalucía)
    3 En España hay muy pocas oportunidades para prosperar, por lo que si alguien quiere tener más dinero, o bien compra lotería, o bien deja de pagar impuestos y/o cotizaciones sociales o bien se hace político / sindicalista.
    4 Hay una cultura general antiempresa, que impide crear puestos de trabajo, fomenta la dependencia de las subvenciones (clientelismo y corrupción).
    Cuando en un país hay muchas empresas, ésto crea una cultura en la población de que las cosas han de funcionar (una empresa si no funciona -vende-, quiebra. Tiene que funcionar todos los día)s. También cuando hay muchas empresas, la cultura social de la población es la de ser activa, no pasiva (el ser pasivo fomenta las subvenciones a la población)
    Por todo ésto, no solo tenemos la corrupción que tenemos:
    Tenemos los casi 6000000 de parados; tenemos miles de universitarios fregando platos en Londres o limpiando báteres en Berlín, tenemos el fenómeno de PODEMOS,
    Etc
    Déjenme recordarles la crítica que hizo el cardenal Tarancón a la toma de la sociedad civil (incluída la Cruz Roja) por parte del Partido Socialista (como la Camorra en Nápoles).
    Todos se le echaron contra él como lobos.
    El tiempo le ha dado la razón.

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