Nueva política vs viejos subterfugios en los Gobiernos municipales

Las elecciones municipales de mayo de 2015 supusieron un soplo de aire fresco y de renovación en gran parte de las ciudades y pueblos de España. Tanto los autodenominados representantes de la nueva política como multitud de plataformas ciudadanas a nivel local consiguieron entrar en las corporaciones municipales, en muchos casos con responsabilidades de gobierno, rompiendo el “monopolio” que los partidos “tradicionales” han ejercido en numerosos Ayuntamientos, gobernados durante muchos años e incluso décadas mediante mayorías absolutas que hacían y deshacían a su antojo. La inercia en estos Ayuntamientos había hecho de los plenos municipales meros trámites para la aprobación casi en exclusiva de las propuestas presentadas por el partido político en el gobierno, sin ni siquiera tomar en consideración las propuestas de la oposición. Sin embargo, tras la configuración de las nuevas corporaciones municipales, los plenos han recuperado su interés y funciónde gestión y control del gobierno municipal. En ellos son debatidas numerosas propuestas tanto de los equipos de gobierno como de los grupos políticos en la oposición, buscando, en líneas generales, el interés de los conciudadanos.

La deseada desaparición de las mayorías absolutas, muy necesaria para la regeneración democrática de muchos Ayuntamientos, está planteando nuevos conflictos entre los equipos de gobierno, que en numerosos municipios gobiernan en minoría, y el pleno municipal, donde participan todos los representantes elegidos por los ciudadanos. Es el caso ocurrido recientemente en Valdemoro (noticias aquí, aquí o aquí), donde el Alcalde, de Ciudadanos, que gobierna en minoría gracias a los seis concejales obtenidos en las pasadas elecciones, en un alarde de sinceridad, o de falta de cintura política según se mire, expresó en el pleno ordinario de enero de 2016 su voluntad de poner en marcha solo aquellas mociones aprobadas por el pleno que coincidieran con su programa de gobierno (la didáctica intervención del alcalde puede verse en el siguiente enlace a partir del minuto 51:10). Desde las pasadas elecciones, solo en las sesiones plenarias ordinarias se han presentado 76 mociones, sin contar aquellas que fueron retiradas por los grupos que las propusieron, de las cuales se han aprobado 63. Curiosamente el grupo municipal de Ciudadanos, que es el que ostenta la responsabilidad de gobierno, solo ha presentado 5 mociones individuales (se ha sumado a algunas conjuntas), de las que 4 han sido aprobadas, convirtiéndose en el grupo municipal que menos mociones ha presentado de todos los que conforman el Ayuntamiento. De todas las mociones aprobadas se puede estimar, ya que no existe información sobre el grado de cumplimiento real, que han sido puestas en marcha menos de la mitad.

Más allá de los números, que muestran una actividad destacada en el citado Ayuntamiento, lo interesante en este caso es analizar las razones que el Alcalde aduce para no tomar en consideración la totalidad de las mociones aprobadas. Para justificar su decisión se basa en el artículo 46.2 de la Ley de Bases de Régimen Local, que define las reglas del funcionamiento de los plenos en las corporaciones locales. En dicho artículo se enuncian las dos partes fundamentales en las que se dividen los plenos municipales: parte resolutiva y parte de control. De acuerdo a la interpretación del Alcalde, las mociones presentadas en la parte de control (la totalidad de las mociones presentadas hasta ahora por los grupos de la oposición), al no tener carácter resolutivo no obligan al equipo de Gobierno a su cumplimiento.El problema de esta interpretación reside en que es el propio Alcalde, como Presidente del Pleno, el que tiene la potestad de calificar las mociones con carácter resolutivo o de control, de forma que puede perfectamente ignorar las que no le interese por motivos políticos con la simple decisión de definirlas como mociones de control . Como los criterios para calificar de una forma u otra las mociones no están definidos, pueden utilizarse tanto criterios objetivos (como la invasión de las competencias propias del Alcalde por parte del Pleno, que es la que efectivamente alega) como criterios políticos disfrazados de objetivos. De esta forma la puesta en marcha de las mociones aprobadas en el Pleno queda al arbitrio de la voluntad política del equipo de gobierno, pudiendo utilizar la parte resolutiva de los plenos únicamente para sacar adelante sus iniciativas y relegando la actividad de la oposición a la parte de control, aunque sea representativa de la mayoría del pleno y ciertamente revista de carácter resolutivo.

Aunque parece que ley permite amparar la actuación de este Alcalde, su actitud no parece muy en consonancia con los postulados de la nueva política, en los que el consenso y el entendimiento entre las diversas fuerzas políticas deberían primar por encima de la imposición del propio programa, como estamos viendo en las negociaciones para formar Gobierno a nivel nacional. La utilización ventajista de la potestad de calificar las propuestas de la oposición de la forma más beneficiosa para el equipo de gobierno dista muy poco de las desdichadas mayorías absolutas que tantos males han causado a nivel municipal. Gobernar en minoría, como es el caso que hemos analizado, requiere de mucho diálogo para sacar adelante propuestas beneficiosas para los ciudadanos, que en ocasiones pueden no coincidir exactamente con el programa del partido político en el gobierno municipal. Lo que es poco compatible con la nueva política es la utilización torticera de resquicios legales que permiten a los Alcaldes gobernar haciendo caso omiso a las propuestas de la oposición, máxime cuando se gobierna en minoría. Parafraseando a Luis XIV es hora de que los Alcaldes dejen de pensar que “el Ayuntamiento soy yo” para trabajar por el consenso con el resto de grupos políticos en búsqueda permanente del bienestar de los vecinos.

1 comentario
  1. Jesús
    Jesús Dice:

    Resulta paradójico que la oposición de Valdemoro, bajo siglas que representan la vieja política, se dedique a hacer lo que no ha hecho durante los años en que la ciudad ha sido saqueada por la Trama Púnica. Disparar con pólvora del rey, presentar mociones sin respaldo presupuestario es algo bien distinto a legítimos intereses políticos. Son cartas a los Reyes Magos que en algunos casos trascienden las competencias municipales y que, en otros, dejarían al Municipio sin recursos para atender servicios esenciales. Hablemos de negociación y de consenso, de acuerdo. Pero hablemos también de irresponsabilidad y demagogia oportunista.

    • Jesús
      Jesús Dice:

      Resulta paradójico que la oposición de Valdemoro, bajo siglas que representan la vieja política, se dedique a hacer lo que no ha hecho durante los años en que la ciudad ha sido saqueada por la Trama Púnica. Disparar con pólvora del rey, presentar mociones sin respaldo presupuestario es algo bien distinto a legítimos intereses políticos. Son cartas a los Reyes Magos que en algunos casos trascienden las competencias municipales y que, en otros, dejarían al Municipio sin recursos para atender servicios esenciales. Hablemos de negociación y de consenso, de acuerdo. Pero hablemos también de irresponsabilidad y demagogia oportunista.

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