La campaña por el BREXIT, ¡vaya lío!

En el referéndum para la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea que se celebrará el 23 de junio, las encuestas han estado dando vencedora a la opción de permanencia (“remain”) frente a la de salida de la Unión Europea (“leave”), conocida también como Brexit.  Sin embargo, este 31 de mayo, The Guardian publicaba una encuesta en la que parece verse un giro en la intención de voto, pasando a consolidarse la opción  “leave”  con un 52%. La verdad es que todo es posible porque en todas las encuestas se da un porcentaje de indecisos muy superior a la diferencia entre las dos opciones.

Esta nueva encuesta puede ser preocupante si se analiza con los nuevos datos que van apareciendo en esta campaña de locos, en la que ningún líder político defiende lo que le gustaría defender. Hasta hace unos días, parecía claro que si bien el Partido Conservador estaba dividido entre las dos opciones, el Partido Laborista apoyaba en bloque la permanencia. Así, la campaña por la permanencia ha contado con extraños compañeros de cama como el Primer Ministro Cameron, conservador, junto con el líder del Partido Laborista, Corbyn, o el también laborista alcalde de Londres, Sadiq Khan.

Sin embargo, empiezan a verse las primeras fisuras en el Partido Laborista y, sin embargo, el Partido Conservador puede estar más unido en sus bases de lo que parece si solo miramos a sus líderes. Así, también el 31 de mayo publicaba The Times que el 50% de los votantes del Partido Laborista ni siquiera saben si su partido apoya o no la permanencia. Hay que tener en cuenta que Corbyn,  ha sido un histórico euroescéptico que votó “leave” en el referéndum de 1975, aunque ahora esté apoyando la campaña de la permanencia.

Añade The Times que así como entre las bases del Partido Conservador, los votantes parecen respaldar en su mayoría a su líder, Cameron, no ocurre lo mismo en el Partido Laborista con Corbyn.  Muchos de los MP, tanto de un partido como del otro – que están batallando por la permanencia- han admitido privadamente, (según The Times) que están haciendo una campaña de perfil bajo en sus respectivas jurisdicciones, por temor a herir susceptibilidades entre sus bases locales, muy divididas ya de entrada entre las dos opciones.

En definitiva, estamos ante una campaña en la que existe una gran confusión porque no hay una opción clara en cada partido, sino que se trata más bien de una opción individual más o menos oculta en el caso de los líderes por conveniencias electorales. Por supuesto que hay también cuestiones ideológicas que están en juego, tales como la pérdida de soberanía o la libre circulación de personas, pero las adhesiones a una u otra opción hay que encontrarlas  en factores que van más allá de las ideologías. Podríamos decir que lo que se dirime es más una cuestión emocional que una cuestión política. Está claro que a los ingleses les encanta Europa… para ir de vacaciones, para la comida, el arte, o  la moda. Pero también está claro que  oponen una gran resistencia a que alguien de fuera les diga lo que tienen que hacer, precisamente a ellos que ni siquiera  tienen una Constitución escrita y que son grandes defensores de su viejo parlamento y su sistema legal.

La campaña por la permanencia quizás ha girado demasiado en torno a asuntos económicos. Baste echar un vistazo al folleto que el gobierno ha enviado a todas las casas (“Why the Government believes that voting to remain in the European Union is the best decision for the UK”), en el que se destaca que permanecer en Europa supone una economía más fuerte, argumento apoyado en datos sobre lo que la Unión Europea supone para cada actividad en cuanto a número de trabajadores y porcentaje de exportaciones.

Sin embargo,  la prensa destaca  otras claves con las que se podrían entender las adhesiones a una u otra opción:

  • Se habla así de la división intergeneracional en el voto: el votante joven, perteneciente a la generación “Easyjet”, es en su mayoría partidario de la permanencia. Al respecto, varios factores pueden jugar en contra a la hora del referéndum.  Se han señalado dos especialmente: el hecho de que el 23 de junio los jóvenes estén ya de vacaciones, rumbo a algún destino turístico, haciendo honor al nombre por el que se conoce a su generación  y el hecho de que la reforma electoral ha complicado el proceso de registro, dificultando el acceso de  estos nuevos votantes.
  • En The Times se ha señalado también que la batalla de Europa se ha convertido en una guerra de clases. La parte menos elitista del Partido Conservador coincidiría así en la opción “leave” con los Laboristas que más detestan el “establishment” pro europeo. La distinción dentro del Partido Conservador tiene un adecuado reflejo en las figuras del Primer Ministro, Cameron, y del exalcalde de Londres, Boris Johnson. Ambos fueron a Eton pero a Johnson le gusta destacar que él fue un niño becado, que llegó a Eton por sus méritos propios, mientras que Cameron era un alumno “de pago”,  que no tuvo que demostrar nada.

En definitiva, muchas claves son las que intervienen en una decisión tan importante como la de la permanencia o salida de la Unión Europea por parte de Reino Unido. Está claro que se está jugando con fuego, como no podía ser de otra manera con un Primer Ministro que unos días es pirómano y otros, bombero.

 

1 comentario
  1. O'farrill
    O'farrill Dice:

    Efectivamente G.B. está en un dilema más "personal" que político donde, el sentido de pertenencia a un club que impone normas (UE), siempre será un obstáculo para quienes están acostumbrados a imponer las suyas desde hace muchos años y que cuentan con los "primos" del otro lado del Atlántico como aliados permanentes. Por mucho que se critiquen en privado.
    La cuestión es cómo vemos los ciudadanos europeos esa UE en la que tantas ilusiones se pusieron y tantas expectativas se despertaron.
    Mi opinión personal sigue apostando por esa UE pero, a lo largo de los años, hemos ido comprobando que hay demasiados "palos" en las ruedas que la debían haber llevado ya a destino. Dicho de otra forma, hay muchos intereses en juego (y no precisamente europeos) en evitar la consolidación de un bloque político que, con Rusia incluida, ocuparía el primer puesto indiscutible entre las hegemonías actuales. Sobre todo molestaría mucho a quienes nos tienen "capturados" o semi-colonizados.
    La decisión de los ingleses no es fácil pues conocen y ponderan lo que hay de ficción política europea en las instituciones actuales de la UE y lo que hay de imposición real de políticas con intereses distintos a los europeos desde fuera de Europa. Es como tener marido y amante a la vez. ¿Con cual te quedas de verdad?

  2. O'farrill
    O'farrill Dice:

    Efectivamente G.B. está en un dilema más "personal" que político donde, el sentido de pertenencia a un club que impone normas (UE), siempre será un obstáculo para quienes están acostumbrados a imponer las suyas desde hace muchos años y que cuentan con los "primos" del otro lado del Atlántico como aliados permanentes. Por mucho que se critiquen en privado.
    La cuestión es cómo vemos los ciudadanos europeos esa UE en la que tantas ilusiones se pusieron y tantas expectativas se despertaron.
    Mi opinión personal sigue apostando por esa UE pero, a lo largo de los años, hemos ido comprobando que hay demasiados "palos" en las ruedas que la debían haber llevado ya a destino. Dicho de otra forma, hay muchos intereses en juego (y no precisamente europeos) en evitar la consolidación de un bloque político que, con Rusia incluida, ocuparía el primer puesto indiscutible entre las hegemonías actuales. Sobre todo molestaría mucho a quienes nos tienen "capturados" o semi-colonizados.
    La decisión de los ingleses no es fácil pues conocen y ponderan lo que hay de ficción política europea en las instituciones actuales de la UE y lo que hay de imposición real de políticas con intereses distintos a los europeos desde fuera de Europa. Es como tener marido y amante a la vez. ¿Con cual te quedas de verdad?

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