El escándalo de Cambridge Analytica y la necesaria regulación de las GAFA
“El Brexit no habría sucedido sin Cambridge Analytica” declaró Christopher Wylie, ex directivo de Cambridge Analytica en relación al reciente incidente con Facebook (aquí).
Facebook es, permítaseme la analogía, la plaza central, la plaza central de la aldea global. Y como en los pueblos, solo hay una plaza central con ayuntamiento e iglesia. Es cierto que hay otras plazas, otras plazas que no son la plaza central así, hay plaza de fotografía (Instagram), plaza profesional (Linkedin), plaza de 140 x 2 caracteres (Twitter), etc. Pero solo hay una plaza generalista, en definitiva Facebook es un monopolio natural. Es inconcebible que surja otra iniciativa que compita frontalmente con Facebook. Las barreras de entada son infranqueables.
Y en cuanto a Google cabe preguntarse ¿que sucedió con Terra.com, Altavista, Exite, Infoseek, Alltheweb, etc.? ¿Qué está pasando con Yahoo? Sí, existen otros motores, pero no son el buscador central. Operar con Google es obligado, no es opcional. Google ha devenido en un monopolio natural.
Estamos transitando a trompicones de lo analógico a lo digital y en este proceso nos vamos enterando de cesiones masivas de datos, de encauzamientos de decisiones políticas y de la creación de inmensos monopolios. Las grandes redes sociales saben más de nosotros que nosotros mismos mediante los likes y corazones. Esta transmisión y concentración de conocimiento masivo, está cuestionando los cimientos del sistema democrático, del capitalismo y de la meritocracia como se ha visto en el caso de Cambridge Analytica. Ello con el agravante que el desarrollo de las tecnologías es exponencial, mientras que el desarrollo de la normativa es aritmético, en el mejor de los casos. Es decir que se llega tarde, muy tarde, en cualquier caso.
Sea un derecho imperfecto, precipitado o parcial, pero se deben de regular las grandes redes sociales. No, no es libre mercado y meritocracia el desarrollo de estas sociedades. Estamos transitando a otra dimensión, la dimensión digital que cambia nuestro entorno, pero que no debe cambiar nuestros principios.
Por ello, hago las siguientes reflexiones y preguntas:
- Debe permitirse operar pagando por el servicio de Facebook y Google con dinero y no con datos personales como actualmente.
- Debe informarse a los usuarios a cuanto dinero equivalen los datos cedidos, cuanto ganan estas sociedades con nuestros datos.
- Me pregunto ¿se debe permitir pagar con datos personales? ¿cualquier tipo de datos? ¿A cualquiera?
- ¿Que normativa tiene/ debe regir esta nueva moneda universal sin banco central emisor?
- Debe de informarse de manera más sencilla al consumidor.
- Debe abordarse la competencia (aquí algunas ideas de ello).
- Debe existir una institución que vele por los derechos de los usuarios y las instituciones que tanto han costado construir. Pero, sobre todo, que anticipe los grandes cambios que se avecinan.
Antes de la Segunda Guerra Mundial IBM vendía tecnología a la Alemania Nazi. Hitler apreciaba tanto esta relación que condecoró al presidente de IBM Thomas J. Watson. Declarada la guerra, en 1940, el presidente de IBM devolvió al régimen Nazi una medalla y publicó un solemne artículo en el New York Times. Sin embargo el Sr. Watson calló que la sociedad continuó vendiendo tecnología a la Alemania Nazi.
Me pregunto si no estamos ante la gestación de un too big to regulate de consecuencias impredecibles con las GAFAs: Google, Amazón, Facebook, Apple. La reciente comparecencia de Zuckerberg en el Senado de los Estados Unidos no indica un giro, por el contrario, se ancla en el mismo principio. Zuckerberg insiste en que la gente da sus datos voluntariamente.
A mi, sinceramente, más que preocuparme la fuga de datos de Facebook, que no me era ni mucho menos inesperada,me preocupa la suma de toda la información que poseen los grandes, y los no tan grandes. Nos encontramos, con que, como bien dice el artículo, saben más de nosotros que nosotros mismos. Se hace pesado ser consciente de lo mucho que saben sobre nosotros, y ya no porque los anuncios sean de aquello que acabamos de buscar sino porque analizando todos los datos que hemos ido regalando durante años pueden incluso predecir cómo pensaremos mañana y eso permite manipular muy fácilmente las opiniones y por tanto el futuro de todos.
A mi, sinceramente, más que preocuparme la fuga de datos de Facebook, que no me era ni mucho menos inesperada,me preocupa la suma de toda la información que poseen los grandes, y los no tan grandes. Nos encontramos, con que, como bien dice el artículo, saben más de nosotros que nosotros mismos. Se hace pesado ser consciente de lo mucho que saben sobre nosotros, y ya no porque los anuncios sean de aquello que acabamos de buscar sino porque analizando todos los datos que hemos ido regalando durante años pueden incluso predecir cómo pensaremos mañana y eso permite manipular muy fácilmente las opiniones y por tanto el futuro de todos.
Es un magnífico tema que enlazaría con otro del mismo blog sobre nuestro futuro como seres humanos y lo que conlleva. Sin darnos cuenta (o prefiriendo no hacerlo) estamos cayendo en sistemas que dicen “facilitan” nuestras vidas, pero que, en el fondo, constituyen un sistema de adoctrinamiento tecnológico que nos hace depender cada vez más de las máquinas. Todo ello con el consentimiento (forzado) de los usuarios que no se paran a preguntar por la “necesidad” de sus “juegos” en las redes o las aportaciones positivas que reciben a cambio. El mundo del “espectáculo” exhibicionista que parece tan común en esta época, hace todo lo demás.
Todo es una cuestión de criterio formado para discernir lo que es realmente útil y las banalidades de las “apps” con que se ha enganchado un porcentaje mayoritario de la población. Para eso hay que volver a los libros. Sí, a los de papel. Al deseo de conocer, analizar y decidir por uno mismo, aunque eso suponga escapar de la “manada” aleccionada y alienada de nuestras sociedades. Mientras esto no se produzca, nos impondrán cada vez más restricciones a nuestra libertad. Eso sí, para “facilitarnos” la vida.
Un saludo.
Es un magnífico tema que enlazaría con otro del mismo blog sobre nuestro futuro como seres humanos y lo que conlleva. Sin darnos cuenta (o prefiriendo no hacerlo) estamos cayendo en sistemas que dicen “facilitan” nuestras vidas, pero que, en el fondo, constituyen un sistema de adoctrinamiento tecnológico que nos hace depender cada vez más de las máquinas. Todo ello con el consentimiento (forzado) de los usuarios que no se paran a preguntar por la “necesidad” de sus “juegos” en las redes o las aportaciones positivas que reciben a cambio. El mundo del “espectáculo” exhibicionista que parece tan común en esta época, hace todo lo demás.
Todo es una cuestión de criterio formado para discernir lo que es realmente útil y las banalidades de las “apps” con que se ha enganchado un porcentaje mayoritario de la población. Para eso hay que volver a los libros. Sí, a los de papel. Al deseo de conocer, analizar y decidir por uno mismo, aunque eso suponga escapar de la “manada” aleccionada y alienada de nuestras sociedades. Mientras esto no se produzca, nos impondrán cada vez más restricciones a nuestra libertad. Eso sí, para “facilitarnos” la vida.
Un saludo.