Rectores de ida y vuelta: la dinámica de las puertas giratorias en la Universidad

Entre los males que aquejan a  la Universidad española, de los que me hecho eco en otro post  de este blog  ( De nuevo sobre la Universidad española de 7 de Junio 2018), está la politización de algunas de nuestras Universidades, y dado que  estas no se politizan solas, lo hacen  gracias a la politización  (generalmente partidista) de sus representantes. Unas más que otras, todo hay que decirlo, y tenemos algunas  Universidades bastante profesionales. Pero otras están muy politizadas. No vamos a recordar de nuevo el escandaloso caso de la URJC, que vuelve a estar en el foco de la prensa diaria en estos días por manifestaciones ante el juez cada vez más desconcertantes de algunos profesores, que manifiestan haber sido presionados y manipulados por políticos de la CAM hasta el punto de  haber sido amenazados con  perder sus puestos.

Nos vamos a centrar  hoy en el caso de algunos Rectores que se presentan al puesto  al parecer a la espera de un futuro mejor, más reconocido políticamente, más remunerado,  con mayor influencia y expectativas futuras, etc. pues es difícil saber las motivaciones de alguien que tras solo un año después  (14 meses exactamente) de  haber sido elegido para el rectorado de una universidad, en este caso la UNED, (puesto que ya había ocupado durante 4 años)  lo  abandona por la política, en concreto para ser Secretario de Estado de la nueva Ministra de Educación, cargo por cierto también había desempeñado  entre 2004 y 2008 siendo Ministro Angel Gabilondo.

Lo más perjudicial para la universidad en este caso, desde el punto de vista de quien escribe estas líneas, es que a las últimas elecciones de 2017 se habían presentado nada menos que cinco  candidatos a Rector, algunos de ellos con CVs excelentes desde el punto de vista académico y profesional  y, entre ellos, una mujer,  Catedrática de Filología española, V.M.A , que, tras reñidas elecciones – como puede suponerse con 5 candidatos en liza-, quedó la segunda, a muy poca distancia del profesor Alejandro Tiana, que quedó en primer lugar, pero  a poca distancia de la segunda candidata.

Es pertinente recordar aquí la escasísima representación de mujeres rectoras en nuestras Universidades. De hecho, en la UNED, desde su creación en 1972, solo ha habido dos mujeres rectoras: la profesora E.P.V y la profesora A.M, esta última no elegida directamente, sino tras dejar el profesor J. M. el rectorado a mitad de mandato también  para ocupar destinos más “relevantes”.

 El profesor Tiana tomó posesión de su  cargo como Rector en su primer mandato el   8 de julio de 2013 (viniendo también de otro cargo político); fue reelegido el 7 de abril de 2017 y tomó posesión el 28 de abril. Un total 14 meses en el cargo en este mandato. Con él ha dimitido el Gerente de la UNED, al que el Rector Tiana trajo  consigo y la Jefa de Recursos Humanos, dejando por el camino una serie de medidas de política de personal sobre las que se había estado trabajando – y que estaban en su programa electoral- ,entre otras el estudio de la carga investigadora de los profesores, campo de batalla de muchas universidades.

Las universidades en general, y la UNED en particular por su especial complejidad -recordemos además que es la única Universidad Pública que es competencia del Estado junto con la Universidad internacional Menéndez Pelayo) necesitan de una mayor estabilidad y profesionalidad en sus órganos directivos. No merece la pena poner en marcha iniciativas  y proyectos si luego se va a dejar todo en el aire por los intereses políticos de un Rector que además puede haber cerrado el paso a  otros candidatos que tenían más intereses profesionales y académicos en la Universidad.