Más sobre la Universidad. ¿Todos iguales ante una tesis?
A la vista de algunos de los escándalos habidos en los últimos días sobre la tesis doctoral de nuestro Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, nos parece necesario aclarar algunos extremos en torno a este tema , bien para poder conocer lo que significa hacer una tesis doctoral, tanto en tiempo como en esfuerzo y dinero (lo que mucha gente ignora aunque se hable de ello con toda soltura) como para poder analizar críticamente algunas de las afirmaciones y aseveraciones recogidas “por aquí y por allá”, es decir desde varias fuentes ideológicamente dispares. El lector llegará a sus propias conclusiones sobre lo publicado.
La normativa sobre elaboración, presentación y defensa de tesis doctorales en las UUEE (Universidades españolas) ha ido cambiando mucho en los últimos años, y de hecho coexisten varios modelos, tanto en lo que a formato y estructura de la tesis en sí misma se refiere – por poner un ejemplo, pasaron a mejor vida, sobre todo en algunas disciplinas académicas, las tesis voluminosas de 300 páginas y más- , como a la formación y composición de los tribunales que han de juzgarlas, tanto en el número de profesores que los constituyen como en su forma de selección/elección y en la necesidad de que sean previamente supervisado por instancias jerárquicas académicas superiores al Departamento (generalmente la Comisión de investigación y Doctorado del Vicerrectorado de investigación).
Probablemente existen diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas, y probablemente también entre universidades públicas y privadas, por lo que me referiré aquí a la normativa estatal. Tampoco analizaré los cursos de doctorado previos a la elaboración de una tesis.
Asimismo, desde hace unos años (en la UNED desde 2015, revisado en 2017), existen dos requisitos nuevos en este ámbito: por una parte la necesidad de haber publicado, al menos, un artículo científico en una revista de impacto – cuanto mayor el impacto mejor- previo a la defensa de la tesis, (si bien no sucede en todas las Universidades) como condición sine qua non para poder tramitar la presentación de una tesis, y la posibilidad, al menos en algunas áreas científicas, de poder presentar una Tesis por Compendio de publicaciones, formada o estructurada por una serie de artículos ya publicados, generalmente tres, obviamente relacionados con su temática y que supongan logros científicos. Estos artículos, incluidos en el cuerpo de la tesis, deben venir precedidos por una amplia introducción, seguidos por una discusión y las habituales conclusiones. Es un modelo más o menos habitual en Ciencias biomédicas. Además existen las tesis con mención internacional, para cuya realización y presentación existen dos requisitos: que el doctorando haya pasado un periodo de tiempo –mínimo tres meses- en una universidad extranjera, y que forme parte del tribunal al menos un profesor extranjero de otra universidad distinta de aquella en la que ha estado el doctorando.
El lector debe tener en cuenta que al tiempo empleado en la concepción, elaboración y escritura propiamente dicha de la tesis en sí , hay que añadir el dedicado a su gestión tanto antes de su defensa como después de su elaboración: trámites de aceptación de la misma por un/a director/a, inscripción en la Universidad tras la aceptación por el Departamento y correspondiente visto bueno por la Junta de Facultad y posterior Comisión del Rectorado (hoy día esto ha cambiado algo), selección del tribunal tras un contacto previo con cada uno de los posibles miembros (dado que los propuestos deben ser el doble de los finalmente seleccionados) envío a cada uno de ellos del ejemplar finalizado –encuadernado y en CD- y recepción de un breve informe. Puesta en contacto con cada uno de los miembros del tribunal para acordar una fecha de lectura, y tramitación de los viajes, medios de locomoción y alojamiento.
Si se enumeran todos estos extremos algo tediosos, pero necesarios debido al contexto en que se escribe este post, es para que el lector estime el tiempo que, al margen de la tesis misma, consume todo este proceso. Hasta el punto que la última normativa, basada en un Decreto de 2011, ya menciona las Escuelas de Doctorado en cuyo ámbito un doctorando tiene que hacer la tesis en tres años, y dedicarse a la misma en jornada completa, es decir un mínimo de 8 horas diarias. Si la hace compaginando la tesis con otro tipo de trabajo, puede tener para presentarla hasta cinco años, aunque se pueden solicitar prórrogas. En algunos países y universidades de nuestro entorno, UK por ejemplo, no se acepta la realización de una tesis doctoral sin que el estudiante esté cubierto con una beca de investigación y pueda hacerla en jornada completa.
Respecto al contenido de la tesis, y a su planteamiento teórico y metodológico (admitiendo las diferencias que pueda haber entre campos científicos muy distintos, imaginemos las diferencias entre una tesis de bioquímica o una de derecho) como norma aceptada y convenida por toda la comunidad científica la tesis debe ser un trabajo original, personal, que marca el inicio en el mundo de la investigación, y que es requisito previo para una carrera universitaria. Por tanto empieza allí donde otros investigadores del mismo campo han llegado, pues en el fondo se trata de aportar algo nuevo en una determinada línea de investigación, y/o resolver algún extremo teórico o metodológico controvertido. Para eso, una parte fundamental de la tesis (tras haber estudiado y analizado el campo teórico de la manera más completa posible a través de la documentación procedente de muy diversas fuentes) consiste en la formulación de hipótesis y objetivos claramente definidos junto con la especificación de la metodología a seguir. No menos importante es la discusión de los resultados obtenidos, discusión en la que el doctorando entra en un debate sobre los trabajos revisados que pretende rebatir, discutir o superar. Por supuesto, todo este proceso implica un seguimiento de la tesis por parte de su Director a lo largo de todo su desarrollo, y, en su caso, por la Escuela de Doctorado
Estas serían las condiciones para que una tesis pueda ser considerada como tal: originalidad y autoría personal (bajo la supervisión del Director de tesis) , mucho tiempo, trabajo y un no desdeñable coste económico. Dejamos al lector que saque él mismo las conclusiones sobre la tesis doctoral de nuestro Presidente de Gobierno.