Andrés Ollero: El bullicio de la opinión pública
Andrés Ollero acaba de publicar un libro, lo cual es frecuente porque es de pluma fácil y fecunda, que lleva el título “Vivir es argumentar” y que contiene una recopilación de algunas de las entrevistas que le han hecho (o de las que ha sido víctima) a lo largo de muchos años. Andrés es catedrático porque esta condición, una vez se adquiere, no se pierde nunca, ha sido diputado y ha sido magistrado del Tribunal Constitucional. El ingrediente más atractivo de su personalidad es precisamente su presencia permanente y sin duda gozosa en el bullicio de la opinión pública. Me explico. Los diputados anhelan esa presencia, solo que muchas veces les resulta esquiva por la razón elemental de que no tienen nada que decir. Suelen ser eco, no voz.
Los catedráticos tampoco son muy proclives a las prácticas nudistas ante los lectores de periódicos y es lástima porque normalmente tienen cosas importantes que comunicar. En fin, los magistrados del Tribunal Constitucional son más bien sobrios pues tampoco se exceden en su contacto con los ciudadanos, al contrario de lo que ocurre en otros países, por ejemplo, en Alemania.
Andrés Ollero fue persona asequible para el periodista cuando enseñaba en la Universidad de Granada, también como diputado en el Congreso y, por último, como magistrado. Jamás ha tenido miedo ni timidez a defender sus convicciones como pensador del Derecho, como político o como juez. Circunstancias estas que le avalan como un sujeto fiable.
Cuando fue elegido juez constitucional fue criticado – yo mismo puede ser que lo hiciera-por haber ocupado un escaño por el Partido Popular durante muchos años en el Congreso. La crítica de falta de neutralidad, de quiebra de la imparcialidad era demasiado fácil para dejarla escapar. Pues bien, a la hora de ejercer sus atribuciones, fue dejando constancia de su independencia de criterio, lo que no le niegan ni sus más pugnaces críticos. Otro libro suyo, el que recoge sus votos particulares, ofrece un testimonio concluyente sobre esta actitud impecable y implacable: discrepó 69 veces de la mayoría, en 33 ocasiones de los conservadores, en 36 de los progresistas.
Esto se debe a que Ollero tiene convicciones, jurídicas, religiosas y morales, pero no es un sectario. Este, el sectario, es quien claudica, quien no es capaz de mantenerse erguido frente a consignas o argumentarios. Ambos, consignas o argumentarios, son sepulcros del pensamiento, de la sindéresis y, al cabo, de la honorabilidad.
Leer este libro permite adentrarse en las opiniones fundadas que su autor sostiene sobre la tolerancia, el relativismo, la labor judicial, las pugnas políticas, la Universidad, todo ello en un tono mesurado por la experiencia y documentado por el saber. “Tengo una irresistible afición a la intemperie” dice en alguna de estas entrevistas. Y esto le dignifica y le da prestancia de hidalgo audaz.
Ollero tiene algo además de arúspice porque, muchos años antes de que ocurriera, hizo el siguiente diagnóstico: el PSOE tendrá que abandonar el marxismo si quiere llegar al poder.
Y respecto a la democracia sentencia: “la gente suele tener la idea de que la democracia es hacer lo que diga la mayoría. En absoluto. Esta casa, el Tribunal Constitucional, existe precisamente para que no se pueda hacer todo lo que diga la mayoría. Hay determinadas cuestiones que, diga la mayoría lo que diga, esta Casa está en condiciones de anular: son los derechos fundamentales. De lo contrario pasaríamos a una democracia en la que la mitad más uno puede pasar a cuchillo a la mitad menos uno”.
Tal reflexión, después del espectáculo que se vivió hace poco en el Congreso de los Diputados por una decisión tomada bajo la presidencia del magistrado González Trevijano, donde diputados socialistas llamaron a los jueces “golpistas con toga”, es de gran valor y ayuda a poner en su justo lugar las piezas de la arquitectura constitucional.
Por si fuera poco, Ollero es además amante de las fiestas populares, entre ellas de las corridas de toros, y eso ya le hace un personaje próximo, amante de la soledad y de los libros, pero también rendido a la benéfica influencia del aire libre.
Dicho de otra forma: Andrés Ollero es un filósofo que atesora las palpitaciones de las plazas y las calles. Este libro, editado por Tirant lo Blanch, en su colección Alternativa, merece la pena que ocupe la atención de los juristas inquietos que siguen los trabajos de este blog y de la
Fundación “Hay Derecho”.
Lo respeto, pero como académico tengo reparos personales serios hacia la expresa militancia partidaria de mis colegas, aunque la respeto. Por eso también las tengo al acceso a la alta magistratura del TC, en este caso más serias: me parece un camino erróneo y que deslegitima el TC. No obstante, y aunque no me han dejado de llegar ecos del prestigio de Andrés Ollero, y aún sin haber leído ese libro testimonial, admiro el brío de ese talante personal con tantas señales de soberana independencia de criterio.
Lo respeto, pero como académico tengo reparos personales serios hacia la expresa militancia partidaria de mis colegas.. Por eso también las tengo al acceso a la alta magistratura del TC, en este caso más serias: me parece un camino erróneo y que deslegitima el TC. No obstante, y aunque no me han dejado de llegar ecos del prestigio de Andrés Ollero, y aún sin haber leído ese libro testimonial, admiro el brío de ese talante personal con tantas señales de soberana independencia de criterio.
El modelo actual es contrario a los fundamentos democráticos de la UE y la constitución , aparte de ser inviable dada la fragmentación política actual
La independencia judicial es clave para cumplir los compromisos de una unión política en la que sus miembros han de tener un nivel mínimo de calidad democrática para continuar en ella.
El 16 de enero de 2022 se celebró un referéndum en Serbia para reforzar la independencia judicial “sobre una enmienda constitucional que pretende despolitizar la justicia eliminando el rol del Parlamento en la elección de jueces y fiscales, para acercar así el país a la Unión Europea (UE).
De prosperar esta consulta ,el país balcánico modificará varios artículos de su Constitución para elegir a jueces y fiscales mediante órganos compuestos por profesionales y no por los diputados del Parlamento” ( La Vanguardia ).
Se aprobó con más de un 60% de votantes.
. Parece que los serbios han entendido mejor que nuestros políticos y los influyentes medios que les apoyan , lo que nos pide la UE.¿ No habrán asumido que para ser miembro de la UE hay unos requisitos esenciales ,como la independencia judicial , que han de cumplir para su permanencia?
Entrar en la UE nos obligaba a cambiar de modelo.
Creo que salimos ganando en libertad y progreso teniendo un Jefe de Estado demócrata y competente valores que no abundan en la clase política
FelipeVI ha demostrado que conoce lo que es la democracia y la justicia en la UE.( 31-1-23) «La división de poderes debe ser respetada a nivel institucional e individual “.«Desde hoy, no lo olvidéis, sois jueces europeos y deberéis recordar siempre que vuestra independencia es imprescindible para asegurar la defensa de los valores de la Unión Europea: la dignidad humana, la libertad, la democracia, el Estado de derecho y el respeto por los derechos humanos»,»
La Justicia es la esencia del Estado de derecho, es el principio de la separación de poderes que consagra nuestra Constitución. Debe ser respetada tanto a nivel institucional como individual. La independencia de los jueces va mucho más allá de los factores externos y alcanza vuestras propias condiciones personales. Esa independencia, lejos de ser un privilegio de los jueces, es la mayor garantía de protección de los derechos de los ciudadanos». No olvidó también recordar que el poder judicial «es el mecanismo de defensa de los derechos individuales y colectivos constitucionalmente reconocidos y de control de los poderes públicos»
Y del discurso reciente del 31-10-23 El sometimiento al Derecho constituye, Leonor, una exigencia para la Corona y para todas las instituciones del Estado. La observancia de la ley, el respeto a la independencia y a la separación de poderes y la vigencia del Estado de Derecho son los pilares esenciales de toda democracia representativa y, por ello, la garantía de la libertad y de los derechos de los ciudadanos “.Debéis saber que la democracia y la libertad no se construyen de un día para otro, sino día tras día; y precisan de un cuidado continuo y de una mejora permanente
En una respuesta anterior hicimos esta referencia que completa el artículo:
“Es abrumadoramente superior el número de resoluciones apoyadas por unanimidad, si mi cálculo no es inexacto: 1410 por 442 acompañadas de votos discrepantes en los nueve años en que fui miembro del Tribunal” “ de mis votos particulares …33 votos respecto a sentencias consideradas conservadoras y 36 respecto a otras presuntamente progresistas ( Andrés Ollero). En el mismo sentido se han manifestado varios relevantes exmagistrados del TC .
¿ Guardarán la misma proporción el actual TC, a pesar de los requerimientos en favor de la independencia judicial de la Comisión ?. ¿ Estaremos empeorando , dentro de la UE ? ¿ no es una contradicción?