EDITORIAL: «Punto y aparte», ¿hacia dónde?

En su comparecencia de ayer, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo que la misma constituía un «punto y aparte», pues ahora se entrará en una fase de «limpieza, regeneración y juego limpio». Pero no concretó el camino para conseguirlo. Desde Hay Derecho creemos que la actuación del presidente en estos últimos días puede ser, en efecto, un punto de inflexión, pero hacia más populismo y menos Estado de derecho.

Veamos primero cuáles son las cuestiones que han llevado al presidente a su insólita carta y al discurso citado.

La cuestión central de su carta es el gran coste personal de la dedicación a la política. El principal problema sería el acoso a través de las críticas constantes, los ataques personales,  los bulos y la utilización de eslóganes ofensivos, todo ello promovido por los medios, pero con la «colaboración necesaria» de los partidos políticos de la derecha y la extrema derecha. Estos ataques se complementarían con la utilización de las comisiones parlamentarias y la oficina de Conflicto de Intereses. Finalmente, la gota que colma el vaso sería la apertura de unas diligencias previas por un juzgado para investigar a su esposa por sus actividades profesionales, a instancia de una organización de turbio pasado. En su alocución señala además que no se puede privar de cualquier actividad a su esposa por serlo. Es difícil no estar de acuerdo con algunos de estos problemas.

Hemos denunciado a menudo que el enfrentamiento y los ataques personales impiden un diálogo político constructivo. Las redes sociales y una prensa cada vez menos profesional han degradado el nivel del debate y cada vez más se escribe para los partidarios y se exageran o manipulan las informaciones. Las tendencias populistas se han extendido, como dice el presidente, dentro y fuera de nuestras fronteras (aunque no son solo derechas, como pretende). La dialéctica amigo/enemigo y la imposibilidad de llegar a pactos amplios impide resolver los problemas importantes, tanto a corto plazo (renovación CGPJ) como a largo (pensiones, educación, etc.).

Es cierto, también, que como consecuencia de la jurisprudencia del Tribunal Supremo, el juez debe abrir diligencias previas salvo denuncias absolutamente infundadas. Como las inadmisiones a menudo son revocadas por un tribunal superior, los jueces tienden a abrir diligencias y a pedir declaración, con un daño moral muy alto para el acusado, más en el caso de políticos. También lo es que existe una absoluta falta de respeto por la presunción de inocencia por parte de los medios.

Lo que sucede es que la carta y la alocución no ponen remedio a estos problemas. Por el contrario, es un ejemplo de dialéctica amigo-enemigo, y tiene claros elementos populistas, tanto en el fondo como en la forma.

En cuanto al fondo, considera enemigo a todo el que no forme parte de su coalición de Gobierno. No acusa al sindicato Manos Limpias por la discutible denuncia sino que atribuye los ataques a «la coalición de intereses derechistas y ultraderechistas» –lo repite hasta ocho veces– englobando, por tanto, a todos los que no apoyan a su gobierno. Descalifica a la oposición en su conjunto, a la que acusa de «total ausencia de proyecto político más allá del insulto y la desinformación». Hay incluso elementos conspiranoicos, cercanos a los bulos que denuncia, cuando habla de «constelación de cabeceras ultraconservadoras», «galaxia digital ultraderechista», «baterías mediáticas y demoscópicas conservadoras» o «máquina de fango». Desgraciadamente, no es algo nuevo. En su discurso de investidura habló nada menos que 21 veces de la «derecha y la ultraderecha», y de levantar un «muro» frente a ellas. En su alocución considera que la «mayoría social» es la que le ha apoyado en estos días.

Por otra parte, hay un notable personalismo típicamente populista: los ataques a él en realidad lo son a la »opción política progresista». La llamada del PSOE a concentraciones de apoyo, las lacrimógenas adhesiones y el papel de la «empatía» de sus fieles en su decisión de quedarse producen –además de cierta vergüenza ajena– preocupación por la deriva personalista y emotivista. Esto viene agravado por el sistema de comunicación. Un presidente que no es elegido por los ciudadanos sino por el Parlamento se dirige a aquellos en una carta abierta y en una alocución sin prensa ni preguntas. Esta comunicación sin intermediarios refuerza el personalismo y desprecia al Parlamento y a los medios.

En cuanto al abuso del proceso penal, es evidente que la solución no puede ser incluir tácitamente a los jueces en la «constelación de la derecha y la ultraderecha». La consecuencia han sido ataques personales al juez y su familia, y Podemos propone ya la supresión de las mayorías reforzadas para la elección del CGPJ. Es decir, la captura del poder judicial por el político –algo que ya se planteó antes y a lo que la UE se opuso expresamente–. No parece una actuación políticamente responsable, no ya no rendir cuentas, sino no dar ninguna explicación sobre la cuestión de fondo y apelar a los sentimientos como si por ser presidente los suyos estuvieran por encima de los demás ciudadanos que se vean –y se ven habitualmente, quizá durante años– en una situación similar; algunos totalmente desconocidos y otros tan renombrados como la infanta Cristina, que tuvo pasar por una iniciativa judicial de la misma organización, Manos Limpias, por las actividades de su marido, Iñaki Urdangarin y que resultó finalmente absuelta. Sin olvidar que atacar a los familiares del adversario político no ha sido algo de lo que haya renegado el presidente y su partido, como nos es bien conocido a todos.

Por último, el papel del o la consorte del presidente no es un problema de machismo (parece que Sánchez no contempla que la presidenta sea una mujer), sino de control de los conflictos de interés.

La carta, en resumen, señala problemas reales (que por supuesto no afectan solo a Begoña Gómez), pero ahonda en la polarización y en el descrédito de las instituciones, sin cuyo correcto funcionamiento no hay Estado de derecho. Las verdaderas soluciones a estos problemas van en una dirección muy distinta a la que apunta el presidente. Para cambiar la forma de hacer política y rebajar el tono del debate, lo primero que debe hacer el presidente es convocar al principal partido de la oposición, no demonizarlo. Y el PP debe, también, abandonar discursos que refuerzan el enfrentamiento y las simplificaciones absurdas –como la de «derogar el sanchismo»–.

La solución es más compleja para los medios, porque una de sus funciones es el control del poder, por lo que hay que descartar la censura gubernativa. Desde luego hay que exigirles respeto a los derechos y a la presunción de inocencia, y se podría promover un código de conducta en materia, sobre todo, de procedimientos judiciales.

El abuso de las causas penales también se debe combatir, pero sin que ello impida la persecución de los delitos reales ni exima a los políticos de ser investigados. Se debería facilitar la persecución por denuncia falsa, o facultar a los jueces para imponer costas disuasorias en casos de denuncias o querellas cuando se revelen totalmente infundadas.

En cuanto a la actividad del consorte del presidente, también puede haber soluciones: una Oficina de Ética que pudiera controlar las actividades, además de promover un código ético para los políticos y sus familias, como ha señalado Miriam González Durántez en este artículo.

Es con la colaboración de todos, políticos, medios, jueces y ciudadanos –y no con la llamada a los fieles frente al enemigo ni con los ataques a las instituciones– como podremos pasar a otro capítulo, en el que escribamos la historia de una democracia más plena.

6 comentarios
  1. Daniel Iborra Fort
    Daniel Iborra Fort Dice:

    Sánchez está en un laberinto, junto con el sector informativo, intelectual y social que le sigue y apoya tan ciegamente .
    Los partidos que votaron por Sánchez no lo han hecho por un programa común. Cada uno cree que esta vez si que cumplirá lo que les ha prometido y además, tienen programas e intereses contradictorios. Y necesita los votos de todos.
    Sánchez, si continúa dependiendo de los mismos socios, no podrá cumplir los compromisos de una unión política en la que sus miembros han de tener un nivel mínimo de calidad democrática.
    La independencia judicial es clave y no la quieren implantar a pesar de las advertencias y amenazas de la UE.
    La continuidad del mismo gobierno compromete no sólo la financiación de los fondos que están condicionados al cumplimiento “verificado” de reformas estructurales contradictorias con los programas de sus socios, sino, también, la continuidad en esta .
    ¿Con cuantos votos cuenta para la reducción del gasto público, del déficit y del endeudamiento o las reformas estructurales que nos exige la UE?
    ¿Apoyarán los nacionalistas leyes contrarias a su programa y a sus apoyos?
    Si el PNV colabora en este proceso destructivo de la democracia y de las condiciones esenciales para continuar siendo miembro de la Unión Europea, no tardarán sus apoyos empresariales y hasta su propio electorado más consciente, en forzarle a cambiar de dirección. .

  2. Daniel Iborra Fort
    Daniel Iborra Fort Dice:

    Después de las elecciones en el País Vasco , Sánchez que ha blanqueado y dado protagonismo a Bildu ¿ por quién se decantará? .¿De quién está más cerca ideológicamente?. Si se decanta por el PNV ¿ qué le van a exigir los de Bildu para continuar apoyándole ?
    Y en Cataluña, igual con los independentistas, si se decide por uno perderá los votos del otro y necesita de todos para sostener su presidencia.
    Los que gestionan las Comunidades Autónomas que han apoyado a Sánchez , Canarias, Asturias y Castilla La Mancha, están entre las más beneficiadas del actual modelo de financiación ¿ De verdad se creen que si cambian de modelo no les perjudicará? ¿ Qué futuro les espera a sus políticos?. ¿ Y a los de la España vacía ?.
    Si Sánchez no puede continuar porque no adivinó lo que le sucedería ¿ Qué pasará con el PSOE y los proyectos que ha tenido que aceptar para asegurar su continuidad , como el de la amnistía? ¿ Y también, con los medios de información ,los intelectuales , profesionales …funcionarios públicos que le han apoyado tan ciegamente ?.
    ¿Cómo no previnieron que se jugaban su futuro personal y profesional y que Sánchez, como no es de fiar , los podía dejar colgados en cualquier momento?.:
    La continuación de Sánchez en un gobierno “en el laberinto” va a tener un enorme coste para la economía , el Estado de derecho y del bienestar, el nivel de vida y libertad de los ciudadanos ( incluso sus votantes) y para la democracia y la permanencia en la UE, incluso para el PSOE .
    Todo lo que pretende es contrario a los fundamentos de un sistema democrático, como la separación de poderes y la libertad de prensa y expresión.
    Va a dejar un país , si este no lo evita, más cerca de ser miembro del Grupo de Puebla , que siempre le apoya y del que está más cerca ideológicamente, que de la democracia y la UE , que tanto teme.

  3. Manuel Villa Díaz
    Manuel Villa Díaz Dice:

    El mentiroso a la mentira le llama “cambio de opinion”. Parafraseando al filósofo, ¿No es una “triple” mentira?

  4. O'farrill
    O'farrill Dice:

    En el PSOE se multiplican los problemas y ninguno llega a una resolución adecuada.
    El más reciente es la adquisición de material sanitario a empresas que -al parecer- no pasaron el filtro procedimental de urgencia de las contrataciones públicas. En todo caso ahí estarían las intervenciones delegadas de Hacienda (si es que todavía existen) que, como en otros casos, advierten de irregularidades pero que son incapaces de cortar por lo sano y evitarlas. Y no solo ellos. Antes había que contar con el informe favorable de la propia Abogacía del Estado.
    El gasto público parece estar al albur de los “Koldos” de turno (“conseguidores” en otras épocas), cuyo papel en las AA.PP. no queda claro.
    Bien, esta parece ser la última pesadilla del Sr. Sánchez: personas de su confianza actuando como intermediarios en las contrataciones públicas, ninguneando a los servicios públicos institucionales.
    La otra derivada vendría de un os intereses particulares (los partidos) o personales para formar una mayoría parlamentaria y la subsiguiente investidura por medio de promesas políticas que nadie puede hacer cuando está en funciones o cuando se utilizan las instituciones en beneficio propio, donde todo quedaría sujeto a la interpretación de tales actos donde habrá opiniones de un tipo o de otro.
    La presunta existencia de una participación activa de personas ajenas a las instituciones en funciones que no le son propias, es la consecuencia de unos documentos firmados, unas reuniones empáticas y de la adjudicación final de fondos en procedimientos ajenos al sistema público, parecen ser el motivo de abrir unas diligencias informativas previas por parte de la Admón. de Justicia, cuyas consecuencias se desconocen y donde debe prevalecer siempre la presunción de inocencia (artº 14 de la C.E.: todos iguales ante la ley…).
    Pero el último barómetro del CIS parece que no deja muy bien la percepción de ello entre los ciudadanos con un 80% aproximadamente que desconfían. Sobre todo cuando los propios protagonistas de la Justicia reconocen un sesgo ideológico (conservadores/progresistas) que acabará contaminando más o menos directamente las resoluciones o en el procedimiento.
    La separación de poderes es un imposible cuando las ideologías de cualquier tipo se reparten y contaminan en muchos casos entre ellos.
    Llegados a este punto debemos reconocer que el principio de igualdad, la presunción de inocencia, la imparcialidad y la neutralidad de la función pública, pueden verse afectados una y otra vez en la medida que se consideren prioritarias las orientaciones partidarias del momento y los intereses particulares de las personas.
    Un saludo.

  5. Dan Evans
    Dan Evans Dice:

    Me resulta preocupante la incapacidad por parte de los ciudadanos de reconocer la manipulación constante a la que son sometidos por la clase política, habiéndose llegado con este gobierno al mayor extremo de crear él mismo fake news, conflictos artificiales etc para mantener la manipulación.
    Saludos

  6. Diana
    Diana Dice:

    La Justicia como no se defienda acaba como en Venezuela. Con todo el Supremo en el exilio en Miami y algunos jueces y fiscales incluso desaparecidos, encarcelados y torturados. Poca broma.

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