Pertenezco a la generación “probeta” o “cobaya”, como ustedes quieran. Y nos englobamos en ella todos aquellos que estamos inmersos en los cursos de segundo de Grado universitarios. Estrenamos el denominado Grado, con sus defectos y virtudes y, al mismo tiempo, servimos al modelo de prueba para futuros inquilinos. Tras escuchar y leer diferentes puntos de vista del nuevo método de enseñanza que propugna “Bolonia”, me he propuesto, siendo ya el segundo año que lleva activo, reflexionar como alumna que vive en sus propias carnes esta realidad, qué está suponiendo para muchos de nosotros estos nuevos planes de estudios. En mi caso, puedo hablar estrictamente de su adecuación en la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante, pues como comentaré más adelante, en cada Universidad la aplicación de las reglas puede llegar a ser totalmente diferente, más aun teniendo en consideración que hasta las asignaturas de una misma facultad se rigen por criterios de lo más dispares, esto es, un auténtico galimatías. He de reconocer que al inicio de este nuevo Grado era bastante optimista –quizás la ilusión que supone poner los pies en un nuevo reto- acerca de la aceptación y utilidad del nuevo modelo implantado. […]