Entradas de] Jesús López Medel

Un grave error constitucional del Rey

La Constitución de 1978, que tanto esfuerzo nos costó conseguir como norma de convivencia democrática asumida por todos, es ya un papel muy amarillo. Como algunas personas que por circunstancias diversas ofrecen en  muy breve tiempo un aspecto envejecido, así ocurre con la España de los últimos dos años. Pero en apenas seis meses  nuestro país y nuestra ley fundamental se han visto tan deteriorados que parece que las costuras pueden provocar una gran fractura social. La Constitución ya esta más que rota. Y ello tiene unos responsables: los políticos que en los últimos años han dirigido el Estado y las Comunidades Autónomas y  demás entidades cuyo despilfarro atroz e irresponsabilidad ha contribuido a que esta crisis mundial sea aquí algo muchísimo más grave.   En los últimos meses el deterioro institucional y constitucional es intenso. La forma constante de legislar por el Gobierno donde el Parlamento solo vale para jalear e insultar; los recortes sociales que mas allá de un sacrificio convierten en papel mojado los Derechos Fundamentales del Título I o la consideración de que somos (¿o eramos?) un “Estado social y democrático de Derecho” (artículo 1.1 dela Constitución), donde lo social ya no existe; el Estado autonómico […]

La emoción de los viernes: ¡otro Real Decreto-ley!

La reciente y abundantísima utilización de decretos leyes como forma de aprobación singular de leyes fuera de los cauces y las competencias institucionales delimitadas ordinariamente, empieza ya a preocupar no solo a operadores jurídicos sino también a sectores de la población que ven quebrar un principio básico cual es el de la división de poderes.   Según esta, la aprobación de las leyes corresponde a las Cortes Generales aunque se prevé como excepción que el Gobierno pueda aprobar normas jurídicas vinculantes mediante el mecanismo del decreto ley. Pero esto requiere que se produzca una situación de necesidad no solo “urgente” sino también “extraordinaria”.   Ciertamente esta justificación tiene sentido en el caso de las reformas financieras que se han aprobado (y a veces enmendadas a si mismas) por el Consejo de Ministros (¡y las que vendrán!), pero no en otros supuestos. Parece que el marco de la crisis económica se ha convertido en una coartada para utilizar este mecanismo jurídico con gran profusión con la impresión de que en el magma de la situación sin timonel, es solo el Gobierno quien puede actuar no ya sobre esta materia sino sobre cualesquiera.   En apenas cinco meses, son 19 los decretos […]