Flash Derecho: Entrega del I Premio Fundación ¿Hay Derecho? a Dolores Agenjo y Ana Garrido
Para fortalecer nuestras instituciones y defender el Estado de Derecho, desde la Fundación ¿Hay Derecho? entendemos necesario premiar la conducta de aquellos ciudadanos que hayan destacado en su defensa de estos valores y lograr que sea conocida por toda la sociedad, ya que pueden servir de ejemplo a otros. Con este fin convocamos la primera edición del I Premio ¿Hay Derecho? a la defensa del Estado de Derecho (2015). Desde el principio quisimos que este fuera un premio participativo otorgado por la sociedad civil. Así, todos los candidatos fueron propuestos por ciudadanos y organizaciones amigas de la Fundación. Recibimos un total de 13 candidaturas (entre las que se encontraban personas físicas y jurídicas, Foro para la Concordia Civil, Dolores Agenjo, Ana Garrido, Fernando Urriticoechea, Fundación Civio, Pablo Ruz, Jesús Villegas, Juez Castro, Mercedes Alaya, Verónica del Carpio y José Muelas…) que recibieron el apoyo de los Amigos y lectores y colaboradores del blog que emitieron su voto a través de la web de la Fundación.
Las cinco candidaturas más votadas fueron Dolores Agenjo, Foro para la Concordia Civil, Mercedes Alaya, Ana Garrido y Verónica del Carpio y José Muelas (conjuntamente por la llamada Brigada Tuitera), y pasaron a formar parte de la deliberación de un Jurado compuesto por miembros del equipo de gobierno de la Fundación así como por un representante de Acción Cívica contra la Corrupción, +Democracia, el Consejo General de la Abogacía Española y ACCORS.
Finalmente, el pasado jueves 11 de febrero, la Fundación ¿Hay Derecho? entregó el I Premio “ex-aequo” a la defensa del Estado de Derecho a Dolores Agenjo y Ana Garrido. La ceremonia se celebró en el Hotel Orfila de Madrid y contó con la presencia de Rafael Arenas (presidente de Sociedad Civil Catalana) y Manuel Jabois (escritor y columnista en El País) para entregar los premios. Asistieron a la cena más de 90 personas. También las dos ganadoras asistieron a la cena y dedicaron unas palabras de agradecimiento a los asistentes.
Carlos Perreau, patrono de la Fundación, actuó de maestro de ceremonias, presentando la ceremonia. Elisa de la Nuez, secretaria general, explicó el desarrollo del premio y desveló el nombre de las ganadoras.
Estas fueron presentadas por Rafael Arenas y Manuel Jabois. El primero, encargado de glosar la figura de Dolores Agenjo, se refirió a la particular situación del estado de Derecho en Cataluña y el valor e importancia que tienen actitudes como las de la premiada.Es de recordar que Dolores Agenjo era la directora del Institut d’Educació Secundària Pedraforca de L’Hospitalet del Llobregar (Barcelona) el 9 de noviembre de 2014. Ese día, estaba convocada de forma “alegal” una consulta soberanista sobre el futuro de Cataluña detrás de cuya organización estaba la propia Generalitat. A pesar de estar al margen de la Ley, la Consellería de Educació ordenó a los centros escolares públicos a abrir sus puertas para convertirlos en centros electorales, sin ninguna orden por escrito. Pero en el IES Pedraforca, L’Hospitalet, su directora se negó. Dolores tuvo también oportunidad de intervenir a continuación para agradecer el premio y explicar las dificultades que un funcionario puede tener para ejercer su función cuando quienes le incitan a incumplir las normas vigentes son las propias instituciones. ¿Qué debe hacer un funcionario público, obedecer a sus jefes “insumisos” o respetar el Estado de Derecho? Ella no tuvo duda, pero no es fácil. Fue una intervención muy sentida y emocionante en la que terminó pidiendo que el resto de los españoles no abandonemos a los catalanes que luchan por el Estado de Derecho, que son mayoría.
Seguidamente habló Manuel Jabois para presentar a la siguiente premiada. Jabois tuvo a bien publicar un artículo en El País a los pocos días en que hablaba de la premiada que le tocó presentar. Recordemos que Ana Garrido Ramos fue la persona que destapó la trama Gürtel en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte (Madrid), en el que trabajaba como empleada pública, y que supuso la dimisión del entonces Alcalde, Arturo González Panero. Desde ese momento y hasta hoy ha sufrido el acoso por parte de este consistorio, hasta el punto de tener que abandonar su trabajo, España en una ocasión, y se ha visto obligada a desprenderse de su casa y muchos de sus bienes personales, entre otras cosas para atender a los numerosos gastos que le han supuesto (y le siguen suponiendo) sus batallas judiciales.
Finalmente intervino para cerrar el acto Ignacio Gomá, nuestro flamante y nuevo Presidente de la Fundación, que queremos transcribir aquí íntegramente:
“Como presidente por accidente de la Fundación, me corresponde cerrar este acto y hoy, contra mi tónica habitual, voy a ser breve, porque es el día de los premiados. Desde luego, menos de cuarenta minutos.
Me gustaría transmitir fundamentalmente tres ideas, que enuncio ya:
- Dar el premio es una satisfacción especial para la Fundación.
- Los candidatos y premiadas tienen no sólo actúan éticamente sino que lo hacen en condiciones muy desfavorables.
- La sociedad civil es la que tiene que promover estas conductas y la recuperación de las instituciones.
En cuanto a la primera idea, nos satisface especialmente cumplir esta iniciativa que hemos tenido porque se sale de la tónica habitual del blog y de la Fundación que es, sin duda, eminentemente crítica: denunciar abusos, señalar incoherencias, exigir responsabilidades. ¿Todo funciona mal? No, no todo funciona mal, pero la democracia y particularmente el Estado de Derecho siempre están en un delicado y muy complejo equilibrio y no es difícil que sucumba a tentaciones y caiga por la pendiente hacia una democracia de baja calidad. Esto sí está ocurriendo o, si quieren, ya había ocurrido y ahora nos estamos enterando. Pero, siendo eso así, es una satisfacción muy especial poder señalar con el dedo conductas que refuerzan nuestra confianza en las personas y en el sistema. Que no sea todo crítica y denuncia. Y este acto es un buen ejemplo de ello.
La segunda idea que quiero resaltar es que este premio no tiene una, sino varias vertientes. La primera es el regocijo y el elogio de la labor bien hecha; pero hay una segunda, que es el apoyo y reconocimiento de las personas que por adoptar una conducta ética y de defensa de la ley y del Estado de Derecho, han pagado un precio: un precio social, un precio profesional, incluso un precio económico. Quienes hayan tenido la oportunidad de ver el documental “Corrupción: el organismo nocivo” que patrocinó la Fundación, saben de qué estamos hablando.
Y nuestras premiadas están en esa situación y hay que apoyarlas. Quizá consideren una hipérbole lo que voy a decir, pero me ha venido estos días una analogía: lo que se parece la situación de nuestras premiadas con la que Martin Luther King, denunciaba en 1963 en su Carta desde la cárcel de Birmingham, en la que contestaba a unos clérigos blancos que le acusaban de excederse en su defensa de los negros mediante el uso de la acción directa –siempre pacífica- contra las injusticias. Es particularmente duro cuando dice: “tengo que confesar que en los últimos años he quedado profundamente desencantado del blanco moderado. Casi he llegado a la triste conclusión de que la rueda de molino que lleva amarrada el negro y que trata de su tránsito hacia la libertad no proviene del miembro del …. Ku-Klux-Clan, sino del blanco moderado que antepone el “orden” a la justicia; que prefiere una paz negativa, que supone ausencia de tensión, a una paz positiva que entraña presencia de la justicia; quien dice continuamente: “estoy de acuerdo con lo que usted propone, pero no puedo aprobar sus métodos de acción directa”.
En cambio, King agradece enormemente a ciertos sacerdotes que abandonaron sus tranquilas congregaciones, marcharon con él, y con él acabaron en la cárcel; algunos perdieron sus parroquias, quedaron sin el apoyo de sus obispos y de sus colegas eclesiásticos. Pero obraron creyendo que la razón derrotada puede más que la sinrazón triunfante. Quien haya visto la película Selma tendrá una visión muy gráfica de lo que describe King.
Bien, nosotros no somos negros (o al menos no veo ninguno en la sala) ni hemos llegado al nivel de injusticia y crueldad contra el que se rebelaba King, pero sí reconocemos el mérito de las personas que, como quienes él describe, y hoy premiamos, no aceptaron ser hombres o mujeres blancos moderados que no quieren líos ni compromisos y, por el contrario, se arriesgaron a perder derechos o comodidades por hacer lo que creían justo.
Y la última idea que quería destacar es que este es un premio que da la sociedad civil, es decir, proviene de personas individuales agrupadas en torno a una Fundación que no tiene más finalidad que la defensa del bien común, manifestada en este caso en una faceta muy concreta: la recuperación de las instituciones que articulan el juego de la democracia. Sabemos hoy que en una sociedad madura, mayor de edad y compleja nadie nos va a arreglar nada: tendremos que hacerlo nosotros si creemos en ello. Vosotros, viniendo a este acto y a esta cena ya estáis colaborando con ello, pero tenemos que hacer más. No es que necesitemos millones, porque nuestros gastos fijos son muy limitados y lo hacemos todo artesanalmente, pero necesitamos una mínima estabilidad para seguir desarrollando nuestra labor. Así que animaos a apoyar a la Fundación para que todos los años podamos repetir actos como este y emprender proyectos como los que hasta ahora hemos realizado.
¡Gracias por venir!”
Aquí, aquí y aquí pueden ver algunas reseñas de la entrega del premio.
Editores del blog “¿Hay derecho?”