Hay Derecho en Medios: 10 Preguntas a Elisa de la Nuez

29 de abril, 2020

Compartimos con vosotros la siguiente entrevista a Elisa de la Nuez, Secretaria General de la Fundación, para el blog Nosoloaytos, de Víctor Almonacid. Podéis encontrarla también aquí. En ella, habla de nuestra actividad y de los retos actuales para el Estado de Derecho. ¡No os la perdáis! Y os animamos a seguir el blog Nosoloaytos.

 

10 preguntas a… Elisa de la Nuez.

Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (1980-1985). Accedió al Cuerpo de Abogados del Estado en el año 1988. En la Administración pública ha ostentando varios cargos tales como Abogado del Estado-Jefe de la Secretaría de Estado de Hacienda; Subdirectora General de Asuntos Consultivos y Contenciosos del Servicio Jurídico de la Agencia Estatal de Administración Tributaria, Abogada del Estado en el Ministerio de Justicia, etc, etc. En el sector público, ha ostentado el puesto de Secretaria General de la entidad pública empresarial Red.es. Ha sido Secretaria del Consejo de varias empresas públicas.

FIESTA 30 ANIVERSARIO EL MUNDOEn su dedicación al sector privado ha sido socia fundadora de la empresa de consultoría Iclaves dedicada a las nuevas tecnologías y la Sociedad de la Información. También ha sido secretaria del Consejo de Administración de varias empresas. En el año 2010 funda junto con otros juristas el blog Hay derecho, blog de referencia en España sobre la actualidad jurídica y política. En 2015 se crea la Fundación Hay Derecho para la defensa del Estado de Derecho, la promoción de la transparencia, el fortalecimiento institucional y la lucha contra la corrupción de la que es Secretaria General.

Es miembro del Consejo jurídico del Consejo General de la Abogacía Española y del consejo de redacción de la revista Abogados así como miembro del Consejo asesor del Esade Centre for Economic Policy and Political Economy. En la actualidad trabaja en el despacho GC legal. Sus áreas de práctica son el Derecho Público (funcionarios, contratación pública, subvenciones, concesiones) las nuevas tecnologías y la transparencia. Imparte habitualmente charlas y conferencias en ámbitos relativos al fortalecimiento institucional, la lucha contra la corrupción y la defensa del Estado de Derecho. Es autora de numerosos artículos y monografías en sus áreas de práctica y coautora de los libros “¡Hay Derecho? y “Contra el capitalismo clientelar” publicados en la editorial Destino (Planeta). Como actividad docente hay que destacar su labor como profesora asociada en la Universidad Complutense, profesora de Derecho administrativo en ICADE y de Derecho tributario en la Universidad San Pablo CEU. En la actualidad imparte clases en el máster ejecutivo de gobernanza del sector público de ESADE, máster de la Universidad Complutense de Madrid en materia de transparencia y máster de ciberseguridad de INCIBE. Da clases habitualmente en el INAP (Instituto Nacional de Administración Pública) sobre ética pública y medidas preventivas contra la corrupción.

1. ¿Cómo puede explicarse que durante el estado de alarma se encuentre suspendido de facto el derecho de acceso a la información?

Bueno, hay que diferenciar entre el derecho de transparencia activa, que no está formalmente suspendido, y el derecho de transparencia pasiva, que muchas Administraciones (empezando por la AGE) han entendido que queda suspendido en base a la Disposición transitoria  tercera del Real Decreto que declara el estado de alarma. En mi opinión es una interpretación muy restrictiva, que casa mal con el propósito de la norma, que es no perjudicar al interesado siguiendo con la tramitación. Obviamente en el caso de una solicitud de información pública esto no ocurre, es el ciudadano el que tiene interés en tener acceso rápidamente a la información pública. El tema de fondo creo que es sencillamente que no se le da todavía a la transparencia activa y pasiva la importancia que tiene en una democracia y más en una democracia en una situación excepcional que requiere reforzar y no debilitar los controles ya existentes, siendo la transparencia uno esencial para poder exigir rendición de cuentas.

2. ¿En cuanto al derecho/deber de publicidad activa, en concreto en su vertiente de “rendición de cuentas”, lo podemos considerar satisfecho?

Creo que es muy mejorable, porque como hemos visto tenemos por ejemplo un desbarajuste con los datos sanitarios muy notable. Obviamente si los datos públicos que tenemos no son de buena calidad, la publicidad activa no puede serlo, ya se de en formato rueda de prensa o a través de la publicidad en los portales de las Administraciones Públicas. Esto requiere también una reflexión importante porque supone avanzar desde el cumplimiento puramente formal de la transparencia activa (hemos publicado) hasta el cumplimiento material y relacionado con el fin de la transparencia (hemos publicado datos de calidad que permiten monitorizar nuestra actuación y ver cómo de eficiente ha sido). Adicionalmente, contar con buenos datos también es imprescindible para los gestores públicos, que se nos suele olvidar este aspecto.

3. ¿Ha detectado alguna otra restricción o restricciones ilegítimas (no amparadas en el estado de alarma) a nuestros derechos y libertades durante estas semanas?

Creo que ha habido un exceso en lo que se refiere –por lo menos a nivel de declaraciones de algunos responsables políticos- a los límites a la libertad de expresión que me parecen un poco preocupantes. La libertad de expresión, como la transparencia, es esencial en momentos en que el Poder ejecutivo (el poder por excelencia) concentra tantas competencias por la propia situación del estado de alarma. El que ésta se ejerza con responsabilidad, sin recaer en insultos, sin utilizar bulos y sin fake news y de forma constructiva es lo deseable, claro está. Pero lo que no puede admitirse en una democracia es que para conseguirlo se instale algo parecido a una censura previa o se monitorice en redes y medios de comunicación a los ciudadanos que ejercen la crítica en uso de esa libertad de expresión. Si hay excesos, nuestro Estado de Derecho tiene las herramientas suficientes para atajarlos. No necesita más. Lo mismo podemos decir respecto a la libertad de información, aunque es evidente que un medio informativo tiene unas exigencias superiores a las del simple ciudadano. En particular me preocupa la profusión de querellas por supuestos delitos de odio de los que se habla estos días. Es una vía peligrosa.

4. En su opinión, el modelo de gestión de una situación de crisis extrema, ¿debe ser completamente público o tiene más sentido la colaboración público privada?

Creo que tiene que ser el más efectivo posible, y eso siempre –en situaciones de crisis extrema sobre todo, pero no solo- se consigue aunando todos los esfuerzos disponibles, como ha ocurrido de hecho con la sanidad pública y la sanidad privada. Soy siempre más partidaria de evaluar con rigor qué es lo que funciona mejor y por qué en las políticas públicas que de apriorismos del tipo “esto lo hace mejor el sector privado” o “esto lo hace mejor el sector público”. Veámoslo en cada caso. Supongo que lo que ocurrirá será que en unos ámbitos la gestión pública será mejor y en otros lo será la privada, y que lo interesante es analizar las causas y aprender de las “best practices” de uno y otro modelo.

5. ¿No cree que puede ser francamente negativo para la recuperación de la economía la paralización de la contratación pública?

Sin duda. Pero supongo que el problema es si todas las empresas que pueden licitar estarían en condiciones de hacerlo en esta situación, porque esto requiere un grado de digitalización y de teletrabajo muy importante. Como no dispongo de datos, no me atrevo a opinar si no paralizar la contratación pública (que asumo que sí se podría desarrollar en la mayor parte de los casos con teletrabajo por parte de las Administraciones Públicas dado que suele ser un ámbito ya muy digitalizado en éstas) hubiera supuesto una discriminación entre licitadores en ese sentido. Como decía antes, sin información de calidad es difícil tomar decisiones de es tipo por los gestores y más difícil aún pedir rendición de cuentas por los ciudadanos.

6. Se espera también un fuerte déficit público. ¿Cómo podemos salir de la encrucijada “rebaja de impuestos para no agravar los efectos de la crisis en las personas” versus “necesidad de ingresos en las arcas públicas para hacer frente a la crisis”?

No soy experta en temas fiscales, pero me imagino que al final necesitaremos mucha ayuda europea y los mecanismos de los que se habla en estos días apuntan a que así será. Probablemente la solución pasa por una reforma profunda de nuestro sistema fiscal, que ya toca, para evitar los muchos “agujeros” del sistema (los tipos reales son mucho más bajos que los nominales en impuestos como el de sociedades) y también por innovar con la creación de nuevos impuestos verdes a empresas que contaminen mucho, con tasas o impuestos digitales a las grandes multinacionales tecnológicas que no pagan prácticamente impuestos en nuestro país u otros que puedan surgir.

7. Brexit, declaraciones poco solidarias de algunos dirigentes hacia otros países… ¿Europa, pese a todo, sigue teniendo sentido?

Todo el del mundo. De hecho, sin Europa me parece imposible salir de esta crisis. Otra cosa es que hay que ser consciente que en la Unión Europea hay países gobernados por líderes con intereses políticos y experiencias y trayectorias distintas a los nuestros, y las tensiones son inevitables. Pero soy bastante optimista, creo que las posturas se han ido acercando mucho en estos días. El que se trate de una crisis en la que no se puede achacar a nadie un “riesgo moral” creo que es importante, dado que la pandemia nos ha golpeado a todos por igual, aunque algunos países por tener menos déficit puedan gastar más que otros. Creo también que somos cada vez más conscientes de que si este barco se hunde, nos hundimos todos con él, norte y sur, este y oeste.

8. Posverdad, desinformación, sobreinformación, bots… ¿Cómo valora el fenómeno de los bulos en las redes? Se lo pregunto porque en mi opinión es extremadamente complejo y tiene más de una lectura.

Sin duda…merece un análisis más detenido. Creo que estamos todavía intentando entender cómo funcionan y quien está detrás y sobre todo cuales son los intereses a los que sirven, que claramente no son los de la democracia liberal representativa y el Estado de Derecho. Dicho eso, en esta etapa me parece esencial la responsabilidad individual de cada uno, hay información muy interesante en las propias redes sobre cómo descubrir si algo que circula viralmente es o no un bulo, de donde viene, etc, etc. También es relevante seguir a personas o entidades que funcionen como prescriptores y de los que nos podamos fiar a estos efectos. Algo que valoro mucho por ejemplo es que personas y organizaciones en redes se identifiquen correctamente, esto es un plus a la hora de confiar en ellos, aunque entiendo que algunas personas por su profesión no puedan hacerlo. Pero coincido en que es un fenómeno muy complejo y que habría que estudiar en profundidad antes de proceder a adoptar medidas. Creo también que las propias plataformas deben de cumplir un papel esencial en la tarea de eliminarlos o limitarlos, aunque me imagino que no es fácil tampoco. En cambio la sobreinformación no me preocupa, creo que esto permite elegir, lo importante es no aislarse en una cámara de eco para seguir solo a aquellos medios o personas que están en sintonía con lo que piensas. A mí me gusta seguir a personas y organizaciones muy variopintas, y la verdad es que resulta muy enriquecedor. Aunque a veces moleste…

9. Es usted una de las personas responsables de la Fundación Hay Derecho (en concreto su Secretaria General). ¿Nos puede explicar brevemente el ámbito de acción de esta institución?

Es una Fundación que nace hace cinco años del esfuerzo de un grupo de juristas y empresarios que estábamos preocupados por el deterioro del Estado de Derecho en nuestro país, así como por la debilidad de nuestras instituciones. La anterior crisis nos hizo muy conscientes de esto, a través del blog Hay Derecho, antecedente de la Fundación, que nace en el 2010 precisamente por esa inquietud. En 2015 dimos el paso de convertirnos en Fundación entre otras cosas para tener más recursos –aunque siguen siendo modestos- para abordar otros proyectos además del blog, como informes, estudios, mesas redondas o los premios Hay Derecho que concedemos todos los años a personas que han destacado por la defensa del Estado de Derecho, la transparencia y la lucha contra la corrupción, y que es el acto más bonito que hacemos porque muchos de nuestros premiados han soportado auténticos calvarios personales y profesionales por hacerlo y es una forma de agradecérselo. También intentamos colaborar con otras entidades de la sociedad civil que trabajan en ámbitos parecidos al nuestro como Transparencia Internacional, Acces Info, la Fundación Civio, Plataforma por la Independencia del Poder Judicial, Acción cívica contra la corrupción, etc, etc para unir fuerzas y llevar a la opinión pública y a la agenda política las cuestiones que nos preocupan.

10. Por último, ¿qué lección o lecciones podemos extraer como sociedad de la situación vivida?

Una que creo que a la vez nos sirve como lección vital y como lección cívica: no podemos dar nunca nada por sentado. Ni la salud, ni la seguridad, ni la libertad, ni la democracia. Siempre hay que estar atento y luchar por ellas. Pero si lo hacemos juntos y con responsabilidad, podemos ganar y progresar como sociedad.