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La Inteligencia Artificial para el bien

Sin apenas darnos cuenta, la Inteligencia Artificial (IA) ha entrado a formar parte de nuestra vida cotidiana. Gracias a la IA nuestros móviles y sus asistentes digitales nos hacen la vida más fácil, clasifican nuestras fotos y nos proponen donde comer o la ruta más rápida, las aspiradoras limpian nuestra casa, los coches conducen solos, y se nos sugieren películas o libros adecuados a nuestros gustos. La IA ha venido para quedarse, nosotros pensamos que para bien.

Pero ¿sabemos qué es la IA? Podríamos pensar que una calculadora es IA porque es capaz de hacer operaciones aritméticas muy complejas. Yéndonos al otro extremo podríamos pensar que la IA es nuestro amigo C3PO de la guerra de las galaxias. Piensa y razona como un humano y es capaz de hablar miles de idiomas. En la actualidad nos encontramos en un punto intermedio y definimos la IA como un sistema capaz de realizar (al menos igual que el ser humano) una tarea compleja típicamente humana. Por ejemplo, conducir un automóvil o traducir un texto de un idioma a otro.

 

Es una inteligencia profunda y estrecha. Hace muy bien una única tarea. Un sistema de IA diseñado para traducir textos o para jugar al “Go” es incapaz, al menos de momento, de conducir un coche. Frente a esta inteligencia estrecha, la inteligencia humana es capaz de hacer tareas muy diversas.

La IA es una tecnología que ha pasado por varias épocas de esplendor y de abandono (los llamados inviernos de la IA). El siguiente esquema refleja esos periodos:

 

Estamos en la tercera oleada de la IA. Las 2 anteriores fracasaron por diferentes razones: escasa capacidad computacional y carencia de datos, o enfoque inadecuado por tratar de describir la inteligencia en base a reglas prefijadas. Y en esta tercera ocasión la IA se está abriendo camino por un cúmulo de circunstancias que están produciendo resultados espectaculares:

  • Gran capacidad de computación (en gran medida gracias a la nube y a sistemas distribuidos)
  • Disponibilidad de millones de datos (nuevamente gracias a Internet y a la interacción de millones de usuarios generando información), en lo que se denomina “Big Data”
  • Generosidad de la comunidad científica y tecnológica. Se ha producido un vertiginoso desarrollo de nuevos modelos de IA (principalmente los modelos de aprendizaje superficial y profundo) que se dan a conocer y se diseminan de forma abierta en plataformas de aprendizaje y de desarrollo disponibles para todos. Nunca tanto conocimiento ha estado disponible de forma tan abierta y generosa.

 

Gran parte del éxito de la nueva IA reside en un cambio de paradigma. La IA actual aprende de los datos que le mostramos y, por tanto, no es una IA preprogramada. Es lo que se llama aprendizaje automático o “machine learning” en inglés. En ese sentido tiene ciertas similitudes con la inteligencia humana (aunque los mecanismos de aprendizaje son muy distintos). Y se aprovecha de la gran cantidad de datos que se generan en nuestra sociedad del conocimiento. La IA puede aprender de la propia estructura de los datos (modelos no supervisados) o de la estructura de los datos ligada a una respuesta a esos datos (modelos supervisados).

 

Esta IA es la que está produciendo unos resultados espectaculares que, posiblemente, cambiaran profundamente nuestra sociedad y nuestra economía en los próximos años. Y ante estos cambios surge el miedo y la incertidumbre. Miedo a los sesgos, a basar decisiones importantes en algoritmos “opacos”, a la destrucción de puestos de trabajo, a la creación de armas inteligentes, al “gran hermano”. De hecho, el propio Elon Musk ha calificado a la IA como la principal amenaza a nuestra existencia. Pero frente a ello la IA nos abre grandes oportunidades: erradicar la pobreza, mejorar la salud de todos, contribuir a la sostenibilidad de nuestro planeta, predecir situaciones de riesgo, dejar las tareas tediosas y peligrosas a los robots, potenciar la creatividad, o algo que a la fundación Hay Derecho nos atañe muy de cerca, mejorar la calidad y transparencia de nuestras instituciones y definir mejores políticas públicas. Los seres humanos, por razones diversas, tendemos a fijarnos más en las amenazas que en las oportunidades. Pero echen un vistazo a la cantidad de proyectos que se están moviendo en lo que se llama “IA for Good” por parte de organismos como la ITU (UN), de empresas como Google, Microsoft, IBM, de asociaciones, o de universidades. Los gobiernos, por desgracia, todavía van con retraso. Están a otras cosas.

Y, como nos gusta predicar con el ejemplo, hemos puesto en marcha el panel inteligente “Hay Derecho” para dar transparencia a nuestros contenidos utilizando técnicas de IA. Efectivamente, en Hay Derecho hemos publicado cerca de 4.000 artículos (posts) en los últimos años. Son artículos meditados y pensamos que de una alta calidad. Y que contienen un conocimiento muy elevado. Y, sin embargo, acceder a ese conocimiento, hasta ahora no era fácil. Con el panel inteligente que hemos lanzado acceder a ese conocimiento es posible. Investigadores, académicos, ciudadanos podrán, a partir de ahora, investigar sobre temas de su interés en todo el material que hemos publicado: tribunal supremo, cláusulas suelo, plusvalía municipal, corrupción, el asunto catalán, la calidad de nuestras instituciones, o la segunda oportunidad.

Por ejemplo, podemos ver cuánto hemos publicado a lo largo del tiempo de cada uno de tres de nuestros más insignes políticos: Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. EL Sr. Rajoy tuvo su momento de gloria años atrás, sobre todo en la época de su última investidura, así como durante el proceso catalán. Ahora está de capa caída. Pedro Sánchez está de moda, quien lo puede dudar. Y el que está claramente de retirada es Pablo Iglesias.

 

Podemos obtener resúmenes de los artículos, mapas conceptuales, hacer búsquedas inteligentes, búsquedas por similitud, trabajar con grupos de documentos, etc. En el propio panel hay una pestaña de “Ayuda” con el manual de usuario. Una herramienta que esperemos que sea de utilidad para nuestros lectores, investigadores y el conjunto de la sociedad. Claramente la tecnología se puede (y se debe) usar para el bien.

Libra, la moneda digital, global y respaldada (Stablecoin). Una aproximación crítica inicial (I).

Facebook pretende lanzar una moneda digital de uso universal que pueda convertirse en un medio de pago de uso generalizado. Podría parecer un poco pretencioso y poco realista, especialmente dada la situación actual de la entidad, rodeada de problemas por la filtración de datos de los usuarios. Sí, podría parecerlo si no fuera porque Facebook (y el resto de redes sociales que controla, como Whatsapp, Instagram o Messenger) tiene miles de millones de clientes por todo el mundo; si no fuera porque en el proyecto participan muchas otras entidades, entre ellas las dos principales franquicias de tarjetas de crédito/débito en el mundo (Visa y Mastercard); si no fuera porque la sociedad está cambiando sustancialmente en relación a la caracterización sobre los servicios financieros que demanda; y si no fuera porque las dudas técnicas que plantea el proyecto, puedan quedar completamente disipadas por la innovación tecnológica, confirmando que es factible.

Cuando hablamos de usuarios de redes sociales, debemos tener en cuenta que Facebook tiene 2.200 millones de usuarios; Whatsapp, 1500 millones; Messenger 1.300 millones; Instagram 1.000 millones. Y cuando hablamos de usuarios de tarjejas de crédito/débito debemos tener en cuenta que Visa y Mastercard son las principales franquicias, las más demandadas en el mercado.

Con esos datos de partida, Facebook ha publicado un White Paper (WP)o libro blanco sobre la moneda digital global, denominada Libra, que pretende lanzar en el primer semestre del 2020, entre otros motivos, porque según los datos que facilita existen más de 1.700 millones de adultos que están desbancarizados. Ello representaría el 31% de la población mundial, pero 2/3 de ellos poseen un smartphones, lo que facilitaría el acceso a servicios financieros, si estos se prestaran íntegramente en red y fueran baratos y accesibles. Un proyecto como éste podría reducir sustancialmente los aranceles en las remesas monetarias, eliminaría los problemas y tiempos de los pagos transfronterizos y, bajo el sistema propuesto, reduciría los costes de gestión de efectivo que, por el contrario, podrían incrementarse por el sector bancario si se llegara a cobrar por los depósitos bancarios. Libra puede ser una posibilidad para los no bancarizados pero también una alternativa para los que reciben servicios bancarios. El cierre de una sucursal, la eliminación de un cajero, unos servicios no eficientes o de elevada remuneración, etc., podrían provocar la decisión de aceptar el sistema de pago y de servicios financieros que ofrece esta solución virtual.

Este post pretende realizar una primera aproximación al proyecto presentado y muy en particular a algunos aspectos jurídicos, siendo consciente, dada la celeridad con la que se están produciendo determinadas reacciones de autoridades de supervisión y de regulación, que el proyecto tendrá serios problemas y se pueden plantear cambios nada desdeñables.  Por razones editoriales se publica en dos partes. En esta primera, analizamos las principales características del WP de Libra y en la segunda expondremos algunos de los problemas que el proyecto plantea.

El White Paper de Libra.

El WP expone los tres aspectos en que sistematiza la información sobre el  instrumento monetario que pretende emitir: a) La tecnología utilizada para la ejecución de la moneda digital, al que se denomina Libra Blockchain (LB); b) la determinación de los activos que sirven de garantía subyacente a la moneda digital y su régimen, a lo que se denomina Libra Reserve (LR); y c) la entidad que va a gestionar tanto la tecnología como la reserva y que comprende a Facebook y a otras entidades fundadoras, a la que se denomina Libra Association (LA)

El propósito, según se nos indica, es emitir una moneda global y una infraestructura financiera mediante una cadena de bloques de carácter descentralizada, creando una stablecoin y una plataforma de código abierto que permita desenvolver aplicaciones en las que puedan desarrollarse smart contract.  El documento destaca, en varias ocasiones, que uno de los fines de la moneda digital a ser creada es dar servicio a las personas no bancarizadas, para que puedan tener fondos y realizar pagos y cobros de manera constante, sencilla y sin costes,. Ello se llevaría a cabo a través de la cadena de bloques donde podrá darse accesibilidad y confiabilidad, a lo que contribuiría la gobernanza distribuida (no hay una entidad que controle la red, aunque de inicio aparecen sólo varias decenas de fundadores, con pretensiones de llegar a los 100), el acceso abierto (la red es permisionada de inicio, aunque se pretende que sea no permisionada en un futuro) y la seguridad de la criptografía (en este aspecto, la propuesta responde a la criptografía asimétrica de doble clave).

También se afirma, por el WP, que estamos ante una criptomoneda porque tienen varias propiedades de las mismas, como serían la capacidad de enviar dinero rápidamente, la seguridad que otorga la criptografía y la libertad de transmitir fondos de manera transfronteriza. Sin perjuicio de que estas características sean propias tanto de las criptomonedas/criptoactivos, stricto sensu, (como Bitcoin o Ethereum, entre otras muchas) como de Libra, conviene homogeneizar los conceptos. En este sentido puede verse el informe del ECB de mayo/19donde, en primer lugar, se niega a los criptoactivos (Bitcoin y otros) su consideración de dinero al no cumplir las funciones propias del mismo. Y, por otro lado, se les reserva la denominación de criptoactivos a aquellos activos digitales, con seguridad criptográfica, cuando no hay una parte que asuma los controles sobre la oferta y el acuerdo sobre la validez de las transferencias. Bitcoin es una criptomoneda/criptoactivo porque es considerado valioso por sus usuarios pero la oferta o el acuerdo de validez de las transmisiones realizadas no son llevadas a cabo por una parte responsable de esas actuaciones. Por el contrario, Libra no sería una criptomoneda/criptoactivo para el ECB porque, en relación con el control de la oferta o el acuerdo de validez de las transmisiones, se realizarían por una parte responsable (Libra Association). Puede que sea sólo una cuestión terminológica pero conviene evitar confusión, no sea que ante posteriores problemas se pretenda alegar la terminología para, en su caso, evitar responsabilidades.

  1. a) Libra Blockchain:

El sistema financiero pretendido, de carácter más inclusivo, estaría construido sobre una cadena de bloques segura, escalable y confiable. Se construye con un código abierto (open source) para permitir su aprovechamiento posterior mediante cualquiera que desee construir aplicaciones sobre esta cadena de bloques (en este sentido, así se construye Ethereum). Libra se ejecutará en la cadena permitiendo construir, a través de la interoperabilidad con otros desarrollos, todo tipo de aplicaciones y la ejecución de prestaciones ligadas a los activos digitales (la moneda o cualquier otro que se decida tokenizar), facilitando llevar a cabo múltiples servicios financieros, incluyendo operaciones de financiación, obtención de garantías, etc. En este sentido la blockchain se presenta, inicialmente, como segura, eficiente, con elevada adaptabilidad pero sobre todo con una escalabilidad que le permita acoger cualquier desarrollo en un futuro (alto rendimiento, baja latencia y alta capacidad). La caracterización como red abierta, aunque inicialmente permisionada, permitiría desarrollar productos sobre ella y, en definitiva, innovación a partir de lo ya desarrollado.

Como elementos característicos se menciona en el WP el uso de un nuevo lenguaje de programación (Move), que reduce el riesgo de errores, en particular evitar que los activos sean clonados, con los efectos que ello conllevaría sobre la seguridad, así como evitar el doble gasto; utilización de BFT, como protocolo de consenso para la validación de los bloques (tolerancia a fallas bizantinas, que es usado en otras criptomonedas, como Ripple-XRP o Stellar-XLM, planteadas para usarse de puentes entre otras monedas digitales), frente a la costosa y ciertamente poco sostenible PoW de Bitcoin; asunción de estructuras de datos en blockchain que son ampliamente adoptadas, asentadas fundamentalmente en el Merkle Tree (usado en Bitcoin) y que, a través de los hash generados, permite verificar que los datos no han sido posteriormente manipulados.

  1. b) Libra Reserve

Las criptomonedas tienen un severo problema de volatilidad debido a que su emisión, que suele estar preprogramada, depende exclusivamente de la demanda y oferta existente y su valor, en relación con monedas fiat estables (dólar, euro, etc.), se modifica rápida y sustancialmente. En este sentido puede apreciarse este problema comprobando la cotización del Bitcoin en los últimos 12 meses.

Libra es una stablecoin porque estará respaldada por una reserva de activos subyacentes, que deben permitir a los usuarios recuperar, sin ningún tipo de problema, el valor de la misma en moneda fiat, con hipotética liquidez inmediata. Al ser configurada como una stablecoin, se establece una cesta de activos que se irá dotando según se vayan emitiendo las monedas digitales, por lo que se generaría confianza al tener un valor de respaldo. Según se indica en el WP, estamos ante una moneda digital que deberá ser estable, con baja inflación, fungible y, por supuesto, con una aceptación global.

Dado que la Libra Reserve se compondrá de una cesta de activos, principalmente, monedas fiat, habrá cierta fluctuación según coticen esos activos subyacentes, aunque la pretensión es reducir al mínimo la volatilidad. No obstante, al no ligarse con ninguna moneda en concreto, se le dota de independencia de las políticas monetarias oficiales pero genera tensiones en todos los mercados monetarios, por los riesgos que ello conlleva. En este sentido, puede provocar  la mejora en la toma de decisiones de política monetaria. Piénsese en políticas hiperinflacionarias. Los usuarios abandonarían inmediatamente su moneda fiat y podrían alojarse en moneda digital de baja volatilidad.

En este apartado se produce una de las afirmaciones que merecen una referencia específica. Se afirma que “Users of Libra do not receive a return from the reserve.” Ello implicará que el usuario deberá acudir a una plataforma de cambio (exchange) para obtener las monedas contra la entrega de moneda fiat, pero no tendrá relaciones con la LR.  Habrá unos revendedores autorizados por LA que proporcionarán liquidez para que los usuarios no tengan problemas a la hora de poder convertir sus monedas digitales por monedas fiat, pero no podrán requerir a LR esa conversión, por carecer de derecho crediticio.

Po último, en relación con este tema, se afirma que dado que no hay una oferta limitada sino que la misma estará en función de los saldos que existan en la LR, no es posible una corrida bancaria, ya que no habrá un respaldo fraccionario sino un respaldo total, pudiéndose convertir las monedas a fiat en cualquier momento por el valor actual de la moneda. Con ello se evitará la volatilidad  la protección contra futuros abusos que pudieran derivar, entre otros, de la emisión de monedas sin respaldo.  Sobre esta cuestión, conviene anticipar que una crisis bancaria, que afecte a las entidades donde se encuentren los depósitos de la reserva, puede provocar una corrida bancaria frente a LR para obtener, indirectamente a través de los exchanges, el saldo de Libra en moneda fiat en efectivo. Cualquier incumplimiento de un banco, en la restitución del depósito no garantizados por fondos de garantía, conllevará una pérdida a asumir entre todos los titulares de Libra.

c) Libra Association

Se constituye una asociación (sin fines de lucro) pretendidamente independiente, con sede en Ginebra y cuyos miembros constituirán la red de nodos validadores que controlarán la blockchain. En estos momentos se facilita el nombre de los miembros existentes que deberá completarse antes del lanzamiento de la moneda, y que en estos momentos lo integran, entre otros, Mastercard, Paypal, Visa, ebay, Calibra, Spotify, Uber, Vodafone, Coinbase, algunos fondos de capital riesgo, y algunas entidades sin fines de lucro e instituciones académicas y, por supuesto, Facebook, que será quien lidere el proyecto hasta su ejecución. Merece destacarse que Facebook ha creado la entidad Calibra, en su grupo, que es quien tutelará los wallets donde se almacenarán las monedas emitidas, con el fin de separar los datos sociales de los financieros de cada cliente del grupo Facebook. En todo caso, como se ha puesto ya de relieve por Stoller (The New York Times), con esta construcción pueden aflorar numerosos conflictos de intereses al  pretender combinar servicios comerciales y servicios financieros, pudiendo provocar un uso ilegal de información muy sensible y generar, con ello, serias ventajas competitivas.

El WP recoge los fines de la asociación, sus órganos y sus reglas de funcionamiento. En relación con la LR, se establece que  LA es la única que emitirá y destruirá monedas. Por lo tanto, no habrá mineros ni otra entidad con esa legitimación. Es en definitiva,  una entidad con funciones similares a las de un banco central emisor. Las monedas no se emiten a solicitud de los usuarios, sino de los exchanges o vendedores autorizados y sólo se destruirán monedas cuando los mismos exchanges vendan la moneda a LA a cambio de requerir activos subyacentes. Por ello, los usuarios no recibirán devolución alguna directamente de la reserva, ya que su relación con LA nunca sería contractual. Así, LA actuaría con los exchanges como un comprador de último recurso, permitiendo a aquellos obtener directamente activos de la reserva a cambio de monedas Libra.