La polarización política sigue incrementándose en España
La IV Encuesta Nacional de Polarización del CEMOP realizada sobre una muestra de 1239 casos concluye que los niveles agregados de polarización afectiva siguen creciendo en España. Esta es una de las conclusiones más relevantes. Precisando dicha cuestión, la encuesta evidencia el crecimiento de dicha polarización entre los años 2021 y 2024 un 30,6%.
Esta polarización tiene como marco un clima de crispación política en España en el marco de una legislatura convulsa. El 82% de las personas entrevistadas considera que la crispación política ha aumentado en España respecto a hace cuatro años. Tan solo el 13,6% afirma que la situación permanece igual y, por último, un escaso 3,6% percibe que esta crispación es menor respecto a 2020.
Esta percepción es más acusada entre la población de sexo masculino, los mayores de 65 años y personas que ideológicamente se ubican en la derecha y extrema derecha.
Si bien el aumento de la polarización afectiva es multicausal y se dirige hacia partidos, líderes y seguidores de unos y otros, este clima de crispación percibida encuentra en determinados hitos de esta legislatura algunas causas. Aunque no en la misma medida, diversas leyes aprobadas en este periodo -o en fase de hacerlo- han creado estados de opinión marcados por el conflicto y la controversia dado el tema del que tratan.
La IV Encuesta Nacional de Polarización Política muestra cómo el 45,1% de la población apoya sin fisuras la ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, haciendo hincapié en la importancia de la libre determinación de género para combatir la discriminación contra las personas trans. Las mujeres son las que muestran una mayor tolerancia (44,6%) respecto de los hombres (37,0%) sobre dicha ley. Como también son las personas jóvenes (18-30 años) las que mejor la valoran.
También cuentan con amplio respaldo las leyes que facilitan la regularización extraordinaria de personas inmigrantes, el 28,9% de los españoles mantienen una posición neutra al respecto, mientras que, casi la mitad (46,2%), apoya bastante o mucho dicha ley. Llama la atención que, en lo que respecta al rechazo, este es mayor entre los hombres, mientras que las posiciones neutras o de apoyo se dan en mayor medida entre las mujeres.
Sin embargo, no cuenta con el mismo respaldo la Ley de Amnistía que, aprobada tras un largo y controvertido debate, ha polarizado a la sociedad española, con un 56% de la población que manifiestamente la desaprueba, frente a un 29% que explícitamente la apoya, y un 15% que se muestra tibio en su posición ante la misma. Este rechazo es mayor entre las personas de 45 a 64 años (57,6%), seguido por el 49,7% de las personas mayores de 65 años. Entre los más jóvenes (18-30 años), el rechazo es menor, alcanzando el 34,3%. Considerando la ideología, se observa mayor apoyo entre quienes se autoubican en la izquierda radical (62,4%), apoyo que va decreciendo hasta alcanzar el 11,5% a medida que se acerca al otro extremo de la escala ideológica, esto es, la derecha radical. En cuanto al recuerdo de voto en las pasadas elecciones generales que se celebraron el 23 de julio de 2023, los votantes de Vox fueron quienes rechazaron en mayor medida esta ley, seguidos de los votantes del PP, con una media de rechazo situada en un 0,8 y un 1, y una desviación típica de 2,4 y 2,2 respectivamente. Sin embargo, los votantes del PSOE muestran una mayor neutralidad en la media (5,4), y los votantes de Sumar se inclinan más hacia el apoyo a esta ley, con un 6,8 de media.
Este contexto ha favorecido que la polarización afectiva sea mayor en determinados segmentos poblacionales. En concreto, es mayor a medida que avanza la edad de las personas encuestadas. Atendiendo al sexo, no existe prácticamente diferencia, si bien el nivel de polarización afectiva de los hombres es ligeramente superior al de las mujeres (0,7 puntos). En cuanto al nivel de estudios, las personas con estudios primarios presentan un mayor nivel de polarización afectiva, como también aquellas personas en las que los sentimientos y la práctica religiosa son habituales.
Particularizando las expresiones de la polarización afectiva, esto es, los sentimientos hacia partidos, los líderes y los votantes, la Encuesta pone de relieve que, en el último año, la antipatía hacia el PSOE ha aumentado considerablemente, concretamente en 10 puntos porcentuales. También ha crecido la antipatía hacia Sumar.
Por lo que respecta a los niveles de antipatía hacia el PP y Vox se mantienen estables o disminuyen ligeramente. Concretamente, los niveles de antipatía hacia Vox en 2024 (64,0%) son los más bajos de la serie. Hace un año, el 70% de los entrevistados manifestaba un rechazo hacia este partido.
En cuanto los sentimientos hacia los líderes políticos, se registra un rechazo generalizado. La Encuesta muestra que los sentimientos de antipatía y rechazo superan a los de simpatía y adhesión. El dato más relevante es el de Yolanda Díaz, hacia la que ha crecido el rechazo, pasando del 37,4% al 50,9%. En el extremo opuesto, Alberto Núñez Feijóo es el líder nacional que genera menos antipatía.
Sin duda, Santiago Abascal es el líder más polarizante. Su capacidad para generar un rechazo intenso entre los electores de la izquierda, combinada con la fuerte adhesión que suscita entre sus propios electores, lo posiciona como un líder altamente polarizante.
Igualmente, son los votantes de Vox los que generan más rechazo entre los entrevistados. Casi la mitad tiene sentimientos negativos hacia las personas que votan a Vox.
En general, cuando la identidad de los entrevistados hacia su partido se basa en factores predominantemente instrumentales, se reduce la polarización afectiva y, por tanto, se contribuye a generar un clima político menos hostil.
Estos datos llevan a reflexionar sobre las consecuencias de la polarización sobre el funcionamiento del sistema democrático. En este sentido, preguntados por distintas medidas relativas a la actuación excepcional de los líderes políticos, la limitación de poder de algunas instituciones o, incluso, la restricción del derecho a voto en determinadas circunstancias, los españoles muestran opiniones mediadas por la polarización. De tal manera que los españoles con un nivel alto de polarización tienden a mostrarse más favorables a revertir las normas democráticas que aquellos menos polarizados.
En cuanto a la relación entre la polarización afectiva y la comunicación política, las reacciones emocionales ante los marcos narrativos expresados por los dos principales líderes políticos durante la campaña electoral de las elecciones al Parlamento Europeo no se explican por las características socio-demográficas de los entrevistados, pero sí por su pertenencia partidista: cuanto más a la derecha está el elector, mayor será su reacción emocional positiva ante el mensaje de Feijóo, y mayor su reacción negativa ante el mensaje de Sánchez, y viceversa. Por último, la Encuesta indica que las reacciones emocionales ante el encuadre del Partido Popular son comparativamente más positivas entre sus probables electores, que las que produce el marco socialista entre los electores de izquierda. Incluso para los electores de centro, el mensaje de Feijóo despierta una reacción más positiva que el de Sánchez.
Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología (Sección Sociología) por la Universidad Complutense de Madrid (1986). Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Murcia (1993).
Profesora Titular de Universidad en el Departamento de Sociología de la Universidad de Murcia desde 1999. Es investigadora del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) desde su creación.
Desarrolla su docencia e investigación en las áreas de Sociología del Trabajo y de las Organizaciones y Sociología Política.